11/5/17 · Estudios de Ciencias de la Información y Comunicación

8 de cada 10 padres no alerta a sus hijos de los peligros de internet

Los jóvenes tienen una baja percepción del riesgo en la red

El 95% de los menores navega por la red. A partir de los 15 años, el 94% tiene móvil, según datos de la Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares, del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una de las principales preocupaciones de los padres es que sus hijos vean material inapropiado por internet, Aun así, el 80% confiesa que nunca le explicó a su hijo que existen páginas que no son apropiadas para él, como revela la Encuesta sobre hábitos de uso y seguridad de internet de menores y jóvenes de España, del Ministerio del Interior. Con motivo del día internacional de la familia, expertos de la UOC reflexionan sobre el derecho a la intimidad de los menores y el control que los padres pueden ejercer sobre sus hijos.

«Se debe dialogar y llegar a pactos sobre el tiempo, los espacios y los contenidos» afirma Josep María Tamarit, catedrático de Derecho Penal y director del Grado de Criminología de la UOC. Y, sobre todo, hablar de los riesgos que existen, teniendo en cuenta que en general los jóvenes tienen una percepción baja del riesgo.

Una de las herramientas con las que cuentan los padres son los sistemas de control parental que pueden instalarse en los dispositivos electrónicos. «Permiten en cierta medida controlar y decidir qué pueden utilizar y qué pueden consumir nuestros hijos mediante las distintas pantallas, ya sean las de los móviles, las tabletas o los ordenadores», explica Judith Clares, profesora de los Estudios de Ciencias de la información y de la Comunicación de la UOC. Por otro lado, están los sistemas de filtrado que poseen las propias plataformas de contenido audiovisual a la carta, como YouTube, que limitan el acceso a determinados vídeos que la plataforma considera que no son adecuados para los niños.

De hecho, YouTube ha creado una versión infantil, YouTube Kids, dirigida a niños y niñas de hasta cinco años, a través de la cual estos no pueden llegar a ningún contenido que no sea apropiado. Sin embargo, Clares ve muy difícil que los criterios de YouTube sean iguales que los de familias de todo el mundo, con perfiles culturales muy variados: «Lo que tú puedes considerar adecuado para tu hijo, otro lo puede considerar ofensivo. Plataformas como YouTube deberían crear un sistema que permita decidir qué vídeos o qué canales son adecuados y crear listas de reproducción específicas».


Contenidos inapropiados

«Las plataformas de distribución de contenido audiovisual a la carta están obligadas a ser cuidadosas con los contenidos que tienen a disposición de sus usuarios», explica la profesora de Comunicación. Deben garantizar que no emiten contenidos perjudiciales para los menores, tales como pornografía infantil, violencia machista, contenidos que inciten al odio o a la violencia, contenidos que fomenten la anorexia o la bulimia... Y cuando los detectan, están obligados a retirarlos con rapidez de la red.
 
«Los padres tienen la responsabilidad de hacer que nuestros hijos puedan llevar a cabo de la forma más segura posible el crecimiento emocional», afirma Mireia Cabero, profesora de Psicología de la UOC. Es decir, que tengan las vivencias emocionales que aproximadamente les corresponde según su momento de desarrollo vital. «Hay determinada información que los niños no deben recibir antes de tiempo porque en su cerebro no existen cajones donde colocarla para poderla entender» afirma. «Con el control parental, nos aseguramos de que esto no ocurra y, por lo tanto, es una forma de prevenir traumas», considera la experta. Los traumas se producen cuando el cerebro recibe un impacto de algún hecho emocional que vive el niño y no cuenta con ningún recurso para hacerle frente. Asegura que «muchas de las vivencias emocionales que tienen afectación en los adultos tienen que ver con traumas infantiles».

«Los padres tienen el deber de proteger a sus hijos menores de edad y esto conlleva ponerles límites», asegura Josep Maria Tamarit, catedrático de Derecho Penal y director del programa de Criminología de la UOC. Pueden negarles el acceso a internet y retirarles el móvil o el ordenador, o pueden regular su uso, es decir, hacer que solo los puedan utilizar en un espacio físico concreto o durante un determinado tiempo. Ahora bien, por el hecho de querer proteger a los hijos, no todo vale. Tamarit recuerda que los padres solo pueden ejercer el control sobre ellos hasta los 18 años y alerta de que no están autorizados con carácter general a ver los mensajes de correo electrónico y las comunicaciones de sus hijos, porque ellos también tienen derecho a la intimidad. «Un control desproporcionado, obsesivo y no respetuoso de la intimidad del menor puede llegar a ser, incluso, una forma de maltrato», añade.

Sea como sea, Clares considera que los padres debemos ser conscientes de que el control parental es solo una opción que hay que tener en cuenta para establecer qué pueden ver los niños o a qué aplicaciones pueden acceder mediante los dispositivos que tenemos en casa, porque «nuestros hijos utilizarán otros dispositivos, y la mejor herramienta para protegerlos pasa por garantizar también una buena educación».

Expertos UOC

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