1/9/06

"Me interesan las posibilidades que la formación virtual ofrece a los países en vías de desarrollo"

Ahmed El Moussaoui

Ahmed El Moussaoui es vicerrector de la Universidad Abdelmalek Essaâdi (UAE) de Marruecos desde 1994. Su sensibilidad por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) le viene de lejos. Antes de ocupar su cargo actual ejerció como profesor de electrónica de microondas y trabajó en la modelización de circuitos, en concreto, de lenguajes.
Ahmed El Moussaoui es vicerrector de la Universidad Abdelmalek Essaâdi (UAE) de Marruecos desde 1994. Su sensibilidad por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) le viene de lejos. Antes de ocupar su cargo actual ejerció como profesor de electrónica de microondas y trabajó en la modelización de circuitos, en concreto, de lenguajes.
Parece que estuviera predestinado a entender de algo que para muchos marroquíes aún sigue siendo un misterio: las TIC. No obstante, está convencido de que existe la voluntad política para extenderlas en su país. "Como vicerrector he hecho un gran esfuerzo para que se apliquen, aunque haya sido en detrimento de mi tiempo libre", confiesa. Prueba de ello es el proyecto de alfabetización digital que se está llevando a cabo en la UAE con la ayuda del Campus por la Paz y la Solidaridad de la UOC y que busca transmitir los conocimientos y herramientas de las TIC, así como la formación virtual a distintos ámbitos como las universidades, la sociedad civil, las escuelas y la población general.
Usted es ingeniero electrónico y, por lo tanto, debe estar familiarizado con las nuevas TIC, pero ¿qué grado de conocimiento diría que hay en Marruecos a este respecto?
Efectivamente, estoy familiarizado con las TIC debido a mi trayectoria académica, pero, además, he realizado parte de mis estudios en Europa y, por lo tanto, tengo una visión amplia de distintas culturas y de las TIC. Como responsable universitario, mi objetivo ha sido conocer la formación a distancia, su interés, los horizontes y soluciones que ofrecen para los países en vías de desarrollo y cómo adaptar las nuevas tecnologías desde el punto de vista de la lengua, la cultura y el contexto local y nacional.
¿Qué está haciendo Marruecos en este sentido?
Actualmente en Marruecos se respira una apertura hacia todo lo que son las TIC. Pienso que es debido a nuestra proximidad con Europa y gracias a la concienciación de las personas que toman las decisiones en el país, puesto que son conscientes de la importancia de las TIC. Ahora todo esto se quiere articular a escala nacional. Uno de los proyectos que se están elaborando a corto plazo, con el respaldo del Ministerio de Enseñanza Superior, es la puesta en marcha de infraestructuras y de formación -para lo que se requieren recursos humanos- y de contenidos para aportar las soluciones necesarias a nuestro número de estudiantes.
Por tanto, en Marruecos existe la voluntad política de apostar por esta línea?
Sí, la voluntad política es clara: parte de los presupuestos se dedican a crear la infraestructura fundamental y a buscar los recursos humanos que necesitamos, es decir, informáticos, lo que cuesta dinero. Habitualmente, los que encontramos exigen un salario elevado y prefieren el sector privado. Por esta razón se está impartiendo formación a los profesores de las universidades, que estamos seguros de que se quedarán en el ámbito público. Éste es el sentido que tiene el proyecto en común con la UOC y con otras universidades europeas y españolas.
¿A qué proyecto se refiere?
Por ejemplo, en Marruecos el Ministerio quiere hacer un campus virtual marroquí, que no se ha querido adjudicar a una sola universidad porque las otras se sentirían discriminadas. Así, este proyecto se ha concebido como una cooperación entre todas las universidades públicas (tenemos catorce) para poner a punto una biblioteca y hacer formación de expertos de forma compartida. Creemos en la cooperación. Otros proyectos son los pertenecientes a los programas Tempus de la Unión Europea, en cuyo marco damos prioridad a trabajar con las universidades españolas y europeas, debido a su proximidad.
Entonces, ¿no se imagina en su país una universidad como la UOC, que realice toda su formación en línea?
No, antes de lanzar este proyecto del campus virtual marroquí, los responsables del Ministerio estudiaron diferentes proyectos para crear una universidad virtual, pero los estudios demostraron que hubiera habido reticencias por parte de otras universidades que también querían participar. Una vez al año, en Marruecos, se celebra una reunión general en la que participan todas las universidades que pertenecen al campus virtual y en la que éstas vuelcan toda su producción.
¿Cuándo comenzó este proyecto de campus virtual marroquí?
Comenzó en el año 2003, con una reunión en Agadir. Desde entonces, hemos ido formando a expertos en estos dos últimos años y estamos prácticamente al final de este plan de formación. Algunas universidades han comenzado a realizar cursos virtuales, que aún no estamos explotando. Los estamos desarrollando. Estos cursos están en fase de prueba y podrían ser de cualquier materia. Los profesores pueden contar con la ayuda de expertos del centro de recursos universitarios y, si no es suficiente, pueden pedir ayuda al campus marroquí virtual.
