27/9/13

«La educación superior tendría que adoptar un concepto del aprendizaje que ponga el énfasis en la coconstrucción y la compartición del conocimiento»

Betty Collis

Betty Collis

El título de su último proyecto de investigación es «Aprendiendo desde la perspectiva del puesto de trabajo». ¿De qué trata?
A menudo se pregunta a las universidades sobre la manera en que preparan a los estudiantes para el futuro. Una respuesta posible es echar un vistazo a las nuevas tendencias de aprendizaje en la vida profesional, para ver si allí hay buenas prácticas válidas para la educación superior. Fui profesora en la Universidad de Twente e hice algunos proyectos de investigación en el sector de la empresa. En el mundo de la empresa están interesados por la eficiencia potencial y la mayor flexibilidad que las tecnologías pueden aportar al aprendizaje. Trabajé en Shell, la gran multinacional angloneerlandesa, y allí los profesionales están sometidos a una presión constante para actualizar sus conocimientos. Y hablo de profesionales del máximo nivel: médicos, geólogos, ingenieros del mundo del petróleo, algunos de los cuales son doctores, pero esto no significa que no necesiten ponerse al día.
¿Cuál era su trabajo en Shell?
Creamos un modelo de construcción y compartición del conocimiento dentro de la organización con la ayuda de las TIC, porque algunos de sus profesionales trabajan a menudo en áreas muy aisladas (plataformas petroleras) y en un entorno en cambio constante. En los ocho años que trabajé en Shell, también estudié prácticas ejemplares en otros contextos de trabajo, para estar tan informada como fuera posible, e identifiqué algunas diferencias entre las mejores prácticas del entorno corporativo y las buenas prácticas de la enseñanza superior.
¿Cuáles son algunas de estas mejores prácticas?
Por ejemplo: en Shell los miembros de un equipo tienen experiencias diferentes en su área, y provienen de diferentes lugares de todo el mundo. Se tienen que enfrentar a problemas complejos y de gran alcance, y trabajan bajo gran presión para cumplir plazos. En pocas palabras: tienen que llegar rápidamente a una entente común con gente de otras disciplinas; en consecuencia, el aprendizaje de los demás es una responsabilidad compartida. Para ayudar a la transición del estudiante hacia este tipo de funcionamiento productivo en un entorno profesional, los diseñadores de cursos en la enseñanza superior tendrían que adoptar un concepto del aprendizaje que ponga el énfasis en la coconstrucción y la compartición del conocimiento en una comunidad profesional.
¿Y cómo podemos ganar el interés de nuestros estudiantes digitales, tan sobreestimulados?
Ganarse el interés de los estudiantes siempre ha sido un problema. Todavía necesitamos encontrar actividades de aprendizaje en las que se puedan implicar de una manera activa, para que los aprendices, sean de la edad que sean, produzcan algo para hacer que otros estudiantes puedan aprender de ello. Siempre he creído que hacer un «producto» o un «artefacto» que otros estudiantes puedan utilizar y reutilizar es una buena idea. Por ejemplo, en vez de hacer un trabajo y entregarlo al profesor y después llevárselo a casa, pueden hacer un trabajo con un recurso digital, para después combinarlo con el de otros estudiantes para hacer una colección digital. ¡Pero la cosa no se acaba aquí! Otra actividad de aprendizaje puede ser comparar todos estos «productos» desde las perspectivas diferentes de los estudiantes y así permitir que se enriquezcan recíprocamente.
Algunos autores piensan que las experiencias entretenidas son adecuadas para las necesidades y características de los nativos digitales, y aconsejan dar a estas experiencias un papel central en la actividad del aprendizaje electrónico.
Hasta un cierto punto, las experiencias de entretenimiento tienen cabida en las actividades educativas, por ejemplo para incrementar la motivación; pero no creo que sea inteligente intentar que el aprendizaje sea divertido, porque el buen aprendizaje tiene momento duros, y esto forma parte de tener que vérselas con la complejidad. Por decirlo con una metáfora, las actividades de aprendizaje son como una copa de champán: arriba están las burbujas, la parte efervescente, que tiene que ver con el interés, la motivación, la curiosidad y la diversión; en medio, donde la copa se hace más estrecha, está la parte seria y difícil, que tiene que ver con la ejecución, con la realización de algo con lo que has aprendido, ejercicios; y en el fondo de la copa está el sedimento del conocimiento, aquello que puedes presentar a los demás para que aprendan y sientan curiosidad.
Hay un consenso general en cuanto al hecho de que las TIC pueden jugar un rol muy importante en la educación de los niños. ¿Cuanto antes les introduzcamos en el mundo de las TIC, mejor?
No es especialmente necesario hacer que los niños se familiaricen con la tecnología: ya es parte de sus vidas. ¡Mi nieta maneja mi iPhone mucho mejor que yo! Esto no nos tiene que preocupar. Pero lo que tenemos que hacer es enseñarles a usar la tecnología de una manera constructiva. Es fácil usar estas nuevas tecnologías de una manera social, pero no tanto usarlas para el aprendizaje serio. Tienen que desarrollar el pensamiento crítico y aptitudes de cuestionarse las cosas. Tenemos que esforzarnos por hacer que sean buscadores de información críticos. Esto constituirá una profesión en un futuro no muy lejano. Es una tarea que resulta más difícil ahora que antes, por la abundancia de información que hay.
A medida que los dispositivos móviles se hacen habituales en nuestra vida diaria, también se hace común el llamado aprendizaje móvil. ¿De qué manera afecta eso a las prácticas de aprendizaje?
Los dispositivos móviles permiten un aprendizaje más flexible, permiten contactar con gente, encontrar recursos... Es parte del trabajo de los educadores saber convertir estos dispositivos móviles en una herramienta de aprendizaje, de forma que tenemos que encontrar la actividad educativa adecuada para estos dispositivos. Por ejemplo, si los estudiantes aprenden geometría, dejémosles capturar objetos y diseños por la calle con la cámara digital como parte del trabajo del área. Después, en el aula, pueden compartir el trabajo, compararlo y revisarlo.

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