28/9/16 · Investigación

«Con actividades artísticas podemos aumentar el interés de los jóvenes por la ciencia»

A Isabel le acaban de conceder la beca Ramon y Cajal del Ministerio de Economía y Competitividad.

A Isabel le acaban de conceder la beca Ramon y Cajal del Ministerio de Economía y Competitividad.

Isabel Ruiz Mallén , investigadora del IN3 de la UOC

Isabel Ruiz es una apasionada de las ciencias, en general, y del medioambiente, en particular. Se mira el mundo con ojos de investigadora, de científica. Es doctora en Ciencias Ambientales por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y máster en Biología, especializada en Educación ambiental, por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Una vez terminados los estudios, entró a formar parte de un proyecto de investigación internacional sobre temas de conservación de la biodiversidad, que le hizo alargar su estancia en México dos años más. En la actualidad, promueve la ciencia entre jóvenes de enseñanza secundaria y de bachillerato con artes escénicas: monólogos, teatro de calle y payasos. Este proyecto europeo se llama Perform y lo coordina en el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC desde hace un año.

Isabel Ruiz es una apasionada de las ciencias, en general, y del medioambiente, en particular. Se mira el mundo con ojos de investigadora, de científica. Es doctora en Ciencias Ambientales por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y máster en Biología, especializada en Educación ambiental, por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Una vez terminados los estudios, entró a formar parte de un proyecto de investigación internacional sobre temas de conservación de la biodiversidad, que le hizo alargar su estancia en México dos años más. En la actualidad, promueve la ciencia entre jóvenes de enseñanza secundaria y de bachillerato con artes escénicas: monólogos, teatro de calle y payasos. Este proyecto europeo se llama Perform y lo coordina en el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC desde hace un año.

¿Cómo nace este proyecto?

Perform nace en el Observatorio de la Difusión de la Ciencia de la UAB gracias a una convocatoria europea, que se realizó con este mismo objetivo: incentivar la motivación de los jóvenes por la ciencia. La asociación The Big Van Theory, ahora convertida en una pequeña empresa, contactó conmigo. Son un grupo de científicos que hacen monólogos sobre ciencia y que ya habían empezado a participar en colegios. Ellos tenían la idea de que esta vía podía ser una buena forma de potenciar el interés de los jóvenes por la ciencia. Mi aportación fue enmarcarla en la investigación-acción participativa, y fue así como empezamos a montar el proyecto.

Perform empezó en noviembre del año pasado con el objetivo de explorar si estas metodologías basadas en las artes escénicas son efectivas a la hora de generar aprendizaje científico y motivar a los jóvenes por la ciencia, la tecnología, las matemáticas y las ingenierías. Se trata de enseñar estas ciencias desde la perspectiva de las humanidades.

¿Damos por sentado que estos jóvenes no tienen interés por la ciencia?

En general los jóvenes sí tienen interés por los nuevos avances científicos y tecnológicos, pero el último estudio a nivel europeo, un Eurobarómetro de 2008, detectó un bajo interés de los jóvenes europeos que salían del bachillerato por entrar en carreras científicas, incluyendo las matemáticas y las ingenierías. Sobre todo las chicas, que se muestran menos confiadas, creen que estas carreras son muy difíciles... Hay una serie de estereotipos que es difícil romper.

La convocatoria de la Comisión Europea tenía por objeto romper estos estereotipos y trabajar desde la vertiente del género, y también desde la perspectiva de los jóvenes de contextos más desfavorecidos que pueden tener más dificultades para estudiar carreras científicas.

Además de la UOC, ¿cuáles son los colaboradores de este proyecto europeo?

Como colaboradores hay tres asociaciones de comunicación científica que utilizan estas metodologías de las artes escénicas (aquí es The Big Van Theory, con monólogos; en Inglaterra es Science Make Simple, con teatro de calle, y en Francia es Traces, con payasos); las universidades de Bristol y Warwick, en Inglaterra; una asociación de profesores francesa que se llama Atelier des Jours à Venir, que realiza formación sobre filosofía de la ciencia; la Universitat Autònoma de Barcelona; la Unesco como socio institucional en el área de enseñanza, y la European Science Events Association, que se dedica a comunicar y divulgar el proyecto.

