Cómo escribir en Internet
Bella Palomo

Consultora de Multimedia y Comunicación de los estudios de Información y Documentación de la UOC
mpalomot@campus.uoc.es


Resumen: La Red modifica las fórmulas de expresión e incluso revoluciona el modelo más primitivo: la escritura. Nuevos mecanismos textuales se imponen con el objetivo de alcanzar una lectura más clara, cómoda y casi intuitiva. Evitar el uso de los scrolls, de los enlaces en el cuerpo de texto e incentivar la respuesta del lector son algunas de las claves para alcanzar el éxito en Internet y ahora los estudios trasladan la misma cuestión a los dispositivos móviles.
1. La eficacia del nuevo modelo de expresión
Internet ya no se define exclusivamente como un gran centro emisor de información, pues entre sus bondades destaca su capacidad para recibir y albergar todo tipo de expresiones de carácter individual o colectivo. Sin embargo, el nivel de éxito y accesibilidad de cada web ya no depende exclusivamente de que la registren más o menos buscadores. En este sentido, la adopción del nuevo modelo de expresión textual que exige un nuevo entorno se erige como el requisito más vanguardista.
1.1. Redefinición del concepto de redacción
Uno de los sectores más afectados por esta necesidad de cuidar la forma del contenido, de redefinir el concepto tradicional de redacción, es el de los medios de comunicación. El periodista tecnológicamente activo, e incluso aquellos que ejercen de infomediarios, asumen un nuevo concepto de redacción, cuya finalidad es la elaboración de informaciones no lineales, sino tridimensionales. Leonard Sellers, profesor de Periodismo en la Universidad de San Francisco, fija tres normas básicas para publicar en Internet[1]:

1. Una noticia no puede ocupar más espacio que el recogido en una pantalla de ordenador, con el objetivo de no recurrir a los cursores.
2. No insertar enlaces en la información, sino al final de ésta, para evitar que el internauta no concluya la lectura de la pieza.
3. El reportero on line debe combinar texto, imágenes, sonido y vídeo.

Por su parte, los profesores de la Universidad del País Vasco Armentia, Caminos, Elexgaray y Merchán[2] establecen otras cuatro reglas para que los escritos en la red comulguen con la globalidad:

-Titulares informativos y sencillos basados en una oración simple.

-Elaboración de un texto matriz con los elementos esenciales de la información;

-Los links sustituirán a las entradillas, al destacar los elementos más importantes de una noticia y paralelamente conectan con los despieces en los que se desarrollan los complementos del texto principal. Estos enlaces insertos en un mismo documento para evitar la fatiga de su longitud son denominados anchors.

-División del texto en despieces de un máximo de 25 líneas.

Quizá el último enunciado resulte el más difícil de asumir ya que una de las virtudes de Internet es que elimina el espacio como limitación y muchos periodistas consiguen liberar en este canal su estilo, aunque de forma poco efectiva[3].


2. Otras claves: La escaneabilidad, el hipertexto y la interacción

Además de los textos cortos, Jakob Nielsen afronta la escaneabilidad[4] en la lectura de las páginas web[5] y recomienda estructurar los artículos en dos o tres niveles de titulares, además de enfatizar aquellas palabras que pueden captar más fácilmente la atención del lector. Respecto a los mecanismos hipertextuales, Nielsen advierte que su función no consiste en segmentar una historia en múltiples páginas, cuya carga no sólo dificultaría la lectura, sino también la impresión del documento, y apuesta por enfocar determinados aspectos de la información, teoría afín a la desarrollada en anteriormente por Armentia, Caminos, Elexgaray y Merchan. Nielsen aporta un elemento más en esta dirección y es que la estructura del hipertexto debe inspirarse en un análisis de los intereses de la audiencia, a la vez que defiende la aplicación del principio de pirámide invertida para que el lector aprecie inmediatamente el sentido y la utilidad del documento.

Lanson y Croll también apuntan en este sentido que para potenciar la interactividad hay que producir historias que el público desee responder[6].


