9/8/17

100.000 españoles ya se conectan a internet a través de Guifi.net

El sistema de telecomunicaciones, que nació para resolver las dificultades de acceso a la red de lugares remotos, empieza a extenderse a las grandes ciudades
Autor foto: Cèlia Atset

Autor foto: Cèlia Atset

Cerca de un 4% de españoles, la mayoría concentrados en zonas rurales, aún no pueden navegar por la red a más de dos megas de velocidad con la tecnología ADSL, según datos del último Informe de cobertura de banda ancha del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. Con el objetivo de resolver las dificultades de acceso a internet de los pueblos más pequeños, en 2004 nació en la comarca de Osona (Cataluña) la red de telecomunicaciones guifi.net, presente en más de 30.000 edificios concentrados principalmente en Cataluña, pero también en puntos del País Valenciano, Madrid, Asturias o el País Vasco. A nivel estatal cuentan con 51.579 nudos, de los cuales 32.339 están operativos en Cataluña y unas 100.000 personas ya utilizan este sistema.

Según datos de la última Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de la información y comunicación en los hogares, del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 18,1% de las casas españolas no tiene acceso a internet. En Cataluña, la cifra es ligeramente inferior y se sitúa en el 17,1%, según datos del Idescat. La falta de conocimiento, el no necesitar estar conectados o unos costes demasiado elevados para instalar el equipo y la conexión son algunas de las razones que esgrime este grupo de ciudadanos desconectados de la red. En muchos casos, sobre todo en zonas aisladas y remotas, la banda ancha sencillamente no llega.

Estar presente en puntos del territorio donde los operadores de telefonía tradicionales no quieren implantarse porque no les beneficia económicamente es una de las principales características distintivas de guifi.net, que en 2015 recibió de manos de la Comisión Europea el premio Europeo de Banda Ancha en la categoría de Modelo innovador, financiación, negocio e inversión. Pero esta red, que permite la conexión a internet mediante WiFi o la fibra óptica, también llega a entornos urbanos como por ejemplo Barcelona. «Para gente que vive en zonas remotas puede ser la única opción, pero para habitantes de zonas más pobladas guifi.net es una opción más de conexión a la red, que tiene las ventajas de ser un proyecto libre, abierto y neutral», explica el profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Carles Garrigues.

Considerada una de las redes comunitarias con radioenlaces WiFi y fibra óptica más extensas del mundo, crece a pasos agigantados. Según los últimos datos de guifi.net, a mediados de junio había más de 33.000 nodos activos (viviendas conectadas) y la cifra no cesa de crecer. En la última semana se habían creado más de un centenar.


Una fórmula de economía colaborativa

Otra de las características diferenciales de esta red de telecomunicaciones es que son los propios ciudadanos los que van extendiéndola y los que permiten su crecimiento en el territorio, fórmula de economía colaborativa en la que diferentes personas –tanto físicas como jurídicas– participan en la gestión y la operatividad de la red. En los orígenes de guifi.net fueron un grupo de vecinos voluntarios los que desplegaron una red propia mediante radioenlaces hechos con direccionadores (routers) WiFi para interconectar diferentes puntos geográficos (llamados nodos), como viviendas, oficinas, granjas, edificios públicos.

Garrigues explica que funciona por medio de la interconexión de los diferentes nodos que los propios ciudadanos o instituciones, como por ejemplo ayuntamientos o bibliotecas, quieren incorporar a la red. «Estos nodos crean una infraestructura de red pública que está abierta a todos los que quieran participar», explica.

Añade que las herramientas necesarias más importantes son un direccionador WiFi y una antena WiFi, que se deben instalar en un punto elevado, y después hay que hacer llegar el cableado hasta casa. Cada usuario se paga como mínimo el coste de la antena, el direccionador y la instalación. A esta cifra hay que sumar normalmente una cuota, a pesar de que no todos los usuarios tienen que pagarla, según explica Garrigues. Así, por ejemplo, puede ser que un ayuntamiento proporcione de forma gratuita el acceso.

Los expertos avalan la legalidad de esta red, que se forma de manera espontánea a medida que se van incorporando nuevos miembros como nodos. En este sentido, subrayan que para conectarse y construir una red no hace falta ninguna autorización administrativa.

La Fundación guifi.net mantiene convenios de colaboración con diferentes entidades públicas y privadas, como por ejemplo ayuntamientos y universidades, entre las que está la Fundación para la Universitat Oberta de Catalunya, para fomentar y facilitar el desarrollo de esta red comunitaria.

Expertos UOC

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