20/2/07

"En los estudios literarios existe una gran diferencia entre las universidades abiertas tradicionales y las virtuales"

Anastasia Natsina

Anastasia Natsina

Anastasia Natsina es autora de "Enseñar literatura en la docencia abierta y a distancia: estudio comparativo de la enseñanza literaria en nueve universidades europeas", que saldrá publicado en la revista Arts and Humanities in Higher Education en junio de 2007. Ha contado con la colaboración del equipo de investigación OpenLit de la Escuela de Humanidades de la Universidad Abierta Helénica (www.openlit.gr) y la dirección académica de Takis Kayalis. Natsina participó, el mes de diciembre pasado, en el simposio Los Estudios Literarios en el Marco Europeo: Looking Ahead, celebrado en la UOC.

Anastasia Natsina es autora de "Enseñar literatura en la docencia abierta y a distancia: estudio comparativo de la enseñanza literaria en nueve universidades europeas", que saldrá publicado en la revista Arts and Humanities in Higher Education en junio de 2007. Ha contado con la colaboración del equipo de investigación OpenLit de la Escuela de Humanidades de la Universidad Abierta Helénica (www.openlit.gr) y la dirección académica de Takis Kayalis. Natsina participó, el mes de diciembre pasado, en el simposio Los Estudios Literarios en el Marco Europeo: Looking Ahead, celebrado en la UOC.

