Conferencia de inauguración de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC 2000-2001
Psicología y sociedad de la información
Ignasi Vila

Catedrático de psicología evolutiva y de la educación
Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Girona
ignasi.vila@udg.es


Resumen: Aprender a aprender, y aprender a vivir juntos es uno de los retos más importantes que nos plantea la sociedad de la información. La psicología, como disciplina que trata de explicar el ser humano, debe analizar y tratar de comprender cuáles son los procesos de individualización y socialización que se están dando actualmente, promover la optimización de los recursos psicológicos para todos, y tiene que ser, en definitiva, una herramienta para construir una sociedad en la que las personas sean más felices.

Presentación del ponente
(a cargo de Carles Sigalés, director de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la uoc)

Bienvenidos a este acto de inauguración de la licenciatura de Psicología, que, como todos y todas sabéis, se estrena hoy en este encuentro presencial. Antes de nada, dejadme que agradezca al rector de la Universidad, el doctor Gabriel Ferrater, que nos quiera acompañar en este acto, lo que me parece que le acaba de dar la categoría que se merece.

En segundo lugar, querría presentaros lo que será la actividad central del acto, que es la conferencia que pronunciará el doctor Ignasi Vila sobre los retos de la psicología ante la sociedad de la información. El doctor Ignasi Vila es catedrático de psicología evolutiva y de la educación y, en estos momentos, decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Girona. Está especializado en lenguaje, en un sentido amplio, y ha estado presente en todo el proceso de normalización lingüística que se ha producido en el ámbito educativo en Cataluña. Ha realizado muchos trabajos sobre el bilingüismo, ha sido coordinador, también, del proyecto educativo de ciudad que, estos últimos años, ha impulsado la ciudad de Barcelona y, sobre todo, diríamos que en estos momentos está interesado en los aspectos de la psicología que tienen relación con la construcción de significados en torno a los contextos sociales y culturales.

Por esta razón es por la que le hemos pedido que nos haga esta aportación inicial, para que nos explique un poco a todos cuáles cree que son las perspectivas de la psicología en esta sociedad que parece que se nos viene encima, la sociedad de la información, en este contexto de globalización en que, con toda seguridad, todos y todas deberéis ejercer la profesión o, en todo caso, podréis emplear los conocimientos que hayáis adquirido en la licenciatura de Psicología una vez finalizada.

Antes de empezar, sin embargo, dejadme decir un par de cosas respecto a esta nueva licenciatura. Seguramente habéis recibido información de vuestros tutores y de consultores sobre el plan de estudios, pero querría insistir sólo un par de minutos en algunas de las características que nos gustaría que tuviesen nuestros estudios y, por tanto, que pudieseis adquirir como habilidades y como conocimientos en la medida que os formáis en psicología en la UOC.

Entendemos que los profesionales de la psicología de hoy y del futuro próximo han de ser profesionales que comprendan el comportamiento humano, pero que lo comprendan en el contexto o en los contextos concretos en que nos toca vivir y que los sepan interpretar de manera que puedan intervenir con criterio y sentido en todos los ámbitos, que sabéis que son muchos, en que hoy en día está presente la psicología. Por este motivo querríamos que nuestro plan de estudios, además de formaros en las disciplinas y en las áreas propias de la psicología, os aportase dos elementos que para nosotros son muy importantes. El primero es esta visión holística, global, de los contextos sociales en que deberéis intervenir. El segundo es este conocimiento más a fondo —nos parece que nuestra universidad permite llevarlo a cabo, y probablemente éste es y deberá ser uno de los sellos de distinción de la licenciatura— de lo que es y de lo que será la sociedad de la información, de lo que son las nuevas tecnologías y de lo que será su impacto en la vida cotidiana y en los distintos ámbitos sociales en que se desarrollan las diversas esferas de la vida, en las que seguramente, como psicólogos, acabaréis interviniendo. Nos gustaría mucho que el paso por la universidad, al margen de aportaros, insisto, esta formación general, os dejase también este sello, que para nosotros es muy importante.

