4/7/18 · Institucional

«La recuperación de la memoria histórica es fundamental para la reparación de las víctimas de conflictos armados»

Foto: UOC

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Laura Solanilla , profesora de los Estudios de Artes y Humanidades

 

Cuando Laura Solanilla tuvo su primer trabajo en una editorial no se planteaba que se acabaría dedicando a la gestión de la memoria histórica. Hoy, es especialista en los usos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para la difusión del patrimonio cultural y en el estudio de la relación entre memoria, patrimonio e identidad. En 2017, recibió una propuesta atractiva: formar parte de un proyecto de asesoramiento técnico para la recuperación de la memoria histórica en El Salvador, Guatemala y Colombia, donde la UOC colabora con el Memorial Democrático y la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo, dos organismos de la Generalitat de Cataluña.

 

 

Cuando Laura Solanilla tuvo su primer trabajo en una editorial no se planteaba que se acabaría dedicando a la gestión de la memoria histórica. Hoy, es especialista en los usos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para la difusión del patrimonio cultural y en el estudio de la relación entre memoria, patrimonio e identidad. En 2017, recibió una propuesta atractiva: formar parte de un proyecto de asesoramiento técnico para la recuperación de la memoria histórica en El Salvador, Guatemala y Colombia, donde la UOC colabora con el Memorial Democrático y la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo, dos organismos de la Generalitat de Cataluña.

 

Colombia, Guatemala, El Salvador... son países con un punto en común: están inmersos en un proceso de construcción de paz. ¿Por qué es tan importante la memoria histórica digital en estos países?
La recuperación de la memoria histórica en países que han vivido situaciones de conflicto armado es fundamental por varios motivos. En primer lugar, como mecanismo de reparación de las víctimas; en segundo lugar, como requisito indispensable para la reconciliación nacional, y, finalmente, como elemento educativo para la prevención de la violencia.
El hecho de que esta recuperación se muestre en soporte digital garantiza el acceso universal y facilita la consulta de los datos, que serán instrumentos de debates sociales, procesos judiciales e iniciativas ciudadanas.
Cada caso es distinto, pero, por ejemplo, en Colombia, comunidades enteras han sido destruidas durante todos los años de conflicto. O en Guatemala, el riesgo de que paramilitares entren en los archivos físicos y lo destruyan todo es real.
¿Por qué quieren hacer desaparecer estos archivos?
Hay muchos grupos de poder que no tienen interés en que la memoria histórica tenga visibilidad, ya que con estas pruebas se llevaría a las personas responsables de los crímenes ante los tribunales de justicia internacionales. Los centros de recuperación de la memoria histórica y los profesionales que trabajan están amenazados, y por este motivo hay una copia digital de muchos de los archivos custodiada en Suiza. Siempre hay gente que sale perdiendo con la memoria histórica, porque si hay una víctima es que ha habido un victimario.
¿Cada uno de estos países tiene unas necesidades diferentes en la gestión de su memoria histórica?
Los contextos históricos y la tipología de las víctimas son diferentes en cada país. Por ejemplo, en Guatemala la guerra civil duró treinta y seis años y la represión se cebó especialmente con la población indígena. En cambio, no se puede entender el conflicto en El Salvador sin tener en cuenta el papel de los Estados Unidos. Y en Colombia, la conflictiva relación entre los narcos, la guerrilla y los paramilitares dibuja un escenario de alta complejidad. También hay que tener presente que, mientras que en Colombia la gestión de la memoria se hace desde un centro creado por el Gobierno con apoyo legislativo y con fuerte ayuda económica, en Centroamérica esta gestión está prácticamente en manos de la sociedad civil y de particulares, y tiene muy poco apoyo público. Por tanto, las necesidades en la gestión son diversas y piden soluciones adaptadas a cada caso.
¿Cuál es el estado actual de los fondos documentales de la memoria histórica en Latinoamérica?
Muy desigual. La precariedad económica que sufren algunos organismos que velan por la memoria histórica, como el Archivo Histórico de la Policía Nacional de Guatemala, pone en peligro incluso su continuidad. En cambio, en Colombia hay un cuerpo de archivo bien dotado económicamente y consolidado con estándares internacionales de archivística. No se puede hacer una valoración general.
Y la digitalización de los archivos documentales, ¿puede contribuir a extenderla más allá de sus fronteras?
Por supuesto, porque los fondos documentales y audiovisuales no solo son importantes en clave interior, sino que constituyen unas fuentes de primera mano para comprender procesos históricos y políticos de alcance internacional. Por ejemplo, en la Universidad de Texas hay una copia de las emisiones de Radio Venceremos, una emisora insurgente que emitió desde las montañas durante los años de la guerra civil en El Salvador, accesible en línea.
Hace un año, el Congreso de los Diputados aprobó una proposición sobre memoria histórica que instaba al Gobierno de España a tomar las medidas pendientes para aplicar la Ley de memoria histórica (2007). ¿Cómo consideras la situación de la memoria histórica en España?
Nefasta. Es una vergüenza que con los años que hace que murió el dictador no haya una ley de memoria histórica aplicada ni políticas públicas de memoria. Se explica por el pacto de silencio que conllevó la Transición española y por el mantenimiento del statu quo de las élites dirigentes herederas del franquismo.
En Cataluña, el Memorial Democrático, además de un banco audiovisual de testimonios, desarrolla una base de datos de muertos durante la Guerra Civil en Cataluña y ha hecho un mapa de las fosas comunes catalanas. ¿Cómo contribuyen estas acciones al reconocimiento de las víctimas?
Estas acciones son imprescindibles en una sociedad autodenominada democrática y contribuyen al deber de reparación de las víctimas (o de sus descendientes), paso imprescindible para curar heridas históricas. Con las heridas abiertas no se puede sacar adelante una sociedad democrática. Hemos visto ejemplos en algunos países, como Alemania o Sudáfrica, y son una condición necesaria para avanzar en los procesos de paz.

