Vijay Kumar
Usted promueve la integración efectiva de la tecnología de la información en el MIT, una universidad fundada en 1865. ¿Resulta difícil cambiar los procesos de enseñanza y aprendizaje en una institución con esta historia?
Es una buena pregunta. Una dimensión de la dificultad no es que la facultad no sea innovadora, sino que solucionamos problemas muy localizados. Ahora tenemos que ver cómo podemos generalizar estas soluciones locales de forma más global. Esta es una parte. La otra parte es que hay algunos cursos de ingeniería y ciencia donde el contenido es muy dinámico, mientras que hay otros cursos, como Cálculo, donde el contenido no cambia mucho. Así que la innovación podría ser más en términos de relación entre lo que se enseña, las ideas fundamentales y las nuevas, y las especializaciones.
Para relacionar asignaturas.
Exactamente. La otra dificultad es lo que llamamos inercia de éxito. Si he estado enseñando durante años y mis alumnos han tenido éxito y luego usted viene y me dice "¡deberías probar esto! Utiliza esta innovación", yo le preguntaré "¿por qué?".
Si funciona, ¿por qué cambiarlo?
El cambio requiere recursos y energía. ¡Y el tiempo de la gente es valioso! Así que cuando hablamos de nuevas aplicaciones para la enseñanza y el aprendizaje, primero de todo tiene que existir una necesidad interesante que tratar; por ejemplo, un concepto de difícil comprensión. Y también habrá que mostrar una utilidad convincente para aportar la innovación. De otro modo, la gente podría tener dificultad en aceptarla.
El cambio no es fácil.
Pero no es porque la gente sea buena o mala, sino porque tienen que entender todas las implicaciones del cambio. Incluso cuando se introduce una innovación no tecnológica como la enseñanza de la gestión de empresas mediante estudios de casos hay que ver cómo afecta a todo el plan de estudios. No puede tratarse todo como un complemento a lo que ya existía, sino que hay que mezclarlo todo y ver cómo queda el sistema. Éste es un punto en el que a menudo no pensamos como deberíamos, por lo que hay consecuencias negativas.
¿Qué tecnología es más beneficiosa actualmente para los profesores y los estudiantes del MIT?
Hay necesidades diferentes para diferentes tipos de áreas. Lo que puedo decir, de modo general, es que cada vez más gente utiliza la visualización y la simulación en sus cursos. Tenemos un curso de introducción a la física que trata el electromagnetismo, en el que el uso de la visualización ayuda a entender los fenómenos físicos de forma mucho más clara. O las moléculas; el hecho de que se puedan hacer rotar y se pueda mirar lo que hay en el otro lado permite un mejor aprendizaje. Una de las principales ventajas de estas tecnologías no se basa en las preguntas a las que puedes responder utilizándolas, sino en los nuevos tipos de preguntas que puedes hacer ahora y que antes no podías hacer.
No lo entiendo bien.
No es el hecho de que puedas mirarlas [las moléculas], sino el hecho de que puedes preguntar "¿puedo combinarlas?", y puedes hacer pruebas no destructivas.
Ya lo entiendo.
Así pues, la simulación y la visualización se utilizan más y de modo más extensivo. Cuando pregunta por las tecnologías más beneficiosas, parte de la respuesta sale de cuáles son las cosas que creemos que son más útiles educativamente. Por ejemplo, el aprendizaje activo es muy importante. ¿Cómo podemos hacer que los estudiantes se impliquen de un modo muy activo en la solución de problemas?
Ésa es una cuestión muy importante en estudios técnicos.
Una vez más, tenemos un ejemplo de Física. Tenemos una iniciativa llamada TEAL (Technology Enabled Active Learning, aprendizaje activo posibilitado por la tecnología). Hemos creado dos fantásticas aulas equipadas en las que los estudiantes pueden realizar experimentos y probar sus hipótesis. Se sientan en mesas y trabajan, tocan y discuten, y también exponen sus objetivos.
Así que no sólo se sientan, escuchan y miran fotos.
Te das cuenta de que, incluso para los estudiantes, ¡conlleva un cambio cultural! A algunos no les gustará y dirán "dime cuál es la respuesta correcta o... ¡dime qué va a entrar en el examen!". Exige un cambio para todo el mundo, pero es más productivo a largo plazo.
