Hace ahora cuarenta años que el director de Motorola llamó desde una calle de Nueva York a su competidor, el director de Bell Labs, para decirle que había conseguido inventar el móvil. Este hito puede ser considerado «el inicio de toda la era tecnológica» que ha durado hasta la actualidad, en palabras de Santi Caballé, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC. Este hecho anecdótico fue el punto de partida que ha hecho de la telefonía celular una pieza cada vez más imprescindible en el día a día.

El primer teléfono móvil tuvo un precio equivalente a unos 7.200 euros actuales y tardó unos diez años en comercializarse. «En nuestro país, no fue hasta mediados de los años noventa cuando se liberalizó el mercado de las telecomunicaciones, y con campañas agresivas de las operadoras el gran púbico accedió masivamente al móvil», ha explicado Caballé, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC.

Con la popularización del móvil, empezaron a aparecer teléfonos cada vez más sofisticados y, por último, los llamados inteligentes. Una vez conectados a internet, los dispositivos y los proveedores empezaron a ofrecer más servicios y, en consecuencia, las redes de telecomunicaciones se vieron obligadas a mejorar su capacidad. «Los fabricantes sacaban al mercado dispositivos cada vez más potentes, que los proveedores aprovechaban para ofrecer más y mejores servicios, lo que hacía que las operadoras ampliaran las redes para mantener la calidad del servicio. Esto se convirtió en un círculo virtuoso hasta el punto de que las empresas de telecomunicaciones se quejaron públicamente del uso indiscriminado que se hacía de la red sin pagar su coste», detalla Caballé.

El aprendizaje móvil como nuevo servicio para estos dispositivos

Dentro de la multitud de servicios de entretenimiento e información, en los últimos tiempos ha aparecido el concepto del m-learning, es decir, aprovechar las ventajas que los dispositivos móviles tienen para el aprendizaje. «En estos momentos el campo del aprendizaje en móviles se está desarrollando», ha puntualizado Santi Caballé. «El problema radica en que la tecnología evoluciona de una forma vertiginosa que afecta a la investigación. Por ejemplo, puedes trabajar con una tecnología que crees que es la idónea y cuando finalizas la investigación descubres que ya se ha cambiado», añade.

En este sentido, precisamente una de las líneas de trabajo de diferentes equipos y grupos de investigación de la UOC —asociados a áreas como Tecnología Educativa y a los dos centros de investigación de la UOC: el eLearn Center y el IN3— es encontrar aplicaciones a las tecnologías vigentes para conseguir mejorar o potenciar el aprendizaje. Así pues, a modo de ejemplo, últimamente se han desarrollado distintos proyectos en los que la tecnología tiene mucho que ver y que se pueden encontrar recogidos en OpenApps. También existen otras iniciativas específicamente relacionadas con el móvil, como por ejemplo la versión adaptada del Campus Virtual, que permite satisfacer el aprendizaje desde cualquier momento y cualquier lugar.

Otro concepto sobre el que se investiga en la UOC se basa en la creación de nuevos modelos pedagógicos específicos para los dispositivos móviles; por ejemplo, ofrecer la posibilidad de visitar un museo o un lugar histórico o realizar una visita al campo en la que todo el proceso de aprendizaje se desarrolla in situ, gracias a que la recogida de datos y el análisis, así como la discusión y la evaluación, pueden hacerse en aquel mismo momento y en el mismo lugar donde está el objetivo del estudio. «Las posibilidades de innovación docente que se abren son enormes», observa Santi Caballé.