20/7/17 · Institucional

Series, novelas y viajes, el kit de verano para practicar idiomas

Leer El curioso incidente del perro a medianoche en inglés, ver la televisión francófona y escuchar música de Japón son algunas de las recomendaciones de los profesores
Foto: Ben White / Unsplash (CC)

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De viaje o desde casa, disponer de más tiempo libre en la época estival es, para muchas personas adultas, un contexto idóneo para poner en práctica ese idioma que han estudiado durante el curso o que quieren refrescar. Pero la motivación es fundamental y, en este sentido, entre las opciones lúdicas más accesibles está aprovechar la pasión por las series para verlas en versión original subtitulada, o leer la novela más adecuada según el dominio del idioma que tenga cada cual. Así lo recomiendan los profesores del Centro de Idiomas Modernos de la UOC.

Lo que desaconsejan es hacer ejercicios de gramática, que es «el enfoque principal de la mayoría de las aplicaciones de autoaprendizaje de idiomas disponibles hoy en día», subraya el director del centro, Joseph Hopkins, que también es profesor de inglés. En cambio, aconseja «usar» el idioma de la manera que más satisfaga a cada persona. «Practicar es usar», insiste.

En este sentido, ver series o películas en versión original, subtituladas si es posible en ese mismo idioma, puede ser una buena elección, dice el profesor. Por ejemplo, rescatar aquella película que tanto nos gusta y que conocemos bien y verla en la lengua original. Quien lo haga «estará procesando lenguaje, y esto es más útil que muchos ejercicios de gramática», indica.

Nathalie Bittoun, profesora de francés de la UOC, propone «utilizar lo que tenemos más a mano», como las páginas web de la televisión francófona TV5Monde o de la radio RFI, donde hay «desde podcasts y vídeos hasta ejercicios para aprender la lengua».

Por su parte, Takako Otsuki, profesora de japonés, indica que «la gente que ya tiene una noción de la lengua e interés por películas, dibujos animados o música de Japón, hoy en día dispone de bastantes recursos». A su vez, destaca una página web donde practicar con la letra de canciones, ya sea en silabario japonés o en alfabeto. Otsuki coincide con Hopkins que «todo aquello que te guste es uno de los mejores recursos para el aprendizaje de idiomas». Sea como fuere, el director del Centro de Idiomas Modernos subraya que «es importante que el contacto con el idioma no se pierda por el simple motivo de que no vas a clase».

De hecho, en cuanto al inglés, la lengua más estudiada en la UOC con unos 5.500 estudiantes cada semestre, España continúa a la cola de Europa en el nivel que los ciudadanos se ponen a sí mismos, según refleja una encuesta publicada a principios de año por la Universidad de Cambridge, con la que la UOC tiene convenio. En la misma línea, un estudio reciente del Observatorio de Ocupabilidad de la UOC concluye que el conocimiento elevado de idiomas es una competencia prioritaria para las empresas catalanas más avanzadas, pero que la mayoría de recién graduados no la cumple.
 

El poder de la lectura de ocio, «subestimado»

Para Hopkins, otra buena opción es la lectura de ocio de novelas en el idioma que se haya estudiado, que «tiene un poder que se subestima», dice. Según el profesor, las personas con un nivel intermedio del idioma pueden leer las novelas en su texto original, mientras que en el caso de quienes tienen un nivel básico puede ser más indicado buscar novelas simplificadas en librerías especializadas.

En inglés, Hopkins hace tres propuestas: The curious incident of the dog in the night-time ('El curioso incidente del perro a medianoche'); The House on Mango Street ('La casa de Mango Street'), y Animal Farm ('Rebelión en la granja'). En francés, Bittoun recomienda desde lecturas de calidad adaptadas al nivel de cada cual hasta libros en versión íntegra.

De todas maneras, para quienes tengan la oportunidad, «la mejor manera de practicar un idioma es ir a un país donde se hable esa lengua», apunta Hopkins. Para el profesor, el simple hecho de viajar ya lo permite y vale la pena perder la vergüenza y aprovechar la situación para comunicarse en la lengua que se quiera practicar. Takako coincide en eso, para el caso de quienes viajen a Japón: «Por muy básica que sea la noción del idioma que tengas, ya cambia mucho y la gente te orientará con más confianza si les preguntes algo».

Bittoun subraya que los países francófonos donde se puede viajar son «bastantes más de lo que parece»: desde Bélgica, Suiza o Luxemburgo, hasta Camboya, Vietnam y Tailandia, pasando por África o Quebec, en Canadá. Para quien quiera una experiencia que combine turismo y aprendizaje de la lengua y de la cultura, Bittoun recomienda este enlace.
 

Cursos intensivos

En cuanto a los cursos intensivos de idiomas, Hopkins explica que son especialmente adecuados para personas que ya tienen una base, mientras que las que empiezan a estudiar una lengua desde cero tienen que procesar mucha información en muy poco tiempo y puede ser más complicado. En julio la UOC organiza tres, que actualmente ya están en marcha y que están enfocados a mejorar el inglés en el entorno laboral.

En el Centro de Idiomas Modernos de la UOC se pueden aprender siete idiomas: inglés, francés, alemán, japonés, chino, español y catalán, y cada semestre cuenta con unos 6.500 estudiantes que tienen una media de edad de 37 años. Las novedades para el próximo curso son una asignatura de nivel C2 de catalán (antiguamente conocido como nivel D) y nuevos cursos de preparación para exámenes oficiales de varias lenguas. Además, el centro ha desarrollado una aplicación, llamada Trivialang, que permite practicar inglés, francés y alemán mediante un juego con unas 5.000 preguntas para cada idioma.

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