Finalmente, también querría decir que todo el equipo de profesorado y de consultores y tutores que desde hoy tenéis a vuestro alcance para poder seguir los estudios, y también el equipo profesional que da apoyo a todo este operativo que hace posible que en la UOC se pueda estudiar de acuerdo con la metodología que tenemos, estamos muy ilusionados con esta nueva carrera. Y esperamos que acabéis notando esta ilusión en nuestra intervención y en la ayuda que os podemos proporcionar, y también que nos disculpéis si en algún momento, en los inicios, hay alguna cosa que quizá no se ha acabado de ajustar al cien por cien, que entendáis que en cualquier caso estamos a vuestra disposición desde hoy para facilitaros al máximo el estudio.

Y dicho esto, pasamos la palabra al doctor Ignasi Vila.

Psicología y sociedad de la información

Muchas gracias. Cuando, hace pocos días, me ofrecieron dar esta charla, tenía dudas sobre si empezar hablando de la sociedad de la información y después hablar de la psicología o empezar hablando de la psicología y, después, de la sociedad de la información. Al final, he escogido una forma en la que intentaré justificar por qué es importante que los psicólogos reflexionemos sobre la sociedad de la información.

La psicología es una disciplina que actúa, como decía hace un momento el coordinador, en un contexto social y cultural determinado, y la sociedad de la información, desde mi punto de vista, como explicaré después, es una auténtica revolución que hace que la sociedad en que vivimos —y ya no digo la sociedad en que viviremos de aquí a muy pocos años— sea completamente diferente de la sociedad en que nosotros nacimos y en la que nos construimos como personas adultas. Y ¿por qué es importante que la psicología hable de estas cosas? Pues, porque la psicología tiene que ver, fundamentalmente, con la existencia humana.

Normalmente, estas cosas no se suelen decir y se entiende más la psicología como una disciplina que reúne un conjunto de técnicas que sirven en el ámbito de la salud, o que reúne un conjunto de técnicas que sirven para seleccionar personal en las empresas. Creo que la psicología también es esto, pero si la psicología existe desde hace más de cien años, es porque fundamentalmente trata con la existencia humana. Y ¿qué significa esto? Significa que la psicología es un intento de explicar al ser humano, y fue así desde su comienzo como disciplina científica.

1. Los intentos de la psicología por explicar al ser humano

1.1. El conductismo
En el famoso laboratorio de Leipzig, creado a finales del siglo XIX, con Wundt a la cabeza, los psicólogos intentaban estudiar y explicar la consciencia, porque entendían que, en definitiva, lo que rige nuestra conducta, la conducta humana, es algo distinto de lo que rige la conducta en el resto del mundo animal. Esto les obligaba a efectuar hipótesis sobre algún principio explicativo en el ámbito del ser humano que diese cuenta de su conducta, la cual se proclamaba como cualitativamente diferente del resto de conductas que se daban en el ámbito de la naturaleza. Esta posición de Wundt aportó pocas cosas a la psicología, prácticamente ninguna, a causa de la metodología empleada, si bien su triunfo fue colocar la psicología en el ámbito de las disciplinas científicas. A pesar de este fracaso, los planteamientos iniciales de lo que debía ser la psicología se han mantenido hasta la actualidad.

Es cierto que, a lo largo de los años, la forma en que la psicología ha abordado la explicación del ser humano ha resultado controvertida, complicada y, prácticamente siempre, se ha llevado a cabo de una manera bastante reduccionista. Como sabéis los que estáis escuchando y que habéis tenido un cierto contacto con la psicología, una de las dimensiones o de los ejes más importantes que ya desde el inicio del siglo XX y hasta hoy ha utilizado la psicología para explicar al ser humano ha sido el aprendizaje de la mano de lo que se llama el conductismo. O, dicho de otra manera, la idea de que, en definitiva, podemos reducir nuestra conducta a conductas aprendidas. Y, por tanto, lo que debe hacer la psicología para explicar al ser humano es explicar cómo se aprende o, en otras palabras, los procesos psicológicos que están por debajo del hecho de aprender. Así, si los psicólogos eran capaces de conocer este tipo de procesos psicológicos, podían explicar el aprendizaje, y explicando el aprendizaje explicaban la conducta humana y, por tanto, al ser humano.

