17/11/16 · Estudios de Ciencias de la Información y Comunicación

La guerra sucia en las redes influye en el voto

Les redes sociales son un espacio más para la batalla electoral y entre los grandes aliados de la política se reclutan, cada vez más, robots sociales y cuentas bot. Precisamente, en estas últimas elecciones en los Estados Unidos han jugado un papel clave y pueden hacerlo también en las francesas. «Los bots son cuentas controladas por programas informáticos que utilizan la API abierta (application programming interface)  de Twitter para interaccionar, difundir y multiplicar contenidos y seguidores en esta red durante las 24 horas del día como si fuesen un humano», afirma Carles Garrigues, profesor de Informática de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). De hecho, 4 millones de tuits relacionados con las elecciones americanas fueron enviados, en realidad, por más de 400.000 robots sociales que controlan las cuentas bot. ¿Juegan, pues, un papel importante las redes a la hora de decidir el voto?
El contenido negativo en Twitter viaja 2,5 veces más rápido que el positivo.

El contenido negativo en Twitter viaja 2,5 veces más rápido que el positivo.

El 15 % de las discusiones relacionadas con las elecciones americanas provenía de un robot. Esto quiere decir que la mayor parte de los contenidos políticos que los americanos han visto a diario en las redes sociales no ha sido producida por humanos. «Una alta visibilidad en línea puede influir en la visión del elector e inducirlo a pensar que un candidato en concreto cuenta con una mejor imagen social de la que en realidad puede tener», afirma Ferran Lalueza, profesor de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. «El votante puede creer que el candidato tiene un apoyo social más amplio: si se reafirman sus indicios, se reforzará su intención de voto», afirma el experto.  


En las redes la mentira viaja rápido

Según un estudio de la Universidad del Sudeste de California, el contenido negativo viaja más rápido por las redes sociales que el positivo. Los tuits negativos se retuitean a un ritmo 2,5 veces superior a los positivos. Esto, junto con el hecho de que las persones se inclinan generalmente por retuitear contenido que se alinea con sus puntos de vista políticos, da lugar a la difusión de informaciones difamatorias o falsas. En este sentido, este miércoles, Facebook ha sido acusado de haber ayudado a Trump a ganar las elecciones por las falsedades publicadas en su red. Según BuzzFeed, el 38% del total de mensajes de la campaña que el candidato publicó en Facebook eran mentiras; del mismo modo, las informaciones falsas de la candidata Hillary Clinton en la red representaban el 20%.

La mayoría de los usuarios no pueden discernir si un tuit proviene de un usuario real o de un bot, para averiguarlo hay que revisarlo con un software específico. Durante la campaña electoral, un tercio de los tuits de Donald Trump provenían de cuentas bot y de los de la candidata Clinton, una quinta parte. «Las redes sociales pueden convertirse en un arma de persuasión y de manipulación. Con más seguidores, se consigue más difusión y se genera la percepción de que aquel candidato tiene más opciones de triunfo, incluso en contra de lo que digan las encuestas», insiste Lalueza. De hecho, los principales sondeos electorales apuntaban a que la probabilidad de que Hillary Clinton ganara las elecciones era de un 81% contra el 19% de Trump.

La artillería de las cuentas bot puede incluir rumores, teorías conspirativas o información errónea. Lalueza alerta de que también puede pasar en «cuentas humanas», porque los usuarios no acostumbran a revisar la fiabilidad de las informaciones. «En el caso de los bots, este efecto pernicioso puede multiplicarse exponencialmente porque tienen más capacidad de difusión y una finalidad específicamente manipuladora», añade. «Al no responder a una identidad real no tienen que temer por su credibilidad, por tanto se pueden permitir falsear la realidad sin miramientos». Para Ismael Peña-López, profesor de Derecho y Ciencia Política de la UOC, el gran reto de las cuentas bots no es sólo «hacerse pasar por humanos sino conseguir seguidores reales».


El minuto de oro está en las redes

«El control de las redes sociales es estratégico, es donde la gente no solo recibe sino que también emite de manera activa, a diferencia de otros canales como la televisión donde solo hay receptores pasivos», afirma Peña-López. Es una estrategia política y una tendencia comunicativa: la campaña de Trump ha invertido 56 millones de dólares en propaganda en Facebook, casi tanto como en televisión (68 millones), según informa Quartz. No es extraño, teniendo en cuenta que el 44 % de los norteamericanos se informa principalmente por esta red, como indica el organismo Pew Research.

La popularidad de Trump en las redes es superior a la de Clinton: en Twitter cuenta con 15.2 millones de seguidores y en Instagram con 4 millones, en cambio, la candidata tiene 11 y 3,6 millones de seguidores respectivamente. En base al análisis de más de 20 millones de comentarios en diferentes redes sociales, la empresa MogIA predijo días antes de las elecciones la victoria de Trump. Según Peña-López, este tipo de herramienta permite medir variables difíciles de cuantificar (aceptación, intención de voto, etc.), pero no permite predecir el voto. «Aunque parezca un indicio bastante fiable, hay todavía numerosos factores que provocan distorsión», apunta Lalueza. Convertirse en seguidor –ejemplifica- no implica ser simpatizante, el carácter de entretenimiento de las redes puede conectar mejor con ciertos candidatos y arrastrar a más seguidores.

Expertos UOC

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