13/9/19

«En este país falta riesgo y recursos para innovar en educación»

«Es el momento de las singularidades educativas»
Foto: UOC

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Lluís Pastor , director del eLearn Center y creador de La Reina Roja

 

Lluís Pastor es un apasionado de la educación en general y de la innovación en particular. Su trabajo al frente del eLearn Center y su interés por conocer los métodos de aprendizaje más eficaces e innovadores lo han llevado a investigar por todo el mundo proyectos singulares que van cambiando el universo educativo. Defiende la necesidad de transformar las metodologías formativas, «inamovibles durante décadas», para adaptarlas a un nuevo escenario que está en permanente cambio, también en la forma de aprender. Por ello ha creado La Reina Roja: diez capítulos temáticos donde se recopilan las experiencias educativas singulares que marcarán el rumbo de la enseñanza.

 

 

Lluís Pastor es un apasionado de la educación en general y de la innovación en particular. Su trabajo al frente del eLearn Center y su interés por conocer los métodos de aprendizaje más eficaces e innovadores lo han llevado a investigar por todo el mundo proyectos singulares que van cambiando el universo educativo. Defiende la necesidad de transformar las metodologías formativas, «inamovibles durante décadas», para adaptarlas a un nuevo escenario que está en permanente cambio, también en la forma de aprender. Por ello ha creado La Reina Roja: diez capítulos temáticos donde se recopilan las experiencias educativas singulares que marcarán el rumbo de la enseñanza.

 

¿Por qué es importante que exista un proyecto como La Reina Roja?

Creo que es imprescindible visibilizar el cambio educativo que se produce en el mundo y no solo en la universidad, que también, por supuesto. La Reina Roja expone y explica las experiencias educativas más singulares e innovadoras que se llevan a cabo en muchos lugares, entre los que se encuentra España. Queremos vincular a la UOC con otras universidades corporativas o políticas, con colegios y con otros centros que ponen en marcha iniciativas que les hacen diferentes. Nuestra labor consiste en detectar y analizar estos proyectos. Porque desde el eLearn Center creemos en la diversidad y la diferencia, y, de hecho, es lo que ha defendido la UOC desde su creación. Es el momento de las singularidades educativas.

No podemos seguir formando a las personas como se ha hecho durante toda la vida; la educación ha sido inamovible durante décadas y décadas y no puede continuar así. La sociedad está cambiando y los métodos de aprendizaje también han de hacerlo. Educación y sociedad han de evolucionar en paralelo.

¿En qué te has basado para hacer esta elección de centros?

Hay tres elementos que hacen que un modelo educativo sea distinto, singular y propio. El primero es el modelo de aprendizaje: cómo es, cómo se diseñan los cursos, cómo se acompaña a los estudiantes, cómo se les evalúa y qué recursos de aprendizaje se ponen a su disposición (de qué instalaciones físicas y recursos tecnológicos los proveen, por ejemplo). Mi equipo y yo analizamos la forma y la singularidad con que los centros aplican uno o varios de estos elementos.

Además, también evaluamos el modelo de organización de estas instituciones, es decir, cómo son los profesores, si tienen diferentes roles docentes, si disponen de un equipo de operaciones como el que tiene la UOC, si crean los contenidos de aprendizaje o utilizan recursos externos, cuáles son sus procesos de trabajo… Hacemos un análisis exhaustivo sobre lo que hay detrás de cada universidad, de cada institución.

El siguiente elemento que analizamos es el modelo de servicios. En nuestro caso ofrecemos servicios planos, es decir, todos los estudiantes acceden al mismo tipo de formación. Otros centros proveen de servicios personalizados, como por ejemplo clases de refuerzo, otras instituciones disponen de un campus físico… Un caso que me ha llamado la atención es el de la Pontificia Universidad Católica de Perú, que dispone de un entramado de empresas propio para dar servicio a los estudiantes y a la vez generar beneficios: una cadena de cáterin en todos sus campus, sistemas de seguridad propios, etc. Así que, en estos casos, también estudiamos el modelo de servicio o de negocio, además del de aprendizaje u organizativo.

Muchas veces estos tres elementos (aprendizaje, servicio y negocio) están relacionados: quien tiene un sistema de aprendizaje singular suele tener también un sistema organizativo diferente, por ejemplo.

¿Los capítulos se han agrupado por temática? ¿Hay algún centro o institución que te haya llamado la atención especialmente?

Sí, se han grabado diez capítulos temáticos que se están convirtiendo en catalizadores para que todas las personas interesadas en la educación puedan conocer los cambios más interesantes que se producen en el mundo. Todos los centros de los que hablamos son llamativos. Ahora mismo pienso en la Universidad de Buckingham, que ha buscado una singularidad sensacional: tiene tres semestres en vez de dos. De esta forma, los estudiantes pueden acabar los grados en dos o tres años, en lugar de en cuatro. También me parece muy destacable el caso de la universidad Minerva, donde los estudiantes estudian seis meses en cada uno de sus campus por el mundo. Después de tres años, sus universitarios han vivido en seis ciudades distintas. Pero, como digo, cada centro del que hablamos en La Reina Roja tiene su especificidad y es maravilloso.

¿Existe algo parecido a La Reina Roja en el mundo?

No. Y nosotros no lo hemos hecho para hablar de la UOC, de sus modelos organizativo, de aprendizaje o de servicio, sino porque queremos dar munición a los políticos o incluso a nosotros mismos para mejorar y avanzar. La UOC ya era diferente cuando se creó en 1994, pero en el año 2020 ofrecer formación universitaria en línea ya no será singular; por eso tenemos que seguir avanzando. Buscar otros modelos singulares a lo largo del mundo pone en valor a nuestra institución.

Entre los centros que se han elegido también hay instituciones españolas. ¿En qué es este país pionero y de qué adolece?

En España hay muchas instituciones y personas talentosas —como en cualquier país— que intentan cambiar las cosas. Lo que falta en este país es voluntad de riesgo y recursos. En muchos centros de Estados Unidos y del norte de Europa tienen menos miedo a atreverse y, además, claro está, cuentan con más recursos. En España nos atenaza el miedo a ser distinto, algo que además está penalizado por la Administración.

Pienso en la Escuela 42, un centro de programación creado en París que no tiene respaldo del sector público y que es muy demandado por los estudiantes. Aquí la está extendiendo la franquicia Telefónica, que va a abrir un centro en Madrid con el que quiere revolucionar la educación. En España no es que seamos inmovilistas, porque sí se avanza, pero como he dicho, hay más miedo a arriesgar.

¿Esta falta de riesgo se da en la Administración y los centros, o también en los estudiantes o en las familias, que cuando abre un centro singular no se atreven a inscribir en él a sus hijos?

Hay una prevención que puede llegarse a entender, por supuesto. Pero el mundo se está moviendo y ya hemos visto que haciendo lo mismo que se hacía hasta ahora no se forma adecuadamente a las nuevas generaciones. El mundo es distinto y se necesita gente formada para afrontar los nuevos retos que se plantean. Hace diez años no existía Twitter, no se aplicaba la inteligencia artificial a la domótica... Todo cambia tan rápido que hay que darse cuenta de que los sistemas de formación han de ser más flexibles.

La UOC sí es una universidad que ha arriesgado y que obviamente es innovadora. ¿Cómo reciben profesores y estudiantes los cambios que se han implementado y, sobre todo, cómo crees que se van a tomar todos los que van a venir y aquellos en los que ya trabajáis en el eLearn Center?

Cuando hablo con los alumnos me transmiten que están contentos de pertenecer a una universidad que innova y que piensa constantemente en cómo seguir avanzando. Te piden, eso sí, conocer las cosas antes de que pasen. Lo mismo ocurre internamente: se nota que esta universidad tiene veinticinco años y no quinientos porque todos estamos acostumbrados a movernos, a hacer las cosas de forma diferente. Así que, frente a la natural resistencia al cambio operativo, se impone la voluntad de actualización y de ser competitivos, algo que yo creo que en otras universidades sería más difícil.

Volviendo a La Reina Roja, ¿nos puedes avanzar algo sobre los nuevos capítulos?

Vamos a ver por ejemplo universidades corporativas, algo que me hacía especial ilusión. Hablaremos de la potencia, la responsabilidad y la capacidad que tienen las empresas en la formación de las personas: la Universidad Disney o los proyectos formativos de BBVA por el mundo.

También me gusta mucho exponer los proyectos innovadores de las escuelas que forman de manera singular a los niños para convertirlos en adultos singulares. Cada vez que conozco más este tipo de escuelas me gusta más lo que veo, cómo ayudan a nuestros hijos a tener una visión distinta del mundo.

¿Habrá Reina Roja segunda parte?

Sí, ya estamos preparando diez capítulos nuevos, porque estamos convencidos de lo que aporta un proyecto como este. No existe algo parecido, no hay ninguna institución que esté haciendo una prospección seria sobre la innovación formativa en el mundo. Y estamos muy orgullosos de ser nosotros los que hayamos detectado esta necesidad y de poder informar sobre el rumbo que lleva la educación en el mundo.

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