Pues bien, como sabéis, esto tiene muchos problemas. El primero y el más importante tiene que ver con la afirmación de que no existe diferencia entre el mundo animal y el mundo humano o, dicho de otra forma, la consideración de que entre el mundo animal y el mundo humano hay continuidad psicológica en el ámbito de la conducta, de tal manera que los principios que explican la forma en que aprende un animal o en que aprendemos nosotros son exactamente los mismos. Y, por tanto, esta explicación del ser humano lo que hacía era, empleando las famosas cajas de Skinner, intentar descubrir cómo aprendían unas ratas de una raza determinada y, a partir del conocimiento adquirido sobre el aprendizaje de las ratas o las palomas, especificar cómo aprende cualquier ser, animal o humano. Es decir, reducían la existencia humana, al ser humano, a la rata, y a la manera en que éstas aprendían.
1.2. La psicología cognitiva
Como os podéis imaginar, este tipo de planteamiento como explicación del ser humano deja mucho que desear y, por tanto, ya en los años setenta, se planteó o se puso de manifiesto que era inadecuado. Podía servir para determinadas cosas relativas al aprendizaje de algunas conductas, pero desde este planteamiento no se podía explicar al ser humano. Y, por tanto, explicar al ser humano significaba recuperar aquella idea de Wundt según la cual no existía continuidad entre el reino animal y el mundo humano. O, dicho de otro modo, se daba una discontinuidad en el mundo de la conducta entre lo que eran los animales y los seres humanos. Había que dar la explicación del ser humano a partir de principios explicativos en el ámbito de los propios humanos y no a partir de mecanismos generales que se diesen en cualquier ámbito de la naturaleza. Esto fue la psicología cognitiva, que estuvo directamente en relación con el desarrollo de todo lo que se llamó el procesamiento de la información.

En este planteamiento se daba por descontado que el ser humano procesaba información y, por tanto, se podía simular la manera de hacerlo mediante máquinas que, en definitiva, hacían exactamente lo mismo que hacemos nosotros. Fijaos en que si, en el conductismo, el reduccionismo había pasado del ser humano a la rata, en el caso de la psicología cognitiva, ligada al procesamiento de la información y a todo lo que hoy en día se llama la ciencia cognitiva, el reduccionismo implica convertir la mente humana en un ordenador. Es decir, poder simular la mente humana desde el ordenador de tal manera que habría un hardware que haría referencia a todo el sistema nervioso, que daría apoyo material a la posibilidad de procesar la información, y un software que, en definitiva, permitiría percibir, razonar, memorizar, solucionar problemas, atender, etc. Y por tanto, el software que hacía realizar a un ordenador las cosas que nosotros también hacemos, se presuponía que simulaba todos los pasos psicológicos que efectuamos en el ámbito de nuestra mente cuando estamos procesando una información determinada.

Bien, fijaos en que este tipo de planteamiento, en el ámbito de lo que es la ciencia cognitiva, o el procesamiento de la información, que hoy en día tiene mucha importancia en psicología, vuelvo a decir que también tiene un problema importante, que es intentar simular la existencia humana a través del ordenador. Y además plantea muchos problemas en relación con lo que apuntaba al inicio de esta charla sobre la consciencia: ¿hasta qué punto podemos invocar mente y consciencia en los ordenadores? Si intentamos explicar la consciencia y la mente humana y lo hacemos mediante el ordenador, podemos pensar o, como mínimo, podemos suponer, desde el punto de vista de la simulación, que las máquinas también pueden tener mente y, en consecuencia, pueden pensar. Evidentemente, esto no significa que tengan consciencia, lo que añade un nuevo problema a la explicación del ser humano.
1.3. Las tesis de Vigotski
Dejando al margen esta cuestión, hay otro tipo de planteamiento que ha estado presente también a lo largo de toda la historia de la psicología, junto con estos dos grandes ejes en los que hoy en día se mueve la psicología (el modelo estímulo-respuesta y la psicología cognitiva). Al lado de estas dos formas de ver a las personas siempre ha habido una reflexión psicológica sobre la existencia social y cultural del ser humano. Dicho de otra forma, cualquier tipo de reduccionismo por intentar hallar cuál es el único factor o el principio explicativo del ser humano, simulándolo a partir del mundo animal o a partir del ordenador, desde mi punto de vista conduce directamente al fracaso.

A comienzos del siglo XX, hubo un personaje, que supongo que trabajáis bastante a lo largo de la carrera, llamado Lev S. Vigotski —desgraciadamente murió muy joven y no fue conocido hasta los años setenta en el mundo occidental—, que planteaba que, en último término, la consciencia era un producto social. Es verdad que Vigotski, cuando efectuaba este planteamiento, lo hacía directamente de la mano del marxismo, en el sentido de considerar, como Marx, que la consciencia era un producto social, pero, como veréis cuando lo estudiéis, tiene poco que ver con el marxismo clásico y, en cambio, es probablemente una de las fuentes de hipótesis y de trabajos más importante que hoy en día existe para entender cómo nos construimos los humanos.

