La evolución del sector TIC en España: una comparación internacional
Jordi Vilaseca Requena

Profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC (ONE-IN3)
jvilaseca@campus.uoc.es

Joan Torrent i Sellens

Profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC (ONE-IN3)
jtorrent@campus.uoc.es

Ángel Díaz Chao

Colaborador de investigación de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC (ONE-IN3)
adiazch@campus.uoc.es

Laura Lara

Colaboradora de investigación de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC (ONE-IN3)
Analista del Departamento de Marketing de Infojobs.net
laural@infojobs.net


Amb la col·laboració d'



Este trabajo compara a escala internacional, la evolución económica de uno de los sectores nucleares de la economía del conocimiento: el sector TIC. Una de las principales conclusiones del informe es que la sociedad española va por delante de la actividad empresarial en el desarrollo de la sociedad de la información y el conocimiento. Además, este informe analiza la evidencia microeconómica relativa al desarrollo del mercado de trabajo de la economía del conocimiento a partir de la explotación de la base de datos de Infojobs.net. El principal resultado de este apartado de la investigación es la constatación del hecho que las bolsas de trabajo en línea son utilizadas por un candidato medio metropolitano, urbano, con una elevada flexibilidad y que quiere cambiar de trabajo. Además, las ofertas de trabajo cubiertas se centran básicamente, en las actividades intensivas en conocimiento.



0. Presentación

A partir de la segunda mitad de la década de los noventa las economías desarrolladas se han caracterizado por la progresiva implantación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el conjunto de las actividades económicas, tanto de producción como de distribución y consumo. Un amplio abanico de innovaciones de proceso y de producto en materia informática y de telecomunicaciones ha generado la aparición de nuevas actividades productivas —el sector TIC— que, junto a la transformación de la industria de los contenidos tradicionales hacia los nuevos formatos digitales, ha dado lugar a un nuevo sector productivo: la industria de la información.

La emergente industria de la información está superando su propio desarrollo tecnológico y, en la actualidad, el conjunto de productos y servicios resultantes de la producción informacional es utilizado como factor productivo en el resto de sectores de actividad de la economía. De esta forma, se está construyendo un entramado de relaciones sinérgicas entre la industria de la información y el resto de sectores de actividad, que tiene como principal elemento visible la incorporación del conocimiento en la estructura productiva de las economías avanzadas.

Por esta razón, podemos hablar de una economía del conocimiento, que está cambiando las relaciones macroeconómicas básicas que los economistas han ido creando desde la Segunda Guerra Mundial. En efecto, todo parece indicar que las relaciones entre crecimiento económico, inflación y paro han presentado importantes cambios a partir de la segunda mitad de la década de los noventa, con la implantación de las tecnologías digitales[1]. La progresiva incorporación del conocimiento en la actividad económica se ha manifestado en los últimos años desde diversas perspectivas. Por un lado, a través de la elevada participación de las TIC en la producción de algunos sectores de actividad importantes como el del automóvil, las industrias química y farmacéutica o las finanzas. Por otra parte, el recurso conocimiento también está aumentando su presencia en sectores productivos menos intensivos en este recurso como, por ejemplo, la industria textil o la distribución comercial. Finalmente, el conocimiento también se ha manifestado mediante nuevas formas de distribución y consumo, cambios en las relaciones empresariales y nuevas formas de financiación.

Dicho de otra forma, economía del conocimiento no sólo son las empresas ".com"; economía del conocimiento también son los cambios en la oferta —nuevas formas de producir, de trabajar, de interacción entre empresas, de ofrecer productos y de innovar en los diseños organizativos, etc.— y cambios en la demanda —nuevas formas de distribuir y consumir, nuevas formas de realizar inversión y financiación, cambios en las relaciones internacionales, etc.—, generados por el uso intensivo de las TIC y los contenidos digitales.

Por último, y como no podía ser de otra forma, la consolidación de esta nueva economía está generando importantes cambios en el conjunto del entramado y las relaciones sociales. Las modificaciones en el mercado de trabajo, los efectos ideológicos y culturales, los cambios institucionales y políticos y, en definitiva, las nuevas relaciones del individuo con su entorno, definen algunos de los efectos de las actividades económicas basadas en el conocimiento sobre sus bases sociológicas e institucionales. En definitiva, se trata de los efectos que la economía del conocimiento está generando en la construcción de la Sociedad del Conocimiento. La figura 1 presenta estos elementos de una forma esquematizada.

Fuente: Vilaseca y Torrent (2001a, 2001b).


En la misma la línea de investigación que iniciamos con la publicación del primer informe trimestral Infojobs.net —La ocupación de la economía del conocimiento en España—, en este segundo informe —La evolución del sector TIC en España: una comparación internacional— se realiza una comparación internacional de la evolución económica de uno de los sectores nucleares de la economía del conocimiento: el sector TIC. Así pues, en este documento Infojobs.net (www.infojobs.net) pone a disposición del público en general un nuevo estudio sobre la nueva economía. Este informe se estructura en dos apartados. Después de esta breve introducción, se realiza una comparación internacional sobre la evolución económica del sector TIC en España, en un conjunto de países de la UE, en EE.UU. y en Japón. Para ello, y después de revisar la evidencia internacional, ha sido necesario elaborar una serie de datos correspondientes al valor añadido bruto (VAB) del sector TIC, que se ha combinado con datos a partir de diversas fuentes nacionales e internacionales relativas a la inversión en investigación y desarrollo, al sector exterior y al mercado de trabajo. De esta forma, se ha obtenido una visión completa de cuatro de los indicadores económicos más importantes para el seguimiento del desarrollo del sector TIC. La segunda parte del estudio analiza la evidencia microeconómica relativa al desarrollo del mercado de trabajo de la economía del conocimiento, a partir de la explotación de la base de datos de Infojobs.net. Por último, se presenta una bibliografía y un anexo estadístico.


1. La evolución del sector TIC en España

1.1. Las métricas internacionales del sector TIC

El punto de partida de las métricas del sector TIC son un conjunto de estudios del Departamento de Comercio de EE.UU. (1998, 1999, 2000) que inciden en el proceso de digitalización como fundamento del cambio en el patrón de crecimiento de la economía de EE.UU. Para ello, se definen las producciones integradas en el sector TIC y cuál ha sido la contribución de este sector en el crecimiento económico agregado de este país. En lo referente a la identificación de las ramas productivas del sector TIC, reproducidas en la tabla 1, cabe destacar la agrupación del sector TIC en tres componentes: el hardware, el software y los equipos y servicios de comunicaciones.

