30/1/25 · Salud

"El trabajo social sanitario es clave en la detección precoz de la violencia de género"

Bilal Abdelkader Mohamed, trabajador social sanitario y profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC

Bilal Abdelkader

Galardonado en el XIV Congreso Internacional para el Estudio de la Violencia contra las Mujeres (Foto: Bilal Abdelkader Mohamed)

Profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y trabajador social sanitario (TSS) en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), Bilal Abdelkader Mohamed ha sido galardonado con la 2.ª mención de Buenas Prácticas en el XIV Congreso Internacional para el Estudio de la Violencia contra las Mujeres. Este reconocimiento destaca su propuesta innovadora, titulada "La inteligencia artificial como herramienta para combatir la violencia de género. Una forma eficaz de reducir el riesgo y favorecer la detección precoz desde el sistema sanitario público de Andalucía". Su enfoque combina tecnología avanzada con una atención humana y respetuosa, marcando un punto de inflexión en la lucha contra esta lacra social.

Con una sólida trayectoria como TSS, Abdelkader Mohamed ha encontrado en la docencia y la investigación el espacio para desarrollar soluciones prácticas que abordan problemas complejos como la violencia de género. Desde su experiencia en atención primaria, hospitalaria y de la salud mental, su trabajo pone de relieve el impacto de los equipos interdisciplinarios y la integración de herramientas de inteligencia artificial para detectar, prevenir y apoyar a las víctimas, con una visión de futuro que aboga por un equilibrio entre innovación tecnológica y sensibilidad profesional.

¿Qué significa para usted recibir este premio?

Recibir este premio es una gran satisfacción personal porque visibiliza la importancia del trabajo social sanitario como pieza clave en los equipos interdisciplinarios. Desempeñamos un papel crucial en la detección precoz y la atención integral, tanto en atención primaria como en urgencias.

Esta mención internacional destaca nuestra labor diaria, que ha requerido sacrificios personales, y refuerza nuestra visión de futuro: innovamos con tecnología, pero protegemos con humanidad y respeto. El jurado valoró especialmente nuestra capacidad para integrar la inteligencia artificial como herramienta para combatir la violencia de género. Este enfoque permite reducir riesgos, mejorar la detección precoz desde el sistema sanitario público de Andalucía y ofrecer una intervención integral e interdisciplinar, que incluye medicina, enfermería y trabajo social sanitario.

Además, nuestra propuesta crea un entorno seguro para la planificación sanitaria, asegurando una atención rápida y eficaz. La inteligencia artificial también facilita la recopilación de pruebas válidas para juicios, proporcionando un apoyo sólido a las mujeres que lo necesitan. Este equilibrio entre tecnología y humanidad fue clave para el reconocimiento.

¿Qué le motivó a investigar la violencia de género?

La violencia de género es una pandemia silenciosa y uno de los problemas más preocupantes de nuestra sociedad. Durante 2024 se han registrado 43 víctimas mortales, aunque esta cifra solo refleja una parte de la realidad. Muchas denuncias se retiran o las situaciones de violencia no llegan a reportarse, lo que subestima la magnitud del problema.

Es fundamental adoptar un enfoque integral que contemple tanto los casos denunciados como los no registrados. La vigilancia epidemiológica nos permite conocer la verdadera dimensión del problema, sus características y las consecuencias en la salud y el sistema sanitario, asegurando una atención protocolarizada, rápida, eficaz, integral y cuantificable.

Como TSS, desempeñamos un papel clave en la detección precoz en atención primaria, salud mental, hospitales y urgencias. Mi formación en bioética, como la recibida en la UOC, me permitió implementar herramientas efectivas para combatir esta lacra. Esto requiere equipos interdisciplinarios bien formados, con sensibilidad y actitud atenta. En lo personal, la UOC me ha dado alas, permitiéndome combinar ciencia y práctica profesional de una manera enriquecedora.

¿Qué objetivos busca con su labor?

