Conferencia
Oportunidades para los profesionales de la información[*]
Adela d'Alós-Moner

Presidenta del Colegio Oficial de Bibliotecarios-Documentalistas de Cataluña
cobdc@cobdc.org


Resumen:

Si partimos de la base de que la sociedad de la información o del conocimiento la conforman sólo unos pocos países desarrollados, veremos que estos conceptos se utilizan demasiado a menudo con mucha ligereza, ante una realidad mundial aterradora. En Cataluña, por ejemplo, todavía no podemos hablar de sociedad de la información. Por un lado, la formación en las tecnologías de la información no llega a todas las capas de la población y sería preciso fomentarla más en las escuelas y entre la población de mediana edad, con mucha vida laboral por delante. Por otro, las organizaciones y la Administración pública en particular, con un sistema anquilosado y poco innovador, no ayudan a garantizar la igualdad de acceso a la información. En esta nueva sociedad del conocimiento, en que el capital intelectual desempeña un papel clave, la Red gana poder día a día y los cambios se suceden de forma más rápida, los profesionales de la información tienen unos nuevos ámbitos de trabajo, con unas funciones que han pasado de la catalogación de documentos a la consultoría en las empresas, gestionando las tecnologías de la información con el fin de ahorrar tiempo. Dentro del ámbito del Colegio de Bibliotecarios-Documentalistas de Cataluña, a lo largo de la historia se han hecho muchos esfuerzos para evolucionar. En estos momentos, el objetivo básico es renovar la imagen de los profesionales de la información, mediante una decidida campaña de información, abrir nuevas oportunidades profesionales e intentar que los mismos profesionales adquieran nuevos compromisos para con las organizaciones donde trabajan y para con la sociedad.




1. Sociedad... ¿de la información?

La pregunta del millón: ¿Estamos en una sociedad en cambio o en un cambio de sociedad? Yo diría que estamos en un cambio de sociedad, pero dejad que me ponga piedras en los bolsillos. Querría ser un poco crítica con el uso que se hace de los términos sociedad de la información, sociedad del conocimiento y nueva economía, sobre todo cuando se hace referencia a aspectos más sociales y políticos, ya que estoy profundamente convencida de la importancia de la información y del conocimiento en las organizaciones.

Para empezar, me gustaría cuestionar algunas cosas. ¿Sociedad de la información o sociedad de la manipulación informativa? ¿Cómo podemos hablar de sociedad de la información cuando todas las cadenas de televisión italianas están en manos de una sola persona? ¿Cómo podemos hablar de sociedad de la información cuando el otro día en un artículo de un periódico se afirmaba que un porcentaje importantísimo de los norteamericanos cambiaban de pensamiento sólo por una intervención en televisión de Colin Powell? Es evidente que nos encontramos con más información de la que podemos digerir, pero, sobre todo, con temas profundamente preocupantes de manipulación informativa a escala global, social, política y económica, con todo lo que eso conlleva.

¿Sociedad del conocimiento? El otro día leía los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que indican que una vaca europea consume al día lo que gastan 3.000 niños en África. Es evidente que estamos en una sociedad con muy poco conocimiento. Si liquidamos todos los recursos naturales significa que estamos en una sociedad con muy poco conocimiento. Es indudable que vivimos una nueva era, pero me gustaría dar estas pequeñas pinceladas críticas sobre estas palabras que se usan con mucha ligereza.

En el año 1967, cuando la televisión hizo su explosión y empezó a aparecer en las casas de un modo más masivo, Marshall McLuhan habló de la aldea global: un hecho sucedía en un lugar del mundo y simultáneamente en el resto del planeta se veían esas imágenes. ¿Esta aldea global es de la información o de la pobreza? Os lo pregunto sinceramente. Ya no hay pobreza sólo en el Tercer Mundo, en África, en América Latina o en Asia, sino que esta realidad será cada vez más grave y preocupante en nuestro contexto, en Cataluña. En estos momentos, en Cataluña un 62% de la población tiene exclusivamente estudios primarios. Y esta situación, en vez de mejorar, se agravará con la inmigración. Por lo tanto, no podemos hablar de sociedad de la información sin tener un poco los pies en el suelo. Nos ha tocado vivir en este contexto, que yo cuestiono en muchos aspectos. Cuando menos, tengamos presente que a veces se habla con una excesiva frivolidad, como si todos viviéramos en esta sociedad de la información y del conocimiento.

