Buenas tardes a todos. Hoy realizamos la tercera sesión de este ciclo Cultura XXI: ¿Nueva economía? ¿Nueva sociedad? Su título es "La propiedad intelectual en la era digital". Esta cuestión fue destacada de forma muy especial y específica en las dos sesiones anteriores.

Manuel Castells, el primer día, nos advertía de los problemas del desarrollo de las prácticas en Internet, y en general del conjunto de la sociedad de la información, con respecto a todo aquello que hace referencia a la propiedad intelectual. Antoni Muntadas, desde el punto de vista del artista, nos hablaba también de un concepto que ya existe pero que está tomando una especial relevancia en el desarrollo de la Red, que es la autoría colectiva. En la sesión en que tratamos de temas más económicos, de mercados culturales, tanto Pau Rausell como Santiago de Torres coincidieron en afirmar que el régimen de propiedad intelectual que se defina determinará en cierto modo el marco institucional a partir del cual se desarrollará el mercado. Es muy difícil saber cómo se desarrollará el mercado si no está claramente definido el marco institucional jurídico, que en cierta medida regulará el funcionamiento de estos mercados.

Esperamos mucho de la sesión de hoy, porque las dos anteriores destacaron la importancia del tema que nos ocupa. Sin más, presentaré brevemente a los tres participantes por el orden de intervención que han acordado, en función del contenido de las intervenciones, y que será el siguiente. En primer lugar, hablará Raquel Xalabarder, que es profesora de la UOC. A continuación, tomará la palabra Marià Capella, abogado y director de Programas de Propiedad Intelectual del Instituto de Educación Continua de la Universidad Pompeu Fabra, y en tercer lugar, completará la sesión José Neri, director general de la Sociedad Digital de Autores y Editores.

Cuando acaben, como en todas las otras sesiones, haremos un turno de interpelaciones y de debate entre los ponentes que están en la mesa y finalmente, habrá un turno de preguntas, por si queréis formular alguna cuestión. Sin más, doy la palabra a Raquel Xalabarder.


Resumen:


Desde un punto de vista cultural se analiza la función del derecho de la propiedad intelectual en nuestros días, en que el auge de la tecnología digital hace prever muchos cambios en todos los ámbitos. Partiendo de una breve reseña histórica sobre la creación del derecho de la propiedad intelectual, vemos con ejemplos ilustrativos cómo la nueva tecnología digital y la propiedad intelectual entran en conflicto por la pérdida de valor de las definiciones tradicionales de reproducción, distribución y comunicación, la pérdida del control de explotación por parte del autor y la inseguridad jurídica en el ámbito internacional. Con el fin de asegurar la permanencia de los derechos de autor en el mundo digital, se han creado los tratados de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) y una directiva europea sobre los derechos de autor en la sociedad de la información, que pueden desembocar en otros problemas, causados por la difícil diferenciación entre los conceptos de uso y explotación de una obra, el posible monopolio del autor sobre el uso de la obra y los límites de la piratería. La solución al conflicto es complicada, tanto por su polarización actual como por el hecho de que no existe un vivo interés por el debate cultural pero sí por conservar los intereses económicos. Una posible opción sería el monopolio del autor, aunque representaría un empobrecimiento cultural y sería preciso garantizar el derecho de acceso a las obras.


Resumen:


La tecnología digital hace cuestionar muchos aspectos de la Ley de Propiedad Intelectual, lo que nos lleva a reflexionar sobre la vigencia del sistema tradicional de derechos de autor. Aunque según la Ley de Propiedad Intelectual el soporte de la obra no debería afectar a su protección, es evidente que los nuevos soportes generan nuevas modalidades de explotación y modifican casi todos los conceptos legales —por ejemplo, el concepto de obra, de autor, la atribución de autorías y derechos, los derechos morales, los derechos económicos, la transmisión de derechos, los sistemas de protección y los sistemas de gestión. Estas modificaciones generan dudas y cuestionan la validez de la ley actual. A pesar de unos inicios eufóricos de Internet, donde se pronosticaba la muerte del derecho de autor, se ha demostrado que el sistema está muy arraigado, tiene probada capacidad de resistencia, hay muchos intereses económicos de por medio y será muy difícil su desaparición, especialmente después de los nuevos tratados mundiales. Sin embargo, se tendrá que crear un nuevo marco normativo que afronte el cambio y que regule la conflictiva relación entre los titulares de los derechos y los usuarios, que es donde realmente radica hoy el problema de los derechos de autor.


