19/6/17 · Estudios de Economía y Negocios

Solo un 7% de las pequeñas empresas españolas teletrabajan

Reducir el estrés, incrementar la productividad y permitir conciliar vida laboral y familiar son algunos de los beneficios que aporta el e-trabajo
Foto: Bench Accounting / Unsplash (CC)

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La cultura de trabajar fuera de la empresa aún está poco extendida en nuestro país. Solo un 7 % de las empresas pequeñas españolas dispone de empleados que trabajan de manera remota, fuera de la empresa y mediante tecnología, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del año 2013. Si hablamos de empresas con un mínimo de diez trabajadores, la cifra puede llegar hasta el 27 %, pero el dato aún queda lejos del de otros países europeos, especialmente los nórdicos, donde el teletrabajo es una práctica muy habitual. Los expertos aconsejan un cambio de mentalidad de las organizaciones para implantar mayoritariamente este modo de trabajo, que, entre otras ventajas, permite conciliar la vida laboral y la familiar.

Falta poco para las cinco de la tarde y un empleado de una gran empresa abandona su puesto de trabajo para ir a buscar a su hijo al colegio, aunque su jornada laboral aún no ha terminado. Se va a casa y después de dar la merienda al niño, continúa trabajando mientras el pequeño hace los deberes. Interrumpe el trabajo para jugar un rato con su hijo, lo baña, le prepara la cena y cuando ya está dormido trabaja un rato más. En un entorno laboral en el que cada vez más artilugios informáticos nos permiten conectarnos a la red en cualquier momento y desde cualquier lugar, lo que hace este trabajador no debería resultar extraño. Pero todavía son pocas las empresas en España que permiten una manera de trabajar flexible, más recientemente bautizada con el nombre de trabajo inteligente (smartworking).

Los datos sobre el teletrabajo varían en función de la fuente consultada. Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Eurofound solo el 7 % de los trabajadores españoles ejerce con frecuencia teletrabajo con movilidad y un 13 % teletrabaja ocasionalmente. Los resultados de la Encuesta europea sobre las condiciones de trabajo muestran que todavía queda mucho camino por recorrer, lo que según los expertos debería hacer reflexionar sobre la necesidad de un cambio de mentalidad si se quiere llegar a los índices de otros países europeos. «En nuestro país todavía está muy implantada la cultura del presentismo en el lugar de trabajo, por lo tanto, hace falta un cambio cultural (de los mandos medios e intermedios) y buscar el valor de trabajar por objetivos», explica Mar Sabadell, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y experta en teletrabajo y trabajo flexible. «Toda empresa, empezando por la dirección, deberá adoptar un enfoque más flexible y una cultura de confianza, y dar autonomía y ceder cierto grado de control a los trabajadores», añade Eva Rimbau, también profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y experta en teletrabajo. 


Diferencia entre trabajo inteligente (smartworking) y teletrabajo

El concepto de trabajo inteligente o trabajo flexible presenta algunas diferencias con el de teletrabajo. La profesora Sabadell explica que el trabajo inteligente es un concepto que nace para hablar de un teletrabajo que da más autonomía y margen de libertad al trabajador, quien decide, según la actividad y el momento, si resulta más conveniente y productivo trabajar desde la oficina o desde otro lugar (desde casa). Esta mayor libertad no está tan asociada al teletrabajo, que se asocia más a trabajar en la distancia y solo. Rimbau subraya que el trabajo inteligente se caracteriza por los horarios flexibles y que los jefes evalúan teniendo en cuenta los resultados y no la presencia física en el lugar de trabajo, por lo que la relación entre ambos debe ser de total confianza.


Los trabajos idóneos para el e-trabajo

Las expertas aseguran que muchos trabajos se pueden beneficiar de las ventajas del trabajo inteligente, pero este actualmente está implantado sobre todo en las profesiones y actividades que pueden mejorar sus resultados con el uso de tecnologías digitales, porque principalmente se desarrollan a partir de datos, informaciones, ideas y conocimientos. Es el caso, por ejemplo, de empresas relacionadas con la sociedad de la información y el conocimiento, servicios de consultoría, empresas tecnológicas, banca y seguros, despachos de abogados y economistas, universidades y centros de investigación, grandes empresas y administraciones públicas.