Más datos: el 15% de los países del mundo puede hablar de sociedad de la información. El 50%, posiblemente, podrá hablar de ello en el futuro, pero no ahora, y un 35% quedará completamente fuera de este contexto durante muchos años. Para daros otro dato, el 80% de la población del mundo no tiene teléfono. Antes le enseñaba a Agustí Canals, director de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, un libro muy recomendable. Se titula Si el món fos un poblet: un llibre sobre la gent del món ("Si el mundo fuera un pueblecito: un libro sobre la gente del mundo"). Hace un símil de un mundo donde hay 100 habitantes. Con este símil, ves que de los 100 habitantes del mundo, 16 o 17 tienen teléfono, y sólo 7 tienen ordenador. Por lo tanto, estamos en un mundo con unos desequilibrios profundos. Insisto, no sólo en el extranjero, sino en la misma realidad de Cataluña.

2. Cataluña y la sociedad de la información

Yo diría que hoy en Cataluña no podemos hablar de sociedad de la información, ya que echo en falta varios elementos, como una visión real, un cambio cultural, un cambio de base en las organizaciones. Las tecnologías de la información avanzan muy rápidamente y exigen un cambio de fondo en las organizaciones. En cambio, las organizaciones son muy viejas, están anquilosadas, jerarquizadas, y los directivos son reticentes, tienen miedo al cambio y a dar poder a las personas que trabajan en las organizaciones.

Dejad que sea crítica con la Administración; he trabajado en ella muchos años, de hecho, soy funcionaria excedente. La Administración pública no ha realizado la revolución copernicana, no está al servicio del ciudadano ni del crecimiento de la empresa, sino que parte de la base de que el ciudadano, y sobre todo la empresa, existe para mantener su statu quo. No es una administración que se ha puesto al servicio del crecimiento económico y de las personas. Ésta es al menos mi opinión.

Hay muchos profesionales, y no me refiero a ningún colectivo concreto, que se resisten en gran medida al cambio. Hay colectivos profesionales, como por ejemplo el Colegio de Ingenieros Técnicos, que están muy atentos a la necesidad de trabajar con una visión más transversal, de trabajar mucho más con otros colectivos, de interactuar más, pero, en general, la mayor resistencia en las organizaciones se da por parte de los profesionales y de los técnicos, y no tanto por personas de otros ámbitos, como pueden ser los administrativos. Por lo tanto, el profesional tiene que cambiar profundamente.

2.1. Formación en las TIC

En lo que concierne a la formación, no tenemos una población formada en relación con las oportunidades que dan las tecnologías de la información. Aquí creo que las escuelas desempeñan un papel decisivo; tendrían que cambiar su forma de trabajar y no hacer como ahora, que montan aulas informáticas desvinculadas de la biblioteca de la escuela, cuando todo debería estar plenamente integrado. El alumno ha de saber buscar en una enciclopedia de papel y en una enciclopedia en línea con la misma facilidad. Entendemos que la dicotomía que se da en las escuelas es equivocada. Esta formación también debe darse mediante la red de bibliotecas públicas, que garantiza la igualdad de condiciones y de oportunidades a toda la población.

Dejadme dar otro dato. Hay una previsión que dice que hasta el año 2008 se calcula una disminución de tres millones de nuevas entradas en el mundo laboral, por lo tanto, de gente joven que no entra en el mundo laboral. Por el contrario, se prevé que sí que habrá casi diez millones más de personas mayores de cincuenta años. La apuesta por la formación en las TIC debe concentrarse, por un lado, en la gente joven, mediante la escuela, pero sobre todo en las personas de mediana edad, que pueden quedar absolutamente descolocadas y marginadas dentro del mundo laboral. Me refiero a las personas que ahora tienen entre cuarenta y cincuenta años y que se encuentran en un punto crítico. Ya tienen algunos años y no a todos les puede ser fácil entenderse con una máquina y moverse con cierta facilidad en este entorno. Un informe de la Unión Europea recomienda que se dediquen muchos esfuerzos a formar personas entre los veinticinco y los cincuenta años, que hoy están en pleno proceso productivo y a los que todavía les quedan entre quince y veinte años de vida laboral. Debemos apostar en este sentido y alcanzar este nivel de formación.