En referencia al proyecto de alfabetización digital compartido con la UOC, ¿cuáles cree que han sido las ventajas de contar con el respaldo de esta universidad?
La principal ventaja, frente a otras universidades, ha sido la sensibilización. Con el proyecto de la UOC ya hemos formado a más de cincuenta profesores que respondieron a la encuesta que enviamos a un total de seiscientos sesenta. Al final, se apuntaron setenta y cuatro. Ha sido un éxito, porque estos cursos eran para formadores de formadores, de modo que, a partir de ahora, estos profesores podrán formar a los estudiantes.
Esta estrategia de formación tipo "cascada" ha sido, pues, escogida en su país?
Sí, ha sido querida. Primero hemos buscado expertos de ámbito nacional para que después formen a otros de otras universidades.
Además, los primeros alumnos de estos cursos han sido voluntarios?
Sí, ha sido una oferta voluntaria. Los profesores de ciencias han sido los que más se han inscrito. Los científicos se adaptan bien a las nuevas tecnologías. También había de ciencias humanas, debido a la naturaleza de sus disciplinas. Aún se tiene que hacer mucho trabajo de sensibilización para que entiendan cómo pueden aprovechar la formación a distancia en su campo. Es cuestión de tiempo y de programación. Nuestro objetivo es trabajar para llegar a formar a los profesores de todas las carreras, pero también a los administrativos.
¿Cómo valora la parte del proyecto que su universidad ha llevado a cabo con la UOC?
Este proyecto va directamente al grano, a la alfabetización digital. El nivel de satisfacción de los tutores que han participado es elevado. Es más, hemos logrado que dos profesores marroquíes que han acabado la primera edición del curso ya hayan coordinado un grupo de la segunda edición (han hecho de formadores de formadores). Tengo la suerte de conocer la UOC y su larga trayectoria desde hace tiempo y sabía que el resultado de esta experiencia compartida sería bueno. Los profesores que se han inscrito no sabían bien de qué se trataba. Para esta primera fase no ha supuesto un problema, pero en el futuro se les tendría que intentar ofrecer proyectos temáticos, es decir, relacionados con los temas que les atañen directamente, para motivarlos.
En los cursos, ¿qué herramientas se les han enseñado?
Al personal de gestión, se le han enseñado herramientas como el Dreamweaver y a escribir páginas web, lo que resulta muy útil. En cuanto al profesorado, ha seguido un programa de ocho módulos con materias como el conocimiento de la plataforma donde se desarrollan las tareas en línea, la autorización de los grupos. La mejor forma para que las personas aprendan es implicarlas. Es lo que hemos intentado hacer en este curso, ya que los profesores han tenido que ponerse directamente manos a la obra. Pensamos que es un programa muy orientado. Hay que tener en cuenta que nos dirigimos a gente madura y profesional, los profesores, y que tenemos que atraerlos. Esto es lo que marcará el éxito en el futuro.
Pero, ¿cuál puede ser el impacto real del aprendizaje virtual en Marruecos? ¿De verdad hay tanta demanda?
Muchos de nuestros estudiantes están haciendo cursos a distancia en universidades extranjeras, y los tienen que pagar. Desde el punto de vista de estrategia, el Ministerio quiere volver a responder a la necesidad de la mayoría de los marroquíes. Sólo en la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales de nuestra universidad tenemos diez mil estudiantes. Hay un desequilibrio de la demanda. Por ejemplo, uno de los métodos para evitar construir nuevos edificios para ofrecer respuesta a este volumen de estudiantes es introducir el aprendizaje virtual con la idea de poder ofrecer clases a través de la red en el futuro.
¿Quiere decir que el aprendizaje virtual podría ahorrar costes?
Sí y no. Podremos ahorrar por una parte, porque no tendremos que edificar tanto, pero, por otra, tendremos que invertir. Necesitamos una buena infraestructura, una buena red, hemos de pagar buenas conexiones y también necesitamos buenos contenidos. Acceder a revistas de investigación científica, por ejemplo, es muy caro, aunque existen fórmulas para suscribirse en grupo.
Ahora que cita estas revistas, ¿están las TIC favoreciendo la formación de grupos de investigación que trabajen en red con otros de Europa?
Marruecos es muy importante en este sentido. Está muy valorado. Ocupa el segundo lugar en África, por detrás de Sudáfrica y por delante de Egipto, en publicaciones en las revistas científicas con comités de lectura.
¿Tiene más proyectos de futuro con la UOC u otras universidades?
El proyecto con la UOC ha comenzado muy bien, pero hemos de seguir más tiempo para evaluarlo. Continuamos colaborando con la Agencia Catalana de Cooperación para el Desarrollo, porque el proyecto también comprende la sociedad civil y las ONG. Las TIC son versátiles y pensamos que debemos utilizarlas como un instrumento para hacer más cosas. Estamos trabajando la idea de realizar otros proyectos, como uno para dar clases de lengua amazir y otro en el campo de la jurisprudencia. Es un estudio comparativo del Código de familia modawana, de Marruecos, y del Código de familia catalana, para "llegar" a las familias mixtas. Intervendrán expertos de la UOC, pero estamos abiertos a otros socios.

Contacto de prensa

También te puede interesar

Más leídos