A partir de esta primera identificación, la OCDE (2000a) ha planteado los principios básicos de los bienes y servicios resultantes de la aplicación económica de estas tecnologías digitales, distinguiendo entre la producción de la industria manufacturera TIC y la de los servicios TIC. A grandes rasgos, podemos identificar este sector de actividad como "la rama productiva que utiliza las tecnologías digitales para producir bienes y servicios que procesan, transmiten, visualizan, detectan, miden, reproducen, controlan y permiten el tratamiento de la información y la comunicación". Esta definición se traduce, siguiendo la metodología de la OCDE, en tres subramas de actividad: la manufactura de maquinaria, equipos, componentes, accesorios, instrumentos de medida y control y los equipos de comunicación, así como los servicios de programación, las ventas y alquileres de maquinaria y los servicios de comunicaciones[2].

Una vez determinadas las ramas productivas integrantes del sector TIC ya estamos en disposición de abordar la evolución de sus resultados empíricos. La tabla 2 reproduce la renta generada por el sector TIC en EE.UU. en comparación con el resto y el total de la economía, así como su evolución en términos nominales y las aportaciones al crecimiento económico.





Diversos elementos que se deben destacar. Primero, la evolución creciente del sector TIC en la determinación del conjunto de la renta de EE.UU. En efecto, en términos nominales, la participación de este sector de actividad ha pasado de un 5,7% de la renta de EE.UU. en 1991 a un 7,9% en 1999, y con unas previsiones para el 2000 cercanas al 8,5%. Segundo, el elevado dinamismo del sector —entre 1994 y 2000— ha presentado aumentos medios anuales de la renta generada cercanos al 10%, claramente por encima de los avances cercanos al 5%, del conjunto de la economía. Y, tercero, la elevada contribución del sector TIC al crecimiento económico: entre 1995 y 1999 su aportación se ha situado alrededor del 30%. Por tanto, podemos concluir que el sector TIC se ha configurado en uno de los elementos explicativos del fuerte crecimiento económico de EE.UU. durante la segunda mitad de la década de los noventa. Además, una visión panorámica de la OCDE (2000a) nos permite poner de relieve la progresiva importancia que el sector TIC presenta en el conjunto de la actividad económica. Para analizarlo, estudiaremos cuatro macromagnitudes: el VAB, la ocupación, el gasto en I+D y el comercio exterior. En cuanto al VAB se refiere (tabla 3), principal indicador de la evolución de la actividad productiva de cualquier sector de actividad, debemos destacar que en 1997 EE.UU. acaparaba la mitad del valor añadido TIC de toda la OCDE, valor que contrasta con su representación, cercana a una tercera parte, en términos del total del valor añadido.



Por orden de importancia, seguían a EE.UU., la UE con un 27,6% del conjunto del valor añadido generado en la OCDE, mientras que Japón representaba un 12,8%.
Sin embargo, cuando se analiza la participación del sector TIC sobre el total de la actividad económica de cada país, las percepciones de implantación de este emergente sector de actividad presentan ciertas sorpresas. En efecto, los países con una participación del sector TIC más elevada sobre el conjunto del valor añadido son Corea (con un 10,7% del total en 1997), Suecia (9,3%) y Hungría (9,2%). EE.UU. (8,7%), Gran Bretaña (8,4%) y Finlandia (8,3%) también presentaban participaciones elevadas, mientras que Japón (5,8%) y los grandes países de la Unión Europea (con porcentajes inferiores al 6,5%) se situaban a una cierta distancia de los países con un sector digital más desarrollado. Esta primera aproximación al sector TIC en el conjunto de países de la OCDE puede completarse con un breve análisis de la ocupación (tabla 4). Como sería de esperar, en 1997 la tríada representaba la mayoría de puestos de trabajo del sector en la OCDE, con un 35,3% del total EE.UU., un 34,7% la UE y un 16,1% Japón.



Una primera conclusión es la mayor intensividad en el trabajo del sector TIC en la UE, ya que con un 27,6% del total del valor añadido de la OCDE ocupaba un porcentaje de personas claramente superior (un 34,7% del total de la OCDE). En cambio, los registros de EE.UU. parecen estar en sintonía con una mayor intensidad del capital, ya que con poco menos de la mitad del valor añadido generado en la OCDE, el volumen de ocupados sólo representaba un 35,3%. En lo referente al análisis individualizado de los países, de nuevo países no esperados ocupaban las primeras posiciones. En este sentido destaca Suiza, con un 6,0% de toda la ocupación en el sector TIC; Hungría, con un 5,7%; Noruega, con un 5,3%, y Dinamarca, con un 5,1%. En EE.UU. las TIC representaban un 3,9% del total de la ocupación, mientras que en Japón el porcentaje era de un 3,4% y en la UE un 3,9%[3]. En cuanto al gasto en I+D (tabla 5) se refiere, destaca en primer lugar que EE.UU. (con un 51,5% del total de la OCDE), Japón (con un 22,4%) y la Unión Europea, con menor intensidad que el valor añadido y la ocupación (17,3%), lideraban en 1997 esta tipología de inversión. Por países, se aprecian diferencias significativas cuando se analiza la intensividad (la participación del gasto en I+D TIC sobre el VAB del sector TIC) de esta inversión.



En efecto, Japón (con un 17,2% del VAB TIC), Finlandia (con un 15,7%), Suecia (con un 12,1%) y EE.UU. (con un 10,3%) presentan participaciones mucho mayores que el resto de países de la OCDE, lo que podría explicar la fuerte dinámica del sector en la actualidad. Del mismo modo, también se aprecian diferencias muy importantes cuando se relaciona el gasto en investigación y desarrollo del sector TIC con el gasto total en investigación y desarrollo del sector privado de la economía. De nuevo, este indicador lo lidera Finlandia, con más de la mitad de la inversión en I+D destinada al sector TIC. Al igual que con el valor añadido y la ocupación, los grandes países de la Unión Europea presentan una participación de la inversión en I+D en el sector TIC claramente inferior a la de EE.UU., Japón y los países escandinavos.