Resumen:

Con un gran convencimiento de que la ley siempre va por detrás de los avances tecnológicos, el proyecto de la Sociedad Digital de Autores y Editores está orientada básicamente hacia el autor y tiene una visión del futuro en que sólo lo digital tendrá validez. Desde una perspectiva empresarial, la Sociedad Digital de Autores y Editores ha desarrollado unas técnicas de protección de derechos digitales, consistentes básicamente en las marcas de agua y en el reconocimiento de patrones –ésta última aún en desarrollo. Además, se ha creado una empresa, Argos Internacional, formada por diferentes sociedades de autores del mundo que, mediante un protocolo, identifica los usos de los derechos allá donde se produzcan. A su vez, el portal de Internet Portal Latino permite que el autor distribuya su obra sin la necesidad de los canales de distribución tradicionales. Iniciativas de este tipo son necesarias para despertar la conciencia de la gente de cara al autor y su obra en la sociedad tecnológica.

Moderador (Xavier Cubeles): No sé si alguno de vosotros quiere hacer alguna observación o desarrollar algún punto.



Raquel Xalabarder: Estaba pensando que tenemos una visión internacional más bien negativa, creada por lo que leemos en los periódicos sobre los estadounidenses y sus grandes lobbies, como la International Registry of Artists and Artwork (IRAA, www.iraaregistry.org), que va por el mundo cazando piratas –van a China, a India, para que no pirateen. Parece que los únicos intereses que quieran proteger sean los suyos, la balanza de pagos y la explotación de bienes culturales norteamericanos. Pero si te fijas, es curioso que todos nos beneficiamos de ello. El otro día estaba mirando la página web de la IRAA y consulté los resultados en la India, que era uno de los países donde se concentraba más pirateo. Ahora parece ser que el 95% de la producción musical es nacional. O sea que gracias a los esfuerzos americanos para que no se piratee Britney Spears, ha habido un resurgimiento de la industria musical india, han hecho una gran película musical que dura tres horas, que compitió en los Oscar, y el mercado de la música está en auge, gracias a que los americanos querían proteger sus negocios.

José Neri: Lo mejor que tienen los americanos es que son muy buenos.

R.X.: No, quiero decir que nos beneficiamos todos de lo malos que ellos son.

Marià Capella: Nos beneficiamos todos, pero unos más que otros. En este mundo no estamos todos igual de beneficiados.

J.N.: Hay que ver también las grandes cifras, que son un poco preocupantes. Espero que a nosotros no nos pase, porque no tenemos oportunidad de tener tal volumen de negocio. America Online y Vivendi tienen que hacer una provisión de más de 60.000 millones de dólares porque hicieron unas compras desastrosas en Internet y tienen unas pérdidas galopantes, de tal manera que no saben por dónde van a salir. Se hacen las cosas sin basarse en lo que realmente tiene valor, que son las obras y los autores. Cuando se basan en esos montajes tan espeluznantes, en el momento en que en vez de conectarse 10 ó 20 millones de personas, como en America Online, sólo se conectan 18, ya están muertos. Habría que racionalizar esto un poco más, porque es muy importante que seamos capaces de equilibrar el mercado, que va a ser el pan de todos –espero que por lo menos el mío– en el futuro.

M.: Si me permitís, yo quería preguntar a Marià Capella si nos podría poner algún ejemplo de esta idea que ha señalado de que hay un cambio en el marco de relaciones entre los autores, los intermediarios y los usuarios.

M.C.: Conecta directamente con lo que acaba de decir José Neri. En los dos polos, se encuentran el creador y el usuario de la obra. En medio, hay un montón de gente: empresarios, editores o productores, en función de la obra. Hay entidades de gestión, agentes, proveedores de servicios, y otros que quizá no tienen una proximidad directa con la obra, pero sí con los intereses económicos que genera su explotación. Bueno, he entendido, y no sólo para provocarle, que de hecho alguna entidad de gestión está desarrollando modelos empresariales. O sea, que se redefinen papeles.

J.N.: Sí, por supuesto. Es más, la SACEM, que es la sociedad francesa y la primera, tiene 150 años, pero nadie garantiza que tenga otros 150, como tampoco nadie garantiza que los que estamos aquí aguantemos más de 100 años. Éste es el problema del tiempo; si las cosas no están bien ordenadas, desaparecen. Ahora se ejerce una presión muy grande sobre los modelos de gestión, no sólo de las entidades de gestión, sino también de las empresas discográficas y de las empresas de comunicación, porque están cambiando cosas.

Efectivamente, lo que de verdad existe es el creador y el usuario. Puede ser que se terminen desarrollando técnicas en las que el resto no seamos necesarios, aunque no creo que vaya a ser así. Conozco a muchos artistas a quienes les gusta hacer música y no distribuir sus obras, ni administrarlas, ni organizarlas. Les gusta hacer música, pero se quejan de que sus editores no hacen el trabajo como deben. Igualmente, hay muchos editores que hacen muy bien su trabajo. Entonces, ese intermediario que hace bien su trabajo y que permite que el autor haga su obra, la disfrute, luego se olvide y todo fluya tranquilamente, ese individuo tiene trabajo que hacer.

