10/5/18 · Estudios de Ciencias de la Información y Comunicación

«Es un reto que las redacciones utilicen más hojas de cálculo para contar historias»

Foto: UOC

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Mar Cabra , periodista de datos ganadora de un Pulitzer

 

Impulsora del periodismo de datos en España, Mar Cabra (1983) formó parte de la investigación de los papeles de Panamá que logró el Premio Pulitzer 2017. Ha trabajado en varios medios nacionales e internacionales y hasta el año pasado dirigió la unidad de datos del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés). Entre otras funciones, también ha dirigido la Fundación Ciudadana Civio. Cabra participó en un acto de UOC Alumni en Madrid.

 

 

Impulsora del periodismo de datos en España, Mar Cabra (1983) formó parte de la investigación de los papeles de Panamá que logró el Premio Pulitzer 2017. Ha trabajado en varios medios nacionales e internacionales y hasta el año pasado dirigió la unidad de datos del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés). Entre otras funciones, también ha dirigido la Fundación Ciudadana Civio. Cabra participó en un acto de UOC Alumni en Madrid.

 

Actualmente, en España, el periodismo de datos goza de cierta popularidad; pero cuando usted empezó, prácticamente no lo ejercía nadie. ¿Cómo fueron sus inicios?

Yo de pequeña no sabía que quería ser periodista y aún menos periodista de datos. Trabajé en la tele y no me gustaba lo rápido que se hacían las cosas. Me fui a Estados Unidos y me especialicé en periodismo de investigación. Cuando llegué allí creía que me enseñarían a trabajar con filtraciones, a que la gente me pasara documentos. Pero me enseñaron que hay un montón de información en internet. Se trata de información que ya existe o que la puedes pedir gracias a la ley de transparencia. En España, en 2009, no había ley de transparencia y yo nunca había oído a hablar de que los datos sirvan para contar historias. Cuando empecé a utilizarlo para mis reportajes me pareció fascinante. Podía demostrar con datos lo que la gente me decía verbalmente. Poder escribir de una manera tan contundente gracias a los datos me parecía fantástico.

El periodismo de datos está aún más masculinizado que el periodismo tradicional. ¿Se ha encontrado con dificultades añadidas por el hecho de ser mujer?

Yo no me he encontrado con grandes problemas. He tenido la suerte de recibir una educación que me ha hecho creer que puedo ser presidenta del gobierno. Yo no lo he sentido, pero cada vez me he ido concienciando más de la falta de diversidad en todos los aspectos -no solo de género- que hay en el mundo de la tecnología y en el periodismo. Me he ido concienciando a través de problemas que han tenido compañeras mías. También hay que destacar la dificultad en el proceso de contratación. Es algo en lo que activamente tenemos que cambiar el chip. Hay que incluir la diversidad de todos los tipos en nuestro proceso de contratación. La ciencia está demostrando que hay un sesgo de género a la hora de contratar y hay que hacer una inclusión activa en los procesos de selección.

¿Se ha encontrado o tiene miedo de sufrir el techo de cristal que suelen encontrarse las mujeres a la hora de progresar profesionalmente?

He tenido suerte porque he llegado a ser jefa y he trabajado para Estados Unidos, en donde en ciertas cuestiones están más avanzados. El primer techo es para todos los jóvenes. Es difícil ser jefe joven en el mundo del periodismo en España. Dan igual tus calificaciones. Aquí me dicen que he llegado muy lejos para tener 34 años y en Estados Unidos me dicen que tampoco es para tanto. Yo no tengo ese miedo porque no quiero ser directora de periódico. Si quisiera serlo, a la vista está que sería difícil. Todos los medios en España tendrían que mirarlo. La mayoría de medios tienen pocas mujeres en la reunión de decisión de temas.

¿El periodismo de datos en España es conocido? ¿Los lectores ya saben en qué consiste?

Volví a España de Estados Unidos en 2011 y no había nadie que lo hiciese. Empezamos a dar conferencias y charlas contando que el Excel sí que sirve a los periodistas. Cinco años después, había equipos de datos en casi todos los medios y es algo que sigue igual hoy en día. Si lo comparas con Estados Unidos, hay mucho por hacer. No hay que mirar el periodismo de datos como una cosa que solo hacen unos periodistas especializados, todos los periodistas tendríamos que saber trabajar con datos. Es un reto que las redacciones utilicen cada vez más hojas de cálculo para contar historias. Las administraciones tienen que liberar más información.

¿El periodismo de datos va a forzar a los gobiernos a ser más transparentes?

España es un país poco transparente culturalmente. El hecho de que haya más periodistas intentando acceder a datos y usar hojas de cálculo está ayudando. Ayudaría que la ciudadanía también pidiera datos, es algo que algunas ONG ya están haciendo. Es un proceso que va poco a poco. Venimos de una dictadura y tenemos la cultura de no dar. Se pregunta: «¿por qué te lo voy a dar y para qué lo quieres?». Hasta hace poco la legislación española solo permitía dar alguna información si demostrabas un interés legítimo y directo. La ley de transparencia es de 2013 y no entra en vigor en su totalidad hasta 2015. Tenemos poca historia. En Suecia llevan desde el siglo XVIII con una ley de transparencia.

Ganasteis el premio Pulitzer por los papeles de Panamá. ¿Qué significaron este premio y esta filtración?

Fue muy importante recibir este reconocimiento a esta nueva manera de hacer periodismo, mediante la colaboración de cientos de periodistas. Nos ayudó a decir que esta forma de hacer periodismo existe y que es cada vez más normal. Eran 40 años de documentos de un bufete de abogados con sede en Panamá con sede en 40 países. Son 11 millones y medio de documentos. Gracias a esto conseguimos, 8 meses después de la publicación, que hubiese 150 investigaciones en casi 80 países. También se han recuperado, como mínimo, 500 millones de dólares de impuestos que no se habían pagado. Se han abierto investigaciones en diferentes países. Han dimitido altos cargos como el exministro Soria, el primer ministro de Islandia, etc. El mayor cambio son los cambios legislativos y el apoyo a empujar ciertas cuestiones legislativas en el ámbito europeo para que se vayan cerrando estos agujeros.

 

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