¿Cuál es una de las tesis centrales que plantea Vigotski? Vigotski plantea que los humanos somos seres lingüísticos o, dicho de otra forma, lo que caracteriza nuestra existencia es el significado. Y, por tanto, explicar al ser humano significa explicar cómo somos capaces de construir significados que son arbitrarios y convencionales, que forman parte de un contexto social y cultural y, a la vez, explicar cómo estos significados son negociados y compartidos por una comunidad determinada, de manera que se crea un universo de significados compartidos de origen cultural que hace, en definitiva, que exista un grupo social en el que cada persona, cada individuo, construye su existencia formando parte de esta comunidad, que es social y cultural.
1.4. Las tesis de Jerome Bruner
Bien, fijaos en que Jerome Bruner, probablemente el psicólogo vivo más importante que existe actualmente, ha recuperado este tipo de planteamiento presente en Vigotski. Recientemente ha sacado dos libros maravillosos, uno titulado Actos de significado y otro La educación, puerta de la cultura.

Jerome Bruner recupera esta tesis vigotskiana e intenta defender, desde su protagonismo, que la revolución cognitiva que se produjo en los años setenta como rechazo del conductismo tenía en origen el deseo de explicar cómo somos capaces de construir significados, de dotar de sentido un mundo social y cultural, de sentirnos identificados y tener una identitad ligada a una comunidad determinada, cómo, en definitiva, esto es compartido y cómo, en consecuencia, la individualización no se puede llevar a cabo al margen de la socialización. Socializarnos e individualizarnos, es decir, formar parte de una comunidad y a la vez tener una personalidad propia individual, son dos procesos que están íntimamente entrelazados, íntimamente ligados, y no se pueden separar el uno del otro. Y, por tanto, lo que, por un lado es importante para poder explicar al ser humano —lo vuelvo a decir— es explicar la construcción de significados, y dado que la psicología tiene que ver con la existencia humana, desde el punto de vista de la intervención, lo que es importante remite a cómo conseguir una existencia más feliz, una mejor calidad de vida. Es decir, hay todo un conjunto de aspectos que están directamente relacionados con la psicología, con su práctica, que tienen que ver fundamentalmente con el bienestar de las personas y, por tanto, con la transformación social. No hay una psicología al servicio de la felicidad de las personas que, en definitiva, no tenga detrás una reflexión sobre el tipo de sociedad en que estamos viviendo, sobre las condiciones sociales y culturales de la existencia, y, por tanto, que vaya más allá del trabajo individual y exclusivo con las personas, que también debe hacerse desde la psicología. Hay que reflexionar y pensar en cómo organizar socialmente la sociedad para que, en definitiva, las personas sean felices.
1.5. El estudio multidisciplinario
Fijaos en que, desde este punto de vista, toda la reflexión sobre el tema que hace referencia a la sociedad de la información es absolutamente relevante para un psicólogo. ¿Y por qué? Por una cuestión. De entrada, el sueño de la psicología de querer explicar al ser humano no deja de ser un sueño. O, dicho de otra forma, junto con este sueño hay otras disciplinas que también tienen un sueño similar: la antropología, la sociología, la filosofía, la lingüística en un cierto sentido. Por tanto, la explicación del ser humano no se puede llevar a cabo únicamente desde la psicología, sino que se necesitan otras ciencias, de forma que todas juntas puedan aportar conocimientos para aproximarnos a esta explicación y descripción. Por ello la psicología debe trabajar de manera interdisciplinaria con disciplinas científicas como la sociología, la lingüística o la antropología y ha de tener en cuenta las reflexiones filosóficas; es decir, muchas cosas que —lo vuelvo a decir— tienen que ver con lo que es, en definitiva, el objetivo de la psicología: tratar con la existencia humana.

