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De camino hacia una construcción más ecológica
Jordi Badia y Toni Marín
Jordi Badia y Toni Marín
[02/05/2012]

Todo apunta a que la fuerte crisis económica conducirá a la sociedad a una construcción más ecológica y saludable, además de digna. Al menos, así lo plantearon Toni Marín, director y editor de la revista EcoHabitar, y Jordi Badia, ecoarquitecto y graduado en Economía Cooperativa y en Desarrollo Sostenible, en la conferencia «La vivienda, opciones sostenibles de un derecho fundamental», organizada por la Escuela de Cooperación de la UOC y Gaia Education, el pasado 26 de abril en Barcelona.

 

Y es que, a pesar de que España lleva quince años de retraso respecto a otros países como Francia o Alemania, la ecología está en auge y se posiciona como la única alternativa a los problemas contemporáneos. «Las materias primas se acaban», aseguró Marín, «la Administración acabará por tener que apostar por la bioconstrucción, basada en criterios ecológicos». «Avanzamos hacia una civilización de poco consumo. El derroche se acabó; ya no podemos seguir viviendo por encima de nuestras posibilidades», puntualizó el experto.

Vivienda más saludable

Como activista medioambiental, Toni Marín trabaja para reducir la huella ecológica y hacer una sociedad sostenible libre de emisiones de CO2. Por eso dedicó su tiempo a exponer los criterios de bioconstrucción de cualquier vivienda para hacerla más saludable: «Hay que construir respetando la vida, teniendo en cuenta la ubicación, la orientación, los campos electromagnéticos, los materiales y la eficiencia energética». Marín fue resolviendo las dudas a todos aquellos que quieren reformar su vivienda para hacerla más ecológica y sana: «No es más caro», destacó, «ya que los elementos de construcción son amortizables en unos tres, cuatro años». Y, aunque en la gran ciudad es más complicado llevar a cabo este tipo de construcción, Marín propuso centrarse en pequeños cambios para aumentar la calidad de los materiales y sanear la vivienda, «aislando herméticamente la casa, eliminando las tuberías de plomo y controlando la contaminación electromagnética (frigorífico, ordenador, secador, radiodespertadores, microondas o cocinas eléctricas)».

En cuanto a la elección de materiales de construcción, «hay que ser responsables eligiendo aquellos menos tratados y los más cercanos, para favorecer la economía local y evitar la huella ecológica del transporte», recomendó Marín, quien durante los últimos veinticinco años, ha estado vinculado al mundo de la comunicación y del medio ambiente, centrando su actividad en difundir la bioconstrucción, la ecoarquitectura, la salud en el hábitat, la permacultura y la sostenibilidad. Existen muchos materiales biocompatibles, como el cáñamo, la lana de oveja o la celulosa, que compite con el poliuretano y «está de moda en Europa».

Arquitectura bioclimática

Actualmente, la arquitectura bioclimática diseña edificios con inercia térmica que aprovechan la energía para no pasar frío en invierno ni calor en verano. Para Marín, es esencial tener en cuenta la climatización natural para gastar el mínimo de energía. De hecho, «en el 2016 todos los edificios públicos tendrán que generar más energía de la que consumen». «Es un gran avance», en palabras del especialista, quien, muy a su pesar, reconoció que «los arquitectos no salen de la carrera sabiendo realizar casas ecológicas sino casas industriales, y es necesario reenseñarles».

El ecoarquitecto Jordi Badia se manifestó con la misma contundencia que Marín: «El modelo de construcción cambiará junto con el cambio general del sistema». El especialista repasó los principales ejemplos de biovivienda colectiva, entre los que se encontraban los ecobarrios de casas unifamiliares, como Ecolonia en Holanda, o el proyecto Bed-Zed, o la cooperativa de viviendas Lanxmeer, en donde los usuarios se unen para construir de forma grupal. «Las cooperativas de vivienda representan el 50% del parque de vivienda social en Suecia, lo que no tiene nada que ver con España», lamentó Badia, que aseguró que hoy en día es impensable en el Estado español llevar a cabo proyectos de construcción ecológicos, puesto que no hay apoyo financiero y la legislación está retrasada. Otras posibilidades son el co-housing, que consiste en compartir con otras familias los espacios comunes de una casa, o las ecoaldeas, como Findhorn en Escocia o Auroville en la India, comunidades ecológicas y autosuficientes.

Instaurar el modelo en España

Para Badia hay varias dificultades para importar el modelo de vivienda cooperativa en España. «El miedo a la especulación y la falta de confianza en los constructores han frenado su desarrollo, así como también la no implicación de la Administración». Por otra parte, Badia también apostó por la transformación de las ciudades, actualmente separadas del medio ambiente.
 

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