4/11/21 · Institucional

«La universidad empodera al estudiante ante un mercado de trabajo complejo»

Àngels Fitó y Jordi Gutiérrez (Fotos: UOC)

Àngels Fitó y Jordi Gutiérrez (Fotos: UOC)

Entrevista a Àngels Fitó , vicerrectora de Competitividad y Empleabilidad de la UOC, y Jordi Gutiérrez, director de UOC Corporate

 

Ante un mercado laboral que cambia rápidamente, ¿cómo se adapta la universidad? ¿Cómo facilita el acceso del alumnado a un empleo o le proporciona el camino para que pueda optar a un mejor puesto de trabajo? Una primera respuesta la encontramos en las ferias de empleo, y prueba de ello es que la UOC organizará los próximos días 16 y 17 de noviembre la segunda edición de la Feria Virtual de Empleo, con ofertas de un centenar de empresas. De esta iniciativa y del resto de las herramientas y los proyectos que la universidad pone en marcha nos hablan Àngels Fitó, vicerrectora de Competitividad y Empleabilidad de la UOC, y Jordi Gutiérrez, director de UOC Corporate.

 

Ante un mercado laboral que cambia rápidamente, ¿cómo se adapta la universidad? ¿Cómo facilita el acceso del alumnado a un empleo o le proporciona el camino para que pueda optar a un mejor puesto de trabajo? Una primera respuesta la encontramos en las ferias de empleo, y prueba de ello es que la UOC organizará los próximos días 16 y 17 de noviembre la segunda edición de la Feria Virtual de Empleo, con ofertas de un centenar de empresas. De esta iniciativa y del resto de las herramientas y los proyectos que la universidad pone en marcha nos hablan Àngels Fitó, vicerrectora de Competitividad y Empleabilidad de la UOC, y Jordi Gutiérrez, director de UOC Corporate.

¿Qué papel desempeñan las universidades en el cambio de modelo productivo?

A. F.: Las universidades son uno de los cuatro actores del modelo de la cuádruple hélice. Su interacción con empresas, Administraciones públicas y la sociedad civil fomenta la innovación, aumenta la productividad y mejora la competitividad de las empresas. Por tanto, las universidades desempeñan un papel clave, porque, por un lado, actúan como nodo de generación e intercambio bidireccional de conocimiento con empresas y, por otro, aportan talento para ayudar a transformar el modelo productivo.

¿Qué hace la universidad para que su estudiantado encuentre trabajo?

A. F.: La universidad apuesta por empoderar al estudiante ante un mercado de trabajo complejo, volátil e incierto. Para ello, le dota de los recursos y los conocimientos adecuados para que adquiera las competencias necesarias para incorporarse con éxito al mercado de trabajo y le ofrece herramientas y estrategias para la toma de decisiones.

Y, en el caso de las carreras con menores tasas de inserción laboral, con más paro o con menos salidas laborales, ¿de qué manera ayuda la universidad a los estudiantes para que se incorporen al mercado laboral?

A. F.: Si descomponemos el ADN competencial de las personas graduadas en estas carreras, podemos poner en valor un conjunto de competencias que son especialmente apreciadas por el mercado laboral. La capacidad de analizar situaciones complejas o de aproximarse a los problemas mediante el pensamiento crítico son algunas de las competencias que actualmente está buscando el mercado de trabajo. Nuestra labor es guiar al estudiante para que identifique y ponga en valor estas competencias transversales y específicas, y movilizar a los empleadores para que las reconozcan.

¿Podéis explicar algunas acciones concretas que llevéis a cabo en la UOC para favorecer la inserción laboral del estudiantado?

A. F.: Yo destacaría la Feria Virtual de Empleo, un espacio de encuentro que organizamos anualmente para favorecer la relación entre estudiantes y empresas e instituciones, que nos permite aportar a los estudiantes recursos para la búsqueda de prácticas o de trabajo y, a la vez, compartir conocimiento del mercado laboral con las organizaciones que participan. Así pues, fortalecemos también los vínculos que la universidad tiene con las empresas. Durante el curso académico hacemos ciclos de talleres para la ocupación que, de manera transversal, permiten desarrollar competencias específicas para la empleabilidad, y también generamos oportunidades de empleo a través de nuestros programas de prácticas y de la bolsa de trabajo.

¿Qué herramientas usan las universidades para conocer las necesidades del mercado e incluirlas en sus planes de estudios?

J. G.: Siempre hemos colaborado intensamente con las empresas, creando experiencias de aprendizaje que ayuden al crecimiento de sus profesionales para que superen los retos de negocio a los que se enfrentan y para que transformen sus organizaciones. Estas colaboraciones nos permiten conocer de primera mano las necesidades del tejido industrial y adaptar constantemente nuestra oferta formativa a ellas. De este modo, incorporamos los nuevos conocimientos necesarios para incrementar la empleabilidad de nuestros estudiantes. En el marco de esta colaboración universidad-empresa, mantenemos reuniones periódicas con las principales organizaciones de los diferentes sectores de actividad, con las que diseñamos nuevas soluciones formativas que combinan el conocimiento generado por la universidad con las mejores prácticas de las organizaciones. Actualmente también cabe la posibilidad de trabajar con datos de vacantes en tiempo real y estamos buscando activamente un modo de explotar esta información al servicio de una orientación profesional personalizada a gran escala. Todas estas iniciativas nos permiten seguir innovando en la formación corporativa y, a su vez, aproximar nuestra formación universitaria a la realidad cambiante del mercado laboral.

