28/11/18 · Investigación

«La sostenibilidad del software libre está en riesgo, y si falla, puede ser un desastre»

Foto: UOC

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Jordi Cabot , profesor de investigación ICREA y líder del grupo de investigación SOM del IN3

 

Doctor en Ingeniería Informática por la Universitat Politècnica de Catalunya, Jordi Cabot ha sido profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC; investigador visitante del Politécnico de Milán (Italia) y de la Universidad de Toronto (Canadá), y profesor de la École de Mines de Nantes (Francia), donde lideraba el grupo de investigación Inria sobre ingeniería del software. Cabot es el único investigador del Estado que aparece en el top-20 de los investigadores consolidados en el campo de la ingeniería del software, según un estudio bibliométrico publicado recientemente en The Journal of Systems and Software.

Cabot se incorporó a la UOC como profesor de investigación ICREA en 2015, y desde entonces lidera el grupo de investigación SOM (Systems, Software and Models) del IN3. Su investigación se incluye en el ámbito de la ingeniería del software y tiene el objetivo fundamental de «ayudar a las empresas a desarrollar software más rápido y de mejor calidad», en palabras del investigador. SOM estudia sobre todo el uso riguroso de modelos de software en todas las tareas de desarrollo y mantenimiento del software. Aplican sus trabajos también al software libre, en que interesa especialmente el problema de la sostenibilidad a largo plazo de este tipo de proyectos.

 

 

Doctor en Ingeniería Informática por la Universitat Politècnica de Catalunya, Jordi Cabot ha sido profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC; investigador visitante del Politécnico de Milán (Italia) y de la Universidad de Toronto (Canadá), y profesor de la École de Mines de Nantes (Francia), donde lideraba el grupo de investigación Inria sobre ingeniería del software. Cabot es el único investigador del Estado que aparece en el top-20 de los investigadores consolidados en el campo de la ingeniería del software, según un estudio bibliométrico publicado recientemente en The Journal of Systems and Software.

Cabot se incorporó a la UOC como profesor de investigación ICREA en 2015, y desde entonces lidera el grupo de investigación SOM (Systems, Software and Models) del IN3. Su investigación se incluye en el ámbito de la ingeniería del software y tiene el objetivo fundamental de «ayudar a las empresas a desarrollar software más rápido y de mejor calidad», en palabras del investigador. SOM estudia sobre todo el uso riguroso de modelos de software en todas las tareas de desarrollo y mantenimiento del software. Aplican sus trabajos también al software libre, en que interesa especialmente el problema de la sostenibilidad a largo plazo de este tipo de proyectos.

 

El software suele definirse como la infraestructura digital de nuestra sociedad. ¿Podrías explicarme por qué?

Porque cualquier cosa que hacemos y cualquier dispositivo que tenemos ?ya sea el móvil, el ordenador, las neveres, las tostadoras, es decir, el llamado Internet of Things o internet de las cosas? está basado en él. La gran mayoría de este software depende ?si no todo, como mínimo una gran parte? de algún componente que sigue los principios del software libre. Al final, todo lo que hacemos y todo lo que rodea a la sociedad funciona, hasta un cierto punto, gracias a que en alguna parte del software existe un componente que se ha desarrollado siguiendo los principios del software libre y el enfoque colaborativo y abierto.

Y este software libre, ¿quién lo hace?

Este es el gran problema. El software libre es abierto y todo el mundo lo puede utilizar, copiar y modificar libremente. Todo esto suena muy bien. Además, todo el mundo puede contribuir. ¿Cuál es el problema? Que muy poca gente lo hace. Como todo lo que es un bien común, hay mucha gente que lo utiliza, pero muy poca gente contribuye. Esto se aplica al software libre, a la Wikipedia o a cualquiera de estas iniciativas. Para que nos entendamos, en el caso de la Wikipedia, por ejemplo, todo el mundo accede para aprender cosas nuevas, buscar conceptos, encontrar información, etc., pero ¿cuántos de nosotros la hemos editado? Se calcula que solo el 1 % de las personas añaden contenido, y esto mismo ocurre con el software libre. Por eso su sostenibilidad es uno de los grandes problemas que tenemos hoy en día.

¿Qué puede suceder si falla el software libre?

Puede ser un desastre. Hay un ejemplo muy conocido de esto, el de Heartbleed. Se trata de un error de software de la biblioteca de criptografía de OpenSSL, de código abierto, que permitía a los potenciales atacantes leer la memoria de un servidor web y recuperar datos sensibles desde el punto de vista de la privacidad. La herramienta se usaba en todos los servidores, por lo que tenía, a su vez, un impacto en todas las webs y los sistemas. Se tardó al menos cinco meses en detectarse el error porque, al final, solo había una persona trabajando a tiempo completo. Los recursos, pues, no eran suficientes, e igual que hubo ataques como ese, puede haber de otro tipo. Por lo tanto, si no hay suficiente gente que ayude a monitorizar y a mantener cuidadosamente el software libre, en casos como ese puede producirse una cascada de efectos que puede afectar a millones de productos.

Una de las líneas de investigación del grupo SOM es garantizar la sostenibilidad de este software. ¿Qué proponéis hacer?

