Andrés López Fernández

Estudiante de Psicología
Auxiliar administrativo en la Administración pública
Badalona, Catalunya, España

Desde los trece años padezco de discapacidad auditiva. Cuando hice la selectividad siempre había querido estudiar Psicología, que para mí era un sueño inalcanzable mediante la universidad presencial, pero desde hace un año ha sido posible gracias a la UOC. Creo que esta universidad puede abrir las fronteras y eliminar barreras a muchas personas con discapacidad.

La UOC me ha cambiado totalmente la vida, ya que antes cuando iba a la universidad presencial no había ningún tipo de accesibilidad para las personas con hipoacusia, pero aquí, incluso trabajando por las mañanas he podido avanzar mucho mas rápido en mis estudios, he podido demostrar lo que puedo llegar a hacer si no existen barreras de la comunicación, y así en la mayoría de asignaturas aprobadas he sacado una nota de excelente o notable.

Emma Segura Oms

Graduada, Empresariales
Trabajo en una entidad bancaria. También doy cursos de catalán para adultos
Ibiza, Baleares, España

Mi ilusión era diplomarme en Ciencias Empresariales. Mi realidad era un contrato laboral en una asesoría a media jornada, clases particulares de EGB por la tarde y siete horas de trabajo los sábados en un taller, de planchadora. A los veintidós años ya vivía sola; las obligaciones laborales me absorbían los horarios de la universidad presencial, donde sólo pude asistir a las dos primeras clases. Daba vueltas y más vueltas al tema. Tenía que encontrar alguna manera de conseguir mi objetivo.

Estábamos en la década de los noventa. Con curiosidad por la irrupción de las nuevas tecnologías y las redes digitales, descubrí la UOC: la universidad que se adapta a las particularidades de sus estudiantes. He ido matriculándome de asignaturas y superándolas con la dedicación que requiere. Era mi hito, mi proyecto, mi ilusión. Me hacían comentarios un poco mezquinos: «¡Pero si acabarás a los treinta años!»; «¡Pero si empiezas a los veintitrés, dónde vas a parar!»; «¡Si es edad de acabar!».

Tengo treinta años, la semana pasada formalicé mi solicitud del título de diplomada. Es una de las mejores cosas que he hecho a mi vida. Y me he quedado enganchada a la UOC...

Se me ha abierto el camino de la vida como un abanico hacia el futuro. La diplomatura me permitió cambiar de trabajo, entrar en el sector bancario. Actualmente trabajo en una caja de ahorros. Y soy escritora, he ganado dos premios literarios y tengo tres libros publicados: uno de relatos cortos y dos cuentos infantiles. Últimamente estoy desarrollando esta vertiente de escritora y, como también me encanta dar clases de catalán, me estoy planteando la posibilidad de hacer Filología Catalana a través de la UOC.