«Las instituciones no son lo bastante valientes para apostar por las competencias audiovisuales»
Ramon Breu , ganador del premio de Innovación UOC Baldiri Reixac por «La escuela se hace un <em>selfie</em>»
Hace veintiséis años que es profesor de la escuela Solc, una cooperativa situada en la parte alta de Barcelona que gestionan con éxito el profesorado y los padres y madres de 350 alumnos. Ramon Breu enseña Historia a los jóvenes de 4.º de ESO, y lo hace de una manera innovadora: introduciendo el audiovisual y otorgando al alumno un papel protagonista y crítico. Así nace «La escuela se hace un selfie», un proyecto que ofrece a los estudiantes una selección de documentales y películas de temáticas tan diversas como el acoso escolar o el derecho universal a la educación, y que busca su mirada atenta y analítica. Por su dosis de creatividad, de innovación y por ofrecer respuestas a nuevos problemas de la escuela del siglo XXI, un jurado de expertos le concedió el premio UOC Baldiri Reixac en mayo de este año. Breu trabaja para que sus alumnos sean críticos con los anuncios, las películas y los videojuegos que los rodean, y para que sean capaces de crear productos audiovisuales de calidad y creativos. Le gustaría llegar algún día al nivel de Francia, donde «hay una cultura cinematográfica que ya se enseña en la escuela y que hace que los más jóvenes, a diferencia de lo que pasa aquí, sepan quiénes fueron Hitchcock o Chaplin», comenta.
Hace veintiséis años que es profesor de la escuela Solc, una cooperativa situada en la parte alta de Barcelona que gestionan con éxito el profesorado y los padres y madres de 350 alumnos. Ramon Breu enseña Historia a los jóvenes de 4.º de ESO, y lo hace de una manera innovadora: introduciendo el audiovisual y otorgando al alumno un papel protagonista y crítico. Así nace «La escuela se hace un selfie», un proyecto que ofrece a los estudiantes una selección de documentales y películas de temáticas tan diversas como el acoso escolar o el derecho universal a la educación, y que busca su mirada atenta y analítica. Por su dosis de creatividad, de innovación y por ofrecer respuestas a nuevos problemas de la escuela del siglo XXI, un jurado de expertos le concedió el premio UOC Baldiri Reixac en mayo de este año. Breu trabaja para que sus alumnos sean críticos con los anuncios, las películas y los videojuegos que los rodean, y para que sean capaces de crear productos audiovisuales de calidad y creativos. Le gustaría llegar algún día al nivel de Francia, donde «hay una cultura cinematográfica que ya se enseña en la escuela y que hace que los más jóvenes, a diferencia de lo que pasa aquí, sepan quiénes fueron Hitchcock o Chaplin», comenta.
¿Nos explicas brevemente en qué consiste el proyecto galardonado con el premio de Innovación UOC Baldiri Reixac?
Son películas muy bien elegidas, fáciles de conseguir, pensadas para que sirvan en otros centros y para diferentes edades (de 5.º a 4.º de ESO). Después de que los alumnos hayan visto uno de estos films, explican qué ven de bueno y de malo en su escuela: las relaciones con el profesor, con los compañeros, qué pueden hacer para mejorarla, cómo pueden repensar la escuela...
¿Nos puedes poner algún ejemplo práctico?
¿Crees que los estudiantes reciben mejor la Historia si es en formato audiovisual?
Yo creo que sí, lo que pasa es que no hacemos la guerra a las letras. En cada propuesta que pensamos, además de la película y el lenguaje audiovisual, hay textos que pueden ir de artículos de diarios a libros de divulgación. Siempre creamos puentes entre la cultura escrita y la audiovisual.
La tarea que hacéis tú y tus compañeros de profesión de dar más protagonismo a los estudiantes en su proceso educativo liga con los ideales de la Escuela Nueva 21...
¿Y cómo se innova en una clase de Historia?
Priorizando los contenidos. Pensando en aquello que sirva más a los alumnos, por ejemplo: subrayando más la historia contemporánea, que los afecta más directamente. También se innova impartiendo un día una clase en la biblioteca, en un museo o en la calle.
¿Cómo crees que hay que enseñar el lenguaje audiovisual a los niños?
Queremos que dominen el lenguaje audiovisual, la producción escolar (guion, grabación y edición); y cuando la tienen acabada lo explican en la clase de al lado (momento en que trabajan la oralidad). Y, para acabar, hacen un análisis crítico.
Un ejemplo de los alumnos de 3.º: con motivo del Día de la Paz se les ocurrió hacer un vídeo que llamaron «Sonrisas por la paz», y grabaron a todos los niños de la escuela sonriendo. Fue un trabajo de toda el aula, y muy creativo, aspecto que intentamos priorizar.
¿Cómo potenciáis la mirada crítica de los alumnos respecto a los productos audiovisuales que consumen?
En el momento en que introducimos en el aula una película, un anuncio o un informativo, entre toda la clase ya nace esa mirada crítica. Aunque nos salen enemigos no buscados. Por ejemplo, aquí en la escuela tenemos padres periodistas a quienes no los gusta que sus hijos critiquen un telediario. O cuando colaboré con el Libro Blanco del Consejo del Audiovisual de Catalunya (CAC), los fabricantes de videojuegos no nos podían ni ver. Con todo, pensamos que cuanto más concienciado y educado esté el público, mejor será la calidad de los medios.
Con todo, este proyecto ha sido reconocido por las instituciones con el premio UOC Baldiri Reixac. ¿Qué ha supuesto para ti este galardón?
Estoy muy contento y muy esperanzado con que otras escuelas repiensen la manera de hacer las cosas y, si lo desean, tomen el mismo camino.
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Redacción