¿En qué consiste su estudio?
Se trata de un proyecto cofinanciado por la Unión Europea y el Ministerio de Educación de Grecia para el que se prevé una duración de dos años y medio. Hemos realizado un análisis de dieciséis planes de estudios sobre literatura en universidades abiertas y a distancia europeas, con el fin de ver cómo se está enseñando la literatura en estos centros. Lo que intentamos fue escoger universidades suficientemente diferentes dentro de su categoría y el resultado fue un grupo de nueve: la Universidad Abierta Helénica, la Universidad de Toulouse-Le Mirail (SED), la Universidad de Bourgogne-Dijon (Centre de Formation Ouverte et à Distance), la Universitat Oberta de Catalunya, la Universidad Nacional de Educación a Distancia, la Open University del Reino Unido, el Oscail-National Distance Education Centre de Irlanda, la Universidad Telemática Guglielmo Marconi de Italia y la Universidad Abierta de Hagen de Alemania. Terminado el proyecto, en el pasado mes de abril organizamos un congreso sobre los dieciséis planes de estudios, que fue el primero del mundo sobre el aprendizaje de la literatura en universidades abiertas y a distancia. Las conclusiones fueron recogidas en forma de volumen de ensayos y como material educativo experimental.
¿Cuál era el objetivo concreto del estudio?
Desarrollar la mejor metodología para enseñar literatura en la enseñanza superior a distancia.
¿Qué pone de manifiesto el estudio?, ¿qué habéis "descubierto"?
Pues, en primer lugar, que casi no existe bibliografía disponible para enseñar literatura a nivel superior y a distancia. Por lo tanto, nos encontramos en un campo de investigación muy nuevo.
¿Entonces cuál es el tipo de enseñanza que se está llevando a la práctica?
En primer lugar hay que decir que hay una gran diferencia entre las universidades abiertas tradicionales y las universidades virtuales. En nuestro estudio sólo existen dos universidades virtuales, la UOC y la Universidad Telemática Guglielmo Marconi, fundada en 2004 por el entonces primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Las otras, las universidades abiertas tradicionales, trabajan con libros de texto o apuntes, e incorporan todo el material necesario para enseñar, todos los contenidos que quieren transmitir a los estudiantes, deberes, actividades... Por lo tanto, hacen falta profesores interactivos. Porque enseñar literatura no es como enseñar historia, como enseñar hechos; enseñar literatura es enseñar a interpretar los textos, y eso tradicionalmente se ha hecho cara a cara: yo lo hago, tú lo ves y lo aprendes... Eso es muy difícil de emular en la distancia.
¿Cómo lo han hecho las universidades que habéis consultado?
La mayoría han incorporado elementos interactivos en la enseñanza de la literatura. El principal problema con que se encuentra la enseñanza a distancia es caer en la trampa de ofrecer conocimiento de forma enciclopédica. La mayoría han intentado salvar este obstáculo introduciendo elementos interactivos, preguntas, deberes, actividades... a fin de que el estudiante se detenga allí donde es necesario para reflexionar, de modo que todo parezca una discusión en un seminario. Eso es lo que hacen las universidades abiertas tradicionales con su material escrito. También tienen material audio y vídeo, pero no es el material didáctico básico y sólo sirve para acompañar, para hacer una pausa para escuchar un debate entre críticos literarios y después volver al libro. En cualquier caso, eso es una interrupción de la clase.
tarea, como la del Reino Unido, que ha incorporado elementos interactivos en sus libros, y eso resulta muy efectivo para aprender literatura, porque han conseguido emular un debate entre críticos. Eso no es fácil, pero ellos lo han hecho.
En este sentido ¿las universidades por Internet no tendrían que estar aventajadas?
Sí, porque las universidades virtuales tienen la oportunidad de ofrecerlo todo, poner todo tipo de material al alcance de los estudiantes a través de una pantalla de ordenador. Además, pueden ofrecerlo todo junto, al mismo tiempo, a todo el mundo que haga un clic, sin interrupciones. Eso significa que pueden aportar la fusión de diferentes maneras de aprender, y cuando todas juntas se incorporan en un ordenador permiten al estudiante una mayor interactividad, que pueda elegir él mismo qué método prefiere en aquel momento. Las asociaciones son más rápidas, la enseñanza es más efectiva. Es sin duda una gran ventaja de las universidades virtuales con respecto a las universidades abiertas tradicionales.
¿Y las dos universidades virtuales que habéis analizado, se parecen?
En nada. La italiana no tiene hipertexto, por ejemplo, y cada curso tiene quince horas de lectura en vídeo: lo que ofrecen son clases grabadas. Es una reproducción de la universidad tradicional, pero no es interactiva. Tienes un estudiante totalmente pasivo. En cambio, la UOC ha conseguido que todo sea interactivo: hay hipertextos, enlaces... Internet es un medio y hay quien lo utiliza de forma más creativa o que pone más esfuerzos. La UOC ha mostrado distintas maneras de hacer las cosas muy interesantes, es un ejemplo único. Ha investigado mucho y ha desarrollado un nuevo instrumento de aprendizaje, que es el hipertexto.
¿Aparte de las técnicas de enseñanza, hay diferencias con respecto al contenido de los planes de estudios?
Lo que hemos descubierto es que se ha producido un alejamiento de las literaturas nacionales: si bien en las universidades convencionales se estudia literatura francesa o literatura inglesa u otras, en las universidades abiertas hay la tendencia a enseñar literatura en general, o bien realizar cursos de literatura comparada. Las universidades que hemos analizado ofrecen más de un curso de literatura, como la UOC, que ofrece estudiar literatura catalana pero también humanidades, que incluye literatura. De los dieciséis planes de estudios sobre literatura -o que incluyen literatura- que hemos analizado en estas universidades, sólo cuatro son de literatura nacional, como por ejemplo la catalana.
¿A qué cree que es debido?
Creo que eso tiene que ver con la propia naturaleza de las universidades abiertas, que se dirigen a un público más amplio que las tradicionales. Y, aunque cada vez hay más gente joven que se interesa por estudiar a distancia, la mayoría del público es más adulto y, por lo tanto, no estudia tanto para encontrar un trabajo como porque tiene un deseo importante de ampliar su cultura general.
Existe otro factor que puede haber influido. Puede decirse que los departamentos de literatura de las universidades viven una crisis, porque cada vez más la literatura pasa a fusionarse con otros estudios. De hecho, probablemente siguen una tendencia general en el mundo de la educación superior, en la que los programas intentan traspasar fronteras y llegar a más público.
¿Cómo se enmarca todo eso dentro del espacio europeo de educación superior?
A diferencia de la enseñanza superior convencional, tanto las universidades abiertas tradicionales como las virtuales se centran sobre todo en el estudiante. Como no pueden ofrecer clases, ponen a disposición de los alumnos consultores que atienden individualmente a cada uno, y eso está más cerca de lo que aspira a ser el EEES. Seguramente las universidades convencionales tienen algo que aprender de las universidades abiertas, aunque éstas no tengan todavía el mismo reconocimiento público y económico que tienen las de siempre.

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