Artículo
¿Ha aprovechado la industria catalana la revolución tecnológica de los noventa? Una aproximación a la contribución directa del sector de las TIC en la evolución del comercio exterior
Josep Lladós Masllorens

Profesor de los Estudios de Economia y Empresa de la UOC
Miembro del equipo de investigación del Observatorio de la Nueva Economía (ONE-IN3)
jlladosm@campus.uoc.es


Resumen: El principal objetivo de este estudio es investigar de qué modo ha evolucionado la competitividad de las distintas actividades industriales localizadas en Cataluña y en qué medida el desarrollo del sector de las TIC ha contribuido a esta transformación. En concreto, se trata de intentar evaluar parcialmente la incidencia de esta revolución tecnológica sobre la actividad manufacturera de Cataluña, a partir del estudio de sus intercambios comerciales con el exterior desde 1988 hasta el año 2000. Por tanto, consiste en determinar, de forma aproximada, el grado en que el desarrollo del sector de las TIC ha contribuido directamente a la evolución de la competitividad industrial catalana. Los resultados obtenidos parecen confirmar una incidencia favorable.



1. Introducción

Desde su adhesión al proceso de integración europeo, tal como sucede con el conjunto de la economía española, el grado de apertura exterior de la economía catalana ha experimentado una progresión notable. El peso de los intercambios comerciales con el exterior ha aumentado de forma muy significativa a lo largo de los últimos quince años, y el mayor protagonismo de los mercados de exportación como principal destino de la producción industrial ha sido un fenómeno característico durante este período, evidencia de un efecto importante de creación de comercio. En estos años, la economía catalana ha transformado radicalmente el contenido de sus intercambios comerciales con el exterior. Una región industrial, tradicionalmente orientada hacia el interior, ha evolucionado hacia una nueva realidad económica, integrándose plenamente en los mercados internacionales. Buena muestra de ello es que, entre los años 1988 y 2000, las exportaciones de productos manufacturados han aumentado a una tasa media anual cercana al 15%, en términos nominales, mientras que las importaciones han evolucionado a un ritmo anual de casi el 12%.

Sin embargo, es bien conocido que la dinámica de los intercambios comerciales de productos manufacturados con el exterior ha presentado, a lo largo de estos años, un saldo deficitario para el conjunto de la economía catalana. Tanto la evolución del sector industrial como el dinamismo de las exportaciones han mostrado un comportamiento mucho más favorable desde 1992, coincidiendo con la corrección en la paridad de la peseta frente a las monedas de los principales socios comerciales de Cataluña. Esta mejora de la posición competitiva alcanza un nivel máximo en 1997, punto a partir del cual las exportaciones muestran dificultades para superar el mayor dinamismo observado por las importaciones en los años siguientes.



2. Análisis de la posición competitiva exterior

El análisis de los intercambios comerciales con el exterior se ha realizado, para el período 1988-2000, a partir de los datos sobre el comercio exterior procedentes del Instituto de Estadística de Cataluña (IDESCAT), clasificados en más de 4.000 posiciones arancelarias —de acuerdo con los seis primeros dígitos de la tarifa arancelaria comunitaria (TARIC)— y que han sido agrupados en un conjunto de 28 grupos de actividad manufacturera[1].

Se ha procedido también a agrupar los distintos subsectores manufactureros según su intensidad tecnológica, de acuerdo con los parámetros y la clasificación estadística del comercio exterior establecidos por la OCDE (1999), a fin de aproximarse al análisis de una economía basada en el conocimiento. La siguiente tabla muestra la evolución de los intercambios para cada una de las distintas categorías de manufacturas, así como los datos globales.



En primer lugar, puede observarse cómo cada una de las cuatro agrupaciones continúa presentando un saldo comercial desfavorable, que, en todos los casos, todavía se sitúa alejado del equilibrio. Pese a ello, la tasa de cobertura de las importaciones aumenta en más de 19 puntos durante el período analizado.

