Tratamiento de anglicismos

En la comunicación actual se usan bastantes anglicismos, pero muchos no son necesarios ni son más precisos que sus equivalentes en español. A la hora de emplear una palabra inglesa en un texto en español, hay que plantearse si realmente es necesario recurrir a tal anglicismo. Como regla general, se recomienda moderar el uso de anglicismos en textos españoles: el uso indiscriminado o abusivo de estos extranjerismos puede dificultar la comprensión de los textos, además de romper el equilibrio interno de la lengua. 

Como criterio general, en caso de que el anglicismo ya tenga una forma traducida o adaptada, hay que evitar la versión inglesa original. Ej.: resumen y no abstract; en línea y no online; enlace y enlazar y no link ni "linkar". Pueden consultarse posibles traducciones de algunos anglicismos en el apartado Anglicismos más habituales.

Alternativas al criterio general (por orden de prioridad)

  1. Se puede optar por poner sistemáticamente la forma española e introducir la palabra inglesa en cursiva y entre paréntesis la primera vez que aparezca en el texto.

  2. En textos especializados, se puede hacer al revés.

  3. Mantenimiento de anglicismos. En ciertos casos puede ser conveniente dejar el anglicismo en el texto (en cursiva). He aquí algunas razones por las que el mantenimiento del anglicismo puede ser admisible:
  • Titulares de noticias u otros contextos con limitación estricta de espacio: si el cambio del anglicismo a la forma española comporta un número excesivo de caracteres, puede mantenerse el anglicismo.

  • Citas de palabras textuales, si se considera que hay que mantener una correspondencia estricta entre lo dicho y lo citado, o si el uso del anglicismo comporta alguna implicación que conviene mantener.

  • Subtitulación: en la escritura de subtítulos hay que mantener los anglicismos pronunciados por la persona que habla, para no crear una discrepancia distractora entre el audio y el subtítulo escrito.

  • Criterios de marketing y posicionamiento en buscadores: en determinados textos en los que el valor específico de marketing es claramente prioritario, el anglicismo se puede mantener si se sabe que favorece el posicionamiento en buscadores o la localización de información por los usuarios.

  • El destinatario: cuanto más especializado es el texto, más aceptable es el uso de anglicismos técnicos; cuanto más divulgativo y general, más necesario es el uso de los términos traducidos.