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Alex Ribelles

tutor de inicio

"La tutoría de inicio es un reto personal"

El tiempo libre prácticamente no existe para este tutor de inicio de Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas. Además de trabajar en la UOC, trabaja en el Departamento de Emisión Técnica y Tráfico de Televisió de Catalunya e imparte cursos en línea y presenciales para colectivos profesionales en reciclaje. También elabora materiales didácticos de materias técnicas.

Curiosidad, sociabilidad y capacidad de expresión escrita son algunos elementos que considera necesarios para un tutor de la UOC y que le definen.

"Siempre he tenido siempre un perfil muy técnico en una familia de humanistas: en mi casa son mucho más de latín y de griego que de tecnología. Sin embargo, conviene tener contacto con las humanidades porque, al fin y al cabo, toda formación nos enriquece".

La docencia es una constante en su trayectoria, ya que empezó a los 19 años "casi por casualidad" a dar formación profesional y continua a colectivos con problemas de inserción laboral.

¿Qué clases podías dar a los 19 años?, porque no tenías una formación consolidada…

Había empezado la carrera de Físicas y en el año 1985 tener algún conocimiento de informática tenía un precio que ahora no tiene. Mis padres se han dedicado a la formación universitaria y secundaria, y para mí dar clases nunca fue sólo un complemento, sino que tenía valor por si mismo.

Y acabaste Físicas.

No tenía demasiado futuro laboral, así que cambié a ingeniería de telecomunicación en la UPC. Cuando terminé, me quedé en la Politécnica como profesor asociado durante cuatro años y lo compaginaba con la UOC. Y después surgió la oportunidad de Televisió de Catalunya.

¡Un buen cambio!

Sí, la televisión la llevo en la sangre. Fue mi especialidad en la carrera y el momento actual de transición a la televisión digital terrestre es fascinante. Además he hecho interpretación. Es una afició, únicamente, pero puede participar en algunos festivales de cine, como el de Sitges.

En la televisión optaste por tu perfil técnico frente al docente.

Exacto, si bien uno enriquece al otro. Creo en un vínculo entre universidad y entorno laboral. La docencia podía seguirla ejerciendo en la UOC, y la combinación tiene mucha sinergia. Al empezar a trabajar para Televisió de Catalunya tuve que abandonar la UPC.

¿En qué momento de tu trayectoria entras en contacto con la UOC?

Yo finalizaba un proyecto de formación ocupacional a distancia de la Unión Europea y entonces salió la oferta de la UOC, que ponía en marcha el programa de Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas. Era el año 1996 o 1997 y fui uno de los primeros tutores de lo que se denominó grupo piloto.

Con el cambio de modelo de tutor genérico a tutor de inicio y seguimiento te decantas por inicio.

Tenía la posibilidad de optar por cualquiera de las dos, pero la de inicio para mí supone un mayor reto personal, de alguna manera. Me he encontrado con estudiantes sin ninguna experiencia en formación a distancia y que se han introducido en ella, han generado la constancia de estudio, han tenido empatía con los consultores y han conseguido seguir la evaluación continua, que es una parte bastante crítica.

Y es donde pone el acento el tutor de inicio.

Exacto. También hay una implicación más estrecha con el estudiante, y eso me gusta mucho. No es que yo sea muy extrovertido, sino que me he adaptado a los medios de comunicación electrónicos como una extensión más del trato personal. El vínculo con el estudiante es fundamental, y no sólo desde el punto de vista académico. Supone tiempo, pero para mí es la única manera de conocerle bien y poder ayudarle a escoger o definir un perfil didáctico adaptado a su ritmo de vida.

Con 90 estudiantes que tutorizas ahora ¿qué dedicación te exige la UOC?

Diaria. Y me he conectado estando de vacaciones en Islandia y en Jordania..., donde fue bastante difícil encontrar un local con Internet.

¿Por eso dices que no tienes tiempo libre?

Sí, es así. Toco el piano, me encanta la astronomía y practicar el senderismo, pero eso supone un tiempo que empiezo a no tener.

¿Puedes hacer un poco de balance de un año de tu tutoría de inicio?

La idea es buena, porque abordamos con un especialista el punto más crítico de la entrada del estudiante, que es su integración en la comunidad y la metodología de la UOC. A partir de aquí, el estudiante adquiere unos hábitos formativos que, evidentemente, se han de tutorizar pero poniendo énfasis en otros aspectos. Incluso los resultados lo demuestran: en mi caso, el número de estudiantes que no abandonan ha aumentado radicalmente, hasta el 86% en este semestre.

En paralelo, la UOC ha generado una serie de mecanismos de apoyo de la tutoría más específicos y accesibles, con un tiempo de respuesta mínimo que nos facilita la tarea tutorial.

¿Qué te aporta ser tutor de la UOC?

¡Un placer personal! Y, sobre todo, tener contacto con la universidad, porque siempre lo he tenido. Es un enriquecimiento personal y me da pie a reciclarme de una manera compatible con mi profesión. Este es un imperativo en un mundo globalizado que nos obliga a actualizarnos constantmente. Además, la formación a distancia es una de las líneas de investigación más punteras que existen actualmente.

¿Qué consejo darías a alguien que quiera ser tutor de la UOC?

Que no sólo se tiene que tener el perfil adecuado a la titulación a la que se da apoyo, sino que también se tiene que tener empatía con el estudiante, conocer algunas técnicas de comunicación escrita para poder transmitir apoyo, conocer en profundidad la normativa académica… El medio a veces puede traicionar el mensaje que se quiere enviar. Y, por otra parte, hace falta una dedicación constante.

También hay que intentar conocer a cada estudiante por separado, eso es importante, tener un trato directo en los encuentros.

¿Te define también la curiosidad? Porque, además de apasionarte tu trabajo, te atrae la astronomía, la música, el cine, el teatro...

Puede parecer una tontería, pero me gusta el modelo de hombre del Renacimiento. Es evidente que es inviable, porque vivimos en un mundo formado por islas de especialidades, pero como vivimos tan pocos años considero recomendable como mínimo probar un poco de nuestra cultura, tanto de la vertiente técnica como de la humanista. Es un buen equilibrio que, quizás, hace disfrutar la vida un poco más. Pero no tenemos tiempo.

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