8/11/13

«Las técnicas de estimulación cerebral no invasiva mejoran el tratamiento de enfermedades neurológicas y psiquiátricas»

La depresión es una de las principales causes de incapacidad del mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una de cada cinco personas sufrirá una enfermedad neurológica durante su vida. ¿Podemos luchar de alguna forma contra la alta prevalencia de estas patologías? El profesor de neurología y decano adjunto de investigación clínica y translacional de la Facultad de Medicina de Harvard, Álvaro Pascual-Leone, ha explicado en una concurrida conferencia en el IN3 de la Universitat Oberta de Catalunya qué herramientas tenemos para promover la salud del cerebro, condición, por otra parte, indispensable para disfrutar de un buen estado de salud general.

Por Teresa Bau


Pascual-Leone, de origen valenciano a pesar de que hace décadas que trabaja en Estados Unidos, es experto en técnicas de estimulación cerebral no invasiva y uno de los pioneros en su estudio y utilización. Estas técnicas, combinadas con terapia cognitiva, dan buenos resultados en el tratamiento de enfermedades neuropsiquiátricas como la depresión y en la recuperación de pacientes que han sufrido lesiones cerebrales. También se ha comprobado que son útiles para mejorar el aprendizaje en pacientes sanos.

«En Estados Unidos estas técnicas las cubren las compañías aseguradoras como tratamiento en casos de depresión. En España no es así, a pesar de que la sanidad pública incluye la terapia por electroshock, que es más cara y menos eficiente que la estimulación magnética transcraneal (TMS, del inglés transcranial magnetic stimulation), que se ha demostrado eficaz en el tratamiento de la depresión». Esta técnica neurofisiológica permite la inducción, de manera segura y no invasiva, de una corriente en el cerebro que modula la actividad de las neuronas. La base de la estimulación magnética es la inducción electromagnética, descubierta por Michael Faraday el 1831.

Los experimentos que ha hecho Pascual-Leone han demostrado que esta técnica consigue una mejora significativa del habla en pacientes que sufren afasia (una afectación del lenguaje debida a una lesión cerebral), de la capacidad de recuperar movilidad en pacientes que han tenido un infarto y una mejora sintomática de otros pacientes afectados de enfermedades neurológicas.


Devolver la plasticidad al cerebro

Estas técnicas son no solamente terapéuticas sino también diagnósticas, y permiten observar el grado de plasticidad de una determinada zona del cerebro. Por ejemplo, antes de que empiecen los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, se ha visto que el cerebro sufre una gran pérdida de plasticidad. La plasticidad, explica el neurólogo, es la capacidad que ha dado la naturaleza al cerebro para adaptarse a los cambios, dado que la evolución de los genes es demasiado lenta para adaptarse a la rapidez con que cambia el mundo.

Pascual-Leone se plantea si, «aumentando la plasticidad del cerebro, mediante técnicas como la TMS –combinada con el entrenamiento cognitivo–, podremos disminuir los síntomas de la enfermedad». Son preguntas que trabaja para resolver desde la Universidad de Harvard y el Centro Berenson-Allen de Estimulación Cerebral no Invasiva (Centro Médico Beth Israel Deaconess, Estados Unidos), del que es director. Actualmente obtiene buenos resultados, con una disminución de los síntomas de esta enfermedad, aunque la mejora del paciente tiene una duración limitada.


Prevención, el mejor abordaje para los retos neurológicos

Para Pascual-Leone, la mejor herramienta para luchar contra las enfermedades neuropsiquiátricas es la prevención y la promoción de un cerebro sano, aunque reconoce que es inevitable que la plasticidad del cerebro disminuya con el envejecimiento de la persona.

Hay una serie de factores externos que afectan a la plasticidad del cerebro y sobre los que podemos incidir, como la dieta, el ejercicio físico o el estrés. También podemos plantear retos a nuestro cerebro, haciéndole realizar actividades que no le sean familiares. Per ejemplo, explica Pascual-Leone, «en una persona de tipo intelectual como yo, acostumbrada a leer, los crucigramas no le harán aumentar la plasticidad del cerebro, pero sí lo haría una actividad que no hace nunca, como poner-se a bailar». Ciertas actividades, como la meditación o el tai-chi, se han demostrado eficaces para mejorar la plasticidad del cerebro en persones de edad avanzada.


Neurociencia y tecnologías de la información

El programa de investigación de Neurociencia cognitiva y tecnologías de la información (CNIT) del IN3 de la UOC, coorganizador de la conferencia, tiene dos líneas de investigación en el campo de las técnicas de estimulación cerebral no invasiva: el estudio de las funciones cognitivas por medio de la estimulación magnética transcraneal (TMS) y la mejora, estimulación y rehabilitación de las mismas.

Dirigido por Elena Muñoz y Diego Redolar, el CNIT actualmente lleva a cabo un proyecto de investigación sobre los efectos de la estimulación magnética transcraneal en la memoria y el aprendizaje en adultos jóvenes.

En la organización también han colaborado el programa de investigación Comunicación móvil, economía y sociedad (CMES), IN3-UOC; el Grupo de Investigación sobre Tecnología y Acción Social (ATIC), UOC, y la Cátedra UNESCO de Enseñanza y Tecnología para el Cambio Social, UOC.

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