ArtículosNúmero 116 (diciembre de 2021)

La salud mental y los medios de comunicación

Candela Ollé

El suicidio es uno de los grandes problemas de salud pública mundial y el Estado español tiene las cifras más altas de la historia, con un incremento de un 7,4 % en el pasado 2020. Los medios de comunicación invisibilizan los suicidios o los tratan de manera contraproducente, a pesar de que existen decálogos y manuales específicos para periodistas. Este año, La Marató de TV3 se centrará en la salud mental y también ha puesto el foco en este tema el trabajo final del máster de Periodismo y Comunicación Digital que ha ganado el primer premio. Un programa solidario de referencia y un excelente trabajo de investigación que seguro nos ayudarán como profesionales o alumnado de comunicación a saber más de este tema.

Los datos hablan por sí solos. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), una media de casi 11 personas al día se suicidó en el Estado español el año pasado (un 74 % de hombres y un 26 % de mujeres), lo que suma un total de 3.941 personas (556 en Cataluña) y representa la mayor cifra de suicidios de la historia. El suicidio es la principal causa de muerte, después de los tumores, entre la juventud de 15 a 29 años, y se incrementó un 27 % en el año de la pandemia.

 

El suicidio es la parte visible del iceberg (pero invisibilizada en los medios de comunicación) que integra todo el calvario sufrido por las personas que no tienen una buena salud mental y que, en los casos más trágicos y desgarradores, optan por quitarse la vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que el suicidio es uno de los grandes problemas de salud pública y la tasa de mortalidad por suicidio es uno de los indicadores de la Agenda 2030, que como objetivo «tiene reducir un tercio el riesgo de mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención o tratamiento, así como promover la salud y el bienestar mental».

 

Invisibilización

 

Los medios de comunicación y la sociedad optan por dar poca visibilidad al suicidio y la salud mental. La publicación de noticias de suicidios en los medios de comunicación puede tener dos efectos contradictorios, o bien un efecto de imitación o un efecto preventivo. Los suicidios que se producen por imitación se conocen como el efecto Werther y el preventivo se denomina efecto Papageno. Una de las recomendaciones para los medios es publicar, junto a la noticia, una lista de servicios como las líneas telefónicas de ayuda, publicitar las señales de alerta, informar sobre la asociación habitual entre la depresión y el suicidio, e indicar que la depresión es tratable. Según el informe del Ministerio de Sanidad Salud mental en datos: prevalencia de los problemas de salud y consumo de psicofármacos y fármacos relacionados a partir de registros clínicos de atención primaria, los problemas de salud mental más habituales en la atención primaria son: el trastorno de ansiedad, el trastorno depresivo, la reacción de adaptación, el trastorno del sueño y los trastornos de personalidad. Si el medio es responsable y lo explica según las indicaciones y pautas ya establecidas, es un tema bastante capital que cubrir, y tengamos en cuenta que no informar invisibiliza el problema, hace que se vuelva un tabú y no permite sensibilizar a la población. Existen numerosos manuales y decálogos para explicar y hablar del suicidio.

 

Este contexto nos sirve de punto de partida para comentar el trabajo final de máster (TFM) de Periodismo y Comunicación Digital, llevado a cabo por la estudiante Alba Cobos Medina, ganadora del primer premio de TFM y titulado Representación de la salud mental en los medios de comunicación: Un análisis de la evolución de la información sobre salud mental en El País y El Mundo (años 2011 y 2019). Este ha identificado las buenas y malas prácticas, así como la representación correcta y la incorrecta del suicidio, y lo hace a partir de una comparativa y un análisis del contenido publicado en El País y El Mundo entre 2011 y 2019. Hemos aprovechado la elaboración de este artículo divulgativo para dirigirle dos preguntas a Alba Cobos, puesto que su trabajo le ha permitido adquirir un excelente nivel y conocimiento del tratamiento de la salud mental en dos cabeceras concretas.

 

Entrevista con Alba Cobos

 

C. ¿Podrías sacar algunas conclusiones de las buenas y malas prácticas identificadas en tu TFM?

 

A. La conclusión principal del trabajo, en cuanto a las buenas y malas prácticas, es que, en general, ha habido una mejora en la representación de la salud mental por parte de los medios de comunicación.

 

En 2011 se identificaron dos malas prácticas que favorecían la categorización de las personas con problemas de salud mental como violentas. Estas eran: la asociación de estas circunstancias con la violencia y la mención del trastorno cuando no era relevante para la información, al abordar hechos violentos. Dichas prácticas se dieron con menos asiduidad en el 2019, por lo que hay una evolución positiva en ese sentido. Esto implica que, durante el segundo año analizado, predomina un enfoque neutro al abordar informaciones relacionadas con hechos violentos cuando están implicadas personas con problemas de salud mental.

