25/1/16 · Estudios de Derecho y Ciencia Política

Los tenistas son las víctimas

La corrupción ha vuelto a golpear el mundo del deporte. El juego de las apuestas ha ensuciado la hasta ahora impecable práctica del tenis profesional. El resultado es que hay más de una docena de tenistas de élite implicados. Pero ni la sanción ni la detención de estos deportistas es la solución, «porque actuando de este modo no se erradica la práctica fraudulenta», alerta Xavier Pastor, profesor de resolución de conflictos de la UOC.
El fraude proviene de los grandes apostadores, que, además, generan corrupción.<br />Foto: David Hawkins-Weeks/ Flickr (cc)

El fraude proviene de los grandes apostadores, que, además, generan corrupción.
Foto: David Hawkins-Weeks/ Flickr (cc)

Pastor constata que hay que tomar medidas «contra las causas de estas situaciones y sus causantes». De este modo, se evitaría que «los jugadores y los clubes caigan en estas prácticas y participen en ellas, ya que al fin y al cabo son las personas y las organizaciones que detentan estos recursos las que pueden ocasionar este daño al deporte mediante los deportistas que, víctimas, participan en ellas».


Los tenistas son las víctimas

La docena de deportistas de élite implicados «han sido coaccionados, han sufrido chantajes y han recibido presiones violentas contra su integridad física. Así, no cuesta tanto entender que tenistas que ganan mucho dinero o clubes con buenos presupuestos acaben participando en estas prácticas fraudulentas», explica el experto.

Por lo tanto, «hay que tener en cuenta que el juego de las apuestas no es la causa directa de estas situaciones. El fraude proviene de los grandes apostadores que pueden generar corrupción», comenta Pastor.


El dinero ensucia el juego limpio

Las apuestas se han convertido en los últimos años en un quebradero de cabeza para las instituciones que velan por el respeto de las normas y las reglas del deporte.

La competición ya no es deportiva, sino económica. El profesor explica que «el objetivo de las "trampas" ya no es de carácter competitivo, para poder mantener una categoría o ganar un título, sino de carácter externo, relacionado con la ganancia de grandes sumas de dinero por parte de unos sujetos privados que utilizan la competición deportiva y los deportistas como medio».

Algunos organismos internacionales, como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el Comité Olímpico Internacional, llevan tiempo mostrando su preocupación por los casos de apuestas irregulares y trabajando en medidas para ayudar a los estados miembros a reaccionar jurídicamente contra estos casos de corrupción, explica Clàudia Solanes, profesora colaboradora de la UOC y experta en deporte y valores.


Los deportistas, ¿un modelo a seguir?

Pastor quiere poner énfasis en la vertiente pública de los deportistas de élite, porque «su profesión, su vida y la imagen pública del deporte causan una fuerte atracción en los niños». Por lo tanto, hay que ir alerta con la falta de ética en el deporte y con las consecuencias que esto puede tener en la población.

En la misma línea, la profesora Solanes dice: «Es imprescindible aclarar todas estas denuncias de irregularidades para rehacer la imagen del deporte, una imagen que debería seguir asociada al juego limpio, la integridad y el esfuerzo físico».


Otros casos de corrupción deportiva, sobre todo en el fútbol

Históricamente, «el fútbol ha sido uno de los deportes objeto de malas prácticas por parte de los jugadores y los clubes», dice Pastor. «El procedimiento habitual es la compra de clubes y jugadores para que algún otro equipo de la competición salga beneficiado, para ganar un campeonato o no perder la categoría.»

Pastor lo ejemplifica con el caso de los «maletines» en el fútbol español (equipos que se dejaban ganar a cambio de dinero), el caso «Calciopoli» (fraude arbitral en el fútbol italiano de los años 2005 y 2006 para beneficiar a grandes equipos, como la Juventus FC, el AC Milan o la Fiorentina) y el escándalo del 2012 en Italia conocido como «Calcioscommesse» (varios jugadores y directores técnicos de los principales equipos italianos tenían vínculos con organizaciones internacionales con el objetivo de «amañar partidos de fútbol», facilitando la ganancia a unos determinados apostadores).


Sanciones erróneas

En todas estas situaciones, los jugadores y los directores técnicos fueron detenidos, juzgados y sancionados. «En el caso de los "maletines", los clubes fueron sancionados con dinero y la pérdida de la categoría. En el de las apuestas, hubo sanciones incluso de por vida a jugadores y técnicos, alejándolos de la práctica del deporte para siempre. Por el contrario, las redes que mueven estas prácticas quedan sin castigo», alerta Pastor.

Expertos UOC

Contacto de prensa

También te puede interesar

Más leídos