31/5/22 · Salud

«Gracias a la UOC, estoy empoderada: los conflictos son demasiados como para prevenirlos, pero resolverlos me da esperanza»

Judith Draleru Maturu

Judith Draleru Maturu

Judith Draleru Maturu , alumni del máster de Conflict, Peace and Security de la UOC

 

Si la brecha digital es una realidad en distintos puntos de España, en lugares como Sudán lo es mucho más. Aun así, a Judith Draleru, alumni del máster de Conflict, Peace and Security de la UOC, nada le arredra: ha sobrevivido a todo tipo de tragedias, desde la guerra en su país (Uganda) hasta los abusos sexuales de los que fue víctima a los cinco años. La Universitat Oberta de Catalunya le ofreció la posibilidad de estudiar a distancia la esencia de los conflictos bélicos. Hoy suma este título a su experiencia en el campo de la salud y es embajadora de dos ONG destinadas a reducir el número de muertes entre la población femenina en aquella zona de África Oriental. 

 

Si la brecha digital es una realidad en distintos puntos de España, en lugares como Sudán lo es mucho más. Aun así, a Judith Draleru, alumni del máster de Conflict, Peace and Security de la UOC, nada le arredra: ha sobrevivido a todo tipo de tragedias, desde la guerra en su país (Uganda) hasta los abusos sexuales de los que fue víctima a los cinco años. La Universitat Oberta de Catalunya le ofreció la posibilidad de estudiar a distancia la esencia de los conflictos bélicos. Hoy suma este título a su experiencia en el campo de la salud y es embajadora de dos ONG destinadas a reducir el número de muertes entre la población femenina en aquella zona de África Oriental. 

¿Qué buscabas conseguir con este máster de la UOC?

Sentí que aún me faltaba algo, que, tras mis cursos de salud, mi carrera no estaría bien definida hasta que estudiara un curso que me sirviera para comprender y analizar conflictos para ayudar a muchas más niñas, mujeres, niños y hombres que no reciben justicia y buscan atención médica. Los entornos humanitarios de guerra creados por la humanidad son un logro, pero la gente necesita ayuda médica, especialmente las embarazadas, las niñas y los supervivientes de conflictos por motivos sexuales o de género. Quiero formar parte de esos pacificadores mundiales predicando la paz en el lugar de trabajo y en las comunidades a las que sirvo. En un proceso de paz o en una resolución de conflictos inclusivos, las mujeres deben estar al frente, porque ellas sufren más las consecuencias de una guerra.

En este sentido, ¿hacia dónde quieres dirigir tu futuro profesional? ¿Qué proyectos tienes?

Quiero hacer un doctorado en estudios de la paz: mi sueño es convertirme en embajadora de la paz. He empoderado a muchas mujeres y niñas, y he mediado en muchos problemas familiares, con el apoyo de grupos religiosos. En estos momentos, lidero un proyecto en una ONG de Moyo, en el norte de Uganda. Dentro de la escuela, implementamos la salud sexual y reproductiva de adolescentes y empoderamos a este colectivo. Fuera, les brindamos habilidades para sobrevivir sin involucrarse en actividades delictivas. También mantenemos diálogos comunitarios con padres, ancianos, líderes religiosos, etcétera, y discutimos con ellos los desafíos que tiene la crianza de nuestros hijos para dejarles un futuro mejor. También soy fundadora y directora de proyectos de una ONG recién formada, Better Women Health, en Sudán del Sur. Acabamos de recibir una subvención de 14.000 dólares para reducir el número de muertes maternas en áreas remotas y de difícil acceso de Ecuatoria Oriental y Ecuatoria Central (dos de los diez estados que forman Sudán del Sur). La fase piloto de este proyecto se extenderá hasta junio de 2022, y estoy buscando más fondos.

Eres alguien que sufrió abusos sexuales a los cinco años, que ha pasado por dos guerras... ¿Qué esperas de la humanidad? ¿De qué es capaz?