Sin embargo, esta progresión es muy distinta en función del grupo observado. De ese modo, la tasa de cobertura del conjunto de productos de mayor intensidad tecnológica ha mostrado una recuperación espectacular, con un crecimiento de 48 puntos, mientras que en el caso de las otras agrupaciones el crecimiento ha sido mucho más moderado.

Una de las principales consecuencias de esta evolución ha sido la importante transformación sufrida en la estructura de comercio. En la misma tabla se puede observar el rol creciente de los productos con intensidad tecnológica alta, los cuales incrementan en más de 5 puntos su peso en el conjunto de las exportaciones catalanas, en detrimento de las exportaciones de menor contenido tecnológico. Significativamente, en el período sujeto a estudio, el conjunto de actividades de intensidad tecnológica alta y media-alta explican casi dos terceras partes del incremento observado en las exportaciones.

Sin embargo, el análisis sobre la posición competitiva exterior de cada actividad industrial debería complementarse de forma que se aislara la influencia de la evolución global del saldo comercial mediante un procedimiento de estandarización, lo que resulta especialmente adecuado para concretar los efectos de las variaciones en los tipos de cambio[2] o de las diferencias en la evolución cíclica entre el mercado interno y los mercados de exportación.

De ese modo, se propone aplicar un coeficiente estandarizado de ventaja comparativa revelada (CEVCRij) a dos tipos de muestras: por un lado, a la citada desagregación del conjunto de actividades manufactureras y, por otro lado, a la segmentación de dichas actividades según su contenido tecnológico.

La metodología de cálculo de dicho indicador es la siguiente:

CEACRij = (Aij - Bi) · Si,

donde el parámetro j hace referencia a cada uno de los subsectores industriales, mientras que el índice i identifica el valor correspondiente al conjunto de la actividad manufacturera. Además:

Aij: (Xij - Mij) / (Xij + Mij),
Bi: (Xi - Mi) / (Xi + Mi),
Si: [100 / (1 - Bi) ] en el caso de que Aij > Bi o [100 / (1 + Bi) ] si Aij < Bi

El valor del índice puede oscilar, por tanto, entre +100 y -100, en función de su mayor ventaja o desventaja competitiva. Los resultados obtenidos se presentan en la siguiente tabla.



Como se ha indicado, la economía industrial catalana en conjunto presenta una posición competitiva más favorable. Sin embargo, el análisis de la evolución observada por parte de cada sector industrial pone de manifiesto la presencia de comportamientos muy diferenciados.

De ese modo, pueden identificarse:

Un conjunto de actividades industriales con un nivel competitivo apreciable, como los sectores de edición y artes gráficas, géneros de punto, equipos de transporte, elaboración de bebidas o componentes de automoción.

Un grupo de actividades que muestra una mejora muy apreciable de su competitividad exterior, como los materiales y equipos electrónicos, los equipos informáticos, las motocicletas, la industria de la alimentación y la elaboración de productos químicos.

Algunas actividades que presentan una debilidad competitiva apreciable, como los instrumentos científicos, la química básica, las fibras sintéticas, el papel, la maquinaria mecánica, la metalurgia y los productos farmacéuticos. En la mayor parte de estos casos, la dependencia de las importaciones parece ser acusada.

Finalmente, diversas actividades manufactureras que muestran un fuerte retroceso competitivo, resultado del intenso crecimiento de las importaciones. Es el caso de la industria textil, la confección de ropa y las manufacturas de cuero, un grupo de sectores con procesos productivos en los cuales, previsiblemente, el empleo de mano de obra no cualificada es más intenso.

En la parte inferior de la tabla podemos observar cómo, si se estudia por separado la evolución de las distintas posiciones competitivas según su intensidad tecnológica, en el año 2000 la industria catalana todavía presenta un déficit competitivo apreciable en sus intercambios comerciales de mayor contenido tecnológico.