Por ello, hablar de la sociedad de la información no es hablar de la sociedad de la información desde la psicología, sino hablar de la sociedad de la información desde la economía, desde la sociología, desde la filosofía, es decir, desde todas las disciplinas, en el ámbito de lo que son las ciencias sociales y humanas, que trabajan y que intentan explicarnos qué es lo que está pasando en este mundo. La psicología, a partir del conocimiento que estas ciencias nos aportan, podrá desarrollar y comprender mejor qué significados se están construyendo hoy en día, qué es lo que se comparte, qué es lo que no se comparte, y cómo abordar, desde el punto de vista de la intervención, lo que decía hace un momento, que es el bienestar de las personas.

2. La sociedad de la información: una revolución real
Fijaos, pues, en que desde este punto de vista la sociedad de la información presupone una auténtica revolución. Y cuando digo que es una auténtica revolución lo digo en el sentido pleno de la palabra. Muchas veces las revoluciones no se ven materialmente, pero lo que está pasando en nuestra sociedad es una revolución que tiene unas raíces y que cambia radical y absolutamente la sociedad tal como la hemos conocido y, en definitiva, tal como la veremos. ¿Qué quiero decir con esto?

Quiero decir que la sociedad industrial, que es en la que nosotros hemos vivido, la que hemos conocido, la que estaba organizada de forma jerárquica, en la que la política ocupaba un papel, en la que cada cual sabía dónde estaba colocado en esta jerarquía, en la que la educación era una fuente de promoción social, todo este tipo de cosas, todas, absolutamente todas han desaparecido. La sociedad industrial ya no existe. O, dicho de otra forma, si tomamos los datos desde el punto de vista económico, podemos observar que disminuyen drásticamente las personas que trabajan en la industria manufacturera y que aumentan las que trabajan en la producción y la gestión del conocimiento o en los servicios. Esto ya se refleja en los índices bursátiles en los que la nueva economía ocupa un papel relevante. Cada vez más, lo que mueve a la economía son las empresas que producen y gestionan conocimientos.

Hace diez o quince años, cuando se inició todo este proceso, el pronóstico era maravilloso. Algunos sociólogos que trabajaban en esta cuestión y realizaban predicciones sobre el futuro de la sociedad eran optimistas sobre las posibilidades de la nueva sociedad. Venían a decir que si la información y el conocimiento se constituían en el eje central de la sociedad, eso significaba también un cambio radical en la organización social en el sentido de una democratización mayor. Producir conocimiento significa creatividad, significa un clima de trabajo simpático, agradable, en el que la burocracia no exista, etc. La organización de las empresas ya no podía ser vertical, sino que eran necesarias organizaciones horizontales, grupos de cooperación... O, dicho de otra forma, lo que venían a plantear es que los cambios que se daban en esto que llamamos la sociedad de la información comportarían una democratización mucho mayor de la sociedad desde el punto de vista de su organización y, al tiempo, se conseguirían más grados de igualdad. Si la información pasaba a ser lo que era relevante, con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, esta información estaría a disposición de cualquier persona en un tiempo real independientemente del lugar que ocupase en la escala social y, por tanto, a diferencia de la sociedad industrial, todo el mundo podría disponer de cualquier información.

2.1. Desigualdades nuevas y viejas
Bien, este tipo de predicciones tan optimistas, en el sentido de que la sociedad de la información reduciría la desigualdad y de que, además, profundizaría en los aspectos democráticos de la sociedad, no parece que hayan llegado a buen puerto. Los últimos datos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial plantean que, en los últimos diez años, África es un 25% más pobre que hace diez años. Las diferencias norte y sur que existían hace quince o veinte años han aumentado mucho más y se han profundizado, de manera que hay gente que plantea que todo el continente africano ya está excluido de la sociedad de la información y la globalización, y que hay una parte importante de países de Latinoamérica y Asia que lo tienen muy mal y su futuro más probable es el de la exclusión. Es decir, la desigualdad, en el planeta Tierra, ha aumentado notablemente y no parece, además, que este hecho se reduzca, sino todo lo contrario.

Esto comporta un fenómeno con unas importantes consecuencias sociales y culturales: las migraciones. No sé cuántas personas murieron en el muro de Berlín. Muchas, desgraciadamente. Pues, en el muro que tenemos en Gibraltar y lo que vendrá con los nuevos sistemas de detección mediante el radar (la impermeabilización de las fronteras) está relacionado con este fenómeno. Si alguien ha visitado África verá que, evidentemente, la salida para muchísimos de sus habitantes es Europa occidental. Y, en consecuencia, en los próximos años, la presencia de pateras aumentará más y más.

