2/12/21 · Institucional

«Siempre he tenido claro que quería vivir en mi pueblo sin renunciar a mi formación, y la UOC me lo ha permitido»

Para Aida Cortina, el teletrabajo y la formación en línea favorecen que no se produzca un despoblamiento tan grande en las zonas rurales.

Para Aida Cortina, el teletrabajo y la formación en línea favorecen que no se produzca un despoblamiento tan grande en las zonas rurales.

Aida Cortina , estudiante del grado de Lengua y Literatura Catalanas

 

En un contexto de crisis del modelo territorial, en el que se levantan voces que piden la búsqueda de soluciones y alternativas más sostenibles, hay consenso en que la universidad tiene que desempeñar un papel primordial en la lucha contra la despoblación. Aida Cortina estudia el grado de Lengua y Literatura Catalanas en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) desde Llagunes, un pequeño pueblo de veinte habitantes en el Pallars Sobirà. Hablamos con ella sobre la formación en el entorno rural, las iniciativas para implantar el talento en el territorio y las oportunidades que ofrece el aprendizaje en línea.

 

En un contexto de crisis del modelo territorial, en el que se levantan voces que piden la búsqueda de soluciones y alternativas más sostenibles, hay consenso en que la universidad tiene que desempeñar un papel primordial en la lucha contra la despoblación. Aida Cortina estudia el grado de Lengua y Literatura Catalanas en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) desde Llagunes, un pequeño pueblo de veinte habitantes en el Pallars Sobirà. Hablamos con ella sobre la formación en el entorno rural, las iniciativas para implantar el talento en el territorio y las oportunidades que ofrece el aprendizaje en línea.

¿Qué título universitario estudias y por qué decidiste hacerlo por medio de la UOC?

Estoy estudiando la carrera de Lengua y Literatura Catalanas; empecé en 2014 y, si todo va bien, la terminaré este año. La decisión vino porque a los dieciocho años empecé un ciclo superior en Barcelona, pero lo abandoné porque empecé a encontrarme mal anímicamente. La ciudad se me hizo muy grande; fue un cambio brutal al terminar el bachillerato. Tuve una depresión, y volví a casa. Pero tenía claro que, de alguna forma, quería seguir estudiando desde mi pueblo. Fue entonces cuando descubrí la UOC, y esto es lo que me lo permitió. Y desde entonces he sido estudiante en la universidad. Hice una parada de dos años entre 2018 y 2020 para ir a estudiar inglés en Edimburgo, y ahora ya he retomado los estudios para terminarlos.

¿Compaginas los estudios con algún trabajo o actividad en tu pueblo?

Durante los inviernos —ahora ya hace un mes que empecé— trabajo en las oficinas de las estaciones de esquí Espot y Port Ainé, en la gestión de reservas de los hoteles y las agencias. Tengo el trabajo a quince minutos de casa en coche, y trabajo de ocho de la mañana a cinco de la tarde. Por lo tanto, las tardes y los fines de semana los dedico a la UOC. Ahora mismo, la mayor parte de mi tiempo lo ocupan el proyecto final y el trabajo.

Es decir, tienes un trabajo muy relacionado con la vida cultural y turística de tu territorio. Entiendo que poder quedarte aquí estudiando tiene un valor añadido importante.

Por supuesto que sí. Ahora hago más trabajo de oficina, pero antes, en la misma empresa, trabajaba directamente en la montaña y disfrutaba de unas vistas espectaculares. Tienes que despertarte muy temprano por la mañana y tienes que desplazarte bastante, pero al final es tan gratificante que, sin duda, merece la pena.

¿Qué oportunidades te ha ofrecido el aprendizaje en línea a la hora de plantear unos estudios sin tener que cambiar de lugar?

Para empezar, poder vivir en casa, en mi pueblo, es una de las cosas que siempre he tenido muy claro que quería. Esto quiere decir también estar cerca de la familia y los amigos: yo soy una persona muy familiar. Vivo en un pueblo de veinte habitantes, donde los fines de semana podemos llegar a ser unas sesenta personas, pero aquí no tenemos ningún servicio y para comprar cualquier cosa tenemos que coger el coche. Sort, la capital del Pallars Sobirà, queda a unos diez minutos de aquí en coche. En nuestra manera de vivir, el ritmo de vida es más tranquilo, y para mí fue un estrés brutal el ritmo que hay en la ciudad. Es una de las cosas que me sorprendieron más cuando fui a vivir a Barcelona. Además, aquí no hay contaminación, que es una de las cosas que también me impactaron de la ciudad, y esto personalmente lo valoro mucho. Y después está el ahorro de dinero. Es cierto que la carrera en sí es algo más cara en la UOC que en otras universidades, pero, por otro lado, me estoy ahorrando el transporte y el alojamiento en Barcelona o en Lleida, y por lo tanto la diferencia es enorme.

En la vertiente más social, ¿cuáles son los principales beneficios que ves en el hecho de poder tener salidas académicas y laborales sin que la gente tenga que desplazarse a grandes urbes?