Sin embargo, un análisis dinámico de los datos permite inferir cómo el segmento de productos con mayor intensidad tecnológica ha observado el avance más importante en su posición competitiva durante el período 1988-2000. En contraste, es significativo el retroceso relativo observado en la competitividad aparente de los intercambios de productos con menor nivel tecnológico.

En el gráfico siguiente se presenta un análisis dinámico que permite identificar las actividades que, a lo largo del período 1988-2000, han observado los mayores avances o retrocesos de su posición competitiva.



El cálculo del CEVCRij para cada uno de los subsectores industriales también permite inferir si existe una tendencia convergente en la posición competitiva entre las diferentes actividades analizadas. En el gráfico siguiente se confirma esta posibilidad: la propensión a una creciente equiparación en la posición competitiva exterior de las actividades industriales catalanas.



Pese a la utilidad evidente de esta información, la investigación sobre la competitividad industrial debe ser llevada a cabo principalmente mediante el estudio de las pautas de especialización. De ese modo, se ha tratado de identificar la presencia de cambios estructurales a partir de dos sencillos análisis, complementarios y de carácter dinámico, que se han efectuado al conjunto de intercambios comerciales en el sector manufacturero, en función del contenido tecnológico de los productos:

El cálculo de la relación de intercambio.

La identificación del patrón aparente de competitividad.

El punto de partida para ambos análisis reside en el cálculo de los precios unitarios de exportación y de importación con respecto a una muestra de más de 4.000 posiciones arancelarias[3]. Estos precios se han obtenido a partir del cociente entre el valor nominal de las ventas y de las compras al exterior (en el caso de exportación e importación, respectivamente) dividido por los correspondientes indicadores de volumen de comercio[4]. Con este amplio grado de desagregación se intenta minimizar los riesgos característicos de pérdida de representatividad resultantes de los análisis con mayor grado de agregación y, por tanto, se trata de aproximar el estudio de la evolución de los intercambios prácticamente al nivel del producto.

El cálculo de la relación de intercambio

En primer lugar, la tabla siguiente presenta la comparación entre los precios unitarios de exportación y los de importación. En caso de que el precio unitario de la exportación de un producto supere en más del 15% al precio unitario de importación, se considera que en dicho producto existe un dominio del precio de exportación; en cambio existe dominio del precio de importación en caso de que el precio de exportación sea inferior al de importación en más de un 15%; y, finalmente, se considerará que existe una similitud de precios si las divergencias entre los valores unitarios no superan el 15%. Por otro lado, en la parte inferior de la tabla se presenta la relación de intercambio, expresada tanto a partir de la comparación de los valores unitarios medios de exportación e importación (Px/Pm) como a partir de la comparación entre cantidad media de exportación e importación (Qx/Qm). Evidentemente, el producto entre ambos cocientes nos indica el valor de la tasa de cobertura exterior:

[(Px·Qx)/(Pm·Qm)].



Como puede apreciarse, la mejora del saldo exterior tiene su origen en una relación de intercambio más adecuada en lo que se refiere a la comparación de valores unitarios. Una consecuencia directa es el avance observado del peso relativo de los productos en los cuales sería dominante el precio de exportación. Sin embargo, cabe resaltar que las posiciones con dominio del precio de importación todavía son mayoritarias, lo que podría ser, por su parte, consecuencia directa de una dependencia exterior frente a determinados productos, y/o de la presencia de un cierto déficit en el contenido tecnológico de los intercambios comerciales[5].

La identificación del patrón aparente de competitividad

En segundo lugar, a fin de obtener mayor información sobre la dinámica de la competitividad, se ha tratado de discriminar el conjunto de productos en función de su estrategia aparente de competitividad, identificando aquellos intercambios en los cuales el volumen de comercio depende principalmente de la competencia en precios, y diferenciándolos de aquellos otros en los que la calidad parece ser el factor de competitividad más determinante.