Lo mejor es que somos capaces de amarnos los unos a los otros. Es un proceso natural: hasta los terroristas, los rebeldes o los ladrones armados tienen familia o seres queridos. Pero hemos aprendido a ser codiciosos, egoístas y poco realistas con el resto, y eso lleva a nuevos conflictos y contradicciones. Recuerdo una canción de Lucky Dube (un famoso cantante de reggae) que habla de construir más prisiones y hospitales, algo que parece estar convirtiéndose en realidad. Creo firmemente que la humanidad tiene espacio para cambiar cuando se siembran semillas de amor, pero por desgracia la corrupción y el conflicto han llegado incluso al sistema religioso.

Escogiste el máster de Conflict, Peace and Security de la UOC para analizar conflictos y ayudar a otra gente. ¿Cuáles fueron las principales conclusiones a las que llegaste?

Que todos los conflictos tienen sus causas y que es imposible pasar por la vida sin experimentarlos. Hay recursos como el dinero, el ego, el poder, la insatisfacción... Y para prevenir los conflictos hace falta ir a la raíz profunda, al problema central. No hay forma de que terminen, salvo que ambas partes acuerden vivir con la resolución tomada tras comprender las consecuencias y la necesidad de acabar con el problema. La gestión de conflictos en el lugar de trabajo, en las instituciones o en las universidades es esencial, y por eso todos los líderes necesitan habilidades para resolverlos. Cada conflicto requiere un enfoque distinto según las causas que lo originan y los intereses de las partes. Según Jim Rohn, hay tipologías de personas difíciles: hostiles, quejicas, silenciosas, gente amigable que luego no cumple sus promesas, indecisas, sabelotodo...

¿Cuáles son las principales lecciones que pondrías en práctica?

Una, que los conflictos solo pueden resolverse a través de la negociación entre las partes que entienden la gravedad del problema y lo intentan resolver con la ayuda de un mediador neutral. Esta figura crea una zona de confort y una dirección clara. No se puede mediar si no se es imparcial. Se pueden extraer lecciones de paz de acuerdos fallidos como el de Sudán del Sur, donde la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD) funciona como mediadora, pero es parte del conflicto, con intereses políticos y económicos. Dos, que se necesitan más estrategias para abordar los conflictos que tienen raíces étnicas: casos como el genocidio de Ruanda, el conflicto de Sudán del Sur, el de Etiopía, o ahora el de Rusia dentro de Ucrania están asociados con su linaje. Necesitamos llegar a las raíces de este rompecabezas. Tres, que la gestión de conflictos en el lugar de trabajo es imprescindible para aumentar la productividad y el crecimiento, y también en instituciones y universidades, donde se mejoran el rendimiento y las habilidades del entorno laboral. He resuelto con éxito numerosos problemas. Gracias a la UOC, me siento empoderada: los conflictos son complicados de prevenir, pero resolverlos me da esperanza. 

Describiste ampliamente cómo la paciencia y el buen trato de los profesores del máster te ayudaron a cumplir con los plazos, a recuperarte de tu accidente, a llegar a tiempo con tus deberes... ¿Cómo te sentiste cuando te graduaste y obtuviste tu título?

Tener un máster es necesario para una mejor trayectoria profesional. Ojalá pudiera ir en persona a España para expresar mi alegría, sonreír y demostrarle al mundo que tengo un gran activo que me ha sido otorgado por la UOC y UNITAR. Tener mi máster es un sueño hecho realidad: he podido entender la verdadera esencia de los conflictos y estoy segura de que no soy la única mujer o niña que ha sufrido violencia, pero a la vez deseo ser la inspiración para ayudar a otras.

¿Qué te gustaría decir a tus profesores y compañeros españoles?

Que tienen todo lo que necesitan a su disposición: que no busquen más allá de la UOC y que se unan a esta gran universidad para alcanzar sus sueños de futuro.

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