«Poner en práctica los 17 ODS abrirá una oportunidad de negocio de 12 billones de dólares»

 

Isabel Garro, asesora del Alto Comisionado para la Agenda 2030, cree que la empresa desempeña un papel fundamental en la consecución de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y que incorporar modelos productivos respetuosos con el planeta supone, además, una oportunidad de negocio. Garro participó en la jornada organizada por la UOC y Unesco Etxea en Bilbao «Incorporar la Agenda 2030 en la estrategia de tu empresa. Claves para el desarrollo sostenible».

 

 

Isabel Garro, asesora del Alto Comisionado para la Agenda 2030, cree que la empresa desempeña un papel fundamental en la consecución de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y que incorporar modelos productivos respetuosos con el planeta supone, además, una oportunidad de negocio. Garro participó en la jornada organizada por la UOC y Unesco Etxea en Bilbao «Incorporar la Agenda 2030 en la estrategia de tu empresa. Claves para el desarrollo sostenible».

 

Los 17 ODS representan un verdadero contrato social global y la empresa desempeña un papel fundamental. Estamos ante una agenda global multinivel, multiactor y con un claro carácter transformador, que compromete a todos los actores sociales, incluido el sector empresarial. El reto de la Agenda 2030 es tan necesario como complejo y requiere la implicación de todos. La Agenda 2030 llama a las empresas a convertirse en agentes transformadores y a añadir factores medioambientales y sociales a sus modelos productivos, además de los factores económicos.

Las empresas tienen en su mano contribuir a la construcción de sociedades más prósperas, más justas y más equitativas por medio de sus productos y servicios, para aportar una mejora de la calidad de vida no solamente de sus clientes, sino también de sus trabajadores y proveedores. La Agenda 2030 se convierte en una guía para conseguir sociedades mejores, y pone en el centro a las empresas en casi todos los ODS, como, por ejemplo, en el ODS 8 sobre el trabajo decente, el 9 sobre la innovación o el 12 sobre los procesos de consumo y producción responsables.

El sector empresarial ha de sumarse a los demás actores —administraciones públicas, gobiernos, universidades y sociedad civil— para promover las grandes alianzas que son necesarias a la hora de afrontar los problemas globales de hoy y del mañana, mediante soluciones conjuntas. La transformación social y transversal que requieren los 17 ODS implica una gestión de riesgo y una inversión nunca antes vista para transitar hacia un modelo productivo más sostenible y de menores emisiones.

Para las empresas, la Agenda 2030 también representa una oportunidad. Se calcula que poner en práctica los 17 ODS abrirá una oportunidad de negocio de 12 billones de dólares.

Pienso que el sector empresarial ha identificado muy rápidamente las oportunidades que ofrece la Agenda 2030 de crecimiento, de innovación y de generación de empleo, entre otros aspectos. Muchas empresas ya han descontado la necesidad de plantear un nuevo modelo de desarrollo económico que pase por modelos productivos respetuosos con el planeta y con las personas. Un ejemplo claro son todos los aspectos relacionados con la transición ecológica y el cambio climático, en los que las empresas ya trabajan para articular las oportunidades que empiezan a entreverse.

De esta forma, están rompiéndose muchos de los mitos que existían en relación con el cambio climático y aspectos como la diversidad o la igualdad de oportunidades. Campos que antes se veían con recelo, ahora se ven como una oportunidad de negocio para poder seguir creciendo económicamente, al tiempo que se reducen las emisiones de CO₂. Europa ya está haciéndolo.

Que una empresa se anticipe a incorporar elementos de la Agenda 2030 en sus procesos productivos supone una gestión activa de riesgos, lo que anticipa una resiliencia de la cuenta de resultados y, en algunos casos, una oportunidad de dar el primer paso (first mover) en nuevos nichos de mercado que se generan en torno al desarrollo inclusivo y sostenible.

La Agenda 2030 nos lleva a un escenario mejor, con una narrativa positiva en la que, aunando fuerzas, podemos conseguir un futuro común y próspero. Por eso mismo entendemos que las empresas seguirán acogiendo la Agenda 2030 y, cada vez más, la incorporarán al núcleo de sus estrategias de negocio.

La clave de la incorporación de la Agenda 2030 a las empresas pienso que está ligada a varios factores. Por un lado, que los ODS de la Agenda 2030 pasen a ser condición indispensable no solo para las grandes empresas, sino también para las pequeñas y medianas que forman las cadenas de suministro de las grandes. En segundo lugar, es necesario que la Agenda 2030 movilice la inversión que hace falta para generar un verdadero movimiento transformador y mejorar la competitividad de las empresas que apuesten por un modelo de desarrollo sostenible en el mundo. Por último, es necesario que todo esto llegue acompañado de las políticas públicas necesarias que incentiven y apoyen todo este movimiento.

Los retos ―y aquí no hablamos de décadas, sino de un futuro inmediato―, como el calentamiento global, también son los movimientos migratorios, la desigualdad social y económica, la falta de oportunidades, etc., que constituyen una amenaza para el futuro de las empresas a medio plazo. Estas han de saber que el momento para solucionar estos problemas es ahora y que difícilmente tendremos otra oportunidad mejor para preservar unas sociedades prósperas e inclusivas para todos.