18/6/20

Las personas refugiadas y migrantes, uno de los colectivos más afectados por la brecha social provocada por la COVID-19

Desde la UOC se defiende que proteger y capacitar a las personas migrantes y refugiadas es contribuir al beneficio de la sociedad de acogida, pero también a la de origen
Foto: Mitchel Lensink / Unsplash

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En los últimos meses, para muchas personas, la seguridad de su hogar y tener una red familiar o vecinal han apaciguado el estrés y la ansiedad que pueden haber provocado el confinamiento y el posterior desconfinamiento causados por la pandemia. ¿Pero qué pasa cuando no tienes la familia cerca y no puedes establecer contacto con tus seres queridos porque estás escondido? ¿O cuando tu hogar ha sido destruido a miles de kilómetros? ¿Cómo es la vida mientras esperas un documento que confirme tu derecho a vivir en un país, con el miedo a salir a la calle, ser detenido y deportado?

«La COVID-19 ha afectado a toda la población mundial y especialmente a aquellas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad», explica Màrius Gómez, técnico de Incidencia y Educación para la Ciudadanía Global del Comité Catalán para los Refugiados, Cataluña con ACNUR. «En muchos casos, las personas solicitantes de asilo (en todo el mundo) han sufrido o sufren la vulneración de los derechos humanos y la pandemia ha actuado como un factor agravante de esta situación

La actual situación económica ha sacudido los hogares de muchas personas: más de 562.900 personas afectadas por ERTE, medio millón de despidos desde el inicio de la pandemia, el cese de la actividad profesional no esencial y la incertidumbre laboral están provocando la precarización de gran parte de la sociedad. En este contexto, la solidaridad entre las personas ha crecido, pero también lo han hecho los mensajes racistas en nuestro entorno. «La expansión de discursos xenófobos, racistas e islamófobos en el argumentario político y social, que generan actitudes de rechazo de las personas refugiadas, es un fenómeno creciente en las últimas décadas en España y la pandemia de la COVID-19 puede agravar la situación», manifiesta Gómez.

Según estimaciones de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), actualmente habría unas 800.000 personas migrantes en situación administrativa irregular y alrededor de 100.000 solicitudes de asilo pendientes de respuesta en España. Las primeras tendrán que esperar un mínimo de tres años, en el mejor de los casos, para poder demostrar arraigo social mediante el empadronamiento, pero mientras tanto no tendrán derechos civiles, políticos, económicos, sociales ni culturales. En el caso de las solicitudes de asilo, un 95 % serán denegadas y arrastrarán a estas personas a una situación de irregularidad y de precariedad, según la CEAR.

Racismo contra la población migrante

Según los datos del último informe publicado por la Oficina para las Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (ODIHR, por su sigla en inglés), España registró un total de 658 denuncias por delitos de odio motivados por racismo y xenofobia en 2018. Pero recientemente, en época de pandemia, se han registrado más de 70 incidentes racistas y las redes sociales se han hecho eco de diferentes episodios de criminalización de jóvenes migrantes en poblaciones como Premià de Mar, Mataró o Barcelona, o de la falta de acceso a una vivienda digna que denuncian las personas que trabajan como temporeras en los campos de Andalucía o de Lleida y que han garantizado el suministro de frutas y hortalizas frescas durante el confinamiento.

Los efectos de la pandemia en los colectivos vulnerables también se dan a escala global, como los ataques que han sufrido los asentamientos y los campos de refugiados en Nigeria basándose en rumores de que eran centros de infección de la COVID-19. En América Latina, Màrius Gómez alerta de que la presión para garantizar los recursos mínimos ha hecho que algunas personas refugiadas y desplazadas internas no tengan otra opción que salir a la calle para ganarse la vida y apoyar a sus familias. «Esto no solo las ha expuesto a un riesgo de contagio, sino que también han sido víctimas de discriminación por el hecho de no cumplir con las normas del confinamiento», explica el técnico del Comité Catalán para los Refugiados.

Desde la UOC se defiende que proteger y capacitar a las personas migrantes y refugiadas es contribuir al beneficio de la sociedad de acogida, pero también a la de origen. La educación superior de calidad para todas las personas, además de ser un objetivo a alcanzar en 2030, es una de las maneras que tiene la UOC para combatir el racismo y contribuir a mejorar la vida del colectivo.

La UOC se une a la ACNUR en la defensa de los derechos humanos de las personas refugiadas

Uno de los objetivos de la UOC es formar una ciudadanía global comprometida con la realidad social que le rodea. «Para poder avanzar en la consecución de los retos que plantea la Agenda 2030, poniendo en el centro a los colectivos más vulnerables, es imprescindible tejer alianzas con diferentes actores», señala la vicerrectora de Globalización y Cooperación, Pastora Martínez Samper. Este objetivo es compartido con el Comité Catalán de la ACNUR, que trabaja para que la sociedad comprenda «la complejidad sistémica en la que se producen fenómenos como el desplazamiento forzado y la apatridia» y para aportar las herramientas necesarias para los «procesos de transformación social desde la ciudadanía», remarca Màrius Gómez.

Con este fin, la UOC y el Comité Catalán de la ACNUR se han unido para colaborar próximamente en la concienciación de la comunidad universitaria sobre la realidad que viven las personas migrantes y refugiadas.

Una de las formas que impulsan la transformación social es la educación y la formación de las personas en competencias que ayuden a comprender un mundo global y cambiante. «Como universidad debemos fomentar el desarrollo de una ciudadanía global y la adquisición de competencias en los ámbitos de la educación para la paz, los derechos humanos, la justicia social o la creación de sociedades diversas e inclusivas», subraya Martínez Samper.

Para conocer el grado de conocimiento sobre el refugio y la Agenda 2030 de la comunidad UOC y poder mejorar y orientar las acciones dirigidas a la población refugiada, te pedimos que rellenes esta encuesta de la ACNUR (te llevará un máximo de cinco minutos).

Nueva edición del Programa de acogida para personas refugiadas

Consciente de la necesidad de dar una respuesta a la situación de falta de oportunidades que viven las personas refugiadas en el ámbito universitario, la UOC ha lanzado una nueva convocatoria del Programa de acogida para personas refugiadas.

Desde el año 2017, la UOC ha otorgado becas de estudio a las personas que tienen la condición de refugiadas, solicitantes de asilo o apátridas. Entidades como Accem, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), la Cruz Roja Española o el Servicio de Atención a Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados (SAIER) han colaborado en poner en marcha el programa y en que sea un éxito.

¿Quieres saber más?

El Área de Biblioteca y Recursos de Aprendizaje de la UOC ha preparado un monográfico para que todas aquellas personas que lo deseen puedan profundizar en cuestiones relacionadas con la migración y el refugio. Accede al monográfico aquí.

Contacto de prensa

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