Con esa finalidad, se propone separar los intercambios comerciales de manufacturas en cuatro grandes mercados[6]:


Mercado competitivo en precios: mercado en el cual el valor unitario de exportación es inferior al valor unitario de importación, y la cantidad exportada supera a la cantidad importada. En este caso, se dispone de una ventaja competitiva en precios que permite obtener un superávit comercial.

Mercado no competitivo en precios: mercado en el cual el valor unitario de exportación es superior al valor unitario de importación, y la cantidad exportada es inferior a la cantidad importada. En este caso, se afronta una desventaja competitiva en un mercado en el que los precios son determinantes en la competitividad, lo que conduce a un déficit comercial.

Mercado competitivo en calidad: mercado en el cual la cantidad exportada supera a la cantidad importada, pese a que el valor unitario de las exportaciones es superior. En este caso, el intercambio comercial es el resultado de exportaciones de mayor calidad (o de contenido tecnológico superior), o bien de la especialización en segmentos de producto de mayor sofisticación[7].

Mercado no competitivo en calidad: mercado en el cual la cantidad importada supera a la cantidad exportada, pese a que el valor unitario de las importaciones es superior. El intercambio comercial, en este caso, es el resultado de exportaciones de menor calidad (o de contenido tecnológico inferior), o bien de la especialización en los segmentos inferiores del mercado.


En consecuencia, si la diferencia entre los valores unitarios de exportación y de importación y entre las cantidades exportadas e importadas tiene el mismo signo, se trata de mercados en los cuales la competitividad está determinada principalmente por la calidad u otras causas de diferenciación de producto. En cambio, en caso de que los signos sean opuestos, se consideran mercados dominados por los precios[8].



En la tabla que se acompaña se observa cómo, en el conjunto del período analizado, mejora significativamente la posición competitiva, lo que se ha traducido en un avance del peso de los intercambios en los cuales se dispone de competencia en precio y en calidad —que, conjuntamente, en el año 2000 representan el 43% de los intercambios, con una progresión de casi 6 puntos porcentuales en el período analizado.

Sin embargo, también se pone de manifiesto cómo, en ambas estrategias de competitividad, la industria manufacturera catalana todavía presenta un saldo comercial deficitario. Pese a ello, cabe citar que la mejor posición competitiva de los intercambios de productos con mayor intensidad tecnológica, anteriormente mencionada, es coincidente con un incremento muy apreciable de la tasa de cobertura exterior —superior a los 30 puntos— en aquellos mercados en los cuales los factores principales de competitividad parecen ser distintos al precio. No obstante, y a pesar de que la participación relativa de los mercados con ventaja en calidad ha aumentado de forma significativa, porcentualmente apenas alcanza el 14% de los intercambios.

En razón de su presencia dominante, y pese al incremento observado en su tasa de cobertura de las importaciones, el desequilibrio desfavorable en los mercados dominados por la competencia en precios habría aumentado sensiblemente en términos monetarios. Por tanto, si bien es patente el aumento de la participación relativa de los mercados con ventaja en coste, todavía sigue siendo muy significativo el saldo comercial deficitario de los intercambios que parecen mantener el precio como uno de sus principales factores de competitividad.

Este comportamiento probablemente se explica por una dependencia apreciable de algunos productos de importación, posiblemente materias primas industriales y bienes intermedios, y por la competencia creciente de productos exteriores de bajo precio. Además, cabe esperar que este segmento de productos sea más sensible a la evolución de la coyuntura internacional, a la variabilidad en la paridad de las monedas en el mercado de divisas y a las diferencias de costes con los competidores.

