30/3/17 · Investigación

Una nueva tecnología mejora el consumo energético de las redes inalámbricas en la industria

El invento evita la sobrecarga de datos en las comunicaciones móviles de las smart cities

Las redes inalámbricas son imprescindibles para transmitir datos entre dispositivos. Las hay de diferentes tipos (Wi-Fi, Bluethooth, celulares, etc.) y cada una sufre diferentes restricciones, en consumo energético, en capacidad o en distancia que cubren. Una nueva tecnología, creada por el grupo de investigación Wireless Networks (WiNe) de la UOC, permite ahorrar energía y mejorar la eficiencia en el uso de frecuencias de comunicación. Esta solución de bajo coste es aplicable en cualquier infraestructura móvil y, sobre todo, es adecuada para los sistemas de comunicación a gran escala utilizados en las comunicaciones inalámbricas en entornos como las ciudades inteligentes, la industria, etc.

La nueva tecnología, llamada Smartclocks, mejora la transmisión de datos porque sincroniza con precisión los relojes de los dispositivos de la red y permite la emisión eficiente y sin colisiones de los datos. Así, los aparatos que se utilizan en las ciudades inteligentes, como por ejemplo las alarmas instaladas en las casas, los contadores electrónicos de agua, los sensores en obras públicas, entre otros, pueden enviar los datos en tiempo real a la nube y minimizar la congestión que provocan en la red.

UOC


Smartclocks, impulsado por los investigadores Xavier Vilajosana (director del grupo), Borja Martínez, Ferran Adelantado y Pere Tuset, funciona muy bien en las redes LPWAN (Low-Power Wide-Area Networks) que se encuentran en diferentes tipos de industrias e infraestructuras. Estas redes, con menos capacidad de transmisión que otras ‒como la Wi-Fi–, pero con un largo alcance, tienen un ancho de banda limitado, y por lo tanto, más necesidad de optimizar al máximo el tránsito de datos.

Las redes LPWAN, según un informe de Beecham Research (2015), se presentan como las grandes aliadas para la internet de las cosas (IoT) y forman parte de la infraestructura 5G que acabará conectando la sociedad en los próximos años. El estudio sitúa la aplicación de estas redes en el 26 % de la conectividad total de la IoT en el año 2020, con cerca de 345 millones de conexiones.

El invento está en proceso de patentarse en la Oficina Europea de Patentes (OEP).

Expertos UOC

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