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Un estudio de la UOC reconceptualiza la honestidad académica

26/02/2018
La honestidad académica, un valor fundamental y un pilar esencial de los estudios

La honestidad académica, un valor fundamental y un pilar esencial de los estudios, es un principio, una estrategia y un proceso sobre los que se ha hablado mucho pero que no todo el mundo ha entendido. Este ha sido el tema de la investigación doctoral de Alexander Amigud llevada a cabo dentro del grupo de investigación Distributed Parallel and Collaborative Systems/Internet Computing & Systems Optimization del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de Barcelona, en colaboración con Thanasis Daradoumis, Joan Arnedo-Moreno y Ana-Elena Guerrero-Roldán.

Los enfoques tradicionales de la honestidad académica

Los enfoques tradicionales de la honestidad académica suelen ser observacionales, invasivos e inapropiados. Se quiere conseguir pruebas de los errores cometidos, midiendo las trampas que hacen los estudiantes, en lugar de fijarse en cómo aprenden. El esfuerzo se dirige a controlar los entornos de aprendizaje y evaluación y desvirtuar la promesa de aprendizaje en cualquier momento y en cualquier lugar, sin tener en cuenta las diferencias individuales, ignorando las preferencias de los estudiantes e imponiendo limitaciones a sus modos de aprender. Esto entorpece inevitablemente la evolución del aprendizaje hacia unas condiciones más abiertas. Afecta la accesibilidad, el coste y la comodidad del aprendizaje, tanto para los estudiantes como para los proveedores académicos.

La investigación doctoral de Alexander Amigud en el centro de investigación IN3 de la UOC

Alexander expone la idea de que las pruebas y los exámenes ya son bastante estresantes por sí solos como para que además se someta a los estudiantes a detectores de metales y registros, a marcajes biométricos y videovigilancia, y se permita que terceras personas accedan a sus ordenadores personales. Estas estrategias no deberían formar parte de la experiencia de aprendizaje. Lo que deberíamos hacer es esforzarnos para que el aprendizaje fuera agradable, cómodo, accesible y respetara la privacidad. A partir de esta noción, surgió la idea de crear un marco de honestidad académica computacional, que validara la identidad y la autoría del trabajo del estudiante analizando su comportamiento (con el apoyo del aprendizaje automático). Este ha sido el primer proyecto de este tipo orientado al fraude académico, que ofrece una identidad concurrente y un control de la autoría cómodo y no invasivo. Cubre el espacio donde no llegan las herramientas de detección de plagios.

Se trata de una tecnología avanzada a su tiempo, que ha sido incomprendida y temida por su potencial de sustituir a los humanos en algunas de las tareas de evaluación y validación y por la posibilidad de errores de atribución. Todas estas inquietudes están justificadas, sobre todo ahora que los proveedores comerciales se han dado cuenta del potencial comercial de la tecnología y empiezan a adoptar estrategias para ampliar las ofertas del producto. Esta tecnología no se diseñó para ser una herramienta de «¡te pillé!», sino como una manera de simplificar la logística de las actividades de evaluación. El proyecto Open Proctor (http://openproctor.org) es una colaboración abierta y busca instituciones de educación superior que quieran participar en él como comunidad y desarrollar prácticas, algoritmos y políticas basados en la evidencia.

La UOC ha sido una gran plataforma y ha ayudado a desarrollar estas ideas y abrir un nuevo capítulo en la investigación sobre la honestidad académica y el aprendizaje abierto. Aunque la previsión era que esta tecnología entrara en el mundo académico por canales abiertos, no comerciales, este nuevo enfoque de la honestidad académica conlleva un cambio de paradigma en el que se transforma la noción de honestidad, que pasa de estar centrada en los estudiantes a extenderse a todos los niveles de la estructura organizativa. La investigación, las publicaciones, la enseñanza y la administración requieren tanta honestidad como los trabajos que se hacen en casa. Terminar la tesis solo ha sido un comienzo; los trabajos de investigación e innovación continuarán.