La promoción de la competencia es una herramienta con un alto potencial para aumentar el grado de competencia en los mercados. El capital de experiencia teórico y empírico sobre la metodología más adecuada para llevar a cabo estos estudios ya es importante y nos proporciona una sólida base sobre la cual podemos trabajar. También tenemos disponibles pruebas sobre sus efectos positivos en los países que han apostado más claramente por esta línea de actuación.

Los principales retos que las autoridades de competencia tienen en este ámbito son dos, principalmente: el primero, construir una reputación de independencia, credibilidad y transparencia en la tarea de promoción de la competencia para la nueva Comisión Nacional de la Competencia, partiendo de los éxitos ya obtenidos en este ámbito por el Tribunal de Defensa de la Competencia; el segundo, maximizar la repercusión social de esta tarea de promoción de la competencia en el futuro, lo cual podrá conseguirse tanto utilizando plenamente las posibilidades de actuación que le confiere la nueva ley como eligiendo oportunamente los temas objeto de análisis y acercando este último a la sensibilidad del gran público.