27/10/16

«Los profesores viven mucho peor de lo que la gente piensa»

Héctor G. Barnés ,

Héctor G. Barnés repasa en La ley de las aulas la evolución del sistema educativo español en los últimos cuarenta años.

Héctor G. Barnés es periodista y trabaja en el diario digital El confidencial. Tuvo tentaciones de ser profesor, un poco por tradición familiar. Acaba de publicar La ley de las aulas. La enseñanza española desde Franco hasta Wert (Editorial UOC), en el que repasa la evolución del sistema educativo español desde el final del franquismo. Ha querido dar voz a los profesores, que explican qué piensan, qué sienten, qué consideran que hacen bien y qué hacen mal.

Héctor G. Barnés repasa en La ley de las aulas la evolución del sistema educativo español en los últimos cuarenta años.

Héctor G. Barnés es periodista y trabaja en el diario digital El confidencial. Tuvo tentaciones de ser profesor, un poco por tradición familiar. Acaba de publicar La ley de las aulas. La enseñanza española desde Franco hasta Wert (Editorial UOC), en el que repasa la evolución del sistema educativo español desde el final del franquismo. Ha querido dar voz a los profesores, que explican qué piensan, qué sienten, qué consideran que hacen bien y qué hacen mal.

Últimamente sólo se oye hablar de innovación. ¿Es la solución a los grandes problemas del sistema educativo?

La innovación, en el fondo, sí que puede servir para solucionar los problemas de la educación española; el problema es, sin embargo, que mucha gente piensa que la innovación significa trabajar con las nuevas tecnologías. Los profesores innovan cada día en las aulas cuando han de encontrar soluciones a los conflictos que existen entre los alumnos, dar respuesta a los problemas que plantean el propio sistema educativo o los currículos que les imponen.

Entonces, ¿te parece que los profesores en general ya innovan?

Hay de todo. Hay profesores más veteranos que no quieren revisar su metodología y hay jóvenes que cuando empiezan a trabajar tampoco lo hacen porque siguen aplicando lo que les han dicho que funciona. Por otra parte, durante el franquismo había propuestas educativas muy innovadoras para la época y que hoy en día se están rescatando. La innovación no es solo inventar, sino también recordar lo que ya funcionaba.

¿Miramos demasiado hacia Finlandia?

Demasiado, pero desde Estados Unidos también se fijan en ellos. Tendemos a buscar soluciones fáciles y modelos mágicos; pero, en realidad, en Finlandia también debaten sobre su sistema. Es una realidad social muy diferente a la de España y tengo la sensación de que fijarnos tanto en su modelo a veces solo sirve para flagelarnos y flagelar a nuestros profesores.

¿Deberíamos ser más realistas y no compararnos tanto con sociedades que poco tienen que ver con la nuestra?

Uno de los grandes fracasos de la educación española probablemente es este desfase entre lo que se pretende y lo que se puede hacer. La LOGSE tiene muy mala fama precisamente por eso, pero en su momento fue una ley muy avanzada y, si se hubiera podido llevar a cabo, estaba en consonancia con muchas ideas innovadoras. Pero si tienes una idea y no se puede sacar adelante se produce una gran frustración.

Así, ¿debemos buscar en la LOGSE el origen de muchos problemas actuales?

La LOGSE marcó un antes y un después. Cambiaron muchas cosas en la relación entre la sociedad y las escuelas. Los profesores perdieron la autoridad, el prestigio, y se les empezó a responsabilizar de muchas cosas que van mal. Esto provoca que los profesores se sientan desamparados. También es cierto que muchas críticas que provienen de sectores conservadores son más bien ideológicas, porque la ley la impulsó el PSOE.

En el libro dices que los profesores de esta última década están mucho menos satisfechos que los de hace algo más de diez años.

Actualmente el sector de la docencia es precario. Mis padres son profesores y pudieron trabajar al finalizar la carrera, pero ahora los que salen del máster de Formación del profesorado lo ven muy negro, las expectativas son muy flojas. A pesar de ser un trabajo muy vocacional, la sensación es que ha perdido prestigio, cada vez está peor pagado y es muy inestable. Los maestros viven mucho peor de lo que la gente piensa.

¿Los maestros están preparados para la innovación?

Creo que con los canales tradicionales no lo están y son plenamente conscientes de ello. Sin embargo, muchos profesores jóvenes se preocupan de formarse por otros canales. Hay mucha predisposición a prepararse.

¿El hecho de que la innovación no se lleve a cabo de manera global genera mayores desigualdades?

Es posible. Al final, quien desee la mejor educación probablemente tendrá que pagársela. Por suerte, también hay casos como el del centro de formación Padre Piquer de Madrid: necesitaban luchar contra el abandono escolar, innovaron y les ha salido muy bien. Ahora son un referente mundial.

¿Cuáles crees que son los principales defectos de la LOMCE?

Sobre todo que no es una ley consensuada con los sectores sociales y llega en un momento en que están hartos de tantas propuestas de ley. Más allá de las polémicas con las reválidas o la religión, el problema es que en cada cambio de gobierno se propone una nueva ley educativa sin que se solucionen los problemas de fondo.

¿No se escucha a los docentes a la hora de hacer las leyes educativas?

Todos los profesores que he consultado para hacer el libro coinciden en que nadie les escucha. Tienen la sensación de que las leyes se hacen de arriba abajo. Creen que la LOMCE no aborda los verdaderos problemas de las aulas. Nos encontramos en una especie de confrontación de dos polos ideológicos que no lleva a ninguna parte; por eso siempre se habla de la necesidad de un pacto educativo.

¿Crees que hay que relativizar el informe Pisa?

Sí, porque en realidad España está muy cerca de la media y debemos valorar que la realidad educativa española ha cambiado mucho en cuatro décadas. Lo que me preocupa es que se utilicen las pruebas Pisa para decir que los profesores lo están haciendo muy mal. Por eso uno de los objetivos del libro es reivindicar a los maestros que han conseguido que la educación haya dado un salto increíble en cuatro décadas.

 

Contacto de prensa

También te puede interesar

Más leídos