3. Análisis según contenido tecnológico y contribución del sector de las TIC

Hasta el momento, se ha podido contrastar cómo la apreciable mejoría de la posición competitiva de la industria catalana registrada a lo largo de la década de los noventa ha tenido en los productos de mayor contenido tecnológico a su principal protagonista. Esta recuperación ha venido caracterizada, además, por un significativo avance de la relación entre valores de exportación e importación, así como por un mejor posicionamiento relativo en los mercados en los cuales los factores de competitividad más determinantes parecen ser distintos al precio del producto.

Cabría preguntarse, por tanto, si el comercio exterior ha evolucionado hacia una presencia creciente de productos de mayor valor añadido y contenido tecnológico, de forma que haya mejorado la posición relativa de las actividades más profusas en el uso de tecnología avanzada, principalmente en los mercados dominados por la diferenciación de producto. A fin de contrastar esta hipótesis, a continuación se intenta reproducir los análisis de las pautas de especialización en función del contenido tecnológico de los productos, y se trata de determinar, al mismo tiempo, la contribución del sector de las TIC a los cambios registrados en la estructura y comportamiento de la actividad comercial.

Como punto de partida, se propone evaluar la evolución de la posición competitiva del sector de las TIC[9] en comparación con dos grupos de actividades:

El conjunto de otras actividades manufactureras con intensidad tecnológica elevada o media-elevada.

El resto de actividades manufactureras.

Los resultados se muestran en la tabla siguiente. Se confirma que la contribución del sector de las TIC parece haber sido uno de los principales determinantes en la mejora de la posición competitiva de la industria catalana. El comportamiento de su competitividad aparente es mucho más favorable que en el resto de actividades manufactureras, incluido el conjunto de otras actividades con intensidad tecnológica.



Significativamente, el peso del sector de las TIC en las exportaciones industriales ha aumentado en más de 7 puntos durante el período observado. De ese modo, en los análisis que se presentan a continuación parece aconsejable continuar examinando el comportamiento del sector de las TIC por separado, a fin de contrastar su incidencia en los resultados anteriormente obtenidos.



En la tabla siguiente, se puede observar cómo la mejora en la relación de precios de intercambio da lugar a un crecimiento en el peso relativo, en el comercio exterior, de las categorías de productos en las cuales se detecta un dominio en el precio de exportación. En este sentido, el sector de las TIC parece haber contribuido muy positivamente a esta progresión de las posiciones arancelarias con dominio de precio de exportación. Al mismo tiempo, se observa una evolución muy parecida en el segmento de productos manufacturados con menor contenido tecnológico. Ambas tendencias podrían ser indicativas de la presencia creciente de productos de mayor valor añadido y, por tanto, de la adopción creciente de factores de competitividad intangibles y distintos del precio. En cambio, se detecta una evolución menos positiva en otras actividades de contenido tecnológico elevado, lo que podría denotar una estrategia de especialización no tan favorable.



Del análisis de los patrones de comercio se puede deducir cómo la mejora de la posición competitiva del sector de las TIC en los mercados basados en la calidad ha sido muy apreciable, lo que se corresponde con el aumento del peso relativo de los productos con dominio de precio de exportación. Este vigoroso avance en la posición competitiva del sector parecería evidenciar que el gap tecnológico existente con respecto a los principales países competidores se estaría reduciendo a un buen ritmo.



Sin embargo, algunos datos obligan a moderar esta valoración positiva:

Por una parte, dado que tanto el sector de las TIC como las restantes actividades industriales con intensidad tecnológica y de conocimiento continúan ofreciendo un saldo comercial desfavorable, las pautas de especialización también podrían ocultar la persistencia de un déficit importante en precios respecto a algunos productos de importación, ya que los mercados competitivos en calidad siguen siendo minoritarios; y, por otra parte, debe reconocerse que el abanico de fluctuación definido para la similitud en precios (15%) podría ser demasiado amplio. Incluso ha disminuido el peso relativo de los mercados de productos más diferenciados: es muy significativa la dificultad de los sectores de tecnología media-alta para progresar en ellos.

