26/4/19 · Estudios de Ciencias de la Información y Comunicación

«En estas elecciones la gran batalla se desplaza a las plataformas de conversación privadas, como WhatsApp y Telegram»

Foto: UOC

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Sílvia Martínez ,

 

Entrevista a Sílvia Martínez, directora del máster de Social Media: Gestión y Estrategia de la UOC y profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación.

 

 

Entrevista a Sílvia Martínez, directora del máster de Social Media: Gestión y Estrategia de la UOC y profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación.

 

¿Porqué son tan importantes los medios sociales durante las campañas electorales?

Procesos electorales previos vividos tanto en España como en otros paises han demostrado la utilidad que los social media pueden tener para la distribución y difusión de mensajes propagandísticos. Por un lado, el volumen de usuarios, como ocurre en plataformas como Facebook, permite impactar en un número importante de potenciales electores. Por otro, abren nuevas vías de experimentación y permiten establecer una relación diferente, alternativa, con los votantes. Ello lleva a que se diversifiquen estrategias y se exploren las potencialidades propias de cada uno de estos entornos.

Además, los social media se favorecen de la viralidad del mensaje que se consigue especialmente gracias al componente emocional que moviliza a los usuarios y los lleva a reacciones viscerales. La emoción también resulta clave para la propaganda política que busca atraer votos a una formación o restar a la formación contraria. En este contexto, el miedo es una emoción muy básica que produce una rápida reacción el elector.

Muchos partidos políticos, como Ciudadanos, Partido Popular, Podemos, PSOE, ERC, Junts per Catalunya o VOX, ya han apostado por ofrecer un número de WhatsApp o Telegram desde el que informar a sus potenciales electores y, si se quiere, difundir informaciones. ¿Porqué las formaciones políticas apuestan por este tipo de aplicaciones de mensajería?

En estas elecciones la gran batalla se desplaza a las plataformas de conversación privadas, como WhatsApp y Telegram, que es desde donde se van a difundir las noticias que buscan una viralización más agresiva. La inmediatez y la posibilidad de establecer un discurso más directo en un entorno de comunicación privado como el que ofrecen estos servicios de mensajería los convierten en una opción muy atractiva para los partidos. El ciudadano puede no sólo recibir los mensajes sino también convertirse en aliado de la estrategia comunicativa al reenviar los contenidos y de esta forma ampliar el alcance del mensaje pero también incorporarlo en otros círculos y redes de contacto.

El ciudadano no se convierte solo en un elemento de recepción, sino también en una herramienta de propaganda. La posibilidad de contar con el usuario como aliado en campaña electoral, al hacerse eco de los mensajes que difunde el partido, resulta una pieza esencial para ampliar el alcance del mensaje e impactar sobre votantes potenciales.

Según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 40 % de los votantes está aún indeciso. ¿Qué repercusión puede tener el uso de WhatsApp en el resultado electoral?

Su uso, junto con el uso de otros canales o acciones de la estrategia comunicativa que desarrollen los partidos, puede tener una importante incidencia especialmente en un entorno con un elevado número de indecisos. Los mensajes pueden así no sólo buscar atraer el voto sino también restar apoyos en las formaciones rivales con las que directamente se compite. Whastaspp cuenta además con un volumen de usuarios activo muy elevado al tiempo que puede aprovechar la proximidad que genera la comunicación privada de este servicio de mensajería instantánea.

¿Pueden introducirse noticias falsas por WhatsApp?

Hablamos de un espació de comunicación privada en el que se aplica el cifrado extremo a extremo. Por tanto, hacer detectar y hacer seguimiento a  la difusión de noticias falsas puede resultar especialmente complicado. Algo que resulta atractivo para los que persiguen distribuir noticias falsas y desinformar. A ello se suma la propia credibilidad que se puede otorgar a la persona que nos hace llegar ese contenido que, en este contexto, se trata normalmente de un familiar, amigo o conocido.

¿Cuál es la estrategia para dar apariencia de veracidad a los mensajes?

Partiendo ya no sólo de la confianza que se otorga a la persona que nos comparte el mensaje, el hecho de apelar al componente emocional anima a una reacción visceral sin que de forma racional se analice el mensaje que nos ha llegado. Por otro lado, si el mensaje se trabaja cuidadosamente también se puede hacer que parezca creíble o verosímil gracias al uso de datos o imágenes y adaptándolo a las propias singularidades del canal.

¿Crees que los partidos pueden tener interés en difundir informaciones falsas?

Los partidos pueden verse favorecidos pero también perjudicados, según el caso, por las fake news. No obstante, tras ellas se pueden encontrar intereses muy variados incluso de sujetos o entidades extranjeras que se vean beneficiadas por los resultados de las elecciones. Por consiguiente, el origen de la desinformación puede ser muy variado y pueden emplear diferentes estrategias para favorecer su distribución y dificultar la detección del interés oculto tras ella: el uso de automatismos, gestionar perfiles falsos o emplear recursos tecnológicos que incluso permiten crear números de teléfono temporales y falsos.

¿De qué modo la Junta Electoral controlará durante la jornada de reflexión el uso que los partidos hagan de WhatsApp?

En este entorno conviven tanto los mensajes oficiales que los partidos pueden enviar a través de sus listas de difusión como otros distribuidos por simpatizantes a su red de contactos y grupos de conocidos. Así, si la privacidad que ofrece el propio entorno dificulta el control del intercambio de mensajes, también hay que tener en cuenta el propio ejercicio de libertad de expresión por parte de los ciudadanos. Por consiguiente nos encontramos con una realidad compleja con comunicaciones más o menos accesibles en las que el propio ciudadano puede alertar de aquellos mensajes propagandísticos no permitidos por la normativa.

¿Cómo se puede combatir la propagación de noticias falsas por WhatsApp?

Existen diferentes soluciones que buscan combatir las fake news: desde el uso de recursos tecnológicos, la implicación de las propias plataformas o instituciones, la acción de verificadores (algunos especializados en la detección de noticias falsas en periodos electorales) pero también opciones éticas que pasan por concienciar a la propia sociedad. La privacidad y, por consiguiente, limitación de acceso a las comunicaciones que se desarrollan en Whastapp hace más compleja la incorporación de algunas de estas soluciones que consigan detectar de forma temprana pero también desmentir la desinformación. Un ejercicio de alfabetización que permita desarrollar a los usuarios habilidades para identificar esas noticias falsas y hacerles comprender su responsabilidad en la propagación de las fake news puede resultar una alternativa válida que permita frenar su difusión.

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