Mi objetivo principal es lograr el reconocimiento del TSS como profesión sanitaria, algo que abriría nuevos horizontes. Este reconocimiento nos permitiría acceder a financiación para poner en práctica propuestas innovadoras que, a menudo, quedan limitadas por la falta de recursos.

Atendemos diariamente a víctimas en nuestras consultas, lo que implica una responsabilidad constante. No asumir estos retos sería negar la atención adecuada a quienes más la necesitan. Respecto a la mención obtenida, nuestro propósito fue claro: asumir los retos de nuestro tiempo para combatir la violencia de género, ofreciendo un acompañamiento sólido que muchas víctimas demandan en nuestras consultas.

¿Qué es el enfoque biopsicosocial y cómo ayuda a comprender la violencia de género?

El modelo biopsicosocial representa un avance significativo frente al modelo biomédico tradicional, que era reduccionista. Este enfoque considera que la salud y la enfermedad surgen de la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales. Trabaja no solo por el bienestar de la persona, sino también por el de su familia y comunidad.

En la violencia de género, este enfoque es crucial para abordar la complejidad de las experiencias de las víctimas. Integra aspectos sociales, emocionales y culturales, favoreciendo una atención más adaptada y funcional. Además, investigaciones recientes destacan que este cambio de paradigma es esencial para romper con un modelo puramente biomédico y atender de forma más eficaz las necesidades de las víctimas.

¿Qué herramientas de inteligencia artificial se utilizan para detectar la violencia de género?

En Andalucía, herramientas como la valoración inicial de maltrato y el seguimiento de casos están integradas en el sistema Diraya. Estos cuestionarios permiten una intervención protocolarizada y adaptada, cubriendo atención primaria, urgencias, salud mental y hospitales. La IA facilita la recopilación de datos relevantes y pruebas válidas para juicios, garantizando un apoyo sólido a las víctimas.

Además, el sistema sanitario cuenta con iniciativas como el Servicio Telefónico de Atención y Protección (ATENPRO) y el sistema VioGén, que mejora la coordinación institucional. Próximamente, se implementará VioGén II, una versión mejorada que optimiza la valoración del riesgo y refuerza la formación de los profesionales involucrados.

¿Podría compartir algún ejemplo práctico?

Un ejemplo común ocurre cuando una mujer en fase inicial no reconoce el maltrato. Suelen minimizar la situación o culparse a sí mismas. En estos casos, la intervención se enfoca en ayudarlas a tomar conciencia, relacionando su estado de salud con la situación de maltrato y reforzando su autoestima. El objetivo no es insistir en la denuncia inmediata, sino ofrecer apoyo continuo y recursos especializados.

En etapas más avanzadas, como la preparación para el cambio, trabajamos en coordinación con recursos locales y revisamos el plan de seguridad, ya que el riesgo puede aumentar. Otro ejemplo es el dispositivo Bindi, un wearable con IA que monitorea riesgos de forma automática y recopila pruebas válidas para juicios, protegiendo a las víctimas de manera efectiva.

¿Qué errores algorítmicos reflejan el sesgo de género y cómo pueden evitarse?

Los algoritmos perpetúan estereotipos al entrenarse con datos sesgados. Un ejemplo es la asociación de mujeres con cocinas debido a un conjunto de datos que reflejaba roles tradicionales. Estos sesgos no solo reflejan la realidad, sino que la amplifican. Para evitarlos, es crucial garantizar la transparencia, eliminar estereotipos en los datos y diseñar algoritmos éticamente responsables. La tecnología debe promover la igualdad de forma proactiva y proteger los derechos de las mujeres en un mundo cada vez más mediado por algoritmos.

¿Qué papel jugará la inteligencia artificial en el futuro de la lucha contra la violencia de género?

La inteligencia artificial tiene un gran potencial para mejorar la detección temprana y la protección de las víctimas. Sin embargo, nunca sustituirá la calidez y sensibilidad de un profesional bien formado y atento. El futuro de estas herramientas depende de un uso ético y accesible, que complemente y potencie la labor humana.

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