28/6/18 · Estudios de Economía y Negocios

Los nuevos modelos de vacaciones: el turismo libertino y de redes sociales

Foto: Unsplash

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En un momento en el que España está registrando su máximo histórico en cuanto al número de turistas recibidos, cada vez son más variadas las motivaciones de sus visitantes. Una comunidad autónoma como, por ejemplo, Cataluña recibió 19,1 millones de turistas extranjeros en 2017, que realizaron un gasto de 19.050,5 millones de euros, según datos de la Generalitat. Los expertos auguran que este verano se volverá a batir récords.

Una de las nuevas modalidades que se prevé que crecerá de forma exponencial este verano en todo el mundo es el turismo libertino. Reúne a viajeros «interesados en el libertinaje». «Sería el rechazo a la autoridad y a las convenciones morales en temas sexuales y religiosos», apunta el profesor Daniel Liviana, de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que añade que lo que buscan los turistas es «el placer gozoso del cuerpo».

Liviana alerta de que no hay que confundirlo con el turismo sexual. «El turismo sexual está relacionado con la prostitución y la motivación que lo mueve es básicamente tener relaciones sexuales con una prostituta. Siempre hay un intercambio económico de por medio», concreta. En cambio, el turismo libertino «es el acuerdo mutuo y libre entre adultos, sin remuneración económica, y en el que no hay explotación de la mujer. Se trata de turistas que tienen como motivación la práctica de actividades sexuales libres, consentidas y no tarifadas», matiza el profesor.

El perfil de turistas libertinos, según Liviana, es de personas «muy desinhibidas y sociables, que buscan lugares de encuentro donde puedan conocer gente». Tienen aproximadamente entre treinta y cincuenta años y un perfil económico medio-alto. Les gustan mucho las fiestas y los espectáculos eróticos. Entre las actividades que realizan, una de las más comunes es el intercambio de parejas.

Un ejemplo reciente en España fue la llegada al puerto de Barcelona del crucero Azamara Quest, destinado a parejas libertinas que practican el intercambio de parejas. Este crucero, que visitaba varias ciudades mediterráneas, también incluía el Cap d’Agde, un enclave turístico de la costa francesa que es precursor del turismo nudista y de sexo libre.

Precisamente, el experto defiende que esta oferta turística va más allá de los cruceros. «En Barcelona ha crecido considerablemente el número de clubes swingers, locales especialmente destinados a personas libertinas donde la presencia de turistas va en aumento», apunta Liviana, que considera que es un tipo de turismo que cada vez irá a más. «Las identidades y las orientaciones sexuales de la gente ya no están restringidas a los patrones de la moral católica», afirma el profesor, que recuerda que la gente cada vez «es más libre a la hora de aceptar su identidad sexual y elegir cómo desea vivirla con total plenitud y libertad».

Aparte del turismo libertino, cada vez más surgen nuevas formas de viajar que huyen de la tradicional. Tal como explica Pablo Díaz, profesor de turismo y tecnología de la UOC, una de las nuevas tendencias es el turismo de experiencias. «Las redes sociales están fomentando la oferta más local», explica Díaz, que añade que los turistas buscan que alguien del lugar les enseñe las partes menos turísticas y más auténticas. Esto significa que este tipo de turistas «huyen del turismo de masas» y buscan cosas «muy específicas». El concepto que ha hecho fortuna en inglés para referirse a esta forma de viajar es off the beat track, que literalmente significa «fuera del camino». Según apunta Díaz, se trata de gente joven y de mediana edad.

Relacionado con este modo de viajar, el experto alerta de que está consolidándose también el turismo de redes sociales. «Se trata de ir a un lugar para poder presumir de ello en las redes», apunta el profesor, que añade que se trata de vivir una experiencia turística retransmitida en directo. En este sentido, explica que hay muchos turistas que «buscan posicionarse en internet con las fotos que suben» y que el objetivo del viaje es simplemente «que quede constancia de él en Instagram». Para ello, van con el brazo extensible selfie (entre otros utensilios) y utilizan todo tipo de aplicaciones para retocar las fotos. La mayoría de personas que practican este turismo son jóvenes.

Tal como explica el experto, otras formas de viajar ya más establecidas son el turismo gastronómico (en el que los desplazamientos se hacen para probar comidas en restaurantes) y el turismo de lujo (en el que se busca comprar en tiendas exclusivas del lugar), entre otras modalidades.

En un momento en el que la turismofobia está en el punto de mira en ciudades como Barcelona, Díaz considera que las nuevas formas de practicar turismo pueden hacer que todavía aumente más. «Nos preocupa mucho la sostenibilidad y la turismofobia continuará si la saturación sigue produciéndose», apunta el experto, que insiste en la necesidad de que se lleven a cabo políticas sobre convivencia y vivienda.

Expertos UOC

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