Las pateras no tienen nada que ver con el efecto reclamo de la ley de extranjería (ya modificada por el Gobierno actual), sino con el hecho de que las desigualdades hacen patente, a un gran número de personas jóvenes de las sociedades africanas y de otras, que su futuro está en Europa occidental. Simplemente hay doce kilómetros de mar entre la miseria y la posibilidad de vivir dignamente. Es absolutamente normal que busquen su futuro en sociedades como la nuestra y, por tanto, tendremos pateras durante muchos y muchos años y, probablemente, muchas más de las que tenemos ahora, lo que configura también una sociedad muy diferente, como explicaré después, de la que hemos vivido.

Pero el fenómeno de la desigualdad no queda únicamente delimitado al tema del norte y el sur, sino que el sur también está presente en nuestras sociedades, y está presente en datos sorprendentes que tienen efectos muy importantes desde el punto de vista de aquello de los significados que decía al comienzo. En la ciudad de Barcelona, en 1999, un 22% de las personas responsables de una familia que estaban en el límite de la pobreza tenían el BUP o la FP, y cerca de un 8% tenían una titulación superior.

La exclusión social no afecta únicamente a los pobres. Es evidente que, en los pobres, sus efectos son más importantes, pero independientemente de esto, en este momento, el hecho de quedar excluido o incluido en la sociedad tiene que ver con la distancia respecto al centro en el que se están produciendo y gestionando los conocimientos.

¿Y qué quiero decir con esto? Quiero decir una cosa muy importante. En el futuro, la cuestión no será tener o no tener información. El hecho de tener o no tener información podía ser relevante hace unos años, en que, además, la educación era la depositaria de la información, de tal manera que las personas que se escolarizaban y que llegaban a niveles educativos más elevados disponían de más información, tenían más posibilidades sociales, etc. Hoy en día todo esto es discutible.

En la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Cataluña, que tiene mucho prestigio y es excelente, explican muchas cosas que rápidamente quedan obsoletas y, dada la velocidad de los cambios en este campo, no hay tiempo para adecuar los planes de estudio. El desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación hace absolutamente imposible que los sistemas educativos vayan incorporando todos los conocimientos. Antes, en tres generaciones se modificaban determinados tipos de conocimientos que tenían trascendencia en el ámbito de la producción. Hoy en día no se da esto, en una misma generación podemos ver cambios espectaculares.
2.2. Aprender a aprender, y aprender a vivir juntos
De manera que el problema no es la información, sino que la cuestión se centra en las capacidades cognitivas de las personas, en sus capacidades para aprender a aprender y a poder transformar la información en conocimiento. Así, en el futuro inmediato no será relevante —en cierto sentido ya no lo es— tener o no tener información; lo que será relevante será, en el maremágnum de la información, en la superabundancia de la información, saber buscarla, poder seleccionarla, poder ordenarla, poder clasificarla y, en definitiva, lo que decía hace un momento, poder transformarla en conocimiento, ya que, como es obvio, tener información no implica tener conocimiento.

El problema importante desde el punto de vista de las capacidades que se requieren en el futuro para estar incluido en nuestra sociedad es la construcción de capacidades relativas a lo que llamamos aprender a aprender. La formación permanente será cada día más importante. En este momento ya hay propuestas sobre la mesa que están planteando que los títulos universitarios tengan caducidad —¡caducidad como los yogures!—, es decir, que un título de médico o de ingeniero sirva hasta una fecha determinada, de manera que si las personas tituladas durante los años siguientes no demuestran una formación en los nuevos conocimientos, se les retirará el título. Por eso, todo lo que hace referencia a aprender a aprender y, por tanto, a la construcción de unas capacidades determinadas para poder reciclarse, aprender de nuevo, autoformarse, etc., resultará determinante.

Y la segunda cuestión, ligada con la anterior, vale la pena explicarla con un ejemplo. En Francia, la gente del Frente Nacional, muchos de ellos notarios, médicos, abogados, etc., tienen, sin duda, capacidades relativas a aprender a aprender. Pero, con todo, creo que les falta una cosa muy importante, que, además, en el futuro aún será más importante: la virtud en sentido aristotélico, los valores y las actitudes implicadas en el hecho de vivir y convivir juntos desde la diferencia. Lo que se llama aprender a vivir juntos. Intentaré explicar qué quiero decir con esto.

