28/12/17 · Institucional

Las solteras se reivindican

Aumentan las mujeres que eligen vivir solas a pesar del rechazo y la incomprensión social que aún sufren

Un 25 % de los hogares en España son unipersonales
Foto: <a target="_blank" href="https://unsplash.com/photos/dLaVXAu4Ne0">Unsplash / Corinne Kutz (CC)</a>

Las mujeres solteras del siglo XXI no se parecen en nada a la popular protagonista de la novela escrita por Helen Fielding y luego llevada a la gran pantalla con el mismo título, El diario de Bridget Jones. Las solteras de hoy no son mujeres histéricas, torpes, obsesionadas por encontrar pareja y que entienden el vivir sin compartir techo como un fracaso personal. Las solteras de hoy reivindican su elección y su voluntad de vivir con independencia, sin una familia, sin hijos y sin lo que conlleva todo ello. Mientras la soltería se va consolidando como forma de vida y conlleva cambios sociales, económicos y políticos, los expertos también alertan de que este modelo puede ser una forma más de imitación de patrones masculinos y que la autonomía tan ansiada puede convertirse en una mera ilusión.

«El proceso de igualdad de las mujeres se ha realizado por medio de un acercamiento a los patrones culturales de los hombres», explica Francesc Núñez, doctor en Sociología y profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC. La antropóloga e investigadora del grupo de investigación Mediaccions de la UOC Krizia Nardini coincide con él: «La soltería es una manera de vivir y una fantasía que la sociedad postindustrial asocia más a los hombres jóvenes y adultos».


Más solteras por elección

Mientras el modelo tradicional impone una hoja de ruta que incluye el matrimonio, la reproducción y el cuidado de los hijos, en los últimos años algunas mujeres eligen una trayectoria vital distinta. Prefieren vivir en pareja sin casarse o bien eligen una vida sin pareja ni descendencia. Algunas se sienten orgullosas de esta elección y la reivindican como modelo de vida. Últimamente, algunas novedades editoriales recogen estas experiencias. Es el caso de All the single ladies, de la periodista y activista feminista Rebecca Traister, o de Solterona, una obra escrita por Kate Bolick que se ha convertido en todo un éxito en Estados Unidos. En este último libro, la autora aboga por una vida sin las ataduras del matrimonio y la familia y anima a entender la soltería no como un fracaso de las mujeres, predestinadas a casarse y procrear, sino como un progreso social.

Experiencias como las de Bolick o Traister son cada vez más frecuentes en todos los países: esta tendencia no solo se ve en Estados Unidos, donde la proporción de matrimonios ha caído del 55 % en el año 2000 al 45 % en 2009, sino que también puede verse en otros países donde el número de bodas va a la baja. En España, según datos del INE, el número de matrimonios ha caído un 17 % en la última década. En 2006 se registraron 207.000, mientras que en 2016 se celebraron poco más de 172.000. Además, también según el INE, el número de hogares unipersonales ya ha superado los 4,6 millones y se ha situado en el 25 % del total.


Presiones e incomprensión

A pesar de que la soltería es un modelo de vida cada vez más habitual para las mujeres, muchas todavía sufren la incomprensión y el rechazo social por haber elegido vivir sin pareja y no tener descendencia. «La soltería como forma de vida en la que las mujeres no deben desarrollar trabajos de cuidado –doméstico, relacional, reproductivo, emocional y sexual– está sancionada socialmente porque es percibida como egoísmo y desobediencia a mandatos de género femeninos», asegura Nardini.

Las solteras, a pesar de que muchas sufren el rechazo social, se configuran como un nuevo grupo para el que también surgen nuevos productos, nuevas ofertas de ocio, y se reivindican como un grupo de presión en la agenda política. Piden igualdad salarial, derecho al aborto o cambios con respecto a la legislación sobre reproducción asistida. «En la medida en que detrás de estos comportamientos existe una reivindicación feminista de decidir sobre la propia vida, hay también esta demanda de la igualdad, del reconocimiento de derechos», explica Núñez.

Nardini añade que, junto con los productos de consumo destinados a la pareja, también existe un interés por explotar comercialmente la vida en solitario, con productos destinados a los llamados singles: «La soltería de hombres y mujeres está en auge en la sociedad actual, que promueve el individualismo». La antropóloga matiza, sin embargo, que todos los humanos somos «seres relacionales», que necesitamos de los demás para sobrevivir tanto económica como emocionalmente, como en otros ámbitos. Nardini lamenta, sin embargo, que este trabajo relacional siempre haya sido asociado a las mujeres y se haya invisibilizado. En este sentido, la antropóloga asegura que la soltería se entiende como una «forma de vivir fuera de estos mandatos» y también como una construcción neoliberal que asocia el poder con «una ilusión de libertad entendida como autosuficiencia y libre elección de uno mismo».

Expertos UOC

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