Las zonas rurales en general tienen un potencial enorme, y aquí se están llevando a cabo muchas iniciativas, a pesar de que los servicios más básicos —en cuanto a la sanidad o el transporte, por ejemplo— tendrían que mejorar mucho. Aun así, hay mucha gente joven, de mi edad, que ha apostado por crear su empresa en el Pallars, y que está comercializando sus bienes y servicios por medio de tiendas físicas y en línea. Por ejemplo, tengo una amiga que ha montado una empresa de joyería artesanal inspirada en la montaña, y que puede trabajar gracias a los pedidos en línea. O hay otra chica que diseña ropa y también la vende en todo el país por internet, o los ganaderos que se están reinventando y venden la carne en lotes en la red. La gente se está moviendo, e internet en esto desempeña un papel primordial.

¿Has podido crear algún tipo de red con compañeros y compañeras que también estudian remotamente desde sus pueblos? ¿Cómo se vive el entorno universitario y la relación entre compañeros cuando la educación es en línea?

La verdad es que cuando te apuntas en la UOC no piensas en hacer amigos como un objetivo principal, pero sí que conocí a gente a principio de los estudios con quienes hemos ido compartiendo asignaturas y nos hemos ido apoyando. Y después sí que tengo amigos de mi entorno que también tomaron una decisión similar a la mía y estudian en la UOC porque quieren vivir aquí durante su formación. Justo el otro día hablaba de las herramientas que te da la educación en línea con una compañera de trabajo y me decía que, cuando tiene que entrevistar a alguien para un puesto de trabajo, valora mucho a las personas que han estudiado en la UOC, porque seguro que son personas que saben organizarse muy bien. A menudo son personas que compaginan dos estudios, o los estudios con el trabajo y la familia, y esto ya da una característica clave.

La pandemia ha hecho a mucha gente mirar el entorno rural con una nueva energía, y hay mucha más predisposición a huir de la hiperconcentración metropolitana. ¿Qué oportunidades crees que puede llevar esto?

Se favorece que no se produzca un despoblamiento tan grande en las zonas rurales, que se creen puestos de trabajo y también que haya más oportunidades para la gente que hemos nacido en la comarca. Ahora, gracias al teletrabajo, quizás no habrá tanta gente que tenga que irse a las ciudades. Y, aun así, hay muchísimas cosas que hay que mejorar, como decía, sobre todo en el sector sanitario y en el de transporte. Por ejemplo, el hospital más próximo que tenemos es el de Tremp, en la comarca del Pallars Jussà, que nos queda a cincuenta minutos. Y, si tienes que hacerte una prueba mínimamente específica, ya tienen que derivarte a Barcelona o a Lleida, lo que supone un desplazamiento muy largo y tener que pedirse el día entero en el trabajo. Y el transporte es otro desastre. Solo tenemos conexiones directas con Lleida y Barcelona, y para ir a Barcelona pagamos 35 euros y tardamos cinco horas. Lleida está a dos horas y a un precio más asequible, pero, si quieres ir a estudiar allí, la oferta es menor. Para los padres, además, es costosísimo enviar a los hijos a la universidad.

¿Crees que en los últimos años se han impulsado más iniciativas e infraestructuras para reequilibrar el territorio?

Hace treinta años, aquí en el Pallars se invirtió mucho en la construcción de carreteras donde todavía no había para llegar a los núcleos más pequeños, y se llevó la luz a pueblecitos donde todavía no llegaba. También se invirtió en turismo y en las pistas de esquí, lo que supuso un gran cambio. Pero después no hubo tantos. Al final, yo creo que contamos con muchos recursos y que todavía no los estamos potenciando como es debido, pero también hay aspectos muy positivos. Contamos con recursos fundamentales como el Parc Natural de l'Alt Pirineu o el Parc Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Tenemos el turismo, los deportes, la ganadería, la producción de carne y quesos, la madera, etc. Se ha empezado también con la producción de vino. Y se ha creado una escuela de pastores para que no se extinga el oficio. En los últimos años se ha invertido en más variedad de extraescolares para niños y niñas; yo cuando era pequeña no tuve la posibilidad de ir a una escuela de música o de practicar más deportes, y esto ahora es de agradecer. Hay la parte buena y la parte mala, y si quieres vivir aquí arriba tienes que aceptarlo. Como persona que vive en el Pallars, todavía apostaría más por la descentralización, por el equilibrio territorial, pero también estoy contenta con lo que se ha hecho.

Hay un consenso claro en que la digitalización tiene que desempeñar un papel fundamental a la hora de poder ofrecer bienes, servicios, trabajo y cultura buenos en las áreas rurales, de forma que la gente no tenga que desplazarse para obtenerlos. ¿Las zonas rurales tienen que tener un papel activo en esta digitalización?

Hoy en día, internet es un servicio absolutamente básico. En Sort, entre 2016 y 2017, si no me equivoco, hicieron llegar la fibra óptica, pero en Llagunes no llegan el ADSL ni la fibra óptica. En esto la ciudad nos lleva muchos años de ventaja. Aquí nuestra conexión de internet es a través de radiofrecuencia. Yo puedo hacer los trabajos que me pide la universidad, ver Netflix, etc., pero hay pueblecitos donde internet todavía no llega. Esto es un problema, y creo que demuestra que hay que invertir más en los pueblos.

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