¿Cada uno de estos colaboradores elige unos determinados centros educativos para trabajar?

Exacto. Elegimos cuatro escuelas de enseñanza secundaria, de contextos socioeconómicos bajos y medios. Aquí, ahora mismo trabajamos con el IES Castellbisbal y el IES Santa Eulàlia (Terrassa), y el próximo año trabajaremos en dos escuelas de la ciudad de Barcelona.

¿Habéis empezado a realizar prácticas reales con los jóvenes?

Sí. Hemos empezado a trabajar la parte más relacionada con la exploración haciendo talleres con estudiantes de tercero de ESO, ¡y el caso es que responden de maravilla! De momento, exploramos los estereotipos que los jóvenes tienen respecto a la ciencia, el rol de estos estereotipos en la ciencia, algunas cuestiones éticas (les preguntamos por los transgénicos, por ejemplo), las dudas que tienen sobre algunas disciplinas como la nanotecnología, etc.

¿Y qué les hacéis hacer, exactamente?

Hacemos talleres y monólogos científicos, y vamos incluyendo en ellos los primeros resultados que encontramos. Por ejemplo, si detectamos que las chicas no se sienten capaces de hacer carreras científicas o si la mayoría del grupo piensa que solo estudia ciencias el friki de la clase, tratamos estos estereotipos de una forma divertida para hacer reflexionar a los jóvenes. Tras el monólogo hay un espacio abierto de preguntas para fomentar el diálogo.

En enero empezaremos una segunda fase del proyecto, en la que los estudiantes asumirán un papel más activo. Elegirán un tema que les interese, se pondrán en contacto con investigadores reales que trabajen en ese mismo ámbito y realizarán una investigación sobre el tema. La idea es que al cabo de medio año hayan creado su propia actuación y la puedan representar frente al resto de la clase. Nosotros evaluaremos el proceso de aprendizaje a lo largo de toda esta interacción. De este modo, los estudiantes pasan a ser agentes activos que construyen un monólogo y trabajan unas competencias que en el ámbito formal de sus clases de ciencia no se potenciarían tanto.
 

«Los estudiantes crean su propio monólogo»
 

Lo que comentas de las competencias casa con uno de los propósitos de Escuela Nueva 21, un proyecto educativo que apuesta por generar competencias para la vida.

Los jóvenes aprenden haciendo su propio monólogo de ciencia, se ponen en contacto con investigadores jóvenes... De este modo, fomentamos competencias sociales y cívicas: aprender a colaborar, aprender a comunicarse de forma verbal y gestual, aprender a aprender, reflexionar sobre lo que se aprende, tomar decisiones y aprender a consensuarlas con los compañeros, etc.: un conjunto de aspectos que en el futuro deberán utilizar en su vida.

¿Cómo crees que ayudáis a estos jóvenes en la elección de la carrera que realizarán?

No todos estos jóvenes se decantarán por carreras científicas, pero sí tendrán más herramientas, conocerán qué es la ciencia y tendrán una imagen mucho más cercana de las personas que se dedican a ella.

¿Qué papel tiene la ciencia en la sociedad?

Si no hay investigación, no avanzamos. Pero también existe un riesgo: la responsabilidad. Hay que tener en cuenta a la sociedad cuando se hace investigación. Hay que acercar la sociedad a la investigación y hacerla partícipe de lo que debe ser la investigación. Por lo tanto, la investigación debe ser deseable y socialmente aceptable. Esto significa que el mundo de la ciencia debe abrirse y escuchar lo que quiere la ciudadanía. La Comisión Europea se ha dado cuenta de que la separación entre ciencia y sociedad no puede seguir. En cambio, si creamos sinergias, avanzaremos de una forma mucho más responsable. Además, el presupuesto que la Comisión Europea destina a la investigación lo pagamos todos los europeos. Es, por lo tanto, financiación pública.
 

«La ciencia debe abrirse y escuchar lo que quiere la ciudadanía»
 

A los estudiantes que participan en nuestro proyecto Perform les explicamos que sus aportaciones contribuyen a un proyecto de investigación europeo y pueden influir en las políticas educativas del futuro.

 

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