2.2. Igualdad de acceso a la información

No hay una igualdad de acceso a la información. Os pondré un ejemplo, quizás un tanto absurdo. Ayer, cuando salía de una reunión, pensé que era una privilegiada. Si quisierais invertir, os recomendaría ir a una zona horrorosa de Barcelona, que es la parte de abajo de la circunvalación del parque de la Ciudadela. Aquello es un infierno, no tiene ningún tipo de encanto. Ayer me enseñaron el Plan general metropolitano que se acaba de aprobar, y esa zona se convertirá en un lugar paradisíaco de Barcelona en tan sólo seis o siete años, como mucho. Desde el parque de la Ciudadela se podrá ir andando hasta el mar por un parque, y aquella vía tan fea desaparecerá. Es evidente que aquel plano del Plan general metropolitano, que yo tuve la oportunidad de ver ayer, también lo han visto algunos inversores, pero no todos. Por lo tanto, hay personas que tienen más información y más oportunidades que otros. No hay transparencia en la información ni estamos en las mismas condiciones de acceso.

¿Qué contenidos hay en la Red sobre Cataluña? No hay nada, hay poquísima información. Quien tiene más información es la Administración pública, que guarda como oro en paño todos los informes que encarga sobre la situación medioambiental, el uso de las drogas, la extensión de Internet en Cataluña, etc. Todos se quedan en un cajón. Es una administración poco transparente, que no pone este conocimiento colectivo al servicio de todos, en beneficio del crecimiento de la sociedad. En las VIII Jornadas Españolas de Documentación que la FESABID organizó en Barcelona, un profesor de ESADE dijo que, según un estudio europeo, España era uno de los países con peores condiciones para poder gestionar el conocimiento como país, muy por debajo de Portugal. Podríamos tener mucha información, en catalán y en castellano, porque no todo el mundo entiende inglés, sobre aquello que sucede en nuestro entorno, pero no la tenemos en gran medida porque la Administración, sin ser el único culpable, no la pone a la disposición de todo el mundo. Y cuando hablo de Administración, no hablo de una administración en concreto. No se ha hecho la revolución copernicana en la Administración, todavía tenemos los tics de una administración napoleónica.

Hay otro tema preocupante, que es el de la red de telecomunicaciones. No sé si todo el mundo conoce el tema, pero inicialmente la Generalitat lanzó un concurso público a todos los operadores para que cablearan Cataluña. La realidad es que los operadores han perdido millones año tras año y se ha llegado a una situación bastante previsible, que ya había sucedido en otros países europeos como Suecia o Finlandia. La misma Administración ha acabado invirtiendo para que haya una red que llegue a todas partes y no cree ciudadanos de primera y de segunda en Cataluña, y ha tenido que invalidar los concursos de los operadores. Si hoy día la situación en toda Finlandia es tan buena en cuanto a la red de telecomunicaciones no es por casualidad. Aparte de Nokia, que ha desempeñado un papel importante, la Administración finlandesa, hace cinco o seis años, realizó grandes inversiones para que nadie se quedara fuera de la red. Aquí todavía tendrán que pasar algunos años para encontrarnos en una situación "normalizada".


2.3. Nuevas iniciativas

Otro aspecto muy importante y muy necesario es potenciar las ideas y las iniciativas nuevas. Todavía hay muy poco capital de riesgo por parte de la Administración, que sólo apuesta por proyectos de una cierta envergadura, mientras que los bancos y las cajas ofrecen unas financiaciones draconianas. De alguna manera, se ponen trabas a sacar adelante proyectos o ideas innovadoras, los cuales se potencian muy poco. Es decir, hoy día en Cataluña todavía estamos lejos de poder hablar de sociedad de la información.


3. Rasgos de la sociedad del conocimiento
3.1. El capital intelectual

Cuando se empezó a hablar de la nueva economía, Steward afirmó en 1997: "El conocimiento es el factor más importante de la vida económica. No son los recursos materiales, ni las máquinas, ni el capital financiero. El capital intelectual es el bien más indispensable para las organizaciones". Cuando se habla de capital intelectual, se incluyen muchas cosas, como las marcas y las patentes, pero uno de los elementos clave es el conocimiento que poseen las personas. Las organizaciones deben ser capaces de reunir este conocimiento, incorporarlo a los procesos y reutilizarlo dentro de la misma empresa.