¿Cómo trasladáis y adaptáis toda esa información que recabáis del mercado laboral a los planes de estudio?

A. F.: Cada plan de estudios tiene una comisión formada por académicos y profesionales que se encarga de planificar y coordinar internamente el desarrollo de nuevas soluciones formativas y de adaptar las existentes a partir de las necesidades que identifican las organizaciones. A su vez, nuestra Área de Servicios de Orientación y Carrera Profesional colabora desde el inicio en la planificación de las titulaciones, con el fin de que los programas de prácticas y también los trabajos finales tengan el máximo valor en términos de empleabilidad.

En relación con la formación del estudiantado, ¿cuáles son las principales preocupaciones que os trasladan las empresas? ¿Y qué es lo que más valoran?

J. G.: Actualmente una de las principales prioridades para la gran mayoría de las organizaciones es acometer un proceso de transformación para adaptarse al entorno de cambio permanente en el que viven. Al margen de los conocimientos necesarios para cada posición en particular, las empresas requieren personas capaces de implantar estos cambios con éxito, que lleguen donde la tecnología no llega, que sean creativas y que gestionen las emociones propias y las de sus equipos. En este sentido, valoran muy positivamente las competencias digitales y de trabajo en equipo de nuestros estudiantes, que han adquirido al formarse con el modelo educativo en línea, interactivo y colaborativo de la UOC.

¿Qué demandan más las empresas: grados, másteres y titulaciones propias especializadas o una formación más general?

J. G.: En el caso de nuevas incorporaciones de estudiantes a las empresas, los grados y los másteres están más demandados en general, mientras que para la formación de los profesionales que ya forman parte de la organización dependerá en gran medida del reto que la empresa quiera abordar. Por ejemplo, cuando se trata de perfiles de alto potencial, suele plantearse una formación más generalista para complementar las competencias de las que ya disponen las personas fruto de su trayectoria profesional. En cambio, si el objetivo es capacitar un grupo de profesionales para que afronten un reto más vinculado a un área funcional de la empresa, esta formación acostumbra a ser más especializada y muy personalizada según el sector en el que opera la empresa, su cultura organizativa y el perfil profesional al que va dirigida la misma. 

En la universidad, somos plenamente conscientes de que la formación continua a lo largo de la vida es una exigencia y una responsabilidad absolutamente imprescindibles para mantener la empleabilidad con el paso del tiempo.

¿De qué manera colabora la universidad con las empresas para que los contenidos que se imparten en las aulas estén alineados con las necesidades empresariales?

J. G.: La colaboración universidad-empresa que mantenemos permite un intercambio de conocimiento entre los profesionales de ambas partes. La universidad difunde el conocimiento generado fruto de su labor investigadora y docente, y las empresas comparten con nosotros sus mejores prácticas, los retos que afrontan y las nuevas competencias que requieren sus profesionales, lo cual nos permite actualizar y adaptar continuamente los contenidos de nuestros programas a partir de las nuevas necesidades formativas que se identifican.

¿Qué pasos debe seguir la universidad para que ese conocimiento que imparte fructifique en una inserción laboral de calidad de sus graduados?

A. F.: La universidad es responsable en parte de una inserción laboral de calidad. Existen otros factores, como la propia estructura del mercado de trabajo o la especialización productiva del entorno, que también son determinantes para conseguir un buen empleo. En una visión extendida de su responsabilidad, la universidad no solo es responsable de ofrecer una formación de calidad adecuada a los principales retos de la sociedad y del mercado de trabajo, sino también de promover el desarrollo de competencias específicas para el empleo.

¿Deben cambiar algo en sus metodologías de enseñanza para lograr estos objetivos?

J. G.: La metodología que se utilice para trasladar las experiencias de aprendizaje tanto a estudiantes como a profesionales de empresas e instituciones ha de lograr en ellos un cambio y generarles pasión por seguir aprendiendo. Para ello, los recursos formativos deben construirse a partir de contenidos útiles y relevantes que aporten valor, diseñarse con formatos innovadores que los sorprendan y dinamizarlos según el perfil de la persona a quien se dirigen, generando un entorno abierto que permita la reflexión, la práctica y la colaboración.

¿Qué supone para las empresas contar con empleados con conocimientos profesionales actualizados?

J. G.: Las empresas llegarán tan lejos como puedan hacerlo los profesionales que las integran. Por lo tanto, desarrollar el talento de los empleados para que sean capaces de transformar sus organizaciones genera ventajas competitivas sostenibles igual o incluso más importantes que otras iniciativas tan estratégicas como la innovación en la propuesta de valor, la evolución del modelo de negocio o la incorporación de metodologías ágiles en los procesos para ganar eficiencia. Invertir en las personas, mediante la creación de una cultura adecuada en la organización que les motive a seguir desarrollando sus habilidades y conocimientos, es sin duda una prioridad para las empresas.

¿La inserción laboral está relacionada con el nivel educativo? ¿Continuará siendo así en el futuro?

A. F.: Si nos fijamos en datos españoles, aunque la universidad sigue ejerciendo de ascensor social, lo hace cada vez en menor medida. Existe un problema de sobrecualificación, o de infracompetitividad, que no solo interpela a las universidades, sino también al conjunto del tejido productivo y a sus políticas de desarrollo. Si la universidad no quiere perder su papel como proveedor de empleabilidad, deberá adoptar retos tan relevantes como la formación continua, la flexibilidad de planes de estudios y la capacidad de investigar, pero para ello hace falta intencionalidad política y financiación.

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