Desde luego, lo mejor de la tecnología es que no va a haber parásitos. El que no haga su trabajo, no tiene nada que hacer. Dentro de toda la cadena, hay muy buenas compañías de discos, pero también las hay muy malas; hay muy buenos editores, pero los hay muy malos; hay representantes muy buenos, pero los hay muy malos. También hay muy malos artistas y artistas muy buenos. Si le damos el valor de mercado al artista creador y al usuario, que es el que se preocupa por la obra, quedarán los buenos, y a los malos se les va a orillar, van a tener difícil la asistencia, se van a tener que dedicar a otra cosa.

R.X.: ¿Y las entidades gestoras sí que estarán?

J.N.: Yo espero que estén, pero también tendrán que espabilar como todo el mundo. No hay ninguna duda. Decía antes que no hay ninguna entidad gestora que haya hecho lo que nosotros, que estamos de alguna manera liderando un proceso de automatización o tecnificación de las empresas de gestión. Nos empiezan a escuchar porque llevamos siete años invirtiendo en una cosa en la que ellos no llevan ni un mes.

Me parece increíble que las cosas sean así. Es como en la Universidad Pompeu Fabra. Allí hay mucha gente que tiene una cantidad de conocimientos en análisis de señal increíble, que no tienen en el MIT. Lo he visto, y además trabajo con ellos. En este país, tenemos facilidad para esto. ¿Por qué una entidad como la American Society of Composers, Authors and Publishers (ASCAP, www.ascap.com), no ha hecho absolutamente nada reseñable para la gestión de derechos digitales? Creían que no iba a pasar nada. La Sociedad General de Autores ha creído que sí iba a pasar. Puede que se equivoque y no pase nada, y si pasa, que sea en el sentido contrario a lo que estamos haciendo, pero nos esforzamos por entender lo que se avecina y hemos cambiado porque hemos visto un cambio en el modelo jurídico. Ahora tenemos dos o tres organizaciones, que son empresas, sociedades limitadas, que están en el mercado y toman decisiones de un día para otro. No tenemos que montar muchísimos consejos, como pasa en la sociedad de gestión, hasta que deciden qué se hace. Son tan grandes y tienen tanto que hacer que se mueven despacio. Ahora hay que moverse con empresas y con tecnología que cambia cada mes.

Hablabais de Napster. La tecnología de Napster es historia, ya no hace falta. Cuando se abrió Napster, había un servidor que conectaba a la gente. Ahora es un software, ya no existe Napster, la gente se conecta sola. Y de un mes para otro, el software está gratis en la Red, para quien quiera que lo coja. Y mientras tanto, nadie sabe lo que es una dirección IP.

M.C.: Intentaré contestar brevemente y sin afán de entrar en polémicas históricas sobre estas cuestiones. Si he entendiendo bien, la Sociedad General de Autores entra en esto precisamente para garantizar su perdurabilidad económica, la garantía de gestión, no la del colectivo que representa. ¿Por qué? Porque no tiene un monopolio exclusivo de representación de ese colectivo. Por lo tanto, ese monopolio de gestión le proporciona una capacidad económica que ningún otro agente tiene.

Por otra parte, hoy por hoy nadie tiene futuro, en el sentido de que la gestión, que no necesariamente tiene que acometer un autor, pueda ser desarrollada desde el ámbito privado o del ámbito no colectivo.

Creo que hay una cosa que no estamos previendo del todo. Decía Heráclito aquella cosa maravillosa de que nada es permanente excepto el cambio. Sólo las tecnologías y la normativa entran en la evolución; no estamos pensando bien la evolución de los usuarios y de las obras. Los modelos de gestión, incluso de las entidades de gestión, no se corresponden con la diversidad inmensa de obras y de usuarios que la propia sociedad de la información permite. No se puede tratar igual Soldados de Salamina, que lo han leído 200.000 personas y me parece excelente, que un artículo científico sobre una cuestión especializadísima, que debe ser leído por 200 personas en todo el mundo. Esa dificultad de diferenciar o este afán de estandarizar los conceptos creo que no se corresponde demasiado con lo que va a pasar.

[Fecha de publicación: octubre de 2002]

Directiva europea sobre derechos de autor en la sociedad de la información:
http://europa.eu.int/scadplus/leg/es/lvb/l26053.htm
ElcomSoft:
http://www.elcomsoft.com
International Registry of Artists and Artwork (IRAA):
http://www.iraaregistry.org
Ley de la propiedad intelectual:
http://www.mcu.es/Propiedad_Intelectual/indice.htm
Portal Latino:
http://www.portalatino.com
Sociedad Digital de Autores y Editores (sDae-Atrium):
http://www.sdae.net
Sociedad General de Autores y Editores (SGAE):
http://www.sgae.es
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI):
http://www.wipo.int/index.html.es
Tratado de la OMPI sobre derechos de autor:
http://www.wipo.org/treaties/ip/performances/index-es.html
Tratado de la OMPI sobre derechos conexos:
http://www.wipo.org/treaties/ip/performances/index-es.html