El análisis del sector exterior de bienes y servicios TIC (tabla 6) también pone de relieve diferencias significativas. En primer lugar, cabe destacar que en 1998 tanto la UE como la OCDE presentaban un déficit comercial de mercancías del sector TIC, el déficit liderado por EE.UU., Canadá, Alemania, Italia, Australia y España. Por el contrario, Japón, Irlanda, Finlandia, México, Corea, Suecia, Gran Bretaña y Hungría presentaban un superávit comercial.



De hecho, un indicador del grado de apertura del sector TIC (medido a través de la suma de exportaciones e importaciones en relación con las exportaciones e importaciones del total de la economía) muestra que el país más abierto al exterior en 1998 era Irlanda (con una participación del sector exterior TIC sobre el total del 33,1%), seguido a una cierta distancia, por Hungría, Corea, México, Japón, Finlandia y Holanda. Una vez más, ninguno de los cinco grandes países europeos aparece en las primeras posiciones por lo que se refiere al grado de apertura exterior del sector TIC (sólo Gran Bretaña se acerca a las participaciones comentadas anteriormente).

Finalmente, y atendiendo a la evolución de estas cuatro magnitudes económicas, la OCDE presenta una ordenación orientativa por países de la intensividad en el sector TIC[4]. A partir de la posición que ocupan en relación al conjunto de la OCDE para cada una de las cuatro magnitudes presentadas, los países se dividen en tres grupos: intensidad TIC elevada, intensidad TIC media e intensidad TIC baja. Los resultados, reproducidos en la tabla 7, muestran cómo dos países escandinavos (Finlandia y Suecia), EE.UU. y la Gran Bretaña, así como tres países (Hungría, Corea e Irlanda) especializados en alguna de las producciones del sector, lideran el desarrollo económico del sector TIC. En el grupo de intensidad media se inscribe un amplio conjunto de países, entre los que destacan el resto de países escandinavos y algunos de los grandes países de la Unión Europea, como Francia e Italia. Finalmente, en el grupo de países con menor intensidad en el uso de las TIC encontramos a Australia, Bélgica, Chequia, Nueva Zelanda, Polonia, Portugal, Turquía y dos de los grandes países de la Unión Europea: Alemania[5] y España[6]. En este sentido, y a modo de resumen, podemos afirmar que el sector TIC es un sector emergente, que representará una parte creciente de la actividad y del crecimiento económico y que hay que incidir en el desarrollo de métricas para abordar su seguimiento.




1.2. Una comparación internacional del desarrollo del sector TIC en España
Como señalamos anteriormente, una de las principales variables macroeconómicas que nos permite realizar el seguimiento de un sector económico y, en concreto, el sector TIC es el valor añadido bruto. Con el objetivo de actualizar la información de la OCDE y presentar una ordenación orientativa por países del desarrollo económico del sector TIC, que incluye la actualización de los datos de ocupación, I+D y sector exterior, presentamos a continuación una estimación del valor añadido bruto para nueve países (EE.UU., Japón, Finlandia, Suecia, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y España) en el período 1996-2000.

Para efectuar la estimación se ha tomado como referencia el único dato publicado, acorde con la definición establecida de sector TIC, es decir, el VAB del año 1997[7]. Una primera parte de la estimación comprende la evolución del valor añadido entre los años 1991 y 1996. Para el cálculo de la variable en dicho período, se ha utilizado el porcentaje de gasto TIC sobre el VAB total de la economía, dato ofrecido tanto por la OCDE (2001a, 2001b, 2001c) como por el EITO (2001, 2000, 1999). Con la obtención del valor absoluto que supone el sector TIC, tenemos lo que representa el consumo más la inversión, de forma que tan sólo tendríamos que añadirle el valor del saldo exterior para obtener el valor requerido. Con el fin de obtener una serie homogénea, las tasas de crecimiento resultantes se aplican al valor ofrecido por la OCDE para el año 1997 y se obtiene la correspondiente serie de VAB 1991-1997. Por otra parte, para la estimación a partir del año 1998, se parte de los datos de valor de mercado TIC publicado por el EITO. El supuesto para la obtención de la serie correspondiente consiste en que el valor añadido supone una proporción constante del valor de mercado en las tecnologías de la información y la comunicación. El EITO ofrece la serie de valor de mercado para el período 1997-2002[8], de forma que podemos calcular la proporción que supone en 1997 el valor añadido respecto al valor de mercado y obtener así la serie 1998-2002.

En resumen, la metodología de cálculo del valor añadido bruto es la siguiente:

Si:



Si:



Por otra parte, y en línea con la metodología utilizada en el primer informe trimestral de Infojobs.net (véase Vilaseca y Torrent, 2001a), se ha tratado de realizar un ranking de países en el que se analiza el grado de desarrollo que han alcanzado durante los últimos 5 años; es decir, en el período 1996-2000. De esta forma, tanto para 1996 (año inicial) como para 2000 (último año disponible), se ha asignado el valor cien al máximo entre el conjunto de países analizados y descritos con anterioridad. Es decir, para una variable x en 1996 se asigna el valor 100 al país que en ese año tenga un valor más elevado. De la misma forma, en el 2000 se vuelve a calcular el máximo por países, obteniendo así una medida de la evolución TIC relativa y, a su vez, un índice de convergencia (Indicador Infojobs.net del desarrollo económico del sector TIC).





En el último informe de Infojobs.net se realizó una aproximación al desarrollo de la sociedad del conocimiento en España, en comparación con los países más avanzados de su entorno, a partir de un conjunto de indicadores tecnológicos que, a grandes rasgos, ponían de relieve el atraso relativo de la sociedad española en la implantación de las tecnologías digitales. Sin embargo, también destacábamos el importante esfuerzo que los agentes económicos de España han realizado durante los últimos años para acercar los niveles de desarrollo de la sociedad de la información a los registros de las principales economías de nuestro entorno. En este sentido, destacaban la fuerte aceleración del gasto TIC y la aproximación del desarrollo de las infraestructuras como los ordenadores, los usuarios de Internet y de la telefonía móvil. Ahora bien, estos datos no nos daban información relevante sobre el desarrollo de la producción de uno de los sectores nucleares de la economía del conocimiento: el sector TIC. Precisamente, éste es el objetivo de la aproximación que se realiza a continuación. Para ello, es decir, para medir la distancia relativa en la evolución económica del sector TIC se ha construido un indicador medio que recoge la evolución de cuatro de las principales macromagnitudes del sector, indicador que se ha relacionado con el país más desarrollado.