Por otro lado, las mejoras observadas en cuanto a la relación de precios en el intercambio de productos de contenido tecnológico bajo-medio no han venido acompañadas de un aumento significativo de la posición competitiva, lo que es un indicio evidente de una fuerte penetración de importaciones a bajo coste. La pérdida apreciable de competitividad en los mercados dominados por el precio confirmaría esta hipótesis.

Finalmente, a continuación se pretende inferir cuál ha sido la repercusión del comportamiento diferencial del sector de las TIC en la evolución del conjunto del comercio exterior. Para ello, se lleva a cabo un análisis shift-share, con el fin de aislar el efecto diferencial sectorial y aproximar su incidencia relativa sobre la evolución global de las variables, tanto en lo que se refiere a la posición competitiva general como a la relación de intercambio o a las pautas observadas de especialización. Los resultados obtenidos se muestran en la tabla siguiente.



Puede observarse cómo la contribución directa del sector de las TIC a la evolución positiva de la competitividad de la industria catalana parece haber sido significativa, tanto en los mercados en que se compite en precio como en los mercados en que la diferenciación de producto es el factor determinante. Por otra parte, la influencia directa del sector de las TIC sobre la mejora de la relación de intercambio en precios también es significativa, lo que ha facilitado una mayor presencia de intercambios comerciales con predominio de precios favorables.

4. Conclusiones

El presente estudio trata de ofrecer una primera aproximación a la incidencia del sector de las TIC en el desarrollo competitivo de la industria catalana a lo largo de los años noventa. Su análisis es parcial, en la medida que sólo recoge la evolución del comercio exterior del sector, y, por tanto, se preocupa de las repercusiones directas pero no atiende a la influencia de los avances tecnológicos del sector sobre el desarrollo competitivo del resto de actividades industriales.

Pese a estas limitaciones analíticas, parece contrastarse que la aportación del sector de las TIC ha sido importante. La industria manifiesta actualmente una mejor posición competitiva exterior, y la presencia de productos con intensidad tecnológica y de conocimientos ha aumentado de manera apreciable. Este aumento ha modificado favorablemente la relación de precios de intercambio con el exterior y ha alterado, a su vez, en sentido positivo, las pautas de especialización a favor de la diferenciación, lo que ha facilitado un mejor posicionamiento en los mercados de calidad.

Sin embargo, este balance favorable debe moderarse en cuanto que todavía continúan los desequilibrios comerciales adversos frente al exterior, tanto en los mercados más sensibles a la evolución de los costes como en los mercados en que el patrón de competitividad podría ser la calidad y la diferenciación tecnológica o de producto.

Del mismo modo, pese a los avances observados, el 40% de los intercambios se concentra en productos en los cuales el precio no es favorable. Esta persistencia podría ser la consecuencia de dos efectos distintos:

Por un lado, la dificultad de mejorar la posición competitiva exterior de algunas actividades con contenido tecnológico medio-bajo, ante la fuerte competencia a bajo coste en el mercado internacional y en el mercado interno por parte de competidores del exterior. Probablemente sea el caso de la industria textil y de los sectores del cuero y de la confección de ropa. Profundizar en una especialización en aquellos segmentos de producto de mayor valor añadido y que permitan una diferenciación de producto basada en la calidad, así como en la aplicación de nuevas tecnologías y en el diseño, parece una necesidad ineludible para reforzar la competitividad internacional de estas manufacturas.

Por otro lado, la presencia de un comercio de productos de elevado contenido tecnológico pero caracterizado por relaciones de dependencia frente al exterior, o bien por una diferenciación vertical no favorable, y con pautas de especialización en las gamas de producto menos punteras tecnológicamente o que aportan valor añadido. Entre otros, el subsector farmacéutico, la química de base y diversos segmentos de material de transporte serían algunos casos paradigmáticos.