En España, la memoria histórica es un tema enquistado. De hecho, la primera fosa común que se exhumó fue en Priaranza del Bierzo, en León, en octubre del 2000, ¡y Franco murió en 1975! Cataluña es el único lugar del Estado donde hay una entidad dedicada a la recuperación de la memoria histórica. En el resto de comunidades, estos procesos están impulsados ?por iniciativas privadas lideradas por los nietos de las víctimas.
¿Qué puede aportar la UOC para mejorar los procesos de recuperación, gestión y difusión de la memoria histórica digital?
Algunos investigadores de la UOC nos hemos especializado en la gestión y comunicación en línea del patrimonio cultural. Por este motivo, somos referentes en este tipo de procesos.
¿Por qué decidiste especializarte en los usos de las TIC para la difusión del patrimonio cultural? ¿Qué te aporta personalmente trabajar en este ámbito?
Personalmente y por trayectoria profesional siempre he estado vinculada a instituciones patrimoniales y siempre me ha interesado ver cómo las tecnologías de la comunicación podían transformar radicalmente y mejorar la relación que se establece entre el patrimonio cultural y sus públicos. La virtualidad nos permite llegar a colectivos que por intereses o por razones personales o geográficas no son públicos habituales de los museos.

Como persona, significa una constatación del valor de nuestro trabajo y de cómo nuestra investigación contribuye a la mejora de la vida de las comunidades a las que nos dirigimos.
El Memorial Democrático te pidió personalmente la participación profesional en el proyecto. Sin embargo, tú detectaste que una relación institucional entre la UOC y el Memorial podía favorecer a ambas entidades. ¿Cuáles crees que pueden ser los beneficios?

La colaboración de la UOC con entidades públicas y privadas es una misión de transferencia y de retorno a la sociedad. La transferencia de conocimiento por parte de la UOC es, sin duda, un beneficio para la sociedad que lo recibe y, al mismo tiempo, una legitimación de nuestro papel. Sin embargo, esta transferencia aún está poco reconocida en el currículo de los profesores que la generan y no tiene efectos en los procesos de calidad y acreditación.

 

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