El Indicador Infojobs.net del desarrollo económico del sector TIC ofrece dos grupos de países bien diferenciados: por un lado, Estados Unidos, Japón, Finlandia y Suecia destacan por encima del resto y obtienen un valor para el índice muy por encima de la media del conjunto de los 9 (100 para EE.UU. en ambos años, 88,4 y 85,9 para Japón en 1996 y 2000, respectivamente, 82,4 y 98,7 para Finlandia y 81,8 y 86,9 para Suecia en 1996 y 2000 respectivamente, frente a una media de 70,4 en 1996 y de 72,3 en 2000). Un primer elemento que se debe destacar es que hay una clara convergencia en el indicador impulsada por el fuerte crecimiento de los dos países nórdicos. Por otro lado, existe un segundo grupo de países con registros inferiores a la media y que han sufrido un aumento o incluso disminuciones en el índice y que, por lo tanto, han registrado una mayor o menor divergencia en media. Tanto Gran Bretaña como Italia crecieron, aunque sensiblemente por debajo de la media, mientras que Alemania, Francia y España disminuyeron en 0,4, 1,7 y 2,1 puntos respectivamente[9].

El análisis diferenciado por países nos proporciona, asimismo, una perspectiva más clara de las causas que fundamentan el Indicador Infojobs.net. En primer lugar, Francia ocupa la penúltima posición en el ranking (figura 2), sólo por encima de España y con una evolución negativa en el período 1996-2000 como consecuencia, principalmente, de una menor inversión en investigación, lo que se traduce en la creación relativa de empleo TIC. La parte positiva la encontramos en la mejora del sector exterior, que mostró un mayor dinamismo y favoreció un mejor comportamiento del valor añadido, aunque lejos de la media de los países analizados. Este comportamiento fue generalizado entre los países analizados, sobre todo en lo referente a la investigación y el desarrollo y el empleo, donde Suecia y Estados Unidos, respectivamente, crecieron muy por encima del resto, lo que provocó una caída relativa de los índices en el resto de países.



El caso alemán (figura 3), no ajeno a la tendencia generalizada de la ocupación y de I+D, y presenta por un lado un crecimiento de la investigación TIC muy inferior al registrado en el resto de la economía germana, lo que ha favorecido aún más la divergencia. En el caso del empleo, el fuerte crecimiento TIC estadounidense eclipsa el avance de Alemania, cuyo ratio creció en 0,1 puntos. El sector exterior, por su parte, presenta una tendencia a la convergencia aunque dista de la media que conforman los nueve países, mientras que el valor añadido es uno de los puntos fuertes de la industria TIC alemana que, no obstante, vio reducida su diferencia relativa a pesar del crecimiento.



En lo que concierne a Italia (figura 4), debemos destacar el fuerte impulso del valor añadido, que desde los bajos niveles registrados en 1996 (64,1 puntos) avanzó hasta los 89,6 en 2000, superando así la media de este indicador (80,9 en 2000). Los indicadores de I+D y empleo presentaron caídas significativas, lo que, unido a un sector exterior poco dinámico, explica la posición italiana lejos de los países más avanzados en el desarrollo económico de las tecnologías de la información y la comunicación.





Gran Bretaña (figura 5) supone la frontera entre un primer grupo de países donde el desarrollo del sector TIC está más avanzado (Estados Unidos, Japón, Finlandia y Suecia) y un segundo grupo de países en una fase más retardada (compuesto por Italia, Alemania, Francia y España). El país anglosajón ha mantenido en el período analizado una tendencia positiva y ha continuado en una línea de convergencia con Estados Unidos. El aspecto más destacado de Gran Bretaña lo compone el sector exterior, que registró un fuerte impulso en el período 1996-2000 y que tiene su reflejo en el VAB, tan sólo superado por el país norteamericano. Por el contrario, el gasto en investigación y desarrollo es el aspecto menos positivo en lo referente al desarrollo de la industria TIC.

Por otra parte, y como ya se ha destacado, hay un conjunto de países que lideran el desarrollo del núcleo de la economía del conocimiento. Suecia (figura 6) ha evolucionado de forma muy positiva entre los años analizados debido, principalmente, al mejor comportamiento respecto a Estados Unidos, que le hizo obtener un índice más elevado a pesar de la fuerte caída de la inversión en investigación y desarrollo. Una vez más, en línea con el resto de países, es el sector exterior el indicador de mejor comportamiento.



El liderazgo de los países nórdicos tiene su reflejo en el comportamiento de Finlandia (figura 7), que destacó como el de mejor evolución en la segunda parte de la década de los noventa. Así, tan sólo la ocupación mantuvo una línea menos expansiva, comportándose muy a la par de la creación de empleo del conjunto de la economía (16,7% y 15,1% respectivamente). Además, el gran dinamismo del sector exterior y el fuerte aumento de la inversión impulsaron el crecimiento del valor añadido TIC.



Japón, aunque se sitúa en el grupo de cabeza en el desarrollo del sector TIC, fue el país que peor se comportó entre 1996 y 2000 (figura 8). La mala evolución de la economía japonesa en los últimos años tuvo también su reflejo en las tecnologías de la información y de la comunicación. De los cuatro indicadores, resaltó el dinamismo exterior, que fue el más destacado tanto en 1996 como en 2000. El empleo, la inversión en investigación y desarrollo y el valor añadido avanzaron, sin embargo, de forma mucho más contenida.

Estados Unidos lideró, tanto en 1996 como en 2000, el Indicador Infojobs.net (figura 9). En efecto, el valor añadido generado, así como el empleo creado en el sector TIC, fueron mucho mayores que en los sectores tradicionales de la economía. El aspecto negativo estuvo en la fuerte caída relativa de la inversión en I+D, así como en la menor expansión registrada en el indicador exterior.





