20/5/21 · Institucional

«Queremos que las empresas del entorno rural puedan aplicar lo más rápidamente posible la tecnología 5G»

Albert Pujol , impulsor del proyecto CoebreLAB 5G Rural y alumni de la UOC

 

En Móra d'Ebre se ha instalado, recientemente, CoebreLAB 5G Rural, el primer laboratorio en Cataluña ideado para testar esta nueva tecnología. El objetivo del proyecto es asegurar que los nuevos servicios digitales se desarrollan equitativamente, teniendo en cuenta las necesidades de la ciudadanía a lo largo y ancho del territorio, a la vez que se estimula la innovación en el entorno rural. Hablamos con Albert Pujol, alumni de la UOC y uno de los impulsores del proyecto.

 

En Móra d'Ebre se ha instalado, recientemente, CoebreLAB 5G Rural, el primer laboratorio en Cataluña ideado para testar esta nueva tecnología. El objetivo del proyecto es asegurar que los nuevos servicios digitales se desarrollan equitativamente, teniendo en cuenta las necesidades de la ciudadanía a lo largo y ancho del territorio, a la vez que se estimula la innovación en el entorno rural. Hablamos con Albert Pujol, alumni de la UOC y uno de los impulsores del proyecto.

¿En qué consiste el proyecto CoEbre LAB 5G rural?

CoEbre LAB es un laboratorio de innovación social digital, que nace en la Ribera d'Ebre en 2018. Su objetivo es sacar adelante acciones, iniciativas, actividades y proyectos en torno a la sociedad digital que afectan a la cuádruple hélice, lo que quiere decir: la ciudadanía, la Administración pública, las empresas y la universidad. Lo que hace este laboratorio es captar, a través de reuniones con gente representante de esta cuádruple hélice, retos que puedan resolverse a través de la digitalización. Actualmente disponemos de una nave con un sistema 5G que ofrece servicios para empresas que quieren testar esta tecnología. Y, evidentemente, todo se enmarca en este entorno rural, reconocido por la Unión Europea, y trabajamos mucho con las compañeras del área de dinamización rural, que nos ayudan a llegar a cualquier sector económico del entorno.

El alcance del 5G todavía es muy limitado. ¿Qué aporta esta tecnología y por qué es tan revolucionaria?

La tecnología 5G aporta básicamente tres cosas. La primera es la baja latencia, que sería el tiempo de respuesta de los aparatos respecto a sus servidores, que le encomiendan la información. Se calcula que el tiempo de respuesta es de 2 milisegundos, lo que quiere decir que tendremos una tecnología con tiempo de respuesta ultrarrápida por primera vez. El segundo gran adelanto que aporta la tecnología 5G es la cantidad de conectividad de aparatos por kilómetro cuadrado, que se estima en un millón. Ahora bien, todos sabemos que el día que vamos a una manifestación o a un campo de fútbol, nos falla la conectividad, porque la tecnología 4G tiene un tope mucho más notable. Y lo último es, evidentemente, la velocidad: con el 5G hablamos de 100 veces más velocidad. Esto pasa porque en el 5G los repetidores tienen que estar conectados obligatoriamente en fibra óptica.

¿Qué impacto tendrá esta tecnología en nuestras vidas?

Como ha pasado con todas las generaciones, los primeros años son muy importantes para las empresas. Y en este caso, especialmente, porque la inversión que tienen que hacer las operadoras para que el servicio llegue al público es enorme. Tienen que cambiar todos los repetidores, lo cual es un gasto importante, y no se hará de un modo excesivamente rápido. Seguramente, hasta de aquí a dos o tres años no podremos valorar la tecnología 5G. Pero las empresas y las administraciones públicas están haciendo pruebas piloto con nuevos servicios y productos que ya están dando muy buenos resultados.

Las voces más escépticas del 5G dicen que esta nueva generación móvil no supondrá un cambio disruptivo. ¿Qué piensas al respecto?

Este es un tema que hay que explicar desde el punto de vista social. Quien dice eso lleva cierta razón, desde la perspectiva de que el 4G, respecto al 3G, no ha supuesto un cambio disruptivo. Las generaciones móviles duran 10 años: los primeros 5 años —como ha pasado con todas— están pensados para las empresas, por lo que no se verán grandes beneficios para los usuarios. Se estima que el 5G empezó en 2020, y eso es muy reciente, y la triple innovación de esta tecnología —que pasa por la baja latencia, la ultravelocidad y la capacidad de absorber muchos aparatos— todavía se está probando. Y por eso nace nuestro proyecto.

También pasa una cosa, que es que en Cataluña tenemos el Mobile World Congress, la feria móvil más importante del mundo, lo que hace que los medios hablen muchísimo de la tecnología y muchos expertos hagan previsiones. Estas previsiones pasan a ser noticia, y la noticia parece que tenga que ser inmediata. Tenemos que entender que la 5G será una generación que, como todas, tendrá sus etapas, y ahora nos encontramos en una que todavía es muy inicial.

Y en cuanto a los habitantes de las comarcas del Ebro, ¿qué impacto positivo puede tener, precisamente, el 5G en un entorno rural?

