29/10/19 · Estudios de Economía y Negocios

«Soy un deportista profesional como cualquier otro, solo que necesito una silla para jugar»

«No tengo prisa por acabar el grado, así que lo adapto a mi marcha deportiva»
Foto: Jorge González Marques

Foto: Jorge González Marques

Martín de la Puente Riobó , deportista profesional de tenis en silla

 

Martín de la Puente Riobó se inició en el tenis en silla con once años tras la amputación de su pierna izquierda. Los intensos entrenamientos siempre lo han obligado a buscar opciones formativas que se ajustasen mejor a sus necesidades. Con quince años se convirtió en campeón del mundo junior sub-18, título que consiguió revalidar en los dos años siguientes. Superada la evaluación del bachillerato para el acceso a la universidad (EBAU), el Consejo Superior de Deportes (CSD) y la Real Federación Española de Tenis (RFET) le ofrecieron una beca en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat del Vallès, donde vive actualmente, compaginando sus estudios con los entrenos y los continuos viajes por competiciones (unas veinticinco o veintiséis semanas fuera de España al año).

 

 

Martín de la Puente Riobó se inició en el tenis en silla con once años tras la amputación de su pierna izquierda. Los intensos entrenamientos siempre lo han obligado a buscar opciones formativas que se ajustasen mejor a sus necesidades. Con quince años se convirtió en campeón del mundo junior sub-18, título que consiguió revalidar en los dos años siguientes. Superada la evaluación del bachillerato para el acceso a la universidad (EBAU), el Consejo Superior de Deportes (CSD) y la Real Federación Española de Tenis (RFET) le ofrecieron una beca en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat del Vallès, donde vive actualmente, compaginando sus estudios con los entrenos y los continuos viajes por competiciones (unas veinticinco o veintiséis semanas fuera de España al año).

 

¿Cómo te organizas con los entrenos, las competiciones o los exámenes?

Entreno por la mañana. El horario de la preparación física, de la fisioterapia y del trabajo con la nutricionista es variable. Intento siempre reservar un rato de las tardes a estudiar y hacer las PEC. Cuando tengo competición, que normalmente es en el extranjero, debo entrenar y competir —a veces, dos partidos al día—, con lo que encontrar un hueco para estudiar se convierte en algo más complicado.

¿Hay alguna anécdota que te gustaría compartir?

Tengo muchas. Desde pequeño siempre he tenido que compaginar los estudios y el deporte. Recuerdo una vez que, tras haber ganado el Campeonato del Mundo Junior en Francia, al regresar a casa en coche con mis padres, en un momento dado dije: «¡Campeón del mundo!, ¿quién lo diría?». A lo que mi padre respondió: «Sí, sí, campeón del mundo, pero mañana tienes examen de inglés, así que coge el libro y vamos a repasar».

Sufres desde el nacimiento el síndrome de Proteo. ¿Cómo se inició?

Es una enfermedad congénita que me ha provocado un crecimiento interno de partes blandas y huesos anormal aleatoriamente. No se hizo visible hasta el primer año de vida; solo tenía el dedo del corazón un poco más gordito que el resto. A partir de ahí la cosa se fue complicando y tuvieron que ir corrigiendo con cirugías esas anomalías en el Hospital La Paz de Madrid. Sufrí dieciséis duras operaciones, con mucho apoyo de un gran grupo de profesionales, mi familia y mis amigos. Al pararse el crecimiento, los efectos disminuyeron considerablemente.

¿Cómo fueron tus inicios en el tenis en silla?

Siempre me había gustado el tenis. Mi hermano está becado gracias a este deporte en la Universidad Estatal de California en Sacramento. Jugábamos juntos de niños, pero mis limitaciones fueron a más y, con la amputación del pie izquierdo, había que buscar una alternativa. Me la ofreció mi entrenador. Al principio me produjo rechazo tener que sentarme en una silla de ruedas gigante para aprender a jugar. Yo no estaba acostumbrado a ir en silla de ruedas, pero enseguida vi que era divertido correr con ella, girar, derrapar... Tenía diez años.

¿Cuál ha sido tu mejor experiencia deportiva hasta ahora?

Se produjo en 2016 al obtener la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Fui el participante más joven de la especialidad y obtuve por primera vez para España un diploma olímpico de tenis en silla.

¿Cómo te ha ayudado este deporte en tu vida?

El deporte adaptado es una extraordinaria herramienta para incluir y valorar a las personas con diversidad funcional. Cada vez hay más reconocimiento, y merecido, hacia el deporte adaptado. La imagen de una persona corriendo con prótesis o, en el caso del tenis en silla, compitiendo en Wimbledon o Roland Garros es capaz de romper las últimas barreras en la sociedad. Ha dejado de ser una «cuestión social» para reconocer lo que somos, unos deportistas. Personalmente, me ha ayudado a superar mis dificultades, como a cualquier otra persona que practique un deporte. En mi caso, he apostado por dedicarme a él de forma profesional, he crecido y me he especializado en esto, con mucho sacrificio para mí y para mi familia. Soy un deportista profesional, como cualquier otro, solo que necesito una silla para jugar. Dedico mi vida profesional al deporte como otros. ¿Por qué no? Persigue tu sueño.

¿Cómo te imaginas tu futuro profesional? ¿Te gustaría seguir ligado al tenis?

Una de las ventajas del tenis en silla es que puedes mantenerte competitivo con cuarenta años. Por ahora me gustaría seguir dedicándome a esto, pero, en el futuro, no descarto tener otra vida profesional en una entidad u organización relacionada con el deporte o la acción social, donde podría aplicar los conocimientos de gestión de organizaciones y empresas que estoy adquiriendo en la UOC.

¿Por qué decidiste estudiar el grado de Administración y Dirección de Empresas?

Siempre me han gustado los temas relacionados con las relaciones entre países, la economía y el funcionamiento de las ONG. El grado de Administración y Dirección de Empresas (ADE) aporta las herramientas para entender el funcionamiento económico de las empresas y las organizaciones y es un buen complemento para mi carrera, porque, en el deporte profesional, surgen relaciones con entidades públicas y privadas. Es interesante saber qué podemos aportar nosotros y cómo.

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