Fijaos en que todo lo que hace referencia al tema de la globalización, sociedad de la información, comporta otro aspecto que cada vez tiene mayor importancia: la reivindicación de poder vivir desde la diferencia. ¿Y por qué poder vivir desde la diferencia? Por el hecho de que la heterogeneidad en nuestra sociedad cada vez es más importante. Heterogeneidad de edades, de religiones, de lenguas, de etnias, de identidades, etc. El tema de la identidad está de moda con razón, cada vez se habla más y se hace más referencia a la crisis del estado-nación que hemos conocido. La globalización significa el flujo permanente de capital y, por tanto, la creación de entidades supranacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o la Comunidad Económica Europea para regular la actividad económica. Las elites que están situadas en estas entidades normalmente no se preocupan demasiado del destino de los excluidos de la globalización. Así, éstos tienden a recluirse en las comunidades locales. Y, por tanto, reafirmados en su identidad, y cerrados respecto a la otra. De aquí surgen fenómenos como la xenofobia o el racismo en sectores importantes de la población.

La globalización significa también la búsqueda de refugio en la propia comunidad y el rechazo de la otra. Por ello es tan importante aprender a vivir juntos y la necesidad de desarrollar identidades multipolares. Las identidades unidireccionales y únicas son la base de los enfrentamientos y de la violencia, y son fuente de actitudes antisolidarias. Pensar globalmente y actuar localmente o también pensar localmente y actuar globalmente. Ciertamente, una cosa no va sin la otra, pero las tensiones implícitas entre lo que es global y lo que es local tendrán cada día más importancia y formarán parte del hecho de aprender a vivir juntos. La sociedad será cada vez más heterogénea y, por tanto, esta constatación obliga a aceptar que, en el futuro, habrá que construir proyectos colectivos que mantengan la cohesión social.

Esto sólo será posible si la ciudadanía, independientemente de su heterogeneidad y diversidad, comparte un conjunto de valores y actitudes que les permita vivir juntos y construir, también juntos, un futuro de esperanza y bienestar basado en la igualdad y la cohesión social. Aprender a vivir juntos significa tolerancia y respeto hacia el otro para poder negociar y construir conjuntamente un sistema de valores y de actitudes colectivas, un universo de significados aceptados, una cultura compartida que, en definitiva, sirva para construir y promover auténticas comunidades. Y si esto se traduce en un grado mayor de homogeneidad, entonces, desde mi punto de vista, que la homogeneidad sea bienvenida.

¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que, como veis, cuando hablamos de la sociedad de la información, y estamos hablando del desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, el problema no es aprender a emplear el correo electrónico, poder participar en chats, ser capaces de hacer cosas con el CD-ROM o utilizar una máquina de fotos digital en lugar de la Nikon o la Rolly clásica. No va de esto. Evidentemente que la posibilidad de formar parte de este tipo de sociedad está directamente relacionada con el dominio de todos los instrumentos que tienen que ver con las tecnologías de la información y la comunicación, pero lo que es importante pensar desde la psicología, con otras ciencias, es qué ámbito de significados sobreviene de estas tecnologías, de esta sociedad, cuál es el universo cultural que se está configurando y, por tanto, cuáles son los procesos de individualización y socialización que se están dando actualmente. Fijaos en que, en el lenguaje, aparecen nuevas palabras que no existían anteriormente o palabras antiguas con nuevos significados. Ya en el paisaje en el que estamos damos por buenos y entendemos perfectamente términos como virtualidad, red, trabajo telemático, globalización...

La sociedad de la información supone cambios sociales de tanta importancia que repercuten en la organización social y en sus instituciones (familia, trabajo, escuela...) y probablemente especifica formas distintas de individualización y socialización. La contraposición entre la familia extensa de la sociedad agrícola y la familia nuclear de la sociedad industrial es un ejemplo de esto. Es evidente que los procesos de socialización e individualización en la familia extensa y en la familia nuclear son bastante diferentes. En el futuro tenemos que pensar que aparecerán nuevas formas de organización social que también comportarán cambios en estos procesos. No obstante, la psicología continuará siendo psicología y, por tanto, seguirá interesada en la explicación del ser humano.
2.3. El futuro inmediato: unas hipótesis
El reto se sitúa en saber incorporar conocimientos muy diversos y en encarar las dificultades que nos ofrece la sociedad de este futuro inminente que es la sociedad de la información. Y, en este sentido, difícilmente la psicología podrá continuar utilizando exclusivamente el universo de conceptos y técnicas empleadas a lo largo del siglo XX. Ciertamente, no somos capaces —y yo todavía menos— de comprender en profundidad todos los cambios que se producirán y las nuevas necesidades que aparecerán, pero sí que creo que para el horizonte más cercano podemos elaborar alguna hipótesis.