Finalmente, en el caso español (figura 10) es preciso matizar que forma parte de un tercer grupo de países con un menor desarrollo de la industria de las tecnologías de la información y de la comunicación no analizados en el presente informe. Así, la distancia con los ocho países que componen el ranking Infojobs.net es muy notable. En esta línea, uno de los hechos más destacables es la divergencia respecto a estos países, lo que indica una etapa de desarrollo mucho más tardía que en el caso, por ejemplo, de los principales países de la Unión Europea. La gran distancia entre la inversión española en investigación y desarrollo y la realizada en los otros ocho países se manifiesta en un bajo desarrollo del sector exterior. Por otro lado, y a pesar de la caída del índice de ocupación, el empleo supone el punto fuerte del sector TIC español.



En este sentido, y comparando con los principales resultados obtenidos en el informe anterior, podemos concluir que el desarrollo de la demanda de los bienes y servicios resultantes de la aplicación económica de las tecnologías de la información y la comunicación está mucho más avanzada que el desarrollo de la oferta, representada por el Indicador Infojobs.net de desarrollo económico del sector TIC. Esta conclusión es todavía más relevante cuando se compara la dinámica entre la demanda y la oferta TIC en el grupo de países menos desarrollados. De hecho, podemos cerrar este apartado afirmando que en países como España y en relación con el desarrollo de la sociedad de la información, el conjunto de la sociedad está claramente más avanzada que el sector empresarial, tal como se ha observado en el análisis del Indicador Infojobs.net relativo al desarrollo económico del sector TIC.


2. Mercado de trabajo y economía del conocimiento: evidencia microeconómica a partir de los datos de Infojobs.net

Una vez se ha analizado desde una perspectiva económica la evolución del sector productivo vinculado con las tecnologías de la información y la comunicación, la disponibilidad de información relativa a la intermediación del mercado de trabajo en Internet que nos facilita la base de datos de Infojobs.net nos permite avanzar en el conocimiento de un aspecto clave de la nueva economía: el perfil sociodemográfico de la intermediación en el mercado de trabajo en Internet. Para ello, hemos dividido este apartado en dos partes. En primer lugar, abordamos las grandes líneas de la nueva ocupación generada en España en los últimos años y, en un segundo apartado, analizamos el perfil económico y social de los candidatos, las empresas y las ofertas de trabajo, resultante de la explotación de la base de datos de Infojobs.net


2.1. Las características socioeconómicas de la nueva ocupación en España

El estudio del perfil sociodemográfico de la nueva ocupación en España a partir de la información disponible de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), extraídos de la base de datos TEMPUS del INE, permite una aproximación a las características del mercado de trabajo con importantes implicaciones. Efectivamente, la disociación de la nueva ocupación por sexo, edad, sector económico, nivel de estudios y situación profesional es importante no sólo por la evidencia empírica resultante y la profundización en el conocimiento de nuestro mercado de trabajo, sino porque mediante su análisis permite extraer conclusiones sobre cuáles son las características sociodemográficas que demanda el mercado de trabajo y, por extensión, las características de la ocupación asociadas a la destrucción de puestos de trabajo.

Una primera conclusión importante del análisis por sexo de la ocupación en España es la progresiva incorporación al mercado de trabajo de la mujer. Aunque, en términos relativos aún ocupa un lugar secundario —en el 2000 el porcentaje de ocupación femenino representaba un 37,2% del total— es importante destacar su extraordinario dinamismo en los últimos años. Como puede apreciarse en la Tabla 10, la ocupación de mujeres en nuestro país ha pasado de aproximadamente 3,5 millones en 1977 a cerca de 5,4 millones en el 2000. Este elevado dinamismo en la ocupación femenina contrasta con la relativa estabilidad de la ocupación masculina, que en las últimas dos décadas ha presentado un aumento muy poco relevante —de aproximadamente 8,8 millones de ocupados en 1977 a poco menos de 9,1 millones en el 2000.

Otra conclusión relevante de nuestro mercado de trabajo en las últimas dos décadas es que, si bien la tasa de ocupación femenina aún está por debajo de las principales economías avanzadas, su elevado dinamismo nos acerca a las participaciones de los principales países europeos. En este sentido, cabe destacar que, de los aproximadamente 2,1 millones de puestos netos de trabajo que la economía española ha generado entre 1977 y 2000, más de 1,8 millones, corresponde a nueva ocupación femenina, lo que representa un 86,4% de la nueva ocupación creada, mientras que en relación con la ocupación masculina, sólo se han generado 291.000 puestos de trabajo en este período, un 13,6% del total.

Otra característica importante de la nueva ocupación disociada por sexo es el perfil menos procíclico de la ocupación femenina. Como puede apreciarse en la Tabla 11, que identifica la generación de nueva ocupación en sintonía con el perfil cíclico de la economía española, cabe destacar que durante las etapas expansivas experimentadas por la economía española en las últimas dos décadas, la creación de ocupación se ha repartido a partes iguales entre hombres y mujeres. Así, en la etapa expansiva de finales de los ochenta y principios de los noventa la economía española generó casi 2 millones de puestos de trabajo repartidos en 1 millón de mujeres y 1 millón de hombres. De la misma forma, en el actual período de crecimiento económico, que abarca desde 1995 hasta 2000, la economía española ha generado 2,7 millones de puestos de trabajo, repartidos en un 50,9% en nueva ocupación femenina y en un 49,1% en nueva ocupación masculina.

Sin embargo, son las etapas recesivas las que explican la mayor generación de ocupación en el conjunto del período 1977-2000. En efecto, la pérdida de ocupación en las fases de contracción de la actividad de la economía española, tanto en el período de finales de los setenta y principios de los ochenta como en el período 1992-1994 se concentraron en la ocupación masculina. En efecto, entre 1978 y 1985 la pérdida de puestos de trabajo de los hombres representó un 73,6% del total, porcentaje que creció en la crisis económica de 1992-1994, cuando se perdieron 790.000 puestos de trabajo masculinos, un 89,9% del total.





Como se destaca en la figura 11, la ocupación femenina ha explicado casi la totalidad de la creación de ocupación en España en las últimas dos décadas. El índice de crecimiento Base 100=1977 así lo demuestra, ya que si homogeneizamos el punto de partida de la creación de ocupación en 1997, la ocupación femenina llega a niveles de 152 en el 2000, mientras que la ocupación masculina, con su débil crecimiento, en el 2000 solamente tenía un nivel 103 en relación a 1977.