Como sabemos que hay pocos recursos humanos que se dediquen a contribuir al software libre, lo que intentamos es que la comunidad que sí quiere contribuir se optimice. Lo hacemos intentando mejorar la comunicación entre ellos y detectando áreas de software que podrían necesitar más atención. Ahora bien, debemos aceptar que no es suficiente mejorar la comunidad que rodea al software, porque el problema de fondo es que no hay suficiente gente que quiera contribuir. El límite, por lo tanto, está marcado por el número de personas que contribuye. ¿Qué podemos hacer? Puesto que no tenemos gente, ¡pongamos robots! O bots, porque al final son componente de software. Insertamos personas virtuales, o bots, dentro del proyecto, que serán capaces de automatizar muchas de las tareas repetitivas. Así, identificamos qué partes de la gestión y del mantenimiento del software libre pueden automatizarse y dejamos que las tareas más creativas las hagan personas. Nuestro trabajo es desarrollar estos bots y analizar cómo pueden interaccionar con las personas de forma que sean aceptados como miembros de la comunidad. También aplicamos técnicas de inteligencia artificial para que estos bots no sean tontos, por así decirlo, sino para que puedan aprender cómo funciona el proyecto y puedan automatizar las tareas cada vez más complejas.

¿Trabajáis, en la actualidad, en algún proyecto en este ámbito?

Estamos trabajando con una empresa francesa en un proyecto para aplicar los bots en el ámbito de los portales ciudadanos. En este caso hablamos de chatbots, es decir, bots capaces de conversar con el ciudadano. Nuestro objetivo es ver cómo los bots pueden ayudar a la gente que accede, por ejemplo, a un portal como el del Ayuntamiento de Barcelona para pagar un impuesto o para buscar información. Un bot podría navegar por esta web y asistir al ciudadano al hacer estas tareas, que siempre son más complejas de lo que parece ?porque deben rellenarse formularios, seguir varios pasos, etc.?; también podría crearse un chatbot de forma automática a partir de la información que ya está disponible en la propia web o en manuales internos. La idea, como siempre, es que todo sea más rápido de hacer y más productivo.

El software libre nace en 1983 como un movimiento idealista. En 2018, Microsoft compra por 7.500 millones de dólares GitHub, la principal plataforma mundial de código abierto. ¿Qué ha ocurrido entre un año y el otro?

Lo que quiere decir el código abierto es que una empresa, un individuo o una comunidad pone a disposición de la gente las líneas de código de un determinado software, de forma que uno pueda descargárselo. Después, puede modificarse, comercializarse, etc. Microsoft está liberando el código de muchos de sus productos y, ciertamente, está contribuyendo a desarrollar productos de terceros. Básicamente, lo que hace es liberar el código fuente de sus productos, y esto puede verse como una acción desinteresada para que la gente vea cómo se hacen y pueda adaptarlos o como una acción puramente económica. Al liberar el código fuente de sus productos, Microsoft facilita que exista un ecosistema de desarrolladores que se sentirán más atraídos para trabajar con ellos o que, quizás, los ayudarán a encontrar errores que Microsoft no había detectado. Además, también es una cuestión de marca. Al final, uno de los recursos más escasos de hoy en día son los desarrolladores, y para una empresa es difícil encontrar y contratar buenos desarrolladores. Por eso, cualquier cosa que facilite que los grandes desarrolladores acepten trabajar para Microsoft les ayudará mucho y contribuirá a mejorar su imagen de marca dentro de la comunidad de desarrolladores.

En el campo del software libre, ¿dónde crees que estaremos en los próximos cinco o diez años?

Pienso que no hay vuelta atrás. Por un lado, cada vez más, la gente exigirá que todo lo que compra esté disponible por si en algún momento necesita adaptarlo o por si la empresa que está detrás de aquel software cierra. Por el otro, creo que el software está invadiendo cada vez más nuestra vida ?lo que decíamos antes del internet de las cosas es el gran ejemplo. Al final, cualquier aparato de nuestra casa contiene una parte más o menos importante de software. Cada vez veremos a más usuarios finales que, de algún modo, querrán ser capaces de crear o, más que crear, adaptar y componer software que responda realmente a sus necesidades individuales. Hace años que se dice la frase software is eating the world, y cada vez es más cierta.

Ya para terminar, ¿podrías recomendarnos alguna obra ?una película, una serie, una novela, etc.? que, de alguna forma, trate los temas que aborda tu investigación?

De mi investigación en concreto, es difícil. De informática, sí puedo recomendar una serie y un libro. Ya aviso de que, como ya pienso todo el día, en los momentos de ocio busco series y libros poco intelectuales, que no me hagan pensar. El primer libro que recomendaría es el último de Dan Brown, Origen. El porqué es muy sencillo: nuestro estimado Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación tiene un papel importante ?no diré nada más? y sale un catedrático conocido de la Universitat Politècnica de Catalunya. Me parece curioso que Barcelona y su informática tengan un papel tan relevante en un número uno de ventas mundial. En cuanto a la serie, me gustó mucho Person of Interest. Va de unos informáticos que crean un ordenador capaz de predecir posibles actos violentos en el futuro y que acaba adquiriendo conciencia de sí mismo. Al inicio, la serie es eminentemente policiaca, pero desemboca en el tema de hasta qué punto se ha dado demasiado poder a las máquinas y plantea cuestiones éticas y el miedo a la superinteligencia. Es muy recomendable verla.

 

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