En el ámbito de la psicología clínica aparecen nuevos trastornos, por ejemplo la anorexia y la bulimia, que no se pueden entender exclusivamente como trastornos de aprendizaje sino que tienen que ver con el tipo de sociedad en que estamos viviendo, con el tipo de expectativas que tienen los adolescentes y con sus creencias. Por ello, la psicología no se puede limitar a una intervención individual con las personas que sufren estos trastornos, sino que también ha de participar en los programas para prevenirlos, lo que obliga a adoptar una perspectiva comunitaria.

La psicología comunitaria, aquella que plantea que lo importante es la optimización de los recursos psicológicos de una comunidad de modo que estén a disposición de todas las personas que forman parte de ella, cada día tiene más fuerza. Se podrían poner muchos ejemplos.

Desde la psicología clínica a la psicología de la educación, sin olvidar la psicología de las organizaciones, todas las psicologías con voluntad aplicada entienden cada vez más que lo que es individual y lo que es social forman una unidad, de manera que no se pueden entender aisladamente. En este sentido, también es necesaria una psicología, digamos básica, que nos permita comprender los significados que se están construyendo, cómo son compartidos, qué tipos de sentidos hallamos a nivel social y, en consecuencia, cómo los reconoce la comunidad, de forma que, desde la psicología, podamos hacer posible lo que decía antes: proyectos colectivos en que, desde la diversidad, negociemos y compartamos significados para vivir juntos y podamos plantear hacia el futuro una sociedad más feliz, en la que las personas tengan más bienestar y en la que la psicología sea una disciplina no exclusivamente del ámbito de la teoría y de la explicación de determinados tipos de fenómenos, sino una herramienta justamente para construir una sociedad en la que las personas sean más felices.


Enlaces relacionados:

La Unión Europea en línea. Sociedad de la Información:
http://europa.eu.int/pol/infso/index_es.htm
Legislación, políticas y fuentes de información de la Unión Europea para la Sociedad de la Información.
Observatory on the Information Society:
http://www.unesco.org/webworld/observatory/index.shtml
Página de la UNESCO con información internacional actualizada sobre las implicaciones sociales de las nuevas tecnologías: legislación, estrategias y políticas en los diferentes países del mundo, etc.
Information Society Technologies Programme (IST):
http://www.cordis.lu/ist/home.html
Programa marco de investigación y desarrollo tecnológico de la Unión Europea para el periodo 1998-2002.
Globalización. Revista Web Mensual de Economía, Sociedad y Cultura:
http://www.rcci.net/globalizacion/fg016.htm
Recopilación de enlaces sobre globalización.
II Corredor de Idéias- II Corredor de las Ideas. Integração e Globalização:
http://www.caosmose.net/corredor/livroiicorredor/sumariox.htm
Artículos y reflexiones de autor sobre lo que representa el proceso de globalización.
Classics in the History of Psychology:
http://psychclassics.yorku.ca/index.htm
Web con textos de autores históricos de la disciplina.
Vidas paralelas: psicología comunitaria en Latinoamérica y en Estados Unidos:
http://bugs.invest.uv.mx/~cancer/epcd/antopc01.htm
Artículo de Maritza Montero (Universidad Central de Venezuela) sobre el concepto de psicología comunitaria y su desarrollo.
Entidades relacionadas con el Plan Interdepartamental de Inmigración (Departament de Benestar Social de la Generalitat de Catalunya):
http://www.gencat.es/benestar/immigra/entimi.htm
[Fecha de publicación: marzo de 2001]


SUMARIO
Presentación del ponente
1.Los intentos de la psicología por explicar al ser humano
1.1El conductismo
1.2La psicología cognitiva
1.3Las tesis de Vigotski
1.4Las tesis de Jerome Bruner
1.5El estudio multidisciplinario
2.La sociedad de la información: una revolución real
2.1Desigualdades nuevas y viejas
2.2Aprender a aprender, y aprender a vivir juntos
2.3El futuro inmediato: unas hipótesis