Además, cabe destacar que después de un período de caídas de ocupación en ambos sexos, a partir de 1986 la creación de ocupación femenina se aceleró con fuerza en la etapa expansiva de finales de los ochenta y principios de los noventa, cayó con poca intensidad en la fase recesiva de 1992-1994 y ha vuelto a crecer con mucha intensidad, reforzando el desnivel entre nueva ocupación femenina y masculina en la actual etapa expansiva.



En este sentido, y si tenemos en cuenta la relación entre sexo y edad, el mercado de trabajo en España se ha caracterizado durante las dos últimas décadas por un práctico mantenimiento de las proporciones entre ocupación masculina y femenina en el tramo de edad que comprende los intervalos de 16 a 24 años y de 55 y más años y por una dinámica creciente de la participación femenina en el tramo de edad de 25 a 54 años.

De esta forma, la ganancia relativa de la ocupación femenina, que ha pasado de un 28,5% del total de la ocupación en 1980 a un 37,2% en el 2000, se ha concentrado prácticamente en su totalidad en el tramo de edad que comprende el intervalo entre 25 y 54 años. Como puede apreciarse en la figura 12, la participación femenina respecto el total de ocupación en este intervalo de edades ha pasado de un 25,6% en 1980 a un 38,0% en el 2000.



En relación con las ganancias de ocupación por sexo y edad, cabe destacar que el intervalo de 25 a 54 años en el caso de las mujeres ha presentado aumentos de ocupación, tanto en las etapas recesivas como en las expansivas. En efecto, entre 1978 y 2000 la ocupación femenina comprendida en este intervalo de edades ha crecido de casi 2,3 millones de personas, mientras que la ocupación de mujeres en los otros intervalos de edad ha caído de 320.000 en el intervalo de 16 a 24 años y de 114.000 en el intervalo de 55 y más años. Por otra parte, la nueva ocupación masculina ha presentado grandes oscilaciones dependiendo de su tramo de edad. Así, la ocupación de entre 19 y 24 años ha caído en el período 1978 y 1985 poco menos de 285.000 personas, caída que se ha ampliado en el tramo de población de mayor edad (400.000 puestos de trabajo perdidos en la ocupación masculina de 55 y más años). Esta fuerte pérdida de ocupación ha sido compensada parcialmente por el tramo de población masculino comprendido entre los 25 y 54 años, que ha ganado en las últimas dos décadas cerca de 1 millón de puestos de trabajo (véase la Tabla 12).



Una vez determinada la estructura por sexo y edades de la ocupación en España, el análisis por sector de actividad permite profundizar en las características del mercado de trabajo en España. Como no podía ser de otra forma, la importante transformación que la economía española ha experimentado en las últimas dos décadas se refleja también claramente al analizar los resultados de la ocupación por sexo y sector de actividad. En este sentido cabe destacar, como puede apreciarse en la figura 13, que el principal impulsor de las ganacias de ocupación de las mujeres ha sido el sector de servicios, cuya ocupación femenina ha pasado de representar un 17,2% del total de la ocupación en 1980 a un 30,0% en el 2000. Por su parte, la ocupación femenina en industria —incluida la construcción— y agricultura ha evolucionado a la baja, con participaciones respecto al total de ocupados del 5,4 y el 1,8% el 2000.

La ocupación masculina, en relación con los sectores de actividad, también ha presentado importantes modificaciones en las últimas dos décadas. Asi, la ocupación masculina en la agricultura ha pasado de representar un 14,0% del total de la ocupación —hombres y mujeres— en 1980 a un 5,0% el 2000. Esta evolución a la baja, también la ha experimentado la industria, cuya ocupación masculina ha pasado del 21,1% al 15,0% del total de ocupación entre 1980 y 2000, mientras que la construcción, con importantes oscilaciones cíclicas, se ha mantenido prácticamente estable. Por su parte, la ocupación masculina en los servicios ha evolucionado al alza, aunque con una magnitud inferior a las mujeres: el porcentaje de hombres ocupados en este sector ha pasado de un 27,5% del total de ocupación en 1980 a un 32,3% el 2000.



Con referencia a la nueva ocupación, analizada por sexo y sector de actividad, es importante destacar que los puestos de trabajo en los servicios y para mujeres han crecido tanto en las expansiones como en las recesiones de la actividad económica. Así, entre 1978 y 2000, la ocupación femenina en los servicios ha aumentado poco menos de 2,4 milliones de personas, registro que contrasta con la caída de la ocupación femenina en la agricultura y la industria, y la práctica estabilidad en la construcción. La ocupación masculina, por su parte, ha presentado una notable caída en la agricultura (cerca de 1,2 milliones de personas) y en la industria (337.000 personas) durante el período 1978-2000, mientras que la ocupación en la construcción y en los servicios —con un aumento de los puestos de trabajo masculinos de 337.000 y 1,5 millones, respectivamente— ha compensado la debilidad de los otros dos sectores de actividad.



Otra de las características importantes del análisis sociodemográfico de la ocupación en España es la situación profesional del mercado de trabajo. Esta aproximación nos permite obtener conclusiones relativas a la evolución de la ocupación por categorias profesionales; es decir, podemos aproximarnos a la creación de puestos de trabajo en sus capítulos de empleadores y asalariados tanto del sector público como privado, así como a otras categorías de ocupación, como las ayudas familiares. Según estas categorías, el mercado de trabajo en España también ha experimentado fuertes cambios en las últimas dos décadas.

La primera conclusión que se debe destacar es el crecimiento de la ocupación asalariada femenina, tanto en el sector privado como en el sector público. Así, la ocupación asalariada femenina en el sector privado ha pasado de representar un 14,3% del total de la ocupación española en 1980 a un 23,1% el 2000, lo que en términos absolutos ha supuesto pasar de 1,6 millones de mujeres asalariadas en el sector privado en 1980 a 3,3 millones el 2000. La ocupación asalariada femenina en el sector público también ha crecido significativamente y ha pasado de representar un 3,8% de la ocupación total en 1980 a un 7,8% en el 2000, con 1,1 millones de mujeres asalariadas en el sector público. Por otra parte, cabe destacar que el número de empleadores con o sin asalariados se ha mantenido prácticamente en las últimas dos décadas, mientras que la ocupación femenina en ayudas familiares ha caído significativamente (de un 5,8% de la ocupación total en 1980 a un 1,6% en el 2000).