3.2. El poder de la Red

¿Qué elementos hay en esta nueva sociedad? Uno de estos elementos es evidentemente la Red y la independencia de las distancias. Todos vivimos las fantásticas manifestaciones del día 15 de febrero, estando de acuerdo o no con ellas. Yo estaba de acuerdo con la protesta, aunque todas las opiniones son respetables en este sentido. Lo que pasó el día 15 de febrero fue único. Millones de personas, en todo el mundo, se manifestaron masivamente sin que nadie las convocara, ya que la convocatoria se hacía por la Red de una manera absolutamente informal. En Roma, salió un millón de personas a la calle, a pesar de que todas las televisiones son de Berlusconi, que evidentemente estaba en contra de dichas movilizaciones. Por lo tanto, yo diría que fue posiblemente una de las manifestaciones más claras, a mi entender en positivo, del poder de la Red, en la medida que dio poder a las personas que no tienen los órganos de poder en sus manos. La distancia que hubo en aquel momento entre el poder instituido y la gente de la calle fue inmensa, y yo entiendo que Internet contribuyó a ello de forma decisiva, mediante canales de comunicación informales. Posiblemente, fue la primera vez que esta herramienta, tan a menudo denominada interactiva y que da poder a dos bandas, de abajo a arriba, sirvió para manifestarse de manera tan global en todas partes.


3.3. El cambio constante

Debemos hablar también de otro aspecto muy importante: los ciclos de vida. Cada vez la vida personal es más larga, se vive más. Por el contrario, el ciclo de vida de los productos y de los servicios es más corto. Por lo tanto, dentro de un ciclo de vida muy largo, hay ciclos de vida muy cortos. Ello supone la necesidad de ser muy ágil y receptivo a los cambios y que deba optarse, a lo largo de la vida, por nuevas profesiones y nuevas tareas. Es decir, puede acabarse la licenciatura de la UOC en Documentación o Comunicación, pero luego, a la hora de la verdad, a lo largo de la vida, las opciones laborales serán diferentes y posiblemente deberán hacerse nuevas tareas que no se habían estudiado en la UOC. Los ciclos de vida de los productos y de los servicios son muy rápidos, y todavía más los de la tecnología que va asociada a ellos.

Si antes las organizaciones planteaban su estrategia a cinco o seis años vista, hoy se habla de dos, tres años como máximo. Pensar estratégicamente cómo deben hacerse las cosas ya no es sólo tarea de los directivos, sino de todos aquellos que están en la organización. Estaremos mejor situados en la organización en la que trabajamos si somos capaces de contribuir estratégicamente a su avance e innovación. No obstante, estas nuevas formas de trabajar topan con unas organizaciones antiguas, con un ancien régime. Así pues, muy a menudo las tecnologías se encorsetan en viejos procesos, en estructuras del pasado y no aprovechan la ocasión para repensar y mejorar estos procesos.


3.4. Nuevos ámbitos y funciones para los profesionales de la información

Hemos pasado de tener poca información a tener mucha información. El problema del tiempo que se dedica a poder estar al día es cada vez más crítico e importante para las organizaciones. Un papel muy importante de los documentalistas es precisamente contribuir a ahorrar tiempo. Todas las horas en que un ingeniero trabaja tienen un coste para la empresa. Si el documentalista es capaz de reducir una hora a una cuarta parte, ello tiene un impacto en el recuento de resultados de la empresa, porque recupera unos costes. Estoy convencida de que la contribución de los profesionales de la información para ahorrar tiempo será uno de los temas más importantes dentro de las organizaciones, con tareas consistentes en filtrar información, darla sintetizada, señalar aquello que es realmente importante y aquello que es secundario. Hoy es un tema crítico, pero lo será, sin duda, mucho más en poco tiempo.

Haré una pequeña referencia a nuestra visión de los nuevos ámbitos y funciones de los profesionales de la información. Tradicionalmente, se actuaba en las bibliotecas públicas, en la universidad, en las administraciones, en los hospitales. Hoy surgen nuevas oportunidades, entre las que hay empresas de tecnologías de la información, el sector financiero, empresas de seguros, el ramo de la alimentación y un sector clave cada vez más importante, el sector químico. Si hablamos de funciones, hemos pasado de seleccionar y catalogar documentos a seleccionar recursos electrónicos, a indexar recursos electrónicos, a formar en tecnologías de la información, a aportar valor añadido a los recursos, a planificar servicios, a gestionar el conocimiento en las organizaciones, a auditar la información en las organizaciones, a ser consultores dentro de la organización.

