Número 65 (abril de 2017)

Mi vida criminal en dos horas: Breaking Bad, 'supercuts' y el montaje audiovisual como reimaginación

Antoni Roig

En estas últimas semanas ha llamado la atención entre los internautas aficionados al cine y las series la noticia de una película sobre la prestigiosa serie de AMC Breaking Bad (2008-2013). La particularidad es que no se trata realmente de un nuevo film, sino de un ambicioso y complejo proyecto de montaje de dos cineastas y fans franceses para conseguir condensar las 5 temporadas de la serie en una duración propia de largometraje. Un nuevo ejemplo de algunas de las sorprendentes formas con que algunos fans trabajan y juegan sobre los materiales que les obsesionan. 

Parece ser que los seguidores de Breaking Bad han tenido que invertir un total de un día, veintitres horas y treinta y dos minutos de su vida en esta serie, tiempo que la mayoría considera muy bien invertido. Pero muchas más horas pasaron Gaylor Morestin y Lucas Stoll revisando del derecho y del revés la serie, sus personajes, las tramas y los arcos narrativos para llevar a cabo el experimento de convertir casi 3.000 minutos en un poco más de 127. Teniendo en cuenta las reacciones tras la publicación de este supercut en Vimeo, y pese a las lógicas opiniones contrapuestas, parece haber un acuerdo en que Breaking Bad: The Movie es un buen trabajo que hace justicia a una serie ya mítica, aunque deje a la vez a los fans con un cierto regusto amargo, ya que inevitablemente deja en el aire muchas preguntas, momentos de impacto, subtramas y personajes secundarios. 
 
Lo que me interesa comentar en este artículo es cómo Breaking Bad: The Movie se vincula a una larga y enorme tradición de la remezcla y más concretamente, el trabajo de los fans sobre el material original de películas o series de televisión. Las finalidades de estas apropiaciones o manipulaciones generadas por usuarios son muy diversas y en general dan pie a vídeos de corta duración. Entre los formatos más populares tenemos los resúmenes de temporadas o capítulos hechos por fans (recap), la combinación y juego de contraste de diversos productos culturales en un único vídeo (mashup), los vídeos paródicos a partir de efectos como el cambio de diálogos, introducción de comentarios en off sobre la imagen o la manipulación de situaciones (spoofs), el efecto de combinar narrativamente personajes y situaciones de productos culturales distintos (crossovers), convertir las imágenes en la base para un videoclip (vids), crear falsos tráilers (fake trailers) que pueden parodiar los estereotipos del formato del tráiler o incluso jugar a cambiar el tono o el género del film, los trabajos que reeditan con alguna finalidad un producto ya terminado (re-cut), y también vídeos que se centran en un tema, una frase, una situación o un personaje recurrente tomando como fuente varios episodios o filmes de una saga (supercuts). Es concretamente el supercut lo que se encuentra en el origen de Breaking Bad: The Movie, llevándolo un paso más allá: en este caso, seleccionando entre cientos de escenas las que consideran adecuadas para dar sentido y fluidez a una historia. Un resumen, sí, pero en sus propios términos. 
 
¿Para qué puede servir un supercut? En este caso, en primera instancia como homenaje y ejercicio de estilo de condensación narrativa a través del montaje por parte de sus autores. Por eso se toma como base una serie altamente serializada (con otros casos clásicos como Lost o Game Of Thrones), donde cada capítulo contribuye a un arco narrativo global, en contraposición a otros con episodios más autocontenidos, o donde no resulta tan importante que se avance hacia una resolución cerrada. También sirve como punto de entrada a nuevos posibles seguidores que no tengan el tiempo para sumergirse en la serie completa. Y en otros casos, en la tradición del supercut, podría servir para centrar la atención en aspectos o tramas determinadas que quedan diluidos en la serie en su conjunto, por ejemplo explorar las relaciones entre determinados personajes o centrar la atención exclusivamente en aquellas tramas serializadas de series que combinan arcos narrativos amplios con episodios autónomos. 
 
Considero que el supercut podría suponer una interesante forma de re-empaquetar productos ya amortizados y que podrían resultar un atractivo trabajo de curación de contenidos para el público. El supercut nos permitiría por ejemplo  seguir con mayor continuidad la mitología de series como X-Files o Fringe, o un conflicto clave subyacente pero intermitente en una serie como por ejemplo The Mentalist, por poner solo algunos ejemplos que me vienen a la cabeza intuitivamente. Pero lo más habitual es que los supercuts queden como práctica en manos de los fans, a pesar de que, como posiblemente ya habréis supuesto, implican una clara infracción de los derechos de autor. De hecho, todas las prácticas mencionadas anteriormente pueden incurrir en el mismo problema, excepto los que se pueden acoger dentro del derecho a la libertad de expresión, como es el caso de la parodia. Pero habitualmente los propietarios no entran en conflictos legales si no hay explotación comercial, ya que se trata de producciones en general de corta duración y que no entran en competencia directa con posibles formas de explotación comercial. En cambio, Breaking Bad: The Movie, u otras formas similares de supercuts, pueden ser más conflictivas precisamente porque ofrecen productos con mayor potencial comercial. No es de extrañar por tanto que el film haya desaparecido de Vimeo e incluso de la web de los autores, a pesar del disclaimer que se puede encontrar en la web y que vincula el proyecto con la —en esta ocasión bastante discutible— categoría de uso justo. 
 
Disclaimer
 
A estas alturas no sabemos si habrá alguna forma legitimada o por lo menos tolerada de poder ver y analizar Breaking Bad: The Movie o si se tratará de otro proyecto perdido. En cualquier caso, sirva este artículo para reivindicar el supercut y otras prácticas similares, que exigen un profundo conocimiento del producto cultural que toman como punto de partida y piden muy altas competencias en todos los aspectos relacionados con el montaje. Y que como espectadores nos proporcionan una nueva mirada, un nuevo estímulo para acercarnos a un producto que considerábamos familiar o simplemente demasiado "grande" para entrar en él. 

 

Cita recomendada

ROIG, Antoni. Mi vida criminal en dos horas: Breaking Bad, 'supercuts' y el montaje audiovisual como reimaginación. COMeIN [en línea], abril 2017, núm. 65. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n65.1723

televisión;  fandom; 
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