Como segunda conclusión cabe mencionar que la situación profesional de los hombres en España ha evolucionado a la baja, en sintonía con el fuerte crecimiento de las asalariadas femeninas. De esta forma, los asalariados del sector privado han pasado de representar un 42,0% del total de la ocupación en 1980 a un 40,3% el 2000. Esta evolución, ligeramente a la baja, también la han puesto de relieve los asalariados del sector público, que han pasado de significar un 9,4% de la ocupación total en 1980 a un 8,4% en el 2000. La debilidad en la ocupación masculina por situación profesional se completa con una importante caída en los empleadores masculinos, que han pasado de representar un 17,3% del total de la ocupación en 1980 a un 12,9% en el 2000.

La creación de ocupación por sexo y situación profesional se ha concentrado en las mujeres asalariadas del sector público y privado. Efectivamente, durante el período 1978-2000 estas dos categorías profesionales han abarcado la práctica totalidad de la creación de ocupación con cerca de 1 millón de nuevos puestos de trabajo los asalariados públicos y con poco menos de 2 millones de puestos de trabajo los asalariados privados. La disociación por sexo nos permite concluir que, de estos tres millones de nuevos asalariados que ha creado la economía española, 2,2 millones son mujeres (770.000 en el sector público y cerca de 1,5 millones en el sector privado), mientras que el resto es nueva ocupación masculina. Por otra parte, cabe destacar el ligero aumento de número de empresarias, cerca de 130.000, y la clara evolución descendente de las mujeres ocupadas en ayudas familiares, con una caída de más de 550.000 personas en las dos últimas décadas.



Por último, una variable sociodemográfica muy importante para entender la evolución del mercado de trabajo es el nivel de estudios. La clasificación de la nueva ocupación por nivel de estudios pone claramente de manifiesto la importancia de la formación para encontrar trabajo. Efectivamente, entre 1998 y 1999, años para los que se dispone de información estadística, se crearon poco menos de 2,5 milliones de puestos de trabajo, de los que 2,7 milliones corresponden a ocupación con elevada formación —estudios técnicos y universitarios— y 2,3 millones con formación secundaria. Por otra parte, la destrucción de ocupación se concentró en la ocupación menos formada —las personas sin estudios y con estudios primarios—, que perdió 2,6 millones de puestos de trabajo. Por sexos, cabe destacar que de los 1,6 millones de puestos de trabajado generados por las mujeres en el período 1988-1999, 1,3 millones fueron ocupaciones de alta formación y 806.000 ocupaciones de formación secundaria. Por su parte, las mujeres menos preparadas en formación perdieron poco más de medio millón de puestos de trabajo. La ocupación masculina, por su parte, creó en este período la mitad de puestos de trabajo que las mujeres, como resultado de la fortísima pérdida de puestos de trabajo de los hombres con poca formación (más de 2 millones de personas), mientras que 1,4 millones de hombres con formación secundaria encontraron trabajo, cifra que en el caso de los hombres con elevada formación se sitúa en 1,3 millones de personas.




2.2. Las características socioeconómicas de la base de datos de Infojobs.net

El estudio de las características sociodemográficas del mercado de trabajo, como el sexo, la edad, el sector de actividad, la situación profesional y el nivel educativo, nos ha acercado a los rasgos definitorios de la nueva ocupación y, por extensión, a los elementos que explican la destrucción de puestos de trabajo. En este sentido, la creación de ocupación en la economía española durante las últimas dos décadas es explicada por mujeres con edades comprendidas entre los 25 y 54 años, que se integran en el sector servicios, asalariadas, tanto en el sector público como privado y con un nivel de formación medio y universitario. Por contra, la destrucción de puestos de trabajo durante las últimas dos décadas es explicada por hombres con edades comprendidas entre los 19 y 24 años, y 55 y más años, integrados en los sectores productivos de la agricultura y la industria y con niveles de formación bajos o muy bajos.
¿Qué conclusiones podemos obtener, una vez analizadas las características socioeconómicas del conjunto de la economía, del mercado de trabajo en Internet? La disponibilidad de información estadística de la base de datos de Infojobs.net nos permite avanzar en el conocimiento del perfil de los candidatos, las empresas y las ofertas de trabajo de esta institución de intermediación del mercado de trabajo[10]. En cuanto al perfil medio del candidato se refiere (figura 15), podemos afirmar que una parte importante (un 53,2%) tenía tres o más años de experiencia laboral, con una alta disponibilidad a cambio de trabajo (51,6%) e incluso a cambio de residencia (26,2%) o a viajar en el trabajo (36,6%). El sueldo medio se sitúa alrededor de 18.000 euros brutos al año, mientras que el salario de reserva está alrededor de 12.000 euros. Por último, la gran mayoría de los candidatos residen en las grandes áreas urbanas de Madrid y Barcelona (un 58,6%), cerca del 50% tienen estudios medios o superiores (diplomatura o licenciatura), siendo el inglés es la segunda lengua mayoritaria (más de dos terceras partes de los candidatos). Además, cabe destacar que las áreas de interés para la obtención del trabajo de los candidatos se sitúan mayoritariamente en el sector TIC (un 47,8%), en las áreas y servicios de las áreas funcionales de la empresa (un 37,2%) y en la administración pública, enseñanza, investigación y desarrollo, y otros servicios sociales (un 14,9%). Por lo tanto, podemos concluir el análisis del perfil de candidato medio Infojobs.net afirmando que esta bolsa de trabajo se utiliza mayoritariamente para cambiar de trabajo con una alta flexibilidad, que los candidatos tienen un nivel elevado de estudios, que los sueldos están alrededor de la media del conjunto de la economía y que el área de interés de los candidatos está vinculada directamente a las actividades intensivas en conocimiento, básicamente el sector TIC y las áreas y servicios de las áreas funcionales de la empresa. De hecho, y comparando con los principales resultados de la generación de puestos de trabajo del conjunto de la economía, es importante destacar que el perfil medio del candidato Infojobs.net utiliza Internet para mejorar su situación laboral con un claro centro de interés: la incorporación a las actividades económicas vinculadas con la emergencia de las ramas productivas intensivas en conocimiento.