Por ejemplo, cuando se habla de intranets, siempre se relacionan con la informática. Es posible que el departamento informático pueda dar respuesta a ello, porque se trate de un departamento con una visión global de la organización, que interactúe con todos los departamentos, que sepa trabajar en equipo..., pero no siempre es así. A veces los departamentos informáticos están muy cerrados en sí mismos, y aportan soluciones tecnológicas sin haber hecho un trabajo previo de análisis de las necesidades. Un porcentaje muy importante del fracaso de las intranets es debido precisamente a eso. Se ha montado una intranet sin haber realizado un análisis de las necesidades. Así pues, se ha hecho una inversión en tecnología, en hardware y en software, pero la herramienta final no es operativa y, por lo tanto, no se utiliza.

Cada vez más, los directivos desearían tener a alguien en la empresa que pudiera ayudarlos. Si formamos un triángulo, en un vértice está el directivo, en otro, el servicio informático, y en el otro vértice tiene que haber alguien que entienda al directivo y los objetivos de la organización, y que al mismo tiempo sepa hablar con los informáticos y sepa discernir qué propuestas pueden tener un impacto y ser válidas y cuáles es mejor dejar para una segunda fase. Por lo tanto, esta función de consultor dentro de la propia organización es muy importante. Si hablamos de la Administración, con la que yo he trabajado muy directamente, ésta es una función clarísima. ¿Qué ha hecho posible que las administraciones locales hagan las tramitaciones electrónicas en línea? La biblioteca pública. ¿Qué ha hecho posible que unas ordenanzas estén en línea y todo el mundo las entienda? ¿Qué ha hecho posible que un presupuesto sea accesible a la población de una manera inteligible, no sólo para los economistas? La función de la biblioteca pública, en lo que concierne a la Administración pública en línea, es clave, ya que ha realizado una labor de consultora dentro de la organización que tendría que promoverse, y que en muchos casos se está perdiendo.


4. El Colegio Oficial de Bibliotecarios-Documentalistas de Cataluña
4.1. Breve reseña histórica

A continuación comentaré el ámbito del Colegio Oficial de Bibliotecarios-Documentalistas de Cataluña. En la base de lo que hoy somos, que es el fruto de muchos años, hay dos elementos clave: la formación y el asociacionismo. También explicaré alguna anécdota relacionada con personas mayores, pero que he vivido muy directamente. En cuanto a la formación, me gusta mucho hacer referencia al año 1915. Si leéis los escritos de la Mancomunidad de 1915, veréis que tenían una visión de futuro increíble. Dicen que la base de la sociedad tiene que sustentarse sobre dos pilares, que son la escuela y la biblioteca pública, como garantía del acceso a la información para todo el mundo. Hablamos del año 1915. Si hoy día leemos los documentos del Gobierno finlandés sobre las bases en las que debe sustentarse la sociedad de la información, vemos que afirman que los dos ejes principales son la escuela y la biblioteca pública, y han pasado cien años. En 1915, hablábamos de una sociedad industrial y ahora de una sociedad de la información. No tienen nada que ver, pero continúan teniendo los mismos pilares. El otro día hablábamos de inteligencia competitiva y de vigilancia tecnológica con Ramon Maspons, profesor especializado en estos temas, y comentaba que no puede haber innovación en la universidad ni en la empresa si no se establecen las bases al principio, es decir, en la escuela y en la biblioteca pública.

En 1915 se tuvo una visión de futuro muy importante y también se creó la Escuela de Bibliotecarias. Ahora esta denominación puede hacer reír, se ve como algo obsoleto, pero en aquel momento no lo era, en absoluto. De entrada, iba dirigida a la mujer y también a asentar las bases del futuro de la sociedad. Os daré otro dato. Actualmente hay cerca de mil quinientos millones de analfabetos en el mundo, de los que dos terceras partes son mujeres. Por lo tanto, tiene un valor muy importante la creación de esta escuela en 1915. Fue la primera escuela de bibliotecarias de la Europa continental; la otra estaba en Inglaterra. En aquel momento, los profesores tuvieron que ir a Estados Unidos para formarse, fue una escuela muy innovadora en aquella época. Paso los años muy rápidamente. En 1982, la Escuela se adscribe a la Universidad de Barcelona. Es la primera de España en hacerlo. Con la aplicación de la reforma universitaria, empiezan los estudios de licenciatura. En 1992 tiene lugar el decreto de creación de la licenciatura, que empieza en el curso 1994-1995. La primera promoción es de junio de 2000 en la Universidad de Barcelona. Más tarde, se ofrece la licenciatura en la Universidad Autónoma de Barcelona, en la UOC, y parece que la Universidad de Vic también está interesada en ofrecerla.