En el caso del propio sector de las TIC, la tasa de cobertura exterior ha aumentado en casi 50 puntos, pero aún se mantiene a un nivel alejado del equilibrio. Y no está muy distanciada la posición competitiva relativa de las restantes actividades con intensidad en conocimiento y tecnologías avanzadas.

Por tanto, durante la década de los noventa la industria catalana ha dado un significativo paso adelante, y en la dirección adecuada. Sin embargo, todavía tiene pendiente un buen trecho. En consecuencia, el esfuerzo en la aplicación del conocimiento a todas las actividades productivas y un desarrollo continuado de la creatividad y la capacidad de innovación sigue siendo un reto pendiente de la industria catalana. Este objetivo probablemente debería condicionar y orientar las políticas públicas de apoyo al sector durante los próximos años.

Bibliografía:

AIGINGER, K. (1997). "The use of unit values to discriminate between price and quality competition". Cambridge Journal of Economics, 21.

ABRAMOVITZ, M.; DAVID, P. (1996). "Technological Change and the Rise of Intangible Investments: The US Economy's Growth-path in the Twentieth Century". OCDE.

CARTER, A. (1996). "Measuring the Performance of a knowledge-based Economy". OCDE.

DOSI, G. (1996). "The Contribution of Economic Theory to the Understanding of a Knowledge-based Economy". OCDE.

MARTÍN, C. (1997). España en la nueva Europa. Madrid: Alianza: Fundación de las Cajas de Ahorro Confederadas.

VILASECA, J.; TORRENT, J. (2000). "La nova economia: evolució o revolució? La realitat econòmica de la indústria de la informació". Perspectiva Econòmica de Cataluña, 211.

VILASECA, J; TORRENT, J.; DÍAZ, A. (2001). L'economia del coneixement a Espanya: una comparació internacional del seu desenvolupament. [en línea]. Observatorio de la Nueva Economía (ONE-IN3): UOC. <http://www.uoc.edu/web/cat/serveis/observatori/tm/one07.html>



Enlaces relacionados:

Observatorio Europeo de las Tecnologías de la Información (EITO)
http://www.eito.com
Dirección General para la Sociedad de la Información (Comisión Europea)
http://europa.eu.int/comm/dgs/information_society/index_en.htm
Secretaría de Estado de Comercio - Sector Tecnológico (Estados Unidos)
http://home.doc.gov/Industries/Technology/
Institut d'Estadística de Catalunya (Generalitat de Catalunya)
http://www.idescat.es
Dirección General de Ciencia, Tecnología e Industria (OCDE)
http://www.oecd.org/DSTI
[Fecha de publicación: enero de 2002]


SUMARIO
1. Introducción
2. Análisis de la posición competitiva exterior
3. Análisis según contenido tecnológico y contribución del sector de las TIC
4. Conclusiones


Nota1:

En consecuencia, se excluye del análisis el comercio de productos agrarios, minerales y energéticos, por lo que sólo se consideran 26 subsectores industriales.
Nota2:

Muy pronunciadas en la primera parte del período considerado.
Nota3:

Correspondiente a un grado de desagregación de seis dígitos en la clasificación arancelaria.
Nota4:

En este caso, se han utilizado mayoritariamente los kilogramos como unidades físicas.
Nota5:

Probablemente, el análisis debería ser completado mediante el cálculo de indicadores de comercio intraindustrial y su desagregación entre diferenciación vertical y horizontal, a fin de inducir los costes de ajuste que se derivan de la diversidad existente en los niveles de tecnología, tal como se indica en Martín (1997).
Nota6:

Tal como se propone en Aiginger (1997).
Nota7:

De algún modo, se trataría de identificar una diferenciación vertical de producto y de carácter favorable.
Nota8:

Implícitamente, se supone que los valores unitarios identifican costes y que los productos son homogéneos.
Nota9:

A efectos de homogenización, se consideran actividades TIC las determinadas en Vilaseca y Torrent (2000), a partir de los criterios definidos por el Departamento de Comercio de Estados Unidos.