Contenidos interactivos, reutilización de contenidos, intercambio de contenidos, personalización y adaptabilidad de contenidos, seguimiento y evaluación del estudiante. Esto es lo que se espera de los materiales didácticos del futuro.

Las investigaciones e iniciativas que se han llevado a cabo hasta ahora en este terreno, así como las diferentes propuestas de estándares para la educación en la red como SCORM y IMS, marcan la necesidad de adoptar un modelo tecnológico para los materiales parecido a este:

En este modelo se conjugan la necesidad de separar el contenido de su presentación (clave para la personalización, la mejora, modificación e intercambio de materiales) y la necesidad de estructurar los contenidos (clave para la reutilización, seguimiento, evaluación y adaptación).

¿Cómo funciona? Simplemente, se extraen los contenidos (los XML) partiendo de lo que han escrito los autores y han revisado los editores, correctores, etc. Este contenido, convenientemente estructurado y desligado del formato, constituye la materia prima para producir los materiales. Mediante hojas de estilo (XSL), este contenido puede filtrarse, reorganizarse y trasformarse en el formato de salida deseado (per ejemplo, puede transformarse en HTML para tener unos materiales en formato web, en PDF para conseguir una versión imprimible, a otros XML para compartirlo con otras instituciones o para ajustarse a un estándar de mercado, etc.).

Desde hace tiempo se llevan a cabo investigaciones en esta línea. Gracias a los esfuerzos de organismos internacionales como el W3C (www.w3.org), las tecnologías XML-XSL son ya 100% aplicables al mercado y en la UOC han sido utilizadas en ámbitos diversos.