Ha habido una serie de asociaciones que han impulsado todos estos cambios. Todo ello no ha sucedido porque sí. Recuerdo los años en que se trabajaba para que la Escuela, que dependía de la Diputación, pasara a ser reconocida como universitaria. Esto se promovió desde la asociación profesional. La primera asociación existió desde 1931 hasta 1939, y se llamaba Escuela de Bibliotecarias. Diez años más tarde, con el posfranquismo, se denominó Asociación de Ex alumnos, y posteriormente se convirtió en la Asociación de Bibliotecarias. Hasta la década de los setenta en la asociación sólo podían estudiar mujeres. Como anécdota, recuerdo que en 1975, junto con Montserrat Llobet, que ahora trabaja en TV3, fuimos con una escalera a la una de la madrugada a sacar la "a" del letrero de bibliotecarias. Ahora esto parece ridículo, pero si te detenían eran tres días en comisaría, y entre seis meses y seis años en prisión. Ahora ya hay chicos que estudian esta carrera, pero recordaré toda mi vida aquella noche. No puedo dejar de recordarla, porque cuestionamos por qué allí sólo podían estudiar mujeres. No digo que fuéramos las heroínas de la historia; el tema ya se cuestionaba y aquel hecho acabó precipitándolo. Al cabo de un par de años, se abrieron los estudios al sexo masculino.

En 1985 la asociación pasó a ser un colegio profesional, y en diciembre de 1997 el Colegio y la Sociedad Catalana de Documentación e Información (SOCADI) decidieron fusionarse. El Colegio estaba integrado por personas que trabajaban en la universidad y en la biblioteca pública, mientras que la SOCADI aglutinaba a los profesionales de la empresa privada. Con esta fusión, se produjo un salto cualitativo y un enriquecimiento como colectivo muy importante. Hace tan sólo un año, en abril de 2002, los ingleses hicieron exactamente lo mismo. Un año antes lo habían hecho los alemanes y los australianos. Es decir, esta tendencia está cada vez más extendida.

¿Qué diferencia existe hoy entre una biblioteca pública y una biblioteca universitaria? Los recursos electrónicos y de información son los mismos. Pueden tener diferencias, porque atienden a sectores de la población diferentes, pero el estudiante universitario también es público de la biblioteca pública. Cada vez más, la distancia entre estas dos bibliotecas se acorta, ya que pueden ofrecer servicios más similares y coinciden en un sector del mercado.

Actualmente, el 95% de los miembros de la SOCADI se ha integrado a un colegio que aglutina diplomados, licenciados y profesionales que provienen de otras titulaciones. Esto es importante destacarlo. Hay médicos, químicos, profesionales con otras titulaciones que trabajan en el ámbito de la documentación. Jugamos con la ventaja de ser un colegio, y para ser colegiado de pleno derecho hace falta una diplomatura o una licenciatura, pero al mismo tiempo somos una asociación. Cualquier persona que trabaje en el sector, independientemente de su titulación, puede ser miembro asociado del colectivo, que ahora suma 1.800 personas.


4.2. Objetivos

Muy brevemente, comentaré los cuatro objetivos que planteamos a la junta de hace cuatro años:

a) Ser unos profesionales más capacitados.

b) Proyectar una imagen dinámica de la profesión.

c) Interactuar con otros profesionales y colectivos.

d) Intensificar los servicios.

Partimos de la base de que seremos realmente útiles a los colegiados si somos útiles a la sociedad, no al revés. Antes en el Colegio había un vocal de defensa de la profesión y lo suprimimos. No tenemos que defendernos de nada. Si demostramos que podemos servir y aportar valor, las organizaciones reconocerán nuestra labor, no hay otra vía. No es la titulación lo que cuenta, aunque también es importante, sino la aportación como profesional.


4.2.1. Cambio de imagen del profesional

En cuanto a la información y al conocimiento, ¿dónde estamos los profesionales? El Colegio ha realizado acciones para averiguarlo. Almorzamos con personas de la prensa, (asistieron representantes de todos los diarios), visitamos empresas de recursos humanos, y a todos les preguntamos cómo nos veían. Las respuestas son durísimas. Desde "no existís", "sois invisibles", hasta "no sabemos exactamente qué es lo que hacéis", "no sabemos para qué servís". Éste es el panorama con el que nos encontramos. En otros casos, tenían una imagen muy pobre de lo que podemos aportar.

