4/10/18 · Institucional

«El cine fantástico nos hace entender mejor el mundo»

Sitges acoge la 51.a edición del prestigioso festival internacional dedicado a este género
Foto: UOC

Foto: UOC

Jordi Sánchez-Navarro , director de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación

 

Jordi Sánchez-Navarro es director de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. También fue subdirector del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, que se celebra en Sitges y que esta semana inicia su 51.a edición. Hace un año el Festival y la UOC estrecharon lazos con la puesta en marcha del máster de Cine Fantástico y Ficción Contemporánea. Aprovechando ambos hechos, hemos conversado un rato con Sánchez-Navarro.

 

 

Jordi Sánchez-Navarro es director de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. También fue subdirector del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, que se celebra en Sitges y que esta semana inicia su 51.a edición. Hace un año el Festival y la UOC estrecharon lazos con la puesta en marcha del máster de Cine Fantástico y Ficción Contemporánea. Aprovechando ambos hechos, hemos conversado un rato con Sánchez-Navarro.

 

Vuelve el Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, un referente mundial, que ya cuenta con más de medio siglo de vida. ¿Qué es lo que más ha cambiado durante este tiempo? ¿Hay algo que se conserve intacto?

Lo que más ha cambiado es que la evolución tecnológica de las formas de distribución y exhibición se ha juntado con una gran pluralidad de discursos formales y temáticos. Es decir: ya no hay temas prohibidos. No hay formas que estén vetadas a los creadores. Una primera revolución fue la grabación en vídeo de alta definición, como también ha sido otra revolución la distribución digital y, igualmente, la realidad virtual, la realidad aumentada y el cine de 360 grados. Pero lo que no ha cambiado es que el género fantástico es realmente un vector de innovación, que muy a menudo provoca cambios radicales en las formas de producir, distribuir y consumir cine. Así pues, lo que cambia es que se amplían los márgenes, y lo que no cambia es que el cine fantástico sigue siendo un motor de innovación del discurso y la producción audiovisual.

Hace más de una década que eres responsable de programar la sección «Anímate» del Festival, dedicada al cine de animación. ¿Qué te atrapa de la animación?

La capacidad que tiene de ser una herramienta de primer orden para la expresividad del artista audiovisual. Siempre digo que la animación es como una especie de rebelión constante, hay muy pocos discursos acomodados. Por definición, es la unión directa del cerebro, de la creatividad de un artista, con el papel, cuando hacemos dibujo animado; con el ordenador, cuando realizamos animación digital, o con la materia, cuando hacemos animación de marionetas o muñecos, lo que llamamos stop motion. Hay un vínculo directo entre la creatividad de un artista y la materialidad de la expresión. Puedo hacer algunas recomendaciones para el Festival de este año. Por ejemplo, tenemos los grandes títulos de la animación japonesa, pero también rarezas, como la primera gran producción de animación iraní, que es una historia épica fantástica, basada en un clásico de la literatura fantástica persa. También hay un homenaje a Viktor Kubala, que es un animador de la Europa del Este, y tendremos en general una representación de las diferentes formas de entender la animación.

Este no es tu único vínculo actual con Sitges, puesto que el Festival y la UOC ponen en marcha en pocos días la segunda edición del máster de Cine Fantástico y Ficción Contemporánea. ¿Cómo fue la primera edición y cómo se presenta la segunda?

La primera edición fue un éxito. El máster dura dos años y ahora ha terminado el primero. Los estudiantes han disfrutado y han aprendido cosas nuevas sobre el valor innovador que tiene el cine fantástico, no solo en cuanto a la creación, sino también respecto a todo lo que implica en términos de negocio, de industria y de innovación audiovisual. Y la segunda edición del máster se presenta muy similar. Que el máster empiece muy poco después de la celebración del Festival significa que Sitges puede ser una especie de reunión de arranque o kick-off para los estudiantes, que pueden ponerse en contacto desde el principio con uno de los eventos más importantes del mundo relacionados con el cine y con toda la potencia de la industria audiovisual del género fantástico.

¿Detectáis que, como ocurre en otros ámbitos, el cine y el mundo audiovisual requieren nuevos perfiles profesionales difíciles de imaginar hace una década?

Lo más evidente, entre los perfiles radicalmente nuevos, es aquella conjunción entre los datos y el cine. Existen servicios audiovisuales que basan fundamentalmente su estrategia de programación en el análisis de los macrodatos que generan sus usuarios. Esta unión es un nuevo perfil, pero, en cualquier caso, no creo que la cosa cambie mucho. Los grandes perfiles que se necesitarán en el mundo del audiovisual y el cine son los perfiles creativos. Se necesitarán buenos escritores de historias, buenos desarrolladores de proyectos, buenos productores capaces de hacer que aquellas historias se conviertan en una realidad cinematográfica y buenos directores y directoras, gente capaz de visualizar las historias de una forma muy interesante para el público. Los perfiles clásicos, pues, seguirán siendo esenciales. Y todo ello, en un contexto en el que las plataformas necesitarán horas y horas de programación. El audiovisual tiene un presente brillante y un futuro espléndido.