 

El lenguaje morboso continúa dándose al tratar la salud mental, aunque cada vez se muestra menos a las personas con problemas de salud mental como incapaces, irracionales o fuera de lo normal. Además, aunque siga pareciendo una narrativa morbosa en numerosas ocasiones, en general se observa que hay cada vez uno uso del lenguaje más respetuoso y correcto al tratar los problemas de salud mental.

 

Por otro lado, cada vez más las noticias tienen un enfoque en derechos humanos, centrándose en la autonomía de la persona y sin promover una visión compasiva. En este sentido, cabe destacar que en 2019 aparece la buena práctica del activismo social, donde se muestra a las personas con problemas de salud como agentes de su propio cambio. También se les otorga un mayor protagonismo, permitiéndoles hablar en primera persona, y se naturalizan estos tipos de problemas mostrando a esta parte de la población con más asiduidad en situaciones cotidianas.

 

C. ¿Cómo periodista eras consciente, antes del trabajo, de la representación correcta frente a la incorrecta del suicidio? ¿Cómo lo hacen los medios (analizados o en general)?

 

A. Como periodista era consciente de que, hasta hace bien poco, los medios de comunicación no abordaban el suicidio debido al efecto Werther. Sin embargo, desconocía las indicaciones concretas sobre cómo informar del suicido de forma responsable y con un enfoque preventivo, con el fin de producir el efecto Papageno. En este sentido, en ninguno de los dos años encontré una representación incorrecta del suicidio, pero sí es destacable la diferencia en cuanto a visibilidad. En 2011 apenas se identificaron noticias que abordarán este fenómeno. Sin embargo, este número aumentó en 2019. Se identificaron buenas prácticas en la mayoría de las informaciones: enfoque preventivo, historias de superación y afrontamiento positivo en situaciones adversas, fuentes de información objetivas y científicas y un uso del lenguaje correcto.

 

La principal carencia a la hora de abordar el suicidio en el año 2019 era que no se aportaban recursos de ayuda. Así, aunque hubiera generalmente un enfoque preventivo, no se añadían a las piezas informativas direcciones, números de teléfono, asociaciones, indicaciones, etc., que pudieran servir de ayuda a una persona que se encontrara en esa situación. Esta es una falta que debe resolverse.

 

En estos últimos dos años, los datos que indican un aumento de la tasa de intentos de suicidios por parte de la población infantil y juvenil han supuesto una mayor visibilidad del suicidio respecto a los medios de comunicación. Cabría analizar hasta qué punto estos continúan haciendo una cobertura responsable, y si se han resuelto las carencias encontradas en el año 2019 respeto a la falta de inclusión de recursos de ayuda en las informaciones.

 

El trabajo completo lo podéis consultar en: http://hdl.handle.net/10609/136266

 

La salud mental en ‘La Marató de TV3’

 

Y casualmente, o quizás con toda la intención del mundo, la salud mental es la enfermedad escogida este año por La Marató de TV3, que celebra su trigésimo cumpleaños. El potencial de este programa solidario, de más de 15 horas en directo, más allá de la cifra económica récord y el liderazgo de audiencia, se centra en su impacto social, en la función divulgativa y de transferencia que lleva a cabo. Con las explicaciones de los/as expertos/as, la fuerza de los testigos y familiares que comparten las historias, sus vivencias, junto con la profesionalidad comunicativa con que las enfermedades siempre han sido tratadas durante estas tres décadas. La audiencia de las ediciones anteriores, junto con el marketing y la publicidad de las actividades populares, así como las charlas divulgativas, los municipios implicados y casi el millón de personas que participan, hacen que sea una master class de la salud mental.

 

Si seguimos La Marató con una mirada crítica y periodística, seguro que resultará un gran aprendizaje. Queremos poner de relieve la importancia de tener siempre presente el código deontológico de la profesión, así como aquellas guías, documentos, decálogos, etc., elaborados por asociaciones, colegios y otras entidades del sector sobre cómo tratar la salud mental.

 

Para saber más:

 

«Guía de estilo sobre salud mental para medios de comunicación»

 

Reportaje reciente en El País: «Yo no quería morir, quería dejar de sufrir»

 

Citación recomendada

OLLÉ, Candela. La salud mental y los medios de comunicación. COMeIN [en línea], diciembre 2021, no. 116. ISSN: 1696-3296. DOI: https://doi.org/10.7238/c.n116.2179

investigación;  periodismo;  comunicación científica;