3. Un lenguaje casi coloquial

En lo que respecta al lenguaje, en su libro La cyberpresse, Serge Guérin supera las fórmulas a aplicar en la estructura de las informaciones y se introduce en el tratamiento del contenido al confiar en un modelo de expresión cercano al coloquial caracterizado por las frases cortas y un vocabulario simple, asequible para una audiencia mundial.


4. La influencia del soporte

No se puede obviar la repercusión que la aventura multimedia de las empresas depositará en la tarea del profesional ya que la información elaborada en las redacciones se distribuirá por múltiples plataformas: Internet, la televisión digital, la telefonía móvil... por lo que no sólo importa la elaboración del producto, sino disponer de un propósito de multidifusión. En este sentido, el grupo Knight-Ridder, Hewlet Packard y Grupo Zeta han ideado soportes similares, el newspad o la tableta electrónica, aunque su precio excesivo ha limitado su desarrollo. Las invenciones de hardware[7] destinado al consumo portátil se acompañan necesariamente de nuevos software, como AvantGo, aplicación que comprime los datos de una página web para concentrarlos en una plataforma móvil y que ya emplean diarios como el Post-Intelligencer, The Philadelphia Inquirer, Detroit Free Press y The Miami Herald. Esta latente preocupación alerta de un nuevo campo aún por explotar, las normas de redacción de contenidos para WAP, y que sería digno de otro artículo ya que ninguna de las teorías anteriormente citadas seguirían vigentes para esta nueva tecnología.


Notas:
[1] LANSON, J., y CROLL, B. (1999), News in a new century. Reporting in an age of converging medi@. Thousand Oaks: Pine Forge Press. P. 112.
[2] "La información en la prensa digital: redacción, diseño y hábitos de lectura", en la revista de estudios de comunicación Zer, n.º8, mayo 2000, p. 204.
[3] Así lo reconoce Carole Rich, para quien la web tiene un espacio ilimitado, pero los lectores no tienen una atención ilimitada. Véase "Newswreting for the web", http://members.aol.com/crich13.
[4] Mario García afirma en su libro Redesigning print for the web (1997) que mientras a la lectura del periódico en papel se dedica 20 minutos, en Internet el tiempo se reduce a siete.
[5] Véase "Be Succinct! (Writing for the Web), en Useit.com, marzo 1997, [Fecha de consulta: 22.09.00], http://www.useit.com/alertbox/9703b.html.
[6] "... write online is closer to a conversation than a lecture. To use the new medium effectively... the journalist must be far more open to engaging readers in discussion and, sometimes, to using them as resources of information". LANSON, J., y CROLL, B., News in a new century. Reporting in an age of converging medi@ (1999). Thousand Oaks: Pine Forge Press. p 112.
[7] Para Brian Chin tres innovaciones (3Com PalmPilot VII, el XML y la emisiones audiovisuales captadoras de audiencia) dominarán las vías de emisión de noticias, como recoge Trevor Aaronson en "Rules change for new information platforms", 19.01.2000, [Fecha de consulta: 14.04.2000], http://poynter.org/centerpiece/011900-index.htm.


Enlaces relacionados:

DECEMBER, J., "The myths and realities of World Wide Web Publishing", Third Hong Kong Web Symposium. Mayo 1997.
http://www.december.com/cmc/mag/1997/may/december.html
GARCÍA, M., "A new media renaissance", The Poynter Institute. 1999.
http://www.poynter.org/dj/Projects/onlineseminar/mgarcia.htm
MORKES, J. y NIELSEN, J.,: "Concise, SCANNABLE, and Objective: How to write for the Web". Useit.com. 1997.
http://www.useit.com/papers/webwriting/webwriting.html
PABLOS, J.M. de, "Tecnología, Internet y español: flujo de influencia y dependencia". I Congreso Internacional de la Lengua Española. Zacatecas (México), 1997.
http://cvc.cervantes.es/actcult/congreso/prensa/comunicaciones/depablos1.htm
SCANLAN, C., "Writing Online Rocks", The Poynter Institute. 2000.
http://www.poynter.org/centerpiece/022800-index.htm
[Fecha de publicación: julio de 2001]