7/1/15

¿Se puede hacer frente a los suspensos?

Por Àngels Doñate


En nuestra sociedad, «las calificaciones escolares son la principal información para valorar el rendimiento escolar de los alumnos, que se mide comparando los conocimientos y las competencias que tendrían que tener en un determinado nivel educativo con la información que los maestros y profesores obtienen de los conocimientos y competencias que realmente demuestran tener. Si la calificación es insuficiente, significa que necesita mejorar los resultados académicos pero también el proceso que ha seguido para obtenerlos».


Factores que influyen en el rendimiento escolar

Este es un tema muy investigado. «A grandes rasgos, se puede afirmar que es un fenómeno complejo y multifactorial. Se ha llegado a identificar factores relacionados con las clases sociales, las comunidades culturales, el tipo de familia o el tipo de escuela, o con aspectos del profesorado como el estilo de enseñanza o con la actividad de aprendizaje». Para este profesor, «no se puede caer en la simplificación de afirmar que "mi hijo o hija ha suspendido porque no ha estudiado bastante", "no está motivado" o "no le gusta estudiar"». Resulta claramente exagerado afirmar que la culpa la tiene solo el niño, los padres o la escuela de forma aislada.

«Si tuviera que resumir los factores que más pueden influir en el rendimiento escolar y que pueden ser tratados por una intervención psicoeducativa diría que son:
 

  • Los conocimientos previos de los contenidos curriculares. A menudo, a un alumno le cuesta aprender un contenido de un determinado nivel porque desconoce los contenidos que fundamentan estos nuevos aprendizajes.
  • Las competencias que posee como aprendiz, sobre todo las más relacionadas con el uso estratégico de los procedimientos de aprendizaje y con las habilidades ligadas a las matemáticas y el uso de la lengua.
  • El tipo de actividad de aprendizaje dentro del aula.
  • La forma en que elabora los deberes fuera de la escuela, excelente indicador de su interés en la actividad de aprendizaje y el grado de autonomía en la resolución de las actividades.

Este análisis lo puede hacer el tutor con los padres y, «si se quiere un análisis más sistémico y completo, se puede acudir a un especialista en estrategias de aprendizaje». Badia insiste que «casi todas las situaciones se pueden reorientar si se interviene adecuadamente y con suficiente tiempo».


¿Cómo se debe reaccionar ante un suspenso?

Para este experto, es importante recordar que los suspensos de un alumno no son solo responsabilidad suya, ni son queridos ni intencionales. La clave es dialogar, y dialogar significa escuchar más que hablar, e incluso estar dispuesto a escuchar afirmaciones que no nos gustarán».

«Hay que abordar la resolución del problema con serenidad y calma, de una manera sistemática y global, para conseguir entender qué factores inciden en cada caso en particular», explica.


¿Cómo no se debe reaccionar?

«No sirve de nada enfadarse ni regañar a gritos. Hay que evitar dar ultimátums o condicionar la obtención de algo a aprobados futuros. También es un mal remedio hacer un sermón, un monólogo o acabar con una amenaza. Tampoco es adecuado sentirse dolido, o exigir más rendimiento y acabar el monólogo con un "y no se hable más"», comenta este experto.

Lo que es evidente es que hay que reaccionar: «en la sociedad actual, obtener sobresalientes no es garantía de futuro éxito profesional, pero sacar suspensos sí es, en la mayoría de casos, un indicador de graves problemas futuros en el desarrollo profesional».


El experto

Antoni Badia, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

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