Sin embargo, las expertas subrayan que todavía existen grandes diferencias entre las organizaciones, en función de sus dimensiones. Por ejemplo, según la Encuesta sobre el uso de TIC y del comercio electrónico en las empresas, del INE, correspondiente al primer trimestre de 2016, cerca de un 36 % de las empresas con menos de diez trabajadores facilitaba a su plantilla acceso remoto al correo electrónico, a documentos de trabajo y a las aplicaciones de la empresa, mientras que para las que tienen más de 250 trabajadores, la cifra asciende hasta el 92,5 %. Mar Sabadell apunta que las diferencias se deben, entre otros factores, a que las pequeñas generalmente tienen menos recursos, personales y económicos, para afrontar el cambio. «Teletrabajar en buenas condiciones obliga a hacer una inversión en infraestructura y formación que permita que evolucionen las herramientas, las técnicas de trabajo y la gestión de los recursos humanos, de acuerdo con la estrategia de cambio organizacional», explica. Sin embargo, está convencida de que el trabajo inteligente ha venido para quedarse. «No es una tendencia de futuro, sino de presente», afirma.


Ventajas e inconvenientes para el trabajador y la empresa

Más flexibilidad horaria, posibilidad de conciliar vida laboral y familiar, ahorros en costes y desplazamientos hasta el lugar de trabajo, incremento de la productividad y menos estrés son algunas de las ventajas que las expertas destacan de este modo de trabajo. Según un estudio de la empresa de trabajo temporal Adecco, más del 50 % de teletrabajadores asegura que es más productivo que trabajar en la oficina porque se producen menos interrupciones, hay menos reuniones innecesarias y se sienten menos estresados. Sin embargo, la profesora Sabadell alerta de que trabajar fuera de la oficina no está exento de distracciones. «Trabajar en casa evita las interrupciones personales, sí, pero aumentan las interrupciones digitales y esto puede afectar a la productividad», avisa.

Para la empresa, el teletrabajo también tiene beneficios. Según Rimbau, dotar de más flexibilidad laboral a la plantilla permite atraer empleados con talento, reduce las bajas derivadas del estrés y permite disminuir el espacio de oficinas necesario y el coste asociado. «Permite al trabajador organizar su trabajo de acuerdo con sus necesidades profesionales y personales, lo cual mejora su salud y reduce las bajas asociadas al estrés», explica.

Entre los inconvenientes, la experta subraya que los teletrabajadores pueden no disponer de instalaciones y espacios adecuados para trabajar, por ejemplo en cuanto a ventilación, luz, ruido, mobiliario (silla) o equipamiento tecnológico, ya que el derecho a la privacidad en el hogar hace difícil que los empresarios o las administraciones comprueben si las condiciones en que trabajan son seguras.

Además, la soledad también puede influir en el estado de ánimo. «La complicidad que se establece en persona con los compañeros es difícil de alcanzar si se teletrabaja», afirma Rimbau. En este sentido, explica que algunas empresas que ya nacieron basadas en el teletrabajo o trabajo inteligente, convocan encuentros periódicos para que todos los colaboradores coincidan en el mismo espacio. Además, la experta subraya que trabajar en casa «puede difuminar las fronteras entre trabajo y vida personal», lo cual puede resultar estresante. Mar Sabadell lo define como el «conflicto de rol» en casa. «Si no sabes manejar el tiempo dedicado al trabajo y el tiempo personal, la gente que convive bajo el mismo techo puede interpretar el hecho de que estés en casa con el hecho de que no trabajes. Hay que hacer pedagogía para que quede claro», afirma.

Para el empresario, el teletrabajo puede generar desconfianza porque no ve lo que se hace en el lugar de trabajo y puede hacerle más difícil la promoción a puestos de responsabilidad. «Los directivos sienten que pierden el control porque no ven a sus trabajadores; es necesario que la cultura de la empresa esté alineada con la idea de que lo importante son los resultados y no la presencia física», concluye Rimbau.

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