Juan Pedro Cerro: "Mi doctorado se ha convertido en el punto de partida para realizar nuevos proyectos"

Entrevista a Juan Pedro Cerro
10/01/2022
Juan Vilá
Ha ganado el premio a la mejor tesis doctoral interdisciplinariade la UOC en 2021. En su investigación mezcla pedagogía y tecnología, e incluso ha desarrollado su propia aplicación informática.

Estudió Ingeniería Técnica en Informática de Gestión, pero se decantó por la enseñanza. Seguimiento y evaluación de actividades colaborativas en línea a través de las analíticas del aprendizaje es el título de la tesis con la que Juan Pedro Cerro ha ganado el 2021 Award for Best Interdisciplinary Thesis de la UOC.

Según cuenta en la justificación de su tesis, conoce por propia experiencia el tema que ha investigado.

Acumulo más de veinte años de experiencia como docente en formación presencial y doce en línea, aunque mis estudios iniciales fueron de carácter técnico. Una de mis inquietudes siempre ha sido facilitar el aprendizaje de los estudiantes y mejorar las condiciones en las que los docentes enseñamos, sobre todo cuando el aprendizaje no es solo presencial, sino que también utiliza medios digitales o en línea.

Antes del doctorado realizó dos másteres.

Esa fue la semilla de mi tesis. De hecho, el máster universitario de Educación y TIC (E-learning) lo culminé con una investigación relacionada con la utilización de tecnología educativa en las aulas virtuales. Posteriormente realicé el máster universitario de Software Libre, que concluí con una investigación centrada en el uso de aplicaciones que facilitan el seguimiento de actividades de aprendizaje por parte de los docentes.

¿Por qué se centró en las actividades colaborativas?

Cuando, como docente, realizas el seguimiento y la evaluación de actividades de carácter colaborativo en línea, surgen algunas dificultades, porque los estudiantes asumen distintos roles dentro del equipo de trabajo y no resulta sencillo saber qué está haciendo cada uno. Pero las analíticas del aprendizaje ofrecen una solución a este problema.

¿Qué son las analíticas de aprendizaje?

Son una disciplina derivada de los macrodatos y consisten en un conjunto de técnicas e instrumentos que nos ayudan a recoger información que los estudiantes diseminan en los entornos virtuales cuando interactúan entre sí, con la plataforma o con los materiales didácticos. Al analizar esos datos, podemos intervenir en el proceso de enseñanza y potenciar el aprendizaje.

¿Por qué a veces son cuestionadas?

Algunos científicos critican que los docentes nos transformemos en meros consumidores de datos. Uno de los objetivos de mi investigación era desmentir estas críticas y demostrar que las analíticas del aprendizaje realizan una contribución favorable a la hora de hacer un seguimiento y evaluación de las actividades de aprendizaje.

Parte de su tesis consistió en crear una herramienta para el seguimiento y la evaluación de las discusiones en línea.

Uno de los productos de mi investigación es una herramienta de análisis del aprendizaje, una aplicación informática que denominé DIANA –acrónimo de DIalogue ANAlysis–. Analiza la interacción comunicativa en los espacios de mensajería de la UOC, accede a todos los mensajes que los estudiantes se han intercambiado y calcula una serie de indicadores y métricas que son reportadas al docente.

¿Surgió algún problema con la privacidad?

Uno de los aspectos críticos de la investigación fue asegurarnos de que cumplía con la Ley General de Protección de Datos. Fuimos muy cuidadosos para que el manejo de los datos y el análisis lo realizara cada docente dentro de su contexto educativo. De esa forma, la información de los estudiantes no trascendió y se preservó su integridad.

¿Cuáles son las principales conclusiones de su tesis?

Mi tesis hace dos grandes aportaciones. La primera es la tecnológica –la aplicación DIANA– y la segunda es la pedagógica, que incluye tres ejes. El primero es la constatación de una reducción de la tasa de abandono por parte de los estudiantes de casi un 6 % cuando se emplean las analíticas del aprendizaje. El segundo consiste en una mejora en el rendimiento académico de los estudiantes, ya que constatamos un aumento medio de las calificaciones del aula de casi un punto y una reducción de la dispersión de dichas calificaciones. Es decir, homogeneizamos el rendimiento de los estudiantes gracias a la información extraordinaria que proporciona la herramienta analítica. El tercer eje es el elevado grado de satisfacción que mostraron los estudiantes, casi del 90 %, por la retroalimentación personalizada que el docente les hacía llegar.

¿Cómo describiría el proceso de elaboración de su tesis?

En una tesis doctoral siempre hay subidas y bajadas, es un poco como una montaña rusa, y a veces cuesta ver la luz. Parece tópico decirlo, pero para mí la tesis ha sido un reto, tanto personal como profesional. Hacer un doctorado requiere una predisposición por tu parte para dedicarle muchas horas a la investigación con la incertidumbre de si el camino que has escogido te va a permitir obtener resultados a corto plazo o no. Y hay que tener la mente abierta y actuar con rigor científico cuando te encuentras resultados que no esperabas o no has sabido predecir.

¿Qué le costó más?

La parte más difícil para mí fue la inicial, la de planificación, decidir cómo iba a organizar el trabajo de campo me llevó un año.

¿Qué le dio mayor satisfacción?

Las conclusiones, porque nos permitió incluso publicar un artículo en una revista de impacto internacional.

¿Cuánto duró todo el proceso?

Fueron cinco años a tiempo parcial. Compaginé la investigación con mi actividad principal.

¿Qué destacaría de la UOC?

Los científicos trabajan muchas veces en laboratorios aislados. A mí, en cambio, esta investigación me ha permitido conocer a otras personas apasionadas también por la enseñanza. Destaco de forma muy especial al grupo de investigación Edul@b porque me ayudaron en todo momento al desarrollo de los pilotos experimentales.

¿Tuvo algún impacto la pandemia en su investigación y en el proceso de elaboración de la tesis?

En el desarrollo de la investigación no tuvo un impacto significativo, porque los procesos de gestión académica los estaba realizando en una universidad totalmente en línea. Pero desde el punto de vista de la percepción docente sí aumentó mucho el interés por mi investigación, ya que la pandemia cambió el paradigma de una educación mayoritariamente presencial a otra en línea.

¿Qué le ha aportado la tesis?

El interés que mis directoras de tesis, Montse Guitert y Teresa Romeu, mostraron por la herramienta que diseñé, lo que les llevó a proponer un proyecto de I+D al Ministerio de Ciencia e Innovación. Eso va a dar continuidad a mi trabajo y ampliará la investigación a otros contextos y otras universidades. Durante dos años y medio trabajaré como técnico de investigación, que era una de mis motivaciones principales al hacer la tesis. Así que el doctorado, lejos de ser un punto y final, se ha convertido en el punto de partida para realizar nuevos proyectos.

¿Qué ha significado para usted el premio a la mejor tesis?

Una gran satisfacción. Te da un empuje y una motivación extraordinaria para seguir dedicando muchas horas a la investigación y para seguir vinculado con la comunidad educativa y los grupos de investigación más innovadores, que son la esencia de cualquier avance que pueda producirse en la sociedad.

¿Qué consejo daría a alguien que esté empezando una tesis?

Sobre todo, mucha paciencia, y más aún si se producen resultados negativos. Hay que ser constante, porque el esfuerzo y el trabajo siempre reciben su recompensa.