En lo referente al perfil de las empresas (figura 16), ya hemos destacado el importante volumen de empresas (cerca de 21.000) que utiliza este banco de datos. El perfil medio de la empresa solicitante es el siguiente: cerca de dos terceras partes de las empresas solicitantes tienen menos de 25 trabajadores, mientras que un 14% tiene entre 50 y 100 trabajadores. Por ramas de actividad vuelve a destacar la importancia de las empresas TIC (26,9% del total), con una mayor representatividad que en el conjunto de la economía, aunque también es destacable la progresiva utilización de Internet como instrumento de intermediación del mercado de trabajo por parte del resto de ramas productivas (73,1%).



Finalmente, el banco de datos Infojobs.net nos proporciona información sobre las ofertas de trabajo de las empresas solicitantes. Este indicador nos permite analizar la coherencia entre la oferta y la demanda de trabajo mediante la utilización de Internet. La figura 17 recoge algunas de las características principales de las ofertas de trabajo realizadas por las empresas solicitantes. Hay varias consideraciones importantes al respecto. En primer lugar, y en lo referente a los estudios mínimos requeridos, es importante señalar que las empresas demandan en igual proporción (cerca del 50%) unos estudios medios y unos estudios superiores. Este hecho está relacionado seguramente con la importante segmentación del mercado de trabajo y con la novedad de los sectores emergentes vinculados a la economía del conocimiento, con una necesidad importante de formación en el seno de la empresa. Efectivamente, en segundo lugar, el análisis de las ramas de actividad de las ofertas de trabajo pone de relieve que una parte importante de las solicitudes se refieren al sector TIC (cerca del 40%), aunque la cifra importante del resto de sectores de la economía (el 60% restante) nos certifica que los puestos de trabajo intensivos en conocimiento los solicitada un amplio espectro de sectores de actividad. Por último, también hay coherencia entre las peticiones de los candidatos y de las empresas solicitantes en lo que se refiere a los salarios, lo que también nos certifica que esta variable del mercado de trabajo no es un impedimento para el desarrollo de las actividades intensivas en conocimiento. Empresas y trabajadores coinciden en la necesidad de desarrollar económica y profesionalmente las actividades intensivas en conocimiento, actividades que se consideran emergentes y para las que se utilizan en gran medida las posibilidades que ofrece Internet como mecanismo de intermediación del mercado de trabajo.




3. Anexo











Bibliografía:

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Enlaces de interés:

EITO
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http://europa.eu.int/ISPO/
The Federal Reserve Board
http://www.federalreserve.gov/boarddocs/speeches/2001/20010620/default.htm
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Instituto Nacional de Estadística
http://www.ine.es
Organisation For Economic Co-operation and Development
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Bureau of Economic Analysis
http://www.bea.doc.gov/
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U.S. Department of Commerce
http://www.ecommerce.gov/ede/
The Emerging Digital Economy
http://www.ecommerce.gov/emerging.htm
Universitat Oberta de Catalunya
http://www.uoc.es
[Fecha de publicación: marzo de 2002]


SUMARIO
0.Presentación
1.La evolución del sector TIC en España
1.1Las métricas internacionales del sector TIC
1.2Una comparación internacional del desarrollo del sector TIC en España
2.Mercado de trabajo y economía del conocimiento: evidencia microeconómica a partir de los datos de Infojobs.net
2.1Las características socioeconómicas de la nueva ocupación en España
2.2Las características socioeconómicas de la base de datos de Infojobs.net
3.Anexo


Nota1:

Véase Greenspan (2000, 2001), OCDE (2000a, 2001b, 2001c) y US Department of Commerce (2000).
Nota2:

El Departamento de Comercio de EE.UU. utiliza la clasificación de actividades productivas SIC (Standard Industrial Classification), mientras que la OCDE utiliza su versión
Nota3:

Una primera aproximación (véase el primer informe trimestral Infojobs.net en Vilaseca i Torrent, 2001a) a la ocupación de los sectores TIC para la economía española sugiere un volumen de ocupados cercano al medio millón de personas en el 2000. En 1997 esta cifra se situaba alrededor de 360.000 personas, un 2,8% del total de ocupados (un punto por debajo de la media de la UE).
Nota4:

Es importante destacar que esta clasificación se ha realizado con datos de 1997 y 1998 y, por tanto, está atrasada en el tiempo. Precisamente, la intención de este estudio es actualizar, para algunos de los países más relevantes de la OCDE, esta información.
Nota5:

El hecho que la economía alemana se encuentre entre las que presenta un desarrollo económico inferior del sector TIC se debe, básicamente, a su baja especialización (menos del 6% del VAB en 1997). Sin embargo, la elevada inversión en I+D (más de 3,5 veces la total) y el peso específico elevado de los servicios de telecomunicaciones resituarían al alza los registros alemanes si dispusiéramos de datos más recientes.
Nota6:

De las cinco grandes economías de la Unión Europea, la española es la que presenta un atraso relativo más elevado en relación con el desarrollo del sector TIC. Sin embargo, los registros del sector exterior muestran un importante crecimiento de las exportaciones (21,5% de media en el período 1990-1998, por encima del 13,7% del total de la economía), si bien las importaciones evolucionaban a un ritmo similar (cerca del 11% tanto las del sector TIC como las del conjunto de la economía). De hecho, un estudio reciente de Eurostat (2001) sugiere que el VAB TIC de la economía española en relación con el total de la actividad económica se situaba alrededor del 3% en 1998.
Nota7:

La OCDE publica una estimación del VAB para este año en su libro Measuring the ICT sector.
Nota8:

Para 2001-2002 previsiones del European Information Technology Observatory 2001 (EITO).
Nota9:

Es importante tener en cuenta que una disminución del indicador no implica necesariamente que haya habido una caída de alguna de las variables propuestas. Esto es debido a que el aspecto que se está analizando es una medida relativa; es decir, el índice puede caer porque el ratio del VAB, por ejemplo, haya crecido menos en España que en Estados Unidos.
Nota10:

Es importante destacar que a finales del 2001 el banco de datos de Infojobs.net incorporaba cerca de 625.000 curriculum, alrededor de 21.000 empresas y unas 100.000 ofertas de trabajo, de las que 17.000 estaban activas.