Precisamente, desde los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, lideras el grupo de investigación Aprendizajes, Medios de Comunicación y Entretenimiento (GAME). ¿Qué es lo que más te entusiasma de la investigación en tu ámbito? ¿Hay algún estudio que tengas entre manos y que nos puedas adelantar?

Nos dedicamos sobre todo a analizar la confluencia entre el panorama mediático contemporáneo, es decir, todo lo que ocurre en los medios o el entretenimiento, y los aprendizajes que genera desde el punto de vista social y cultural. Tenemos varias líneas de investigación y ahora estamos en distintos proyectos. Por ejemplo, analizamos el potencial que esta comunicación audiovisual tiene para la participación ciudadana y para la participación política y cívica de los públicos jóvenes. Y otro proyecto trata de la presencia de las historias en la sociedad y la cultura contemporánea: en un momento en el que todo el mundo puede ser emisor y receptor de historias, se desea analizar cómo esto transforma nuestra visión de las historias o crea nuevos públicos.

Volvemos a Sitges y el cine fantástico, que tiene grandes fans pero también detractores, personas a las que no les atrae todo lo que no sea tener los pies en el suelo.

Eso es muy interesante. Gran parte de la población adulta considera que todo lo que no sea tener los pies en el suelo es una pérdida de tiempo. En ese sentido, es muy fácil encontrar a detractores del género fantástico, que dicen que no hablar de cosas que suceden en la realidad es escapismo. A estas personas les diría que es lo contrario. Muy a menudo es escapismo aquel drama convencional que te cuenta una historia que tiene una resolución clásica y típica en la que todo vuelve a un estado natural. El buen cine fantástico es una mirada amplia, que trasciende la realidad y que a su vez te ayuda a hablar de cosas reales, pero con una mirada absolutamente metafórica, simbólica, muy ampliada. Para mí, el mundo fantástico es claramente una manera de ampliar nuestro horizonte de pensamiento. Para mí, esta es la potencia del género, y aquí incluyo la animación. Todo lo que no sea tener los pies en el suelo es, muy a menudo, la mejor forma de entender el mundo desde una perspectiva abierta, desde una pluralidad de pensamiento. Nos da flexibilidad cognitiva, capacidad de entender mejor el mundo complejo que nos rodea.

Para los no iniciados, ¿nos podrías recomendar alguna apuesta segura en forma de serie, film o incluso libro, ya sea antigua o de rabiosa actualidad?

Por supuesto, recomendaría la tercera temporada de Twin Peaks, que es el regreso de una serie de culto de David Lynch: ha vuelto absolutamente renovadora. Y otras series que amplían claramente la forma de mirar el mundo. De las últimas, se me ocurre por ejemplo The Leftovers, una producción de HBO, o West World, también de HBO. Pero citar pocas es injusto, porque existen muchas buenas que, como decía, sirven para ampliar nuestro horizonte de pensamiento.

Para terminar: a menudo asociamos Sitges con el cine de terror, aunque sea sobre todo un festival de cine fantástico. ¿Habéis estudiado por qué el terror o el miedo atrapan? ¿Tienen que ser de alguna forma, para atrapar?

Sobre esto hay mucha literatura e investigación. En primer lugar, una cuestión puramente esencial, de mecanismo psicológico. El miedo es una emoción absolutamente primaria, que nos dice muchísimo de cómo somos. Por lo tanto, una persona enfrentada a sus miedos en una pantalla de cine, o sencillamente enfrentada a cosas que dan miedo, aprende mucho de ella misma. El miedo nos atrae porque es una emoción extrema que nos dispone a aprender sobre nosotros mismos y, por supuesto, también sobre el mundo. Y otra cuestión fundamental es que la producción relacionada con las películas de miedo en el fondo refleja los miedos sociales. Es decir, en épocas de angustia, de crisis, de malestar... se da siempre un aumento en la producción de películas de miedo, de terror. Y esto tiene una relación directa con cómo es la sociedad. Por lo tanto, esto hace que el género, en concreto la vertiente del género que habla del miedo, sea una de las formas expresivas más interesantes, porque habla mucho de nosotros mismos.

 

Contacto de prensa

También te puede interesar

Más leídos

Ver más sobre Institucional