¿Utilizan estas innovaciones en asignaturas no científicas?
Sí. Utilizamos muchas herramientas relacionadas con las imágenes en Humanidades. Por ejemplo, utilizamos imágenes para visualizar culturas diferentes y entender sus procesos. Uno de nuestros profesores, Shigeru Miyagawa, intenta exponer a los estudiantes cómo la cultura japonesa reaccionó ante la cultura americana. Tiene imágenes maravillosas de cuando Commodore Perry fue de Estados Unidos a Japón y cómo los japoneses respondieron entonces. También tenemos lo que se llama metamedia, que combina imágenes, narrativa y vídeo de forma creativa para crear entornos inmersivos para que los estudiantes puedan aprender idiomas y, al mismo tiempo, adquirir una comprensión de la cultura.
¿Qué me dice del uso de la realidad virtual para estos propósitos?
Es una muy buena idea y, de hecho, hacemos algunos primeros experimentos con Second Life y entornos virtuales. No siempre la gente puede viajar y, a falta de este tipo de inmersión viajera, la realidad virtual se convierte en una herramienta muy importante para el aprendizaje de idiomas. Pero también puede tener otros efectos. En Second Life puedes unirte a otras comunidades que puede que traten cosas de interés e intervenir en varios tipos de conversaciones. Y mediante esta identidad múltiple con avatares puedes mostrar diferentes partes de ti. En otras palabras: en un aula yo soy quien soy, pero en Second Life puedo ser personas diferentes e intentar recibir y dar información de un modo diferente.
Usted fue miembro del Comité Directivo de iCampus, una alianza de MIT con Microsoft Research. ¿Qué objetivo tenía esta iniciativa?
iCampus fue un programa de cinco años que tuvimos con Microsoft Research para la investigación de tecnología educativa. Queríamos buscar aplicaciones de tecnología nuevas y productivas que pudieran hacer avanzar la educación.
¿Puede poner un ejemplo de una tecnología que saliera de ahí?
Una fueron los iLabs - laboratorios de internet. Esencialmente, los iLabs permiten a los estudiantes utilizar instrumentos reales mediante laboratorios en línea remotos. De ese modo, como estudiante, puedes conectarte con el laboratorio del MIT y establecer los parámetros para el experimento. Luego se realiza el experimento, ves los resultados y puedes conectarte con otros estudiantes de todo el mundo y compararlos. Puede imaginarse sus ventajas: acceso al laboratorio siete días a la semana, veinticuatro horas al día, sin necesidad de estar físicamente allí... El creador del concepto original es Jesús del Alamo, un profesor de Microelectrónica del MIT.
¿Quién utiliza esta tecnología?
Bien, tenemos estudiantes de todo el mundo: Suecia, Singapur, Australia, China... Otra innovación que salió del iCampus es el uso de tablets PC para el aprendizaje en colaboración. Los estudiantes utilizaban el tablet PC para compartir documentos de diseño de un proyecto de diseño de un robot. Y el programa TEAL para el aprendizaje activo, que he mencionado antes, era también parte de iCampus. Si visita el sitio web de iCampus en el MIT encontrará todo el abanico de proyectos. ¡Hay muchos! Ahora hemos evaluado los resultados de nuestras experiencias y escogemos algunos proyectos para aplicarlos más extensivamente en el MIT y en otras partes.
Usted es asesor honorario de la Comisión Nacional del Conocimiento de la India. ¿De qué modo facilita la tecnología el acceso a la educación?
Ésa es una buena pregunta, porque cuando usted habla de India, tiene que imaginar muchísima gente. ¡A cualquier número que pueda imaginar tiene que añadirle unos cuantos ceros al final! Así que una de las cosas que he estado promoviendo como parte de mis objetivos para la Comisión de Conocimiento es que la educación abierta en red pueda utilizarse para proporcionar acceso y calidad extensivos. Utilizando recursos y redes abiertos podemos proporcionar un acceso muy general a la educación y un conocimiento muy especializado. Y también es importante hacerlo en diferentes sectores: no es sólo para la alta tecnología y la educación superior, sino para satisfacer necesidades en todos los sectores: la sanidad pública, la industria, la agricultura... La educación es para asegurarse de que la India pueda crecer y llegar al nivel más alto con más investigación y desarrollo, pero también para que puedan satisfacerse las necesidades infraestructurales.
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