Con motivo de las VIII Jornadas Catalanas sobre Documentación, que se celebraron en noviembre de 2001 y que reunieron a unos sesenta profesionales, hicimos una lluvia de ideas a partir de tres preguntas: ¿Cuál es la imagen que la sociedad tiene de nosotros?, ¿qué imagen crees que debemos transmitir?, ¿cómo crees que podemos transmitir esta nueva imagen? Estas tres preguntas nos ayudaron a sistematizar luego una serie de acciones que hemos ido llevando a cabo.

A largo plazo queremos transformar la imagen social del bibliotecario y del documentalista. El mismo nombre ya es perverso, encorseta mucho y, por tanto, no ayuda demasiado. No obstante, es el nombre de las titulaciones. Hay una diplomatura de bibliotecario documentalista y una licenciatura de documentalista. Así pues, estamos ligados a unas titulaciones, que representan un corsé, pero son las que tenemos.

A corto plazo, queremos incentivar el interés para que nos contraten, y este trabajo lo realizamos con empresas de selección de recursos humanos. Otro elemento muy importante es ampliar el abanico de posibilidades, es decir, que las organizaciones vean que somos capaces de hacer muchas más cosas de lo que se piensan. La intranet, por poner un ejemplo. ¿Quién es el responsable de crear una intranet en una organización? Debe hacerlo un equipo de trabajo, del que podemos formar parte, o incluso podemos coordinarlo perfectamente. Por lo menos, es importante estar en este equipo de trabajo. Tiene que haber servicios informáticos, recursos humanos, organización, pero quien más sabe de contenidos y de estructuración de contenidos somos nosotros, estoy convencida de ello. Tienen que ver que podemos aportar nuestros conocimientos e interactuar positivamente con otros colectivos.


4.2.2. Trabajo transversal

¿Cuál es nuestro enfoque? Por una parte, interactuamos con otros colectivos, hacemos actos conjuntos, los invitamos a nuestras jornadas. Esto es importantísimo. En las Jornadas Españolas sobre Documentación, los participantes de las mesas redondas eran gente nueva, lo que se ha valorado en general de forma positiva. Es muy importante que otros colectivos participen en nuestros actos y que haya más osmosis entre colectivos.

También hemos establecido acuerdos de colaboración con la Asociación de Técnicos de Informática, con IQUA (Agencia de Calidad de Internet) y con el Foro 2004. Además, hacemos seminarios y cursos de interés para otros colectivos, como fondos de recursos de información en derecho, que difundimos a los bufetes de abogados, y recursos de información en farmacología, junto con el Colegio de Farmacéuticos. Por lo tanto, hay mucha transversalidad. Si escribimos artículos en la prensa, intentamos que no hablen de bibliotecas ni de centros de documentación. Recuerdo uno que salió publicado en La Vanguardia, el 7 de febrero del año pasado, en la sección de "Internet y Tecnología", titulado "Aviso a navegantes", que hablaba de la ley de la sociedad de la información y del comercio electrónico que se iba a aprobar. La palabra biblioteca o centro de documentación no aparecía por ningún sitio, sólo en la firma. Casualmente, un locutor de radio matinal lo escogió como artículo del día. Es evidente que también hablamos de documentación y bibliotecas, porque es nuestro ámbito, pero es importante saber hablar de otros aspectos que afectan a la sociedad y las organizaciones, sobre las que también podemos decir muchas cosas. Ésta ha sido otra línea de acción. También hemos elaborado un díptico, que nos está ayudando mucho. De hecho, son dos dípticos, uno de color negro enfocado a la empresa y otro de color marrón enfocado a la Administración y a organizaciones sin ánimo de lucro. Estos dípticos, aparte de dirigirlos a los responsables de recursos humanos y a los gerentes de muchas organizaciones, también los trabajamos con las empresas de recursos humanos, para que vean qué puede aportar hoy un profesional de la información.


4.2.3. El profesional comprometido

Debemos preguntarnos qué contribución hacemos a la organización en la que trabajamos. No se trata de llegar al trabajo a las ocho o las nueve, poner en marcha el ordenador, hacer la faena, apagar el ordenador e irse. ¿Qué impacto tiene mi trabajo en la organización? Éste es el tema clave que hemos de formularnos. Creo que el profesional de la información debe desempeñar un papel importante en este escenario; debe ser actor sin llegar a protagonista, ya que el trabajo en equipo es extremadamente importante y no se trata de ganar medallas.

Para llegar a tener esta función, el profesional debe adquirir un par de compromisos. El primero, con la empresa o con la organización en general. Debe tener una visión amplia de la empresa, conocer muy bien hacia dónde va, cuáles son sus objetivos, el entorno, el contexto. Debe comprometerse con los objetivos, implicarse en el trabajo en equipo. Cada vez se es más sensible a este compromiso con la empresa, pero en cambio se deja de lado el segundo compromiso, que también es extremadamente importante. Se trata del compromiso con la sociedad. Es decir, ¿las personas que trabajamos con la información, hasta qué punto garantizamos la igualdad de acceso a la información pública? Por ejemplo, en un departamento de la Generalitat, ¿cómo contribuyen a la publicación de un informe de medio ambiente en la Red? ¿Cómo contribuimos a visualizar una información que llega en un archivo? ¿Cómo contribuimos a difundir los informes de los ayuntamientos? ¿Hasta qué punto estamos realmente comprometidos como profesionales en esta garantía de igualdad de acceso a la información, en este compromiso de una sociedad más equilibrada? ¿Hasta qué punto estamos comprometidos con el desarrollo de la mejora de la actividad económica del lugar en el que trabajamos? Muy a menudo se habla de buenos técnicos, pero debe hacerse un giro de técnico a profesional, y de profesional a consultor.

Para finalizar, dejadme decir que la tecnología tiene un papel muy perverso. Cada vez está más extendida la creencia de que si sabes moverte muy bien en el lenguaje HTML o XML, navegar, crear una Intranet o montar una web, eres un buen profesional. Sin embargo, la base de la profesionalidad pasa por una cuestión muy antigua: las personas. El trabajo tendrá sentido si está 100% orientado a nuestro cliente, tanto si es interno como externo. Hay que repensar el servicio, reinventarlo. Soy una gran admiradora de Marilyn Monroe; no sé por qué razón siempre me ha gustado, y citaré una frase suya: "Lo que más deseo en la vida es ser tratada humanamente". Por lo tanto, primero las personas y sus necesidades y luego la tecnología, las revistas digitales, el e-learning, el e-procurement y las herramientas tecnológicas que sean necesarias. ¿Qué necesitan las personas? ¿Cómo podemos anticiparnos a sus necesidades?

Para ello necesitamos un cambio personal y colectivo, saber gestionar la propia carrera profesional, saber aceptar el propio ámbito laboral y saber moverse a escala profesional y social. Yo lo veo así. Por una parte, está la persona, con unos conocimientos y unas aptitudes, y luego está la actividad profesional, que debemos saber gestionar. Tenemos que saber cuáles son nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles a fin de reforzar los fuertes y para no actuar en lo que somos débiles. Yo, como presidenta del Colegio, invito a la gente a asociarse, porque creo en la fuerza de un colectivo, además de lo que individualmente cada uno de nosotros sea capaz de hacer. Muchas gracias.




Enlaces relacionados:

Colegio Oficial de Bibliotecarios-Documentalistas de Cataluña:
FESABID (Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía, Documentación y Museística):
Catálogo colectivo de la lectura pública:
Directorio de bibliotecas públicas de Cataluña:


Para citar este documento, puedes utilizar la siguiente referencia:

ALÓS-MONER, Adela d' (2003). "Oportunidades para los profesionales de la información". En: Inauguración del segundo semestre del curso 2002-2003 de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC (2003: Bellaterra) [conferencia en línea]. UOC. [Fecha de consulta: dd/mm/aa].
<http://www.uoc.edu/dt/20253/index.html> 

[Fecha de publicación: julio de 2003]


SUMARIO
1.Sociedad... ¿de la información?
2.Cataluña y la sociedad de la información
2.1.Formación en las TIC
2.2.Igualdad de acceso a la información
2.3.Nuevas iniciativas
3.Rasgos de la sociedad del conocimiento
3.1.El capital intelectual
3.2.El poder de la Red
3.3.El cambio constante
3.4.Nuevos ámbitos y funciones para los profesionales de la información
4.El Colegio Oficial de Bibliotecarios-Documentalistas de Cataluña
4.1.Breve reseña histórica
4.2.Objetivos


Nota*:

Conferencia celebrada en el acto de inauguración de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC (segundo semestre del curso 2002-2003), que tuvo lugar en Bellaterra el 1 de marzo de 2003.