22/11/17 · Investigación

Las aplicaciones de reconocimiento facial mejorarán el aprendizaje en línea y la atención a los enfermos

Este sector tecnológico ha crecido un 5% en Europa el último año
Foto: <a href="https://pixabay.com/en/header-banner-head-display-dummy-915122/" target="_blank">Pixabay/Geralt</a>

La visión por computador es una rama de la inteligencia artificial que tiene por objetivo dotar a un ordenador de una habilidad para entender una imagen, es decir, enseña «a ver» a las computadoras a través de las cámaras que están conectadas a ellas. Estas aplicaciones de reconocimiento automático de las emociones son esperanzadoras en varios ámbitos. Se trata de un sector que está en pleno auge y que en Europa ha crecido un 5 % en el último año. Investigadores de la UOC trabajan en diferentes proyectos que buscan mejorar procesos de aprendizaje en línea y que tienen aplicación en el ámbito de la salud, como, por ejemplo, en el autismo. 

La investigadora de la UOC Àgata Lapedriza ganó la edición de este año del UOC Research Showcase con un proyecto sobre el reconocimiento automático de emociones a partir de imágenes de personas. Lapedriza, del grupo de investigación SUNAI del IN3-UOC, es especialista en el campo del reconocimiento de escenas y, concretamente, de emociones: «lo que hacemos es crear la inteligencia artificial asociada al proceso de entender lo que se ve. Dentro de este ámbito, yo me dedico a crear sistemas de visión artificial que puedan entender cómo se siente la gente, cómo se comporta y por qué».
 
Actualmente trabaja en un proyecto de modelado del contexto, es decir, todo lo que rodea a una persona. «La percepción emocional está fuertemente influida por el contexto. Por ejemplo, no es lo mismo una persona que llora en una boda que una persona que llora en un funeral. Actualmente una máquina no podría entender la diferencia. El proyecto en el que trabajo trata de modelar el contexto en el que se encuentra la gente para entender cómo lo que los rodea o el espacio donde se encuentran afecta a sus emociones», argumenta la investigadora.
 
En el campo de la salud, el investigador principal del grupo SUNAI, David Masip, trabaja en la fase inicial de un proyecto también de reconocimiento de la expresión facial pensado en la terapia con autistas. «Es un proyecto de aprendizaje profundo en el que buscamos analizar todos los componentes de la expresión facial del autismo y determinar cómo podemos ayudar en la diagnosis o el acompañamiento terapéutico de los afectados».
 
«Es un proyecto a un año vista y que hacemos en colaboración con las hermanas hospitalarias de Caldes de Malavella, que trabajan con jóvenes con autismo y discapacidad intelectual. Intentaremos monitorear a los pacientes que sabemos que no expresan ni reconocen emociones. Se trata de desarrollar algoritmos de reconocimiento facial y construir prototipos de emociones para definir una base de datos teórica que nos ayude a reconocer patrones», detalla el investigador.
 
Otra aplicación relevante del reconocimiento de las emociones es en el aprendizaje en línea. Lapedriza apunta que puede ser una herramienta muy útil para ajustarse a necesidades concretas de los alumnos: «en entornos de enseñanza a distancia, en los que el estudiante está solo ante el ordenador, es muy útil que el ordenador pueda detectar cuándo el estudiante está frustrado, entender por qué y ofrecer una ayuda personalizada de forma empática».

Expertos UOC

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