Es evidente que la tecnología, bien aplicada, bien dinamizada, transforma una sociedad. El primer objetivo que tiene nuestro proyecto es que las empresas situadas en el entorno rural conozcan y puedan aplicar, lo más rápidamente posible, la tecnología 5G una vez esté disponible. Será un lugar donde probar, investigar y hacer innovación, para, de aquí a dos años, poder ofrecer nuevos servicios que estén ubicados en el entorno rural. El segundo objetivo, en el que ya trabajamos, es la realización de una formación profesional relacionada con el 5G con el Departamento de Enseñanza, ya que harán falta muchos técnicos para llevar a cabo una transformación de estas características y para aprovechar la tecnología. Lo que quiere decir eso es que queremos crear talento aquí, en el entorno rural, y retenerlo para que no se vaya al entorno urbano. Pero también queremos captar talento y ser un espacio, el entorno rural, donde cada vez más empresas quieran venir a probar, implantar o crear negocios. Y, por último, lo que también pretende la Generalitat es que esta sea una prueba piloto que en los próximos años pueda extenderse a todo el entorno rural catalán.

¿Qué tipo de sectores, concretamente, saldrán beneficiados?

En primer lugar, por ejemplo, el sector agroalimentario. Gran parte del campo ya está sensorizado, pero con tecnologías no tan ultrarrápidas como la 5G. Lo que se busca es tener un tiempo de respuesta mucho más rápido, y eso se trabaja con simulaciones que van acordes con el día a día del sector.

Por otro lado, tenemos el sector sanitario. Con el Catsalut impulsamos un proyecto de hospitalización domiciliaria en el entorno rural, en este caso con una prueba que se realizará en el hospital comarcal de Móra d'Ebre. Se quiere sensorizar una habitación y que alguien pueda estar hospitalizado en su casa –y, evidentemente, sea supervisado desde el hospital comarcal–, y que después eso pueda ser exportable a otros hospitales comarcales del país.

También trabajamos con empresas de drones, con un proyecto de digitalización del turismo rural con sensores, y la Generalitat tiene interés en que la conectividad pueda llegar a parques naturales, accidentes geográficos o entornos de montaña, con una conectividad que sea propia del siglo xxi.

¿Cómo te han ayudado desde el punto de vista profesional los estudios en la UOC?

Yo venía del mundo de la tecnología, porque soy informático, pero lo que me permitió la UOC fue seguir unos estudios superiores desde mi pueblo, Móra d'Ebre, que tiene 5.500 habitantes, con la misma calidad con la que los sigue cualquier persona situada en cualquier ciudad del mundo. Viviendo en un entorno como el mío, y siguiendo unos estudios acordes con los proyectos que llevo a cabo, es evidente que la universidad me ha permitido aprender, y sobre todo entender mucho mejor mi trabajo, y mejorarlo día a día. La gran diferencia está en este punto. El entorno rural necesita poder continuarse con una formación durante toda la vida, y la UOC te lo permite. Yo pude hacerlo sin renunciar a mi puesto de trabajo, y en mi casa.

En la UOC estudiaste primero el grado de Multimedia y después el máster universitario de Dirección de Empresas (Dirección de las Organizaciones en la Economía del Conocimiento). ¿Qué aprendizaje concreto destacas de cada uno de los estudios a la hora de afrontar el reto de este proyecto?

Estudiar una titulación superior te hace siempre coger unos hábitos que son muy positivos a la hora de condensar, de analizar y de aprender conceptos. Eso me lo dio sobre todo el grado de Multimedia, donde pude visualizar el potencial que tiene la tecnología asociada a la parte más audiovisual. Los streamings o YouTube no existían cuando yo empecé el grado, y diez años después se ha demostrado lo pionera que fue la universidad en este sentido.

Pero, para mí, el gran salto de este proyecto en concreto fue el máster universitario de Dirección de Empresas (Dirección de las Organizaciones en la Economía del Conocimiento), que hice ya siguiendo la creación de CoebreLAB, porque eran unos estudios que me permitían profundizar mucho en la innovación. Este concepto de la economía del conocimiento me hizo aprender cómo tenemos que cambiar la economía del siglo xix o xx hacia la nueva economía del siglo xxi. Ahora puedo aplicar todo esto al lugar donde vivo, y donde nací. Por mi parte, sin la UOC y estos estudios no habría sido posible.

La UOC pone mucho énfasis en que sus graduados tengan las herramientas necesarias para enfrentarse a los retos de futuro de la sociedad. Siendo este el foco principal del proyecto, ¿qué te llevaste de la universidad que te hizo querer desarrollar la innovación en un entorno donde todavía hay una gran brecha digital?

En primer lugar, quería romper tabúes, y eso quiere decir demostrar que el entorno rural en Cataluña no está tan mal, tecnológicamente hablando. A través de la tecnología se puede desarrollar innovación desde cualquier sector. La pandemia nos ha permitido verlo.

En segundo lugar, está clarísimo que nos hallamos ante un cambio social impulsado por las nuevas tecnologías. La 5G, tan disruptiva, va asociada a otras tecnologías, como la cadena de bloques (blockchain), la inteligencia artificial o la realidad virtual. Seguramente, muchos de los estudiantes que están ahora en la UOC no lo saben, pero acabarán trabajando en alguno de esos sectores.

Es algo muy importante, porque cuando tú te planteas estudiar y que los estudios tengan un impacto en los ámbitos personal y profesional, necesitas marcarte retos. Lo que busca CoebreLAB es reducir la brecha digital que aún puede existir, y convertirse en un modelo que pueda ser copiado en otras